Jueves 20 de noviembre de 2014
Le conocí en el famoso bar Etxabe en San Juan de Luz. Estaba con D. Manuel de Irujo y vino a saludarle. Lo hizo muy respetuosamente. Lo recuerdo muy bien. Don Manuel me dijo que era un médico abertzale perseguido.
Y recuerdo cuando le asesinaron. Le acompañé al Lehendakari Leizaola a la capilla ardiente que estaba en el ayuntamiento de Bilbao. La parte baja, la escalera, el salón árabe, lleno hasta los topes de gentes de HB, gente joven enfurecida. Y allí subimos los dos. Nos abrían paso como en las películas. Sabían que Leizaola era un símbolo del pueblo vasco, aunque no estuvieran de acuerdo con él en casi nada.
Un anciano digno que subía aquellas escaleras para homenajear a un luchador, del que discrepaba.
Había una gran tensión. Aquello se desbordaba. Y Benegas le llamó a Arzalluz. «Hay que pactar». Y se pactó. De ahí vino una época de acuerdos políticos. La olla de presión estaba a punto de reventar.
Santi Brouard fue asesinado vilmente porque era un símbolo para mucha gente.
Hoy me han venido a la memoria estos dos recuerdos.
Don Santiago. Mas que símbolo y un excelente Medico Pediatra.