Lunes 13 de mayo de 2013
Nada más llegar al acto de homenaje a Luís de Alava en el batzoki de Erdialde en Gasteiz el domingo pasado, me abordó Gorka Landaburu para decirme que tenía toda la razón en quejarme de la forma como en EITB habían abordado el treinta aniversario de la cuarta época de Radio Euskadi, como si las tres anteriores jamás hubieran existido, como si no hubieran costado persecuciones, cárcel y mucho trabajo solidario. Radio Euskadi no ha cumplido treinta años. Eso no es verdad. Y sobre todo por la constatación de la indiferencia, de la falta de humanidad y de profesionalidad de quienes abordan estas cosas. Si uno no sabe de ellas y lo ignora, por lo menos debería preguntar o ahormar algún tipo de unidad interna para abordar hechos históricos. Los allí presentes le dieron la razón a Gorka. Y no me sentí tan solo porque Gorka no solo es un periodista, sino el hijo de una saga histórica y una víctima de la barbarie en este país.
Hoy he de comentar algo parecido.
Vi el sábado el tratamiento dado a la muerte de un montañero de Azpeitia, Benantzio Irureta. No solo fue la noticia, sino las distintas semblanzas que de él hicieron desde el alcalde de Azpeitia, hasta gentes con las que subió a diversas montañas. Algo parecido con Alfredo Landa y con Constantino Romero. Y no me quejo en absoluto ante estos tratamientos. La gente en la hora de la muerte de personalidades de este tipo quiere este tipo de semblanzas que justifican vidas, describen épocas y consuelan a las familias.
Pero este pasado sábado se celebraba además el funeral en Bergara por Imanol Bolinaga que había sido nada menos que alcalde de Bergara, portavoz del PNV en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Viceconsejero de Turismo del Gobierno Vasco, Presidente de Eurobask, Delegado del Gobierno Vasco en Bruselas y senador. En la escisión del PNV tuvo un activismo protagonismo y fue una de las caras visibles en defensa de las tesis del PNV, así como fue un asiduo articulista en Deia. Una personalidad muy completa y volcada en el servicio público, durante el franquismo y en la democracia.
Con semejante biografía en EITB no hubo para él ni una palabra. Ni una mención. Ni una semblanza. ¿Tiene que ser la gente o montañero, o artista de cine o doblador de películas para que alguien que ha servido a su pueblo y le ha representado cabalmente no sea ni mencionado y tratado como si hubiera sido un ciudadano anónimo e intrascendente. ¿No tiene EITB por estatutos del Ente en tratar estos asuntos con criterios de respeto y divulgación?.
Algo pasa en EITB. De sensibilidad o de extensiones para conectar con noticias humanas anda escaso. Y duele, no solo a su familia personal, sino a su familia política y a todos los que llenaron la Iglesia de Bergara. Y habla mal de la profesionalidad de quienes omiten este tipo de importantes noticias. Tan importantes o muchísimo más que la de Benantxio. Lo siento mucho. Ahí pasa algo.
No sabía que había muerto Imanol. Mis condolencias a su familia, a su partido, a toda su gente. Y, por supuesto, mi acuerdo contigo, Iñaki.
Besarkada hertsi bat
Goian bego!