Editorial del prestigioso Le Monde sobre la angustiosa situación de Venezuela

Jueves 17 de octubre de 2024

EDITORIAL del diario Le Monde, periódico vespertino francés, es UNO de los DOS periódicos de referencia en Francia junto a Le Figaro.

*Le Monde es el diario francés más izquierdista y apoyador de cuanta guerrilla y movimiento revolucionario hay en el mundo, razón por lo que este EDITORIAL de LE MONDE tiene vital sentido y un significado DEMOLEDOR en el mundo comunista que es como una cachetada al actual gobierno venezolano.*

Editorial de Le Monde: Los venezolanos en el callejón sin salida del chavismo.

Venezuela, gran productor de petróleo, es potencialmente un país rico. Sin embargo, 15 años de chavismo le han dejado fuera de combate en lo económico y social. Desde el mes de febrero los venezolanos han tomado la calle para protestar diariamente contra un régimen que ha logrado una triple corona: despilfarro, corrupción y autoritarismo político.

El “chavismo” es la doctrina heredada del otrora presidente Hugo Chávez, quien ejerció el poder desde 1999 hasta el 2013, cuando murió. Es un cóctel socio-nacionalista inspirado del ejemplo cubano, y de anti-imperialismo militante que saca sus fuerzas de un viejo fondo revolucionario latinoamericano.

Los 13 años de reino de Hugo Chávez ayudaron a una pequeña parte de la población: los más pobres entre los 30 millones de venezolanos se beneficiaron de cierta redistribución de la renta petrolera. En lo que se refiere a todo lo demás, el “chavismo” arrasó con el país: economía bajo control del Estado, inversionistas locales e internacionales desmotivados y sin incentivos, control de precios, control de cambios, control del comercio exterior…

Elegido en abril del 2013, el sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, lo superó con creces. En un año, ha congelado la actividad económica del país. Esta semana, anunció que se veía obligado a implantar una cartilla de racionamiento parecida a la que Cuba instauró hace medio siglo…

Aparte del petróleo, del cual posee las reservas más grandes del mundo, Venezuela produce cada vez menos. Importa casi todo. Antiguo país de ganadería y agricultura, hoy en día se ve obligado a comprar más de un tercio de lo que consume.

Al país no le quedan casi divisas, ¡el colmo para un país exportador de petróleo!   A los hospitales les falta de todo. Los cortes eléctricos son cada vez más frecuentes. La inflación anualizada sobrepasa el 56%, condenando a los más pobres a aún más pobreza.

Los manifestantes se enfrentan a las milicias paramilitares del régimen. Este acusa a los “burgueses” de tomar la calle. Se equivoca. Detrás de los estudiantes, punta de lanza de la manifestación, está todo el espectro completo de la sociedad venezolana que expresa su inquietud por el futuro.

Bajo la personalización del poder a ultranza que ejercía Hugo Chávez, el ejército no ha dejado de aumentar su dominación de la vida política. El “modelo cubano” produce acá todos sus efectos nocivos. Se ha creado una economía paralela, un mercado de tráfico interno y externo que beneficia a una pequeña nomenklatura sin escrúpulos.

Al derrumbamiento de la economía se agrega una inseguridad galopante: 25 mil homicidios por año, sin contar los robos, agresiones de todo tipo y secuestros. Caracas es la capital más peligrosa del planeta.

Se necesita toda la atracción del “exotismo latino” para que ciertos intelectuales franceses le encuentren algún encanto al “chavismo”. Sobre todo porque este, ya sea bajo Maduro o bajo Chávez, cercena las libertades públicas, silencia a una parte de la prensa y maltrata a toda la oposición. En la realidad, el chavismo se ha convertido en una pesadilla.

Morodo prohibido «flirtear con la oposición» (II)

Miércoles 16 de octubre de 2024

Raúl Morodo, el corrupto (por sentencia judicial firme) embajador de Zapatero en Caracas fue un chavista redomado. Ante las noticias que nos venían, hicimos varias preguntas parlamentarias por escrito, orales en pleno y mociones.

Expongo a continuación una de ellas de hace veinte años:

Iñaki Mirena Anasagasti Olabeaga, Senador por Bizkaia y miembro del Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas Vascos, al amparo de lo establecido en el vigente Reglamento de la Cámara, presenta la siguiente pregunta para su contestación escrita por el Gobierno

En la prensa venezolana se ha aireado estos días la siguiente información sobre el embajador de España en Venezuela, D. Raúl Morodo: «Recién llegado a Caracas como embajador del Reino de España, Raúl Morodo Leoncio, y reunió al personal de la embajada para advertirles que «de ahora en adelante se acababan los flirteos con la oposición al gobierno de Chávez en esta delegación diplomática que ha venido siendo cuestionada por el apoyo del anterior embajador a los golpistas de abril del 2002». A muchos sorprendió el ímpetu que demostraba este catedrático reconvertido a diplomático, no de carrera, aunque ya antes había ocupado la representación española ante la UNESCO y Portugal debido a que informes de la prensa española, en mayo de 2004 daban cuenta de «sus excelentes relaciones con el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez; haber sido fundador del PSP (Partido Socialista Popular) con Tierno Galván y ser amigo íntimo de Alfonso Guerra, líder del PSOE y del duque de Suarez”

Morodo, quien alguna vez fue crítico del régimen cubano siente hoy una gran admiración por Fidel Castro demostrada en distintas ocasiones públicas y privadas y ese enorme interés en la revolución cubana lo convirtió de inmediato en un ferviente seguidor y admirador a la vez de la  pretendida “revolución” de Hugo Chávez en Venezuela. Además, contando con el visto bueno de su superior, el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha ido estrechando lazos con los más connotados personajes del régimen chavista. So pretexto de mejorar las relaciones, la cercanía del embajador con el gobierno de Chávez ha prendido algunas luces de alarma en España. Un informe confidencial llegado al Congreso de los Diputados da cuenta del establecimiento por parte de Morodo «de un despacho completo en la residencia en el Country Club fuera de la Cancillería de la embajada en La Castellana, para sostener reuniones privadas con funcionarios del gobierno y así no se den cuenta sus subalternos en la embajada de dichos encuentros ni de sus conversaciones telefónicas. Hoy por hoy el señor embajador, la mayor parte de las veces, prefiere despachar desde la residencia». Lo más grave según el documento es «el establecimiento de una línea telefónica directa de la red intergubernamental venezolana (teléfonos interministeriales de la Casa Militar) para sus comunicaciones con el alto gobierno chavista. Hasta ahora sólo otro embajador, el de Cuba, Germán Sánchez Otero («El Komissar») tenía ese privilegio revolucionario.”

Este senador desearía conocer la veracidad de esta información y el por qué el embajador ha dado pie para que estas noticias circulen con profusión por la prensa venezolana.

Palacio del Senado, 17 de diciembre de 2004

Raúl Morodo, el corrupto embajador de Zapatero (I)

Martes 15 de octubre de 2024

Lo de corrupto no lo digo yo, lo dice la Justicia ante la que ha comparecido y le ha condenado a sus 89 años de edad. Este pasado lunes ha dictado sentencia y condenado a 10 meses de prisión por un delito contra la Hacienda Pública por la ocultación de ganancias de casi 4.500.000 de euros  que obtuvo su hijo Alejo, que fue condenado a dos años de prisión, por sus  sucios negocios con la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 2013 y 2014.

En la Audiencia Nacional padre e hijo aceptaron la responsabilidad en un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del estado. La pena solicitada era mayor, pero se aplicaron las atenuantes de confesión de los hechos y de reparación de daños ya que ambos se robaron un total de 1.410.000 euros de la deuda contraída con la Hacienda española. Seguirá siendo objeto de juicio la petición del fiscal de decomiso de ganancias  obtenidas de manera ilícita.

Nos hizo la vida imposible

«Raulito quería la embajada de Cuba, pero le dimos Venezuela y ahora está muy contento». Esta fue la respuesta que Miguel Ángel Moratinos, entonces ministro de Asuntos Exteriores, me dio tras el maltrato del embajador después de nuestro  viaje a Caracas en 2005 para denunciar la deriva autoritaria de Hugo Chávez. Le preguntamos  al ministro por qué habían puesto «a este personaje siniestro y volcado con el chavismo» como embajador en Venezuela y entonces afloró la fascinación de Morodo (Ferrol, 1935) por Fidel Castro.

Catedrático de Derecho Político y Constitucional, se le atribuyó  un importante papel en la transición. Fue uno de los fundadores del izquierdista PSP (Partido Socialista Popular) de Enrique Tierno Galván, donde ejerció de mentor político de un joven abogado llamado Pepe y apellidado Bono, con el que coincidiría en Caracas al paso de los  años y con un contrato milmillonario entre manos.

Tras su paso por el CDS de Adolfo Suárez, Morodo encontró acomodo en el PSOE, partido que lo hizo embajador dos veces, Portugal (1995-1999) y Venezuela (2004-2007). A su llegada a Caracas, tardó un cuarto de hora en convertirse en un ferviente chavista, y hasta escribió en «El País» un artículo laudatorio del régimen bolivariano, que ya había enseñado la patita en cuanto a su escaso apego a la democracia.

Admirador de Fidel

Sabedor de su admiración por la figura de Fidel, un día Chávez citó al embajador de Zapatero en el segundo piso del Palacio de Miraflores por sorpresa y, sin ni siquiera una pequeña bolsa de viaje, se lo llevó en su avión a La Habana, donde le presentó a los hermanos Castro. «En ese mismo viaje de ida y vuelta en 30 horas, Morodo conoció a Rafael Ramírez», relató a ABC el periodista venezolano Nelson Bocaranda.

No es baladí el dato, pues Ramírez era el ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería y presidente de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima. Con la anuencia del régimen, PDVSA regó a Morodo con unos custro millones de euros en contratos “ficticios”, que cobrarían empresas de su hijo, Alejo, detenido y condenado, una vez que el padre dejó la embajada.

Morodo volvió de Cuba tan ensimismado que su amigo Chávez le colocó en su residencia, en el selecto Country Club caraqueño, «un teléfono de la red interministerial para que por allí conversara con Fidel, que tenía en La Habana una extensión de la red oficial del Gobierno de Venezuela», recordaba  Bocaranda.

Con motivo de las elecciones parlamentarias de diciembre de 2005, en las que la oposición se negó a participar porque las consideraba amañadas, una delegación de las Cortes Generales aterrizó en Caracas como observadores. Entre los diputados y senadores españoles estaba  yo mismo, junto al exalcalde de Madrid Juan Barranco y el senador del PP, Dionisio García Carnero, «Ni nos recibió en el aeropuerto ni nos despidió, como siempre hacen los embajadores cuando reciben una visita institucional», lo dije en el pleno.

A la oposición, ni agua

Además, Morodo se negó a organizarnos encuentro alguno con la oposición, en una época en la que Chávez cerraba medios de comunicación y hasta restringía el papel que podían comprar los periódicos. «Nos trató muy mal. Sí nos organizó una reunión en la embajada, pero con unos chavistas muy agresivos», lo relaté tras el viaje.

Por ahí andaba un tal Juan Carlos Monedero, que se nos presentó a los parlamentarios en una cena como un «profesor de la Universidad Complutense» y nos  insistió para que fuéramos  a visitar con él las «misiones sanitarias» que Cuba tenía en Venezuela (no tuvo mucho éxito la propuesta de quien años más tarde sería uno de los fundadores de Podemos). Yo le invité a visitar en Euzkadi la Sanidad  Vasca.

Y como lo prometido es deuda: Bono.El primer ministro de Defensa de Zapatero fue el gran valedor de Morodo para que el Consejo de Ministros acordara su designación. Luego, en noviembre de 2005, tras intensos contactos Zapatero-Bono-Chávez, la pública Navantia firmó la venta de ocho buques de guerra a Venezuela por más de 1.200 millones de euros. Morodo fue uno de los muñidores del contrato, que generó 42 millones de euros en comisiones. De ellos, doce los cobraron dos ex altos cargos de los gobierno de Felipe González, Javier Salas Collantes y Antonio Rodríguez Andía, que fueron   investigados por Anticorrupción.

Mañana seguiré dando cuenta de este embajador del nefasto Zapatero, el demócrata hemipléjico.