Las razones de la no disputa del Mundial sub 20 de rugby en Euskadi

Miércoles 30 de octubre de 2024

Reproduzco la información aparecida en el Diario Vasco sobre la falta de colaboración de las instituciones gipuzkoanas  y alavesas para la organización del Mundial de Rugby.

La Federación Vasca de Rugby ha denunciado, mediante un comunicado, la falta de colaboración de las instituciones de Gipuzkoa y Araba para que el Mundial Sub 20 pudiese disputarse en Euskadi en 2025, con la participación de las doce mejores selecciones del mundo. El ente vasco incide en que comenzó a trabajar para que el Mundial se jugase en Euskadi desde el mes de abril, conjuntamente con la Federación Española, que es la que en su día propuso a la Vasca ante el World Rugby, organizadora de las Copas del Mundo, para colaborar en la organización de un evento de tal calibre. Suponía un reto importante, a la vez que tentador.

Desde un primer momento, ambas entidades se pusieron manos a la obra en absoluta sintonía, en coordinación también con los responsables de World Rugby para este tipo de proyectos. Se elaboró conjuntamente un proyecto para que el Mundial pudiese jugarse en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, en el que incluía campos de entrenamiento para los doce equipos participantes. El objetivo es que los partidos oficiales del Mundial se celebrasen en las tres capitales vascas y que el rugby vasco pudiese disfrutar de un evento de esta relevancia, que englobaría a un total de 550 personas durante tres semanas y media de actividad.

La Vasca incide en que se buscaron hoteles próximos a los campos de entrenamiento y donde se disputarían los partidos. El primer presupuesto ascendía a cinco millones de euros, que se rebajó posteriormente a cuatro con la colaboración de los responsables de World Rugby, cambiando, por ejemplo, hoteles por residencias. De esa cantidad, World Rugby aportaba 1,5 millones. El resto –2,5 millones– debían aportarlos, conjuntamente, Gobierno Vasco, las Diputaciones de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, así como los ayuntamientos de las tres capitales vascas, Donostia, Bilbao y Gasteiz.

Precisamente, las instituciones más interesadas en que se celebrase el evento eran el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia tras la experiencia vivida en las finales del Campeonato de Europa de 2018 celebradas en la capital vizcaína, tanto a nivel deportivo como económico, social y político.

La Vasca mantuvo varias reuniones con las instituciones vizcaínas, conjuntamente con el Gobierno Vasco, para explicarles el proyecto en profundidad, el impacto que tendría en Euskadi a nivel internacional, el presupuesto y la manera de disputarse los diferentes partidos. Los rectores vizcaínos estaban ilusionados con el proyecto.

Pero la Vasca no se encontró con el mismo talante positivo con las instituciones alavesas y guipuzcoanas, así como con los Ayuntamientos de sus respectivas capitales. La relación fue más complicada, debido a las diferentes familias políticas que están al frente de las respectivas instituciones, cuyas relaciones son más complejas. Se reunió con las diferentes fuerzas políticas para explicarles el proyecto.

Asímismo, los dirigentes de la Vasca también mantuvieron reuniones con las diferentes fuerzas políticas con representación en el parlamento de Gasteiz para explicarles cualquier tipo de duda. La respuesta de todos ellos fue que les gustaba el proyecto.

Pero, hace dos semanas, las instituciones mantuvieron una reunión y enviaron a la Vasca un e-mail en el que no asumían la financiación del evento, circunstancia que fue transmitida a World Rugby. La Vasca quiere agradecer la paciencia que ha tenido, en todo momento, el estamento mundial y lamenta que, finalmente, el evento no pueda disputarse en Euskadi.

100 años de la impuesta anexión por Moyua de Begoña y Deusto

Martes 29 de octubre de 2024

Asier Robles ha escrito hoy martes un buen trabajo histórico en Gara sobre el centenario de la impuesta anexión de las Anteiglesias de Begoña y Deusto a Bilbao.

Fue una decisión unilateral del alcalde de Bilbao Federico Moyua , que sigue entronizado en la Plaza Elíptica por el alcalde Areilza nada más entrar las tropas franquistas en Bilbao en 1937  y lo lamentable del caso es que no solo la dictadura sino la democracia ha seguido honrando a un alcalde  de la dictadura primoriverista sino que fue impuesto por otro alcalde fascista en plena orgía de sangre y fuego de los vencedores de la sublevación militar y ahí sigue. Lo que no siguen son los ayuntamientos de Begoña y Deusto que fueron derruidos. Parece que se quería borrar toda huella de la identidad que tuvieron en el pasado. Que no quede piedra sobre piedra.

Del trabajo de Asier Robles extraigo lo referente a las anteiglesias y de la forma como se efectuó  la fechoría:

“Hoy se cumplen 100 años desde que las anteiglesias de Begoña
y Deustu perdieron su independencia para siempre.

Mediante un Real Decreto firmado el 29 de octubre de 1924, las también
llamadas repúblicas fueron anexionadas contra su voluntad a un Bilbo en
plena expansión, necesitada de más terrenos para alimentar su vertiginoso proceso de industrialización.

El origen de estas dos localidades se pierde en los albores de la historia, y las
evidencias documentales y arqueológicas son escasas. Sin embargo, lo que sí está claro es que ambas fueron pobladas antes de la fundación de Bilbo en 1300.

El caso de Begoña resulta especialmente llamativo, ya que fue en sus terrenos
donde el entonces señor de Bizkaia, Don Diego López de Haro V, fundó la villa de Bilbo mediante una Carta Puebla. A pesar de esto, el pasado más remoto de Begoña sigue siendo un enigma, ya que no se tiene certeza sobre cuándo comenzó su ocupación.

Los orígenes de Deustu también están envueltos en incertidumbre, ya que durante la Guerra del 36 se perdió gran parte de la documentación histórica de la localidad.

Se sabe que la actual iglesia de San Pedro comenzó a construirse en el siglo
XIV, pero un hallazgo arqueológico en las cercanías de la Plaza de San Pedro nos lleva aún más atrás en el tiempo, hasta el siglo X. Se trata de una cubierta sepulcral que hoy se conserva en el Euskal Museoa.

LA AMBICIÓN DE BILBO A COSTA DE LAS ANTEIGLESIAS

Las disputas entre Bilbo y las anteiglesias de su alrededor eran habituales,
con innumerables pleitos que, en su mayoría, acababan favoreciendo a Bilbo,
gracias a su condición de villa y a los derechos que le otorgaba la Carta Puebla.

La primera gran víctima de Bilbo fue Abando. La falta de espacio para la expansión de la creciente capital bizkaina  propició su afán expansionista. Así, en 1870 se tragó parte de Abando para construir su primer Ensanche. Veinte años después, en 1890, Bilbo terminó por anexionarse la anteiglesia entera.

Sin embargo, en pleno auge industrial, la villa buscaba más, y miró para todos
sus ángulos. En esa ofensiva territorial, para finales del siglo XIX, Bilbo ya había arrancado a Begoña parte de sus terrenos, como las actuales zonas de Campo Volantín, Iturribide y Atxuri.

En 1911, el entonces alcalde bilbaino, Federico Moyua, solicitó a las Cortes españolas una ley para anexionar Begoña y Deustu. Esta petición se amplió posteriormente para incluir a Barakaldo y al barrio erandiotarra de Lutxana.  En los años siguientes, los alcaldes Mariano Arana y Rufino Laiseka insistieron en estas anexiones, pidiendo el amparo de la Diputación de Bizkaia y otras  Instituciones.

Sin embargo, la burocracia dificultó el proceso. Ambas anteiglesias se opusieron durante años a ser anexionadas, intentando defender su independencia en diferentes instancias. Alegaban que ambas entidades tenían una vida autónoma y autosuficiente, y rechazaban por completo el argumento esgrimido por Bilbo de que las anteiglesias daban servicios deficientes a sus habitantes. Asimismo, denunciaron, entre otras cuestiones, que Bilbo solo quería sus territorios para convertirlos en barrios obreros y dejar así el Ensanche para las familias más pudientes. De hecho, se basaban en la experiencia de Zorrotza y Así, en 1924, durante el primer año de la dictadura de Primo de Rivera, la capital vizcaina logró finalmente su objetivo. Fue el 29 de octubre cuando, sin previa consulta a la ciudadanía, se firmó el Real Decreto que convertía a las históricas anteiglesias de Begoña y Deustu en dos
barrios más de Bilbo. Por aquel entonces, la primera contaba con unos 11.400 habitantes y con 8.800, la segunda. Bilbo superaba ya los 100.000 y era vista como una gran ciudad en plena expansión.

MEMORIA

Este cambio dejó una huella profunda en la identidad de sus habitantes,
que todavía hoy conmemoran su pasado con cierta nostalgia. Durante todo el
año se han celebrado diferentes charlas y actos de recuerdo, y se han publicado varios libros sobre el tema. El 20 de octubre una kalejira enlazó a los vecinos de las antiguas anteiglesias, que conmemoraron su historia tirando sendas tejas a la ría en el lugar que delimitaba la frontera.”

Desgraciadamente no queda nada de  aquello. Solo el nombre del alcalde de la dictadura Federico Moyua en el centro de Bilbao. ¿Hasta cuándo?.