Elogio fúnebre en memoria de la Senadora del Par

Jueves 23 de mayo de 2013

Tras un viaje a Berlín y ver en el Reichgstag una mesita con la fotografía y un libro de condolencias de un diputado fallecido aquella semana, propusimos a la vuelta hacer algo parecido en el Senado, junto a una intervención donde alguien que conocía a la persona fallecida glosara sobre ella. Se aprobó y este martes, tristemente, hemos recordado a la Senadora María Jesús Burró fallecida el sábado en una maldita carretera. Tenía 36 años, era hija única de unos padres sencillos que tenían un barcito en el pueblo y esposa de un profesional que quedó malherido en el brutal accidente.

Humanizar la política es fundamental. María  Jesús volvía de un acto de partido y de trabajo. Su vida quedó en la carretera. La intervención de su compañera fue muy aplaudida. En su escaño vacío unas ramas y el dibujo del hijo de la senadora que intervino. Esto fue lo que dijo:

El señor PRESIDENTE: Punto segundo del orden del día. Elogio fúnebre.

Señorías, como saben todos ustedes, el pasado sábado falleció en un accidente de automóvil nuestra compañera la senadora por Huesca María Jesús Burró Ferrer. Saben ustedes también que la Cámara ha dispuesto un libro de condolencias a la puerta del hemiciclo, que estará a disposición de sus señorías para que cada uno pueda expresar sus sentimientos, durante todo el día de hoy y todo el día de mañana. Una vez termine el Pleno ese libro se enviará a los familiares de nuestra compañera. Igual que se ha hecho, desgraciadamente, en otras ocasiones, la senadora Rosa Santos hará el elogio fúnebre, pero yo antes quiero invitar a toda la Cámara a guardar un minuto de silencio. (Pausa.- La Cámara puesta en pie prorrumpe en fuertes aplausos.)

Tiene la palabra la senadora Santos.

La señora SANTOS FERNÁNDEZ: Gracias, presidente.

Se ha ido María Jesús Burró, entusiasta, íntegra, tenaz, trabajadora incansable, cercana, dispuesta. Así la retrataban ayer los vecinos de Albalate de Cinca, el pueblo donde creció y del que era concejal, en la comarca del Cinca medio. Así era María Jesús, enérgica, comprometida, con fuerte vocación de servicio.

Encontró la muerte, trabajando, en una de las muchas carreteras de Huesca que le acercaban a la gente, mi gente, como ella siempre decía. Cientos de kilómetros trazados para recabar preocupaciones de los pueblos, los proyectos de sus tierras, kilómetro a kilómetro, apoyando el territorio al que se sentía tan ligada para ejercer con rigor su labor parlamentaria.

Así rezaba la editorial del Diario del Alto Aragón el día de su muerte: Tenía una audaz obsesión por mejorar la vida de los demás, por recuperar la esperanza frente al desasosiego y contribuir, desde su puesto en el Senado, a la alta responsabilidad que asumía con una sonrisa contagiosa.

Así era María Jesús, con ilusión, con humildad, con esperanza, con ese tesón tan aragonés y profundo orgullo por su tierra, con esfuerzo, con sencillez.

La senadora Burró trabajó hasta el último segundo por los demás, dejándose la vida en acto de servicio.

En una época convulsa sirva su figura para reivindicar hoy el desempeño de la política con aspiración y ambiciones de transformar la realidad para reivindicar el trabajo por los demás sin complejos y con legítimo orgullo, como ella hacía.

Sirvan también estas palabras para transmitiros a todos vosotros, compañeros y amigos y al personal de la Cámara, el afecto de María Jesús y nuestro agradecimiento, el agradecimiento de sus padres, de su esposo, de su familia y el agradecimiento también de su familia política que es la de José María y la mía del Partido Aragonés, nuestro agradecimiento, gracias a todos por las innumerables muestras de afecto y cariño y las muestras de condolencia recibidas durante estos días. Gracias a todos vosotros, compañeros, amigos senadores. Gracias al Gobierno, a la Mesa, a los Grupos Parlamentarios, a los diputados y al personal de la Cámara. Vuestro afecto ha hecho más llevadera esta dolorosa situación.

Hasta siempre María Jesús, senadora y amiga. Ha sido un honor y una suerte trabajar a tu lado, pues como decía Gracián acerca de la generosidad, mayor gusto es hacer bien que recibirlo, para grandes hombres. Este es tu regalo, María Jesús, el ejemplo de tu propia vida. (Aplausos.)

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senadora Santos.

 

Un comentario en «Elogio fúnebre en memoria de la Senadora del Par»

  1. Bien está lo de imitar el comportamiento del Parlamento alemán cuando fallece uno de sus miembros, resulta amable en lo humano; deseo que el PNV y otros grupos nacionalistas, sobrerrepresentados hoy en las Cortes españolas, aprendan algo más y no sólo lo del libro de condolencias. Especialmente útil para nuestra convivencia sería que aprendieran lealtad constitucional.
    ¿Cuámdo van a ponerse a la tarea, Senador?

    Por lo demás, es bien de lamentar que una persona de sólo 36 años pierda la vida en un accidente.

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