Laura eres tú la que tiene que reflexionar

Miércoles 15 de mayo de 2013

El 22 de setiembre de 2008, a las cuatro y media de la madrugada, cuando todo el mundo en Ondarroa dormía cien kilos de explosivos estallaron en el cuartel de la Ertzaintza, causando once heridos, tres de ellos ertzainas. Aquella explosión pudo ocasionar una auténtica masacre. Afortunadamente el saldo fue el descrito. Laura Mintegi, Unai Urruzuno y todos los talibanes que hoy han estado en Ondarroa tratando de que la ertzaintza no actuara, no se acercaron al cuartel ni estuvieron en la manifestación posterior de condena de aquella auténtica salvajada. Tienen una sensibilidad muy selectiva ante lo que ocurre con la Ertzaintza.

Hoy Laura Mintegi nos ha pedido reflexionemos sobre si la Ertzaintza ha de ser una policía vasca o el brazo ejecutor de la Audiencia española. Pero ni la Ertzaintza, ni el Gobierno Vasco, ni yo, le vamos a hacer caso porque sabemos muy bien que la Ertzaintza es una policía integral, al servicio de la ciudadanía vasca, que ha de cumplir la ley aunque no le guste, y que el monopolio de la fuerza no la tiene una señora cargando explosivos sino las instituciones democráticamente elegidas.

Y a mí no me gusta nada la Audiencia Nacional y quiero que desaparezca, pero de ahí al número organizado hoy en Ondarroa enfrentando a la población va un abismo. Esfuerzos baldíos, enfrentamientos inútiles, búsqueda de colocar a la Ertzaintza en el punto de mira de la radicalidad más antivasca en un escenario en que ETA no ha desaparecido y en una población que cree que ser abertzale es proteger el supuesto delito. Una población que tuvo de alcalde en 1936 al aitite de mi mujer, José Mari Solabarrieta, y que cuando fue a Gernika a votarle como Lehendakari al diputado Aguirre no pudo volver nunca más al pueblo al ser acusado de «auxilio a la rebelión» y al que le incautaron todos su bienes. Todos. Y no le mataron de milagro. Que no nos den pues estos abertzales tan selectivos lecciones de absolutamente nada.

Laura Mintegi haría mejor en reflexionar ella sobre el modelo de sociedad que quiere y busca. La de la sociedad basada en la ley de la selva y la del más fuerte, o la sociedad basada en valores democráticos.

Y ante las acusaciones de Gorka Maneiro de que la ertzaintza ha actuado muy tarde, mi felicitación a la Consejera y al Cuerpo por una actuación medida y buscando el menor enfrentamiento posible.

Y un dato anecdótico. El puente de hierro ha podido resistir tanto peso, porque la Gestora anterior a la actual Corporación lo arregló. Lo demás todos hubiesen acabado en el agua.

¿Por qué EITB ha ignorado a Imanol Bolinaga?

Lunes 13 de mayo de 2013

Nada más llegar al acto de homenaje a Luís de Alava en el batzoki de Erdialde en Gasteiz el domingo pasado, me abordó Gorka Landaburu para decirme que tenía toda la razón en quejarme de la forma como en EITB habían abordado el treinta aniversario de la cuarta época de Radio Euskadi, como si las tres anteriores jamás hubieran existido, como si no hubieran costado persecuciones, cárcel y mucho trabajo solidario. Radio Euskadi no ha cumplido treinta años. Eso no es verdad. Y sobre todo por la constatación de la indiferencia, de la falta de humanidad y de profesionalidad de quienes abordan estas cosas. Si uno no sabe de ellas y lo ignora, por lo menos debería preguntar o ahormar algún tipo de unidad interna para abordar hechos históricos. Los allí presentes le dieron la razón a Gorka. Y no me sentí tan solo porque Gorka no solo es un periodista, sino el hijo de una saga histórica y una víctima de la barbarie en este país.

Hoy he de comentar algo parecido.

Vi el sábado el tratamiento dado a la muerte de un montañero de Azpeitia, Benantzio Irureta. No solo fue la noticia, sino las distintas semblanzas que de él hicieron desde el alcalde de Azpeitia, hasta gentes con las que subió a diversas montañas. Algo parecido con Alfredo Landa y con Constantino Romero. Y no me quejo en absoluto ante estos tratamientos. La gente en la hora de la muerte de personalidades de este tipo quiere este tipo de semblanzas que justifican vidas, describen épocas y consuelan a las familias.

Pero este pasado sábado se celebraba además el funeral en Bergara por Imanol Bolinaga que había sido nada menos que alcalde de Bergara, portavoz del PNV en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Viceconsejero de Turismo del Gobierno Vasco, Presidente de Eurobask, Delegado del Gobierno Vasco en Bruselas y senador. En la escisión del PNV tuvo un activismo protagonismo y fue una de las caras visibles en defensa de las tesis del PNV, así como fue un asiduo articulista en Deia. Una personalidad muy completa y volcada en el servicio público, durante el franquismo y en la democracia.

Con semejante biografía en EITB no hubo para él ni una palabra. Ni una mención. Ni una semblanza. ¿Tiene que ser la gente o montañero, o artista de cine o doblador de películas para que alguien que ha servido a su pueblo y le ha representado cabalmente no sea ni mencionado y tratado como si hubiera sido un ciudadano anónimo e intrascendente. ¿No tiene EITB por estatutos del Ente en tratar estos asuntos con criterios de respeto y divulgación?.

Algo pasa en EITB. De sensibilidad o de extensiones para conectar con noticias humanas anda escaso. Y duele, no solo a su familia personal, sino a su familia política y a todos los que llenaron la Iglesia de Bergara. Y habla mal de la profesionalidad de quienes omiten este tipo de importantes noticias. Tan importantes o muchísimo más que la de Benantxio. Lo siento mucho. Ahí pasa algo.

 

Lo que no se hizo en España se acaba de hacer en Guatemala

Domingo 12 de mayo de 2013

Efraín Ríos Montt, militar golpista, ha sido condenado a 80 años de cárcel por delitos de genocidio contra la población indígena de Ixil. En el juzgado, dictando la sentencia dos mujeres y un juez indígena. Algo muy fuerte para unos militares golpistas que ya están amenazando de muerte a esta cúpula valiente de la judicatura guatemalteca.

Estuve en la apertura de este juicio en Guatemala en enero de este año. Fuimos representantes del PSOE, PP, CIU y PNV. Fue una experiencia muy viva. Y no solo nos quedamos en la capital, sino viajamos al interior donde se habían producido las masacres y allí nos hablaron los directamente afectados. En aquellos años setenta la sospecha de guerrilla con indigenismo, fue terrible para aquella población que casi fue diezmada por un ejército que seguía instrucciones  continentales de acabar con cualquier foco que supusiera un incendio como se había producido en Nicaragua y en el Salvador.

Cuando subimos al piso diez de aquel edificio de los juzgados de Guatemala y tuvimos a cuatro metros a Ríos Montt y a su equipo genocida, no dábamos crédito a lo que veíamos. Un dictador, que había sido diputado y por tanto había conservado su inmunidad todos estos años, sentado en el banquillo con 86 años y escuchando uno por uno los testimonios de todas las acusaciones en su contra. Detrás teníamos a su hija, a la que conocimos en un viaje, y familiares de las víctimas del genocidio. Delante un juez valiente al que una asociación militar amenazaba todos los días. Una mezcla explosiva que ha sido llevada con gran valentía por jueces y fiscales, la mayoría mujeres.

Y el sábado la sentencia condenatoria. Un hecho importantísimo que pone en su lugar el camelo que ha sido aquí la llamada modélica transición española de la dictadura a la democracia que vio como su dictador murió en la cama, la nomenclatura del régimen no fue tocada en un pelo, la familia del dictador por acuerdo del rey usufructuó y lo sigue haciendo todo  el producto de la rapiña de esos años, un jefe de estado puesto por el dictador haciéndose pasar por demócrata, unos dirigentes políticos de la derecha que fundaron un partido y siguen sin condenar la guerra civil, un ex ministro como Fraga  que funda ese partido y es el que sigue mandando… Nada que ver con Guatemala. Allí por lo menos tienen una judicatura valiente y no tienen una ley de punto final como aquí fue la de amnistía, lo que ha conseguido que el autor de un genocidio de esas características se siente en el banquillo y sea condenado.

¡Zorionak Guatemala!