Cuando Pujol renunció al cupo vasco: «Ellos eran los expertos y nosotros, los aldeanos»

Lunes 25 de marzo de 2024

Suárez ofreció a la Generalitat tener un sistema de financiación similar al vasco, pero fue rechazado. «No hay nada más odioso que la recaudación, que recaude Madrid», defendió Miquel Roca, dice El Confidencial.

«Ellos pasaban por ser los grandes expertos y cerebros de la política. Nosotros, aldeanos que no sabíamos de política y reclamábamos antiguallas». La negociación del nacionalismo vasco con el Gobierno de Adolfo Suárez en 1980 para la restitución del concierto económico y el cupo no fue fácil y la posición de CiU, que se empeñaba en tildar de «antigualla» el modelo de financiación que peleaban los colegas de Euskadi, terminó «indignando» al PNV

Los catalanes, aunque luego se han arrepentido y reclamado en varias ocasiones el mismo sistema, la última vez ERC esta semana, no tenían entonces ningún interés. «No hay nada más odioso que la recaudación, que recaude Madrid», llegó a decir Miquel Roca

La indignación de entonces ha vuelto a prender esta semana en el PNV. El protagonista ha sido otro, ERC, pero el objeto ha sido el mismo, el modelo de financiación vasco. El president y candidato de los republicanos a la Generalitat, Pere Aragonès, presentó su propuesta para que Cataluña pueda recaudar y gestionar todos los impuestos, es decir, un concierto económico y cupo a semejanza del que tiene Euskadi. Los jeltzales no cuestionan que otro partido o comunidad reclame el mismo modelo, lo que no admiten es que se les tache de insolidarios, que es lo que hizo Esquerra. «En el modelo vasco, la aportación a otras comunidades es casi inexistente», aseveró la consejera de Economía de Cataluña, Natàlia Mas, durante la presentación de la propuesta, y de ahí, según defendió, que ERC incluyese en su modelo la creación de un fondo de solidaridad para las «comunidades de menor capacidad fiscal». La insinuación enervó al PNV, que rápidamente saltó para exigir a ERC «respeto». «No admitimos que se sugiera que somos insolidarios», advirtió el candidato de los jeltzales a lehendakari, Imanol Pradales.

También el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, respondió a través de sus redes sociales para rebatir los argumentos de Esquerra. La aportación de la comunidad a las cargas generales del Estado es del 6,24%, un porcentaje superior al volumen de población de la comunidad y al PIB de la misma, argumentó el PNV. Además, remarcaron ambos, la comunidad participa en el Fondo de Compensación Interterritorial. El choque no es nuevo y, más allá de los vínculos que puedan exhibir el nacionalismo vasco y el catalán, o los fuertes lazos que en su día tejieron el PNV y CiU, ahonda en una grieta nunca resuelta y recurrente siempre que ERC o Junts sacan a colación la articulación de un nuevo modelo de financiación para Cataluña.

Por qué Pujol no quiso el cupo

Las tensiones con Miquel Roca, recuerda Iñaki Anasagasti, no solo se limitaron al concierto económico. También a la negociación de los respectivos estatutos y por el empeño del que fuera padre de la Constitución en crear un grupo vasco-catalán del que él fuera el portavoz. Pero la espina más significativa es la del modelo de financiación. Pedro Luis Uriarte capitaneó la delegación vasca que negoció con el Gobierno de Suárez la restitución del concierto económico para Vizcaya y Guipúzcoa, las «provincias traidoras» a las que Franco levantó la prerrogativa en 1937 mientras mantuvo la singularidad de Álava y el convenio navarro, y recogió en uno de sus libros cómo el Govern de Pujol rechazó tener un modelo similar al de Euskadi.

En El concierto económico vasco: una visión personal, Uriarte rescató una reunión celebrada en 1980 en la que además de él, entonces consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, participaron el ministro de Hacienda, Jaime García Añoveros, y el consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat, Ramón Trias Fargas. En el encuentro, Añoveros «realizó un ofrecimiento explícito» al conseller para que Cataluña «pudiera tener un régimen de financiación diferenciado, similar al del concierto», explicó en el libro. Y a continuación enumera las tres razones que esgrimió el representante de la Generalitat para rechazar la propuesta.

La primera: «Al conseller de Economía y Finanzas le parecía que políticamente podía resultar inconveniente el hecho de que entre las primeras tareas a desarrollar se encontrara la recaudación de impuestos, actividad que no siempre es bien recibida por los ciudadanos». La segunda razón fue de cariz económico: «El conseller tomó en consideración la grave situación que entonces todos padecíamos.

 En estas condiciones, asumir el riesgo que conllevaba el concierto económico no le pareció nada conveniente». Uriarte se refiere al hecho de que no cuentas con el respaldo del Estado si, por ejemplo, no puedes hacer frente a tus deudas. Y la tercera: «Trias Fargas estaba convencido de que para Cataluña era mejor tener un sistema de financiación que, aun dependiendo del Estado, permitiera sacar más recursos negociando con el mismo». Pujol, sin embargo, en un acto celebrado por el periódico Ara en 2021, aseguró que pidió a Suárez un concierto económico y que la respuesta que obtuvo del entonces presidente del Gobierno fue que el Estado no podía permitirse excluir a Cataluña del sistema de financiación autonómica porque «se desequilibraría todo

A lo que Uriarte replicó en redes sociales con la reunión que cita en su libro: «En contra de lo manifestado por el Sr. Pujol, en el verano de 1980 se le ofreció en mi presencia un Concierto a Cataluña, cuando negociábamos el nuestro, y lo rechazó, por una serie de razones que he explicado en libros que he publicado. Esa es la verdad”.

Anasagasti remarca además que 1980 fue muy difícil para Suárez. Fue el año de la moción de censura de los socialistas, la situación económica era delicadísima, ETA mató a 91 personas y la amenaza de un golpe de Estado latía con fuerza. Los diputados y senadores del PNV se ausentaron durante varios meses de las Cortes. Fue la forma que encontraron de expresar su malestar por varios asuntos, entre ellos, el estancamiento de las negociaciones por el concierto económico. Los nacionalistas boicotearon además una visita oficial de Suárez a Euskadi. Tenía programada una comida en la Diputación de Vizcaya, pero el entonces diputado general, José María Makua, se ausentó. “Suárez se lo tomó como un feo. En realidad lo fue. Quisimos que se diera cuenta de que no estábamos para bromas. De hecho, antes de emprender regreso a Madrid ya dejó entrever que estaba dispuesto a hacer algo por mejorar nuestras relaciones”, apuntó Xabier Arzalluz en Así fue, sus memorias. Finalmente, las negociaciones se recondujeron y el PNV logró lo que tanto ansiaba. “Solamente cuando estuve dispuesto a dimitir, abordé la devolución del concierto económico para Vizcaya y Guipúzcoa”, confesó el propio Suárez a Anasagasti y al socialista Txiki Benegas tiempo después en el Palacio Real.

El Confidencial

Cuando la muerte es un Don – Las esquelas de Neguri

Domingo 24 de marzo de 2024

Lógicamente esta esquela ha aparecido este domingo en el Correo. Curiosamente no en Deia. No es su periódico. Siguen igual. Por eso traigo aquí lo escrito por Mikel Ortiz de Arratia con su perspicacia:

Decía Lamartine que “a menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd”. Y, a veces, podemos hoy afirmar, dos clases sociales en la misma esquela, lo cual nos dice más de los vivos que de los muertos.

Hoy, se ha publicado la esquela por el fallecimiento de Don Tomás de Zubiría y Uhagón, miembro de una de las familias nobiliarias (Condado de Zubiría, desde Alfonso XIII), empresariales y distinguidas de Neguri, zona de Getxo donde la crema social de Bizkaia tiene su mayor acomodo.

Lo reseñable socialmente de esta esquela es que contiene 22 familiares citados y, curiosamente, todos precedidos del “Don o Doña” señorial.

El único citado “menos señorial” es “Don Manolo”, sobrino y único que figura como fallecido. Pero lo más extraordinario, desde un punto de vista social de clase es que al final del texto figuran los que se suponen que son los empleados domésticos (2 hombres y dos mujeres), los cuales resulta que ninguno aparece precedido del “Don o Doña”.

Dicen que la muerte no existe, que la gente solo muere cuando la olvidan. En algunos casos, como en este, con esta esquela nadie olvidará que los últimos de la lista no llegaron para los Zubiría ni a Don ni a Doña.

Sin embargo, no olvidemos que, al final, la muerte, ese gran rasero, igualará a Agamenón y a su porquero.

«No pinten un país que no tenemos»

Sábado 23 de marzo de 2024

Este viernes estuvo en Radio Euzkadi Carolina Pérez Toledo, presidenta de Cebek, la patronal bizkaina. Xabier García Ramsden le hizo una muy interesante entrevista. La presidenta de Cebek ha vivido en Paris y conoce bien los países nórdicos. Ha sido cónsul honoraria de Finlandia en Bilbao. Sabe de lo que habla. Y lo hizo muy bien, con mesura y argumentos. Me gustó y tras hacerlo eché en falta  que el mundo empresarial no tenga más voces en el debate actual con su misma claridad.

Pérez Toledo ha reclamado a los sindicatos que «no pinten un país que no tenemos, creando una conflictividad por encima de lo deseado». Además, ha lamentado que «la política va por un lado y el mundo empresarial por otro, cada vez más diferenciados».

Ha reconocido que las cuestiones laborales suponen una preocupación de la ciudadanía, pero ha advertido que ella no hablaría en ningún caso de «precariedad» ya que Euzkadi cuenta con los sueldos más altos del Estado, después de Madrid.

Respecto a la situación económica, Pérez Toledo ha incidido en que la economía vasca va «un poco mejor de lo esperado», con un crecimiento en el nivel de pedidos que permite que el 74% de las empresas tengan «buenas expectativas, las mejores de los últimos tiempos».

«Pensamos que habrá una horquilla de crecimiento entre un 1,1 y un 2%, depende un poco también de la inflación; que ésta se mantuviera en 2,5% sería lo ideal para que se diera paso a una bajada de los intereses de los créditos y así tanto las familias como las empresas en sus financiaciones tendrían más posibilidades de aumentar el crecimiento», ha valorado.

También ha destacado que Euzkadi cuente con más de un millón de afiliados a la Seguridad Social y ha incidido en que, «de seguir así la economía, «las perspectivas» pasan por alcanzar el pleno empleo.

«Los datos de Cebek que tenemos respecto a la negociación colectiva también son buenos. El 64% de los trabajadores tienen el convenio actualizado», ha afirmado, motivo por el que ha confiado en alcanzar cifras de «paro estructural». «Estamos en cifras que rondan el 7% y a eso ya casi se le llama paro estructural», ha añadido.

Además, ha asegurado que en casi todos los sectores faltan trabajadores, lo que supone la segunda preocupación de las empresas, tras los costes laborales. En este sentido, ha advertido que ello supone que se «paralicen proyectos de empresas» y ha apostado por la colaboración público-privada para solucionarlo, ya que «la batalla por el talento es mundial».

 «¿De qué tipo de profesiones estamos hablando? En Industria de soldadura, electricidad… y en Construcción de albañiles, personas con experiencia», nos dijo.

Por otro lado, advirtió  que los incrementos salariales, los costes laborales y las cotizaciones a la Seguridad Social se han visto incrementadas por encima de la inflación. «Hablamos de un aumento del 6% de los costes laborales», ha concretado, para añadir que «las empresas cuando pueden pagar más lo hacen».

Además, ha solicitado a los sindicatos que se sienten a negociar en las mesas abiertas, que «participen y no intenten hacer ver o pintar un país que no tenemos, creando una conflictividad por encima de lo deseado».

«No es lógico tener en Euzkadi el 40% de las huelgas del Estado lo que suponen 142.000 horas perdidas, incluyendo el sector público. Existen intereses políticos y de cada sindicato que no corresponden con los que tiene la sociedad en general. Estamos en la queja continua. Entiendo que hay cosas a mejorar entre todos pero llenar las calles una y otra vez, obstaculizar las entradas a las ciudades…», ha censurado.

Asimismo, ha reconocido que las altas cifras de absentismo en el País Vasco suponen para las empresas una «preocupación constante» ya que se sitúan en torno a 23 días perdidos al año por trabajador, cifras que van «en aumento».

Lo dicho. Una buena entrevista frente a tanto catastrofismo.