Imputan a Cristina y se acuerdan de la transparencia

Sábado 6 de abril de 2013

Soraya Sáenz de Santamaría es la vicepresidenta del gobierno español y, además, persona mentirosa. Tras anunciar hace seis meses que el gobierno iba a presentar una ley de transparencia ad hoc anunció que esta no iba a tocar ni a los partidos ni a la Casa Real, pero ante la evidencia de la pésima imagen proyectada por Bárcenas, Barcina, Pallerols, y los Eres andaluces no le quedó más remedio que anunciar el que la futura ley iba a abarcar también a los partidos. Una ley por cierto vigente en toda Europa menos en esta charca llena de mosquitos que es el actual hábitat del estado español. ¿O no?.

El PSOE, sigue actuando como siempre. Arrastrado por los acontecimientos, sin política propia, mirándose al ombligo y preguntándose qué es lo que les pasa. Esto es lo que les pasa.

Lo malo es que en los tres últimos meses el PP ha negado la posibilidad de que esta ley de transparencia tocara a la sacrosanta Casa Real. Y lo decía esta señora que este viernes 5 de abril con cara de sabionda nos ha dicho que durante los dos últimos meses han trabajado mano a mano con la Zarzuela para que la ley les tocara también a ellos. Es decir, hablan de transparencia y lo primero que hacen es mentir en ruedas de prensa en La Moncloa. Dicen que no, pero al parecer era que sí. Primera constatación. Una señora muy falsa a la que no hay que creer. Miente más que habla. ¿Es esto permisible en un país serio?. Y los periodistas de La Moncloa ¿por qué se callan ante estas reiteradas mentiras?. ¿Son becarios mileuristas temerosos?.

Segunda constatación.

La Casa Real solo actúa reactivamente. Ha hecho falta que imputen a una de las suyas para que reaccionen. Acostumbrados a la opacidad, al patio de monipodio, a vivir en la penumbra, no saben reaccionar ante una sociedad que les exige que si el dinero es público, la conducta no solo ha de ser ejemplar sino requiere cuentas públicas y eso pasa por una sencilla razón. Estamos no ante una Casa democrática sino ante el genuino funcionamiento de una monarquía del Movimiento. Y que solo actúan cuando esa Casa está ardiendo.

Pero yo no me fío de la transparencia que van a presentar en dicha ley. Dicen que llevan dos meses trabajando. Cuando las ideas y la voluntad están claras, no hacen falta dos meses para hacer una colcha de retazos. En diez minutos se redacta una ley para que la luz pase por las paredes. De lo contrario todo es un tira y afloja que requiere dos meses de negociación. Me da que va a ser una chapuza para salir del paso. ¿Harán inventario de los yates, motos, Ferraris, coches, cuentas en Suiza, pagos a las amantes, compra de voluntades?. Veremos. Me vuelve a dar que será un apaño apoyado por este PSOE sin columna vertebral. El PSOE es uno de los grandes culpables de esta situación de charca ibérica. Del PP es esperable todo. De un partido, como el socialista, que tiene una historia gloriosa de gentes que fueron fusiladas al grito de ¡Viva la Republica!, toda esta permisividad da mucho asco. Y son ellos los que pueden condicionar que en lugar de una ley de transparencia como Dios manda, no nos den un gato famélico por liebre. Que en eso están. Y si una vicepresidenta de un gobierno que se dice democrático miente más que habla, se puede esperar solo lo peor.

Una nueva operación Roca con su correspondiente fracaso

Viernes 6 de abril de 2013

La noticia del día es la designación de Miguel Roca como abogado defensor de Cristina de Borbón. Conociéndole a Miguel Roca como le conozco me imagino que habrá aceptado con las seguridades que le habrán dado de una justicia no rigurosa con la hija del rey. Eso de la justicia igual para todos y estaréis juntos en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas que les dijo el obispo de Barcelona a la pareja en 1997, es más propio de un cuento de hadas que de la impura realidad.

Miguel Roca es un referente político de la transición a quien he definido como un magnífico parlamentario pero pésimo político. La operación Roca fue un desastre y su candidatura a la alcaldía de Barcelona fue lo que le llevó a abandonar la política. No perseveró como Trias. Lo suyo solo es ganar y nunca ganó ni el ser designado sucesor de Pujol. Su elección juega con ese intangible de usar el catalanismo, al decir que si Roca defiende a Cristina es que ésta es inocente, de que la Casa Real va a por todas, de que Roca si arriesga no pierde. Desde luego lo ha perdido siempre todo aunque en este caso, que no depende tanto de él sino de un juez favorable, pueda ganar. La pérdida del caso sería para su figura un gran lunar y no digamos para Zarzuela.

El hecho de que Roca se preste al juego explica muy bien el mal trabajo hecho por el catalanismo político en la transición. Roca quiso ser una figura española más que un nacionalista catalán defendiendo Catalunya. Y así les fue. Una financiación desastrosa, un estatuto peor que el vasco. Y es que Roca siempre ha jugado a ponente español no a catalán ejerciente. Si Alcalá Zamora le dijo a Cambo que tenía que elegir entre ser el Bismarck de España o el Bolívar de Catalunya, Roca siempre eligió ser el Bismarck de España. Y esta aceptación así lo demuestra. Un nacionalista vasco jamás hubiera aceptado este papelón. Nunca jamás. Y por eso tenemos Concierto y desgraciadamente ellos no.

Estuve con él hace quince días cuando presentó a Duran en los desayunos del Ritz. De su breve intervención solo me quedó que pidió diálogo entre las dos orillas. No se mojó en nada más. Ponía su nombre, que en Madrid abre puertas, pero nada más. Al despedirme le dije, «Miguel, siempre lo mismo» y sonrió.

La apuesta de la Casa Real es arriesgada aunque fuerte. Y establece una diferencia de trato. Iñaki es el plebeyo y carne de Alcalá Meco, Cristina es la hija del rey y por tanto intocable. Como en la Edad Media. No sé como un matrimonio bien avenido puede resistir semejante embate de querencias y desigualdades. Yo en el caso de Urdangarin hablaría claro y les diría la verdad. «Miren ustedes. Lo que hicimos fue hecho con el conocimiento del rey y de sus colaboradores. Yo me tenía que ganar la vida y viendo como actuaba su Majestad y que nadie le decía nada entendí que presentar una tarjeta de Duque de Palma abría todas las puertas del reino. Y lo veía con Don Juan Carlos y sus negocios, sus Corinas, sus regalos, su doble vida. Mi pecado fue hacer lo que hacia mi suegro. Y eso sí. Mi mujer estaba al tanto de todo. ¿Como si no íbamos a comprar la casa de Pedralbes?. Ella no es tonta y colaboraba conmigo. Sin ella no hubiera podido hacer nada».

Y un apunte final.

Las declaraciones de Margallo sobre el daño a la Marca España y pidiendo impunidad para Cristina y las de Martínez Pujalte acusando al juez Castro de protagonismo son propias de una democracia enferma como es la española. Da asco. ¿Qué sentido tiene esta gente de la decencia, de la justicia y de la democracia?.

Veo esto muy mal. Cristina va a salir incólume porque Roca al aceptar el caso, ha puesto esta condición. Él, a su edad, no puede permitirse un fracaso que sería también el de la monarquía. Una Monarquía corrupta. Estamos pues ante la España cañí de siempre. Nada nuevo bajo el sol.

El Rey y el Príncipe aprobaron la antidemocrática nota de la Casa Real

Jueves 4 de abril de 2013

Lo peor de esta monarquía opaca es que es cobarde. La nota de la llamada Casa Real diciendo que les había sorprendido la iniciativa del juez Castro de imputar a Cristina de Borbón, lógicamente pasó por las manos del rey y de Felipe. Cada paso se mide. Y aprobaron tan infausta y antidemocrática nota. Pero ellos no dan la cara. Y cuando la dan, en el caso de Cristina es ante un juez. Tiene gracia que esta señora jamás ha concedido una entrevista y si va el 27 al juzgado de Palma, no las tengo todas conmigo, tenga que contestar las preguntas de un juez. Y  no me extraña que la sienten en el banquillo porque tanta estupidez creyéndose superiores tiene que tener el correctivo de la democracia. Y que conteste preguntas, pero ante el juez Castro. Aunque ya harán algo para que no baje la cuestita del juzgado.

Y digo lo de la opacidad porque Felipe ha estado en Barcelona en un acto judicial. Los exegetas han pesado y medido cada palabra. Nada que llevarse al colmillo. Los Borbones no dan la cara, más que cuando salen al exilio. No dar la cara va con ellos. Están por encima del bien y del mal. De ahí la nota y la extrañez de que imputen a Cristina. A Urdangarin si pueden hacerlo porque es un plebeyo, pero no a Cristina que es la hija del rey y cuando este dijo que la justicia es igual para todos solo pensaba en Iñaki, no en Cristina. Y menos en él que es un auténtico irresponsable. Por eso les ha sorprendido que el juez Castro con las 14 nuevas evidencias que ha logrado recopilar le impute. Y si el rey no fuera irresponsable deberían también llamarle como testigo ya que no se entiende este trasiego de influencias, peticiones, llamadas, permisos, tráfico de influencias, utilización de palacios y personalidades sin que el rey no estuviera en el ajo. Si lo ha estado para mediar con Corina en el tren de la Meca a Medina, como para no estar implicado en ayudar a Noós a Aizoom y a todo lo que se le ponga por delante pues partía de una base muy elemental: somos aforados y queremos aforrarnos y para ese trabajo tenemos inmunidad e impunidad. Con permiso fundamentalmente de los socialistas. Había que oírle a Zapatero hablar del rey. Y a Felipe.

Aquí lo que se demuestra es que el juez Castro, de 67 años, ha sido un tipo valiente y honrado. Habrá que elegir jueces a punto de jubilarse para que haya justicia en España, pues no le veo a un juez de cuarenta años metiéndose en semejante pozo y en semejante nido de culebras. El mundo de la Casa Real tiene profesionales de la presión, de las amenazas y de la defensa de sus mal habidas prebendas.

Y un apunte final.

No hay personaje que más deteste que un experto en Casas Reales, sucesiones, rangos, títulos, reverencias y estupideces semejantes propias del medioevo. Y ahora sacan que Cristiana es la séptima en la línea de sucesión y que algo tiene que hacer. Me importa un pito lo que haga pero recuerdo una cosa. Esta señora es la séptima porque la actual Constitución española, machista y salvaje consagró la primacía del varón sobre la mujer. En 1978 cuando se aprobó ya habían nacido, por este orden, Elena, Cristina y Felipe y le pusieron a Felipe el primero. En todo caso esta Cristina seria la sexta, no la séptima. Pero me da igual aunque convenga recordar esta miseria constitucional española porque sigo sin ver a todas estas marquesas, condesas e incluso gente progre protestando porque les da lo mismo. No tienen que hacer rastrillos ni ir a África a luchar por los derechos de la mujer. Tienen en casa un ejemplo a batir y poner en su sitio. No lo harán. Es lo que hay en este patio de monipodio.