Viernes 21 de octubre de 2016
Las instituciones gipuzkoanas van a conmemorar el 60 aniversario del fallecimiento de Pio Baroja. No lo han hecho recordando el ochenta aniversario del fusilamiento de Aitzol. Ni tampoco la Iglesia. Si lo ha hecho la IA, no siendo Aitzol hombre de ese mundo, sino un sacerdote socialcristiano. El homenaje a Pio Baroja lo presentan como una especie de desagravio. Se equivocan si lo enfocan así. Pio Baroja era él y sus circunstancias y hacía de todo, además de escribir muy bien, pero, desde luego, no se hacía querer, y siendo vasco, poco apoyo ofreció a los vascos perseguidos durante la dictadura. Por lo menos Unamuno les dijo a los militares aquello de «venceréis, pero no convenceresi». Pero si, merece un reconocimiento. En USA sería un icono. Pero una Diputación y un gobierno vasco han debido recordar a Aitzol y a Leizaola.
E insisto en el necesario recuerdo al Lehendakari Leizaola ya que el pasado 7 de setiembre se cumplieron 120 años de su nacimiento en Donostia y las instituciones gipuzkoanas no hicieron absolutamente nada para recordar esta fecha redonda habiendo sido Leizaola, un importante hombre de la cultura además de secretario de la Diputación de Gipuzkoa, diputado por Gipuzkoa en el Congreso, negociador del Concierto, Consejero de Justicia y Cultura del primer gobierno vasco de la historia ,creador de la Universidad Vasca y segundo Lehendakari de Euzkadi. Luego algunos se quejan de que Agirre se lo lleve todo. Que hagan más por enseñar a las nuevas generaciones ejemplos como los de Leizaola , quéjense menos y aprendan que el mundo no se agota con Baroja. Y que honrar, honra.
Javier Echeverria ha recibido el premio Eusko Ikaskuntza. El Lehendakari le agradeció su compromiso con la innovación y su voluntad de ir más allá del mundo académico y aportar luz a las grandes incógnitas a las que nos enfrentamos en este tiempo. Filósofo, matemático, visionario atesora un vastísimo curriculum. Cuando nació el correo electrónico, Javier Echeverria Ezponda ya acuñó términos como el tercer entorno para referirse a los cambios que supone esta nueva era surgida con las nuevas tecnologías de la comunicación. Y me alegro sobremanera pues fui compañero de clase y a veces de pupitre con él hasta el Ingreso de Bachiller en el Colegio de los Marianistas de San Sebastián. Y me acuerdo que ya entonces era un cerebrito. Con nosotros estudiaba asimismo Fernández Savater.- Me da que Felipe González, con Cebrían, sabían que le iban a montar el pollo, pero me da también que algo iban a decir con respecto a la situación del PSOE. Los anarcos con sus pancartas hicieron lo más fácil y antidemocrático. Lo bueno hubiera sido que, en lugar de vociferar y empujar, le hubieran asado a preguntas comprometedoras. Pero para eso hace falta un poco de cerebro y un mucho de buena educación. Lo que natura non da ,Salmantica non presta.
Ha fallecido Jose Antonio Eguidazu, último presidente del Athletic durante el franquismo. Le sustituyó el abertzale del PNV, Beti Duñabeitia. Su hermana Lolita fue la esposa de Pat Dyer, el protagonista de nuestro libro “Nuestro Hombre en Bilbao”.
No permitió la ikurriña, Neguri mandaba, pero si le devolvió al Athletic su nombre que el franquismo había cambiado a Atlético de Bilbao. Al Racing y al Sporting, la dictadura les dejó sus nombres, al Athletic se lo cambió. Su saña llegaba hasta al inglés.