El Baradei, un golpista que va a acabar mal

Viernes 12 de julio de 2013

Mohamed BaradeiReconozco que no me gusta nada  este Mohamed El Baradei, desde que era  director del Organismo Internacional de la energía atómica y anduvo en Irak buscando aquellas armas de destrucción masiva que  nunca aparecieron. Ya entonces me parecía el clásico inepto que lo que le gustaba era estar en la pomada. Un inútil al que le encantan los focos y las fotos.

No sé cómo a un tipejo como éste los suecos le dieron el Premio Nobel de la Paz. Bueno, si lo entiendo. Se lo dieron en su día al golpista Kissinger y se lo dieron en su primer año de mandato a un Obama que ha resultado todo un fiasco. Que El Baradei tenga el Premio Nobel de la Paz me impresiona tanto como que se lo den  al presidente de Corea del Norte. Esos premios ya no premian la ética y la entrega. Premian al personaje del momento. Y aquel momento previo a la guerra de Irak le trajo a este sujeto un premio que como se ve, no merecía.

Dicen, y no me extraña, que es un bon vivant de los gustos occidentales y además falto del gracejo de sus compatriotas. Lo creo. El Baradei -un hombre de derechas, de voz aflautada y gafas redondas-también ha practicado el transfuguismo. Y sobre todo no le ganó a Mohamed Mursi  las elecciones por aburrido y cargado de tópicos por lo que su llegada al cargo de primer ministro de manos de los militares me parece un robo. Un demócrata no hace eso. Se le supone un mínimo de decencia. Pero este sinvergüenza lo único que quiere es estar en el machito como sea. Y de momento lo ha logrado, aunque acabará mal. Una sociedad no puede premiar a tipejos de esta calaña.

Y Margallo callado ante un golpe de estado. Lo mismo que Europa. No estoy con los Hermanos Musulmanes. Estoy con la democracia. Y lo que ha ocurrido en Egipto es muy grave.

 

El fichaje de Illarramendi por el Real Madrid

Miércoles 10 de julio de 2013

789.13Mi aitona era donostiarra. De la calle Campanario. Mi amona de Motriko. Tengo por tanto alguna  credencial  para hablar de Asier Illarramendi. Lo digo porque hay un sector radical de la afición de la  Real Sociedad que se creen que solo ellos pueden hablar de su Club. Y si no tuviera esas credenciales familiares, hablaría y opinaría lo mismo por una  razón más poderosa  que  la anterior: porque me da  la gana.

El de Mutriku se erigió la pasada campaña, en su segundo año como miembro del primer equipo, en el eje del centro del campo txuriurdin, condición que ha revalidado con la ‘Rojita’ en el campeonato de Europa Sub’21. Florentino se ha fijado en el mediocentro gipuzkoano, al que ve como el relevo natural de Xabi Alonso. Para el presidente blanco ‘Illarra’, de 23 años, se ha convertido en un objetivo prioritario, dadas las carencias de la plantilla en ese puesto. Muchos nombres han sonado para reforzar esa demarcación, Verratti, Paulinho, Gundogan… Pero el fichaje de Illarramendi vendría avalado también por el técnico madridista Carlo Ancelotti, al que le gustó en el europeo. Desde el club merengue están dispuestos a negociar, pero la Real se remite a la cláusula de rescisión, tasada en 30 millones de euros. Tampoco es descartable que desde Madrid se acabe abonando dicha cantidad que, contabilizando el IVA, se iría hasta los 35 millones. El fichaje seguiría la línea de incorporaciones jóvenes como las de Isco, Carvajal, y los canteranos Jesé y Morata.

Lo que comenzó como un tímido rumor, empieza a causar inquietud en el seno del club donostiarra. El capitán del primer equipo, Xabi Prieto, fue cuestionado sobre el tema tras la segunda jornada de pretemporada a las órdenes de Arrasate. El donostiarra asume que si el Madrid está dispuesto a abonar la cláusula «será difícil retenerle», a la vez que confirma el interés blanco por su compañero. ««Es verdad que parece que el Madrid tiene gran interés en llevárselo, veremos a ver qué pasa», reflexionó. En cualquier caso, el interior asume como algo «normal» este tipo de rumores estivales. La última decisión la tendría el futbolista, pero fuese la que fuese, el vestuario la «respetará plenamente».

Todo esto me parece muy correcto. Ojalá en Bilbao se hubieran tratado los fichajes de Javi Martínez y Fernando Llorente con la misma naturalidad. Nos hubiéramos ahorrado todos más de un disgusto.

Lo que si  no deja de llamarme la atención de forma favorable es que la promoción de un chaval  del pueblo de mi ama sea tratado, con tanta elegancia  y naturalidad. Me  parece muy bien, aunque es verdad que le hace un roto a una Real que este año juega en Europa  y necesitaba a Illarramendi. Cuando en su día se fue Xabi Alonso, o  antes Rafa Alkorta, o Karanka, o Alesanko, o Zubi, o todos los que se han ido fuera de Euzkadi a jugar lo lamenté. Yo quiero que terminen su vida deportiva  en el lugar donde nacieron o donde jugaron. Pero la  vida es así y la de un futbolista, muy corta.

No quiero imaginarme lo que hubieran dicho la peña de ultras que hay hasta en las mejores familias y que se regodean cuando pierde el Athletic, si el fichaje en lugar de hacerlo con el Real Madrid lo hubiera hecho con el Athletic como en su día lo hizo Joseba Etxebarría. Hubiera ardido Troya. Y es que con acomplejados uno siempre pierde. No piensan, embisten.

 

Carta a Indalecio Prieto de D. Manuel de Irujo rechazando la secretaría del Jare

Martes 9 de julio de 2013

620.13En este interés de ir rescatando parte a parte, la historia desconocida de los años cuarenta, traemos hoy un episodio importante e inédito. Se trata de la carta que le envió a Indalecio Prieto, D. Manuel de Irujo rechazando la secretaría del JARE (Junta de Auxilio de los Republicanos españoles).

Prieto estaba fuera del gobierno Negrín: había sido separado del mismo por el propio Negrín con el que estaba distanciado. La salida del barco VITA de Europa fue por orden del Presidente del Gobierno Juan Negrín, que fundó el SERE para gobernar los fondos extraídos de España. Pero al llegar El Vita a México, Prieto, mejor situado, se quedó con la mercancía y fundó el JARE para administrar aquellos bienes. Tanto el JARE como el SERE se habían fundado en Europa. El Jare (Junta de Auxilio a los Republicanos españoles) dio mucho que hablar y sufrió ataques de los propios mexicanos. Este es un tema vidrioso y complicado, en el cual Irujo no quiso entrar. Indalecio Prieto le propuso que formara parte de su Consejo de Administración -del JARE- pero declinó el ofrecimiento con esta carta que es toda una primicia. Sin embargo mantuvo buenas relaciones con el complicado Prieto. El lugar de D. Manuel lo ocupó el diputado catalán Niclau d’Olwer.

José Antonio Aguirre hubiera querido evitar el duelo SERE-JARE, pero no pudo lograrlo.

VILLA REMY

Avenue des Mimosas

CARRETON. 9 de Agosto de 1939

Sr. Don Indalecio Prieto

PARÍS

Mi querido amigo: Me refiero al ofrecimiento del cargo de Secretario General de la J.A.R.E. que, por acuerdo del mismo, se ha servido usted hacerme. Agradezco la confianza que tal nombramiento envuelve y lamento no poder corresponder a ella con mi colaboración profesional. Debo a usted por esto y en correspondencia a una amistad afirmada en difíciles momentos vividos juntos, una explicación de mi conducta. Procuraré dar claridad a mi pensamiento, aún a riesgo de pecar por extenso.

El reconocimiento de Franco como poder legítimo por los países democráticos, señaló el término de la guerra civil española. Nosotros habíamos cumplido en la lucha deberes de solidaridad cerca de las democracias peninsulares. Al llegar a aquel momento, nos propusimos relegarnos en nuestra propia vida vasca. A tal fin, hemos evitado el subsumir nuestras actividades en organismos o cargos que, por su significación, rebasaran aquel marco y pudieran, de esa manera, desnaturalizar la norma acordada. Nuestra gestión quedó confiada a medios propios y dirigida a finalidades adecuadas a nuestro carácter nacional vasco.

La representación específica parlamentaria vasca en la Diputación permanente de las Cortes, confiada al Sr. Jauregui, fijó esta posición de modo reiterado. En su consecuencia, se mantuvo alejada de cuantas deliberaciones pudieran envolver luchas políticas entre instituciones, partidos o personas, absteniéndose de tomar parte en las determinaciones que dieron forma ostensible a aquellas diferencias.

Esa norma fue aplicada en la declaración de inexistencia del Gobierno Negrín, adoptada por la Diputación, que dispuso la creación del J.A.R.E. al objeto de administrar los caudales públicos extraídos por aquel Gobierno, con el fin de prestar asistencia a la ciudadanía prescrita. No participamos en el acuerdo, ni en la reacción del Sr. Negrín, como consecuencia de la cual, el S.E.R.E. continúa en el ejercicio de funciones administrativas sobre aquellos caudales. Estas funciones (conviene recordarlo) venían desempeñándose de hecho, hasta la adopción del aludido acuerdo, con el reconocimiento y la colaboración de la Diputación Permanente, sin oposición formal de nadie y con participación tácita o expresa de la ciudadanía desterrada.

Nosotros fijamos claramente una posición política al separarnos, por dimisión voluntaria, del Gobierno que presidía el Sr. Negrín. En su día, la reprodujimos en el Parlamento. Nuestra actitud de hoy, tampoco es de solidaridad con aquella gestión. Lo que antaño fue oposición es hogaño apartamiento y abstención, tanto de esa política como de las luchas que por consecuencia de la misma o por otros conceptos, puedan entablarse. Queremos mantener libre de todo compromiso nuestra propia personalidad. Admitimos que un día, tal vez próximo, habrá de convenir al interés del pueblo vasco o a los ideales de libertad, democracia y justicia social que nos animan, una colaboración conjunta con otros pueblos u organizaciones políticas de dentro o fuera de la Península. Mas, en ese puesto, aspiramos a ser nosotros mismos quienes, libremente, determinamos los términos y el momento de nuestro concurso. La conducta consecuente que, a nuestro parecer, corresponde a esta norma, es la de abstenernos de colaborar en los términos de su indicación, en la dirección con cargo de confianza, de un organismo que nace en pugna por desplazar al que venía ejerciendo las funciones administrativas del caudal relicto. Este hecho define ya, a nuestra vida, la lucha política en la que nos hemos propuesto estar ausentes.

Separada esa lucha de la gestión puramente administrativa y distribuidora de aquel caudal, nosotros habremos de usar de nuestro derecho. Estimamos como un deber ciudadano irrenunciable el de participar para nuestro pueblo vasco en la porción que le corresponde, sobre los caudales públicos de referencia. El Partido, o por él la minoría parlamentaria, será en su caso, interpretando aquellas normas que inicialmente se trazó, el que acuerde cubrir o no el puesto a que tiene derecho y designar su representante.

Me he extendido en los motivos que proceden, con la esperanza de llevar al convencimiento de usted y del J.A.R.E. la lógica de nuestra posición. No tratamos de hurtar al problema el esfuerzo y la asistencia obligados por el carácter irrenunciable de los derechos del pueblo. Estamos dispuestos a prestar nuestra colaboración en actos, cargos y organismos, cuyo objeto sea administrar, distribuir y liquidar aquel caudal. No hemos de aceptar con este motivo ninguna condicionalidad de sentido político que aún sin pretenderlo sus gestores, tienda a ligar nuestro futuro. El P.N.V. será en cada momento el que aplique esta norma, ínterin no estime que ha llegado el momento de volver a reconsiderarla.

No resiste el tema tratado en esta carta a la contemplación de los sufrimientos y penalidades a que viven sometidos los refugiados, aludida por usted con acierto en documento reciente. Pienso que esa consideración nos obliga, como deber preferente, a realizar el esfuerzo necesario para que la concurrencia de todos los que nos reputamos afectados por un cierto sentido de responsabilidad, separación de los problemas políticos que nos apartan, para obviar los cuales, todo respeto a la opinión ajena será poco. ¡Una nueva lucha, apoyada en los fondos de los refugiados, no, amigo Prieto! Usted es hombre de corazón y entiende perfectamente este lenguaje.

Rendiría usted un señalado servicio (ese es mi leal parecer) a quienes se batieron por la democracia republicana, haciendo posible, desde el lugar prestigioso que ocupa, una solución en armonía con aquellos sagrados derechos, poner término al espectáculo poco edificante de otra guerra civil, aunque en ésta, como en la anterior la legitimidad fura opuesta al arbitrio. No habrían de faltar —de no existir otro medio más idóneo— personalidades europeas o americanas, cuya acusada democracia y prestigio notorio, pudieran merecer de todos la confianza precisa, para dictar un laudo arbitral). Significaría un desvío el negarse a aceptar algún procedimiento honorable que liquidara una posesión de banderío, impropia de la magnitud de la tragedia vivida por el pueblo republicano y de la solemnidad y transcendencia del instante que tenemos la fortuna de vivir quienes seguimos esperando en el triunfo de la democracia.

Perdóname la dureza de mi expresión. Soy amigo de ocupar posiciones definidas. He tratado de llevar a mi exposición la mayor claridad.

Entretanto, aquí me tiene usted, a las órdenes del Partido Nacionalista Vasco como afiliado, a las del Gobierno de Euzkadi como expresión persistente y activa que es de solidaridad vasca, y a su personal disposición, muy suyo y siempre afectísimo amigo que le abraza,

Irujo