Miércoles 18 de noviembre de 2015
Hablaba la semana pasada con Mitxel Unzueta, antiguo portavoz del PNV en el Senado y uno de los artífices de la Disposición Adicional que ahora comienza a interesar en Madrid para dar salida al conflicto catalán y de repente me preguntó por la iniciativa del Rector de la Universidad, Iñaki Goirizelaia en relación a quitarle al Agur Jaunak el nombre de Dios. «Ha conseguido lo que quería-me decía- dando satisfacción a los que no creen en Dios, pero, ¿y a los que creemos?¿a los que pensamos que esa letra y esa música son un depósito de la historia y que letra y música es una unidad hecha así con motivo de saludar al Creador?. ¿Quién es este señor para cambiar algo que es del pueblo vasco?.».
Le di la razón, obviamente.
Este Rector debería haber hecho el día de hoy algo para empezar a recordar que este pueblo carecía de una Universidad moderna. Tuvimos la de Oñati cerrada tras la segunda guerra carlista, pero ésta era una demanda que Leizaola reivindicó ante Alfonso XIII con un cartel en Gernika y allí mismo le esposaron y le llevaron andando hasta Amorebieta.
Y lo primero que hizo hace ahora 79 años, como Consejero de Educación, Justicia y Cultura del primer Gobierno Vasco fue crear la Universidad Vasca que tuvo una muy corta vida. Pero ahí está el intento. Entiendo que Goirizelaia no haga nada, pues está distraído quitando a Dios de todas partes. Es un ateo curioso. Si no cree en Dios no sé por qué tiene tanta obsesión con él.
Tal día como hoy, el 18 de noviembre de 1936, de la mano del primer Gobierno vasco presidido por el lehendakari Agirre, se publicó en el Diario Oficial del País Vasco el decreto según el cual se creó con carácter oficial la Universidad Vasca/Euzko Irakastola Nagusia. La primera facultad que se puso en marcha fue la de Medicina (Osakintza Ikastola), el 1 de diciembre, y se ubicó en el Hospital Civil de Bilbao, en Basurto. El objetivo del Gobierno vasco era crear una red educativa completa e integral, pero todos estos planes se vieron frustrados cuando los insurgentes entraron en Bilbao y en junio de 1937 las aulas de la Universidad Vasca/Euzko Irakastola Nagusia se vieron obligadas a cerrar sus puertas.
Luis de Gezala, que si cree en Jel, ha escrito ésto:
Ojalá el año que viene gente menos sectaria recuerde el esfuerzo de aquella generación y de cómo hace ochenta años se cantó el Gaudeamus Igitur en plena guerra. Y… el Agur Jaunak!!!.