Pregunta parlamentaria por la que se pide ampliar el concepto de “Equipaje de mano” para los aviones.

Miércoles 19 de febrero de 2014

Solo el 2% de los pasajeros que sufren retrasos o cancelaciones de vuelo llegan a cobrar la indemnización a la que por ley tienen derecho. Es un ejemplo práctico de lo mal que funciona el actual reglamento sobre derechos de pasajeros aéreos que permite a las aerolíneas aplicar reglas con demasiada arbitrariedad e incluso escapar a su obligación de compensar a los usuarios. La revisión de la normativa, aprobada el 6 de febrero por el pleno del Parlamento Europeo en primera lectura, pretende colmar esas lagunas y reforzar derechos. Si sale adelante, los pasajeros tendrán derecho a más y mejor información, compensaciones de entre 300 y 600 euros, e incluso a llevar un abrigo y un bolso al margen del equipaje de mano autorizado.

Es como una lucha entre David y Goliat pero el texto que se ha votado pone en equilibrio los derechos de los pasajeros y de las compañías, la Eurocámara deberá negociar ahora con los 28 gobiernos de la UE. Entre las novedades propuestas -el texto fue aprobado con 580 votos a favor y 41 en contra- destaca la ampliación del equipaje de mano para terminar con una de las prácticas habituales más incómodas a las que se enfrentan muchos pasajeros, especialmente los que viajan en vuelos de bajo coste, como es la obligación en la puerta de embarque de comprimir al máximo las pertenencias de forma que todo entre en solo bulto cuando suben al avión. Si se mantiene la idea, las aerolíneas tendrán que permitir viajar, además de con una maleta de mano, un bolso, una chaqueta y hasta una bolsa con compras. Una propuesta defendida por los aeropuertos que entienden que muchas aerolíneas abusaban de esta política para obligar a los pasajeros a comprar a bordo y no en las tiendas de los aeropuertos.

Además, las compañías no podrán impedir a los pasajeros con un billete de vuelta que embarquen en el vuelo, aunque no hubieran utilizado el de ida, tendrán que contar con un mecanismo de garantía para impedir que en caso de quiebra el pasajero se quede en tierra, garantizar más y mejor información desde el registro y aceptar la reclamación de un usuario si no contestan a su queja antes de dos meses. En cuanto al nivel de las compensaciones, se mantienen aunque los umbrales -actualmente de 1.500 y 3.500 kilómetros- se limitan: 300 euros para los vuelos inferiores a 2.500 kilómetros y más de tres horas de retraso, 400 para los vuelos de entre 2.500 y 6.000 kilómetros de distancia y más de cinco horas de espera y 600 euros para aquellos que sufran más de siete horas de espera cuando su viaje sea superior a los 6.000 kilómetros.

Por último, uno de los resquicios que ha permitido escapar al pago de indemnizaciones es el de «circunstancias excepcionales», un argumento que no está bien definido en el reglamento actual. La Eurocámara quiere más claridad -incluye un lista de circunstancias como impacto de aves hasta inestabilidad política y conflictos laborales imprevistos que mantendrán exenta a la aerolínea- y precisión para evitar indefiniciones que han generado una verdadera picaresca. Las aerolíneas tendrán también más difícil escudarse en el futuro en «problemas técnicos».

El pleno de la Eurocámara también aprobó que los instrumentos musicales sean considerados equipaje de mano en los vuelos europeos.

Ante estos acuerdos ¿cómo y cuándo piensa el gobierno español ponerlos en práctica?

Una Ley polémica. Ley de Acción Exterior

Martes 18 de febrero de 2014

La LAESE por fin está cerca de ver la luz, en febrero 2014, tras muchos meses de tira y afloja. Tras la aprobación en Consejo de Ministros del Proyecto de Ley el pasado 14 de junio, los trámites parlamentarios están avanzando. El proyecto debería de estar aprobado como Ley Orgánica antes de fin de febrero, como tarde.

No obstante, las dudas se han acrecentado. La propuesta de armonización de la acción exterior con la política exterior del Estado ha sido duramente criticada por todos los partidos de la oposición, los medios de comunicación y la sociedad civil, que han visto un intento de centralización del Ejecutivo de buena parte de las competencias en materia de acción exterior, tanto dentro de la propia administración del Estado como con otras administraciones.

Establecer un mapa de prioridades estratégicas, definiendo a grandes rasgos qué se hace en el exterior (mediante una Estrategia de Acción Exterior cada cuatro años), cómo se hace y quién lo hace (mediante un Consejo Ejecutivo de Política Exterior) y revisar los objetivos mediante evaluaciones anuales, es un procedimiento saludable para una administración que quiere ser eficaz y eficiente. Pero esto no resuelve el pecado original de esta ley, que es similar en fondo al problema que encarna a la Marca España (no es el único): que la LAESE sea identificada más como un proyecto político, muy español, al calor de una mayoría absoluta y sin prácticamente debate parlamentario ni social alguno, que como un proyecto de Estado que entrañe una reforma administrativa con vocación duradera. Por otra parte, si bien es cierto que el Estado tiene una amplia colección de cuerpos en el exterior cuya actuación dista de ser coordinada en muchas ocasiones, toda la acción del Estado en el exterior no puede subrogarse a objetivos de política exterior, sobre todo si estos corresponden a objetivos de política económica (coloquialmente, aumentar las exportaciones y atraer inversiones).

La atribución de competencias en materia de asuntos exteriores también ha despertado gran oposición no sólo en el Parlamento, sino también entre los Gobiernos de las Comunidades Autónomas (CCAA) y sobre todo en Euzkadi y en Catalunya. Este sentimiento se ha acrecentado con la voluntad de la Generalitat de Cataluña de aprobar una Ley de Exteriores propia. La administración de Exteriores se ha posicionado públicamente en contra de esta ley.

Los Venezolanos que viven en el País Vasco protestan

204.1Lunes 17 de febrero de 2014

El pasado domingo en la Plaza Levante de Bilbao se congregaron casi un centenar de venezolanos  para protestar por el clima de violencia suscitado en Venezuela por el gobierno del presidente Maduro y para poner en evidencia el clima de represión existente tras la muerte, en unamanifestación de tres estudiantes, así como la muerte de dos salesianos víctimas del delito común desatado en Venezuela y que el gobierno es incapaz de controlar.

Defensores de derechos humanos alertaron sobre las acciones represivas de la policía y la política de criminalización de la protesta, postura muy parecida a la expresada por Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Tomó la palabra el presidente de «Venezolanos en Bilbao», Jean Carlos González, que animó a crear un estado de ánimo para que internacionalmente se conozca lo que está ocurriendo en su país así como en la necesidad de ir estructurando una organización que responda a estos llamamientos. Invitado a hablar el senador Anasagasti éste dijo que los medios venezolanos que le llaman se quejan de la falta de noticias que tienen, siendo más la información que se publica en el exterior que en la propia Caracas. “De ahí la importancia -dijo el senador- que no se sientan solos y sepan que pocos o muchos estamos con ellos”. También recordó que “Bolívar vivió un año de su vida en Bilbao y que eso obliga a decirle al régimen de Maduro que el Libertador escribió que »la prensa era la artillería del pensamiento” y que en una democracia las únicas armas tenían que ser el voto y la palabra, no la represión, la muerte y la eliminación de la libertad de expresión”.

Posteriormente intervinieron varios venezolanos dando ideas y se formó en el suelo un SOS hecho con los allí presentes.