Lunes 19 de abril de 2013
Miguel Roca fue uno de los ponentes constitucionales. Fallecidos Peces Barba, Manuel Fraga, Gabriel Cisneros, Solé Tura solo quedan Herrero de Miñón, Pérez Llorca y él. El título le gusta aunque más esa cursilada de «padre de la Constitución» que ponente constitucional. Pero no pasará a la historia ni por esto, ni por su defensa del Estatuto de Sau que salió demediado y sin financiación. Roca en su tarjeta de presentación más que autonomista catalán, prefiere le recuerden su papelón constitucional. Pero por lo que pasará a la historia ante el pueblo catalán, será por su vergonzosa postura ofreciéndose a defender a Cristina de Borbón, aunque para ello haya tenido que poner a uno de sus “cabezas de huevo» de su millonario bufete de abogados, al frente de una causa corrupta.
Calladamente va haciendo su trabajo para tratar de demostrar que la justicia en España no es independiente y lo hace él, ponente constitucional.
Miguel Ángel Mellado este domingo apuntaba lo que hay detrás de todo esto.
¿El IRPF de la Infanta?
Doña Cristina no quiere entregar al juez las 10 últimas declaraciones de la renta. Alega que va contra su intimidad. Sigue así la estrategia emprendida por su equipo defensor, dirigido por Roca, según la cual juzgar a un famoso del nivel de la hija del Rey lo sitúa en el plano de la indefensión, pues será culpabilizado antes de ser juzgado por ser quien es. Esta teoría conduce a la inmunidad ante la ley: hagas lo que hagas, nada te pasará, privilegio reservado al rey. Todos, pues, no seríamos iguales ante la ley, lo diga don Juan Carlos en Nochebuena o el Día de los nocentes. En mi modesta opinión, la negativa de doña Cristina a entregar sus declaraciones obedece al principio popular “del hilo y del ovillo: tirando del hilo se deshace el ovillo”. A la infanta no le preocupa que sepamos cuánto gana en la Caixa (se sabe que unos 200.000 euros al año), sino sus ingresos por otras rentas, como valores en la Bolsa. Procederían de donaciones hechas por los Reyes. El silogismo sería peligroso: si la hija tiene tanto, sus padres, como mínimo, tendrán… Y una España con 6.200.000 parados desesperados no está para transparencias reales y económicas de esta cuantía.