Domingo 9 de febrero de 2014
Estuve el sábado en el último programa de Emma García “Abre los ojos… y mira”. Su último invitado fue Miguel Ángel Revilla que tuvo su gracia al decir que iba a un funeral y que ya había ido a tres en poco tiempo “La Noria», «El Debate» y «Abre los ojos… y mira». Se nota la presión. El PP va acabando poco a poco con la disidencia y la información veraz. Pedro J cultiva malvas y los márgenes de debate se reducen. El sábado terminó uno más. Solo queda uno. Todo se andará.
Emma es de Ordizia y hablamos de sus inicios en ETB. Empezó su programa ese sábado preguntándonos a los seis invitados (López Schlestting, Jaime López, Pilar Eyre, Javier Sardá y Margarita Sáenz Díez) por la “cuestión de amor” dicha por el cursi abogado defensor Jesús Silva, del bufete de Roca.
Yo le contesté que historia de amor la de Romeo y Julieta que terminaron los dos suicidándose tomándose la pócima, pero que Cristina de Borbón había demostrado poco a amor hacia su marido echándole toda la culpa y toda la basura a él para salvarse ella, con esa argumentación obscena de que nada sabía. Alimento para el machismo. La Sra. fue tonta y firmó todo lo que le echaron. Y trabaja en La Caixa. ¿Cuándo Isidro Fainé le dará el finiquito?
También les dije, con gran alboroto, que el tratamiento de Infanta no está en la Constitución, que es un tratamiento de los cortesanos y vasallos para establecer distancias y que esa señora no era más que hija de su padre. Me dijeron que era un pescador en río revuelto. Al final Emma nos pidió un resumen del día.
«Entró riéndose y salió riéndose y en el avión se siguió riendo con los escoltas”, les dije. “Es una señora que nos ha tomado, el pelo a todos. No se puede ir ante un juez como quien va a la fiesta de la banderita de la Cruz Roja. Solo faltó que el guardia de seguridad le recibiera con un ramo de flores. Y eso no fue por nervios. Todo estaba estudiado. Desde el pequeño coche cuesta abajo, cosa que no hizo su marido, con más policías que en Sochi, con las protestas muy lejos, sin pasar por el arco de metales, no contestando a nada a pesar de las pruebas, la señora se rió de nosotros».
De no haber sido por la crisis, de no haber sido por la caza del elefante de Botswana, de no haber habido un juez instructor valiente, de no haberlo hecho la Casa Real tan rematadamente mal todo, de no haber dicho su padre esa mentira de que la justicia es igual para todos, para rato esta señora hubiera ido al Juzgado de Mallorca el sábado 8 de febrero.
Ahora solo le quedaa la Casa Real presionar al juez Castro para que la desimpute y no pague multa alguna. Que todo se andará. No había más que verle a Roca y a Silva subir la cuesta con el brazo de Roca sobre Silva que previamente, como un limaco, había descrito a Cristina de Borbón como su Alteza Real e Infanta de España. Solo le faltó la clásica reverencia pelota que le hacían antes a esta señora que el sábado, junto a sus abogados, a la Agencia Tributaria, a la Abogacía del Estado, y a la Fiscalía, se ríen de nosotros a mandíbula batiente.
Pilar Manjón en su comparecencia en el Congreso para denunciar los hechos del 11-M le preguntó a los diputados «¿de qué se ríen ustedes señorías?” Pues la llamada Infanta, del pueblo soberano. Ya lo dijimos.