El ex diputado por Álava del PNV, Javier Landaburu tuvo que exiliarse, tras la sublevación militar de 1936, viviendo casi todo su exilio en París. Allí, en los años cincuenta trabajó en la Unesco, sin dejar de atender sus obligaciones para con la Delegación del Gobierno Vasco en París y su protagonismo en los organismos internacionales europeos. Cuando falleció el Lehendakari Aguirre fue designado Consejero. Falleció en 1963.
Publicó tres cartas de Landaburu y una contestación de Aguirre cuando en noviembre de 1956 acudió como delegado a la Novena Sesión de la Conferencia General de la Unesco. Estas cartas amén de muy bien escritas, denotan un agudo sentido de observación y de anticipación de acontecimientos ya que estamos hablando de una fotografía de hace casi sesenta años.
New Delhi (India), 14 Noviembre 1956
Querido José Antonio:
Espero que hayas recibido mi primera carta aunque el correo no debe ser muy puntual para ir de aquí al Occidente. Sin embargo, las cartas de París las recibimos con cuatro fechas. Si las cosas internacionales tienden a calmarse, ese plazo será todavía acortado.
Todos los compatriotas seguimos muy bien. Nos hemos adaptado al clima y a las costumbres sin ningún tropiezo. La tos es lo único que persiste fomentada por el polvo, el humo, los cambios de temperatura muy rápidos y muy grandes, y las corrientes. La temperatura ha cedido mucho: de día calienta hasta unos 30 grados pero desde que cae el sol se extiende el rocío y bajamos a unos diez o doce. Por la noche ponen en todas partes calefacción por aire caliente que es inaguantable.
Hasta ahora hemos tenido tiempo suficiente para hacer turismo intensivo. Conozco ya Delhi, la vieja y la nueva, como Passy. El domingo -tenemos tres días de vacaciones- pensamos ir a Agra a ver sus maravillas. En otro week-end iremos a Jaipur y no quisiera dejar de conocer Benarés, en el Ganges, aunque la excursión es cara y no parece del todo agradable. Es el sitio preferido para ir a morir junto a uno de los ríos sagrados y aquello debe de ser un hormiguero de gente, de supersticiones y de porquería.
El domingo pasado concluimos de ver los monumentos de Delhi, casi todos de la época mogol, y estuvimos en un pueblecito de las afueras por el que pasa el Yamuna, también río sagrado, donde la gente, va a confesarse a sus orillas contando sus pecados al río. Okhla, el pueblecito en cuestión, está siendo preparado para que la gente de Delhi vaya a pescar y a pasar los ratos de descanso. Todo ello es muy pintoresco y en el camino se puede percibir lo que es el campo en esta parte de la India. Nos han obsequiado con exhibiciones muy bonitas de canto y de bailes indios. El primero no dice nada, es monótono y la melodía se repite hasta que la canción acaba. El baile es muy vistoso, muy expresivo y realmente brillante. Lo que fue maravilloso el domingo pasado fue un desfile de trajes de la India desde el siglo VI. Lo pasaron en un escenario al aire libre en unos jardines espléndidos. No he visto nada más lucido que los colores de aquellos vestidos, piezas de museo. En cuanto a “las» maniquíes, daban ciento y raya a sus insípidas colegas de esos afamados modistos. Es indescriptible la gracia, la elegancia, la naturalidad y hasta el humorismo de aquellas muchachas tan bonitas y tan espléndidamente ataviadas.
El lunes, el presidente de la República, viejito venerable que se nos había presentado un día en el hotel a la hora de comer para ver que tal estábamos instalados, dio una «garden party” en los parques de su palacio. Estábamos unas mil personas y la belleza del sitio, la simplicidad del presidente, la simpatía personal de Nehru, los trajes nacionales de muchos delegados y delegadas y la espléndida guardia presidencial (lanceros bengalíes) dieron a la fiesta, al atardecer, muchos encantos. Muy estilo inglés, pero con detalles indios muy destacados. Esta noche nos da una recepción Nehru en el Fuerte Rojo. Hoy cumple 67 años.
Ya que hablamos de Nehru, pasemos al capítulo político. Ya te decía que la obra del gobierno indio es considerable y que el prestigio popular de su jefe es inmenso. En lo internacional, los puntos de vista son los que «Le Monde” defiende y Bourdet exagera. Más que neutralismo, es pacifismo ya y esto y la situación geográfica y hasta el liderato efectivo que Nehru ejerce en todo el Oriente meridional, le obliga a no condenar con el mismo rigor el espantoso crimen de Hungría que la agresión a Egipto. Algunos jefes políticos indios le achacan esa falta de equidad. Ayer se reunió una conferencia de los representantes de Colombo (Ceylán, Indonesia, Birmania) y aunque aceptaron el principio de condenar lo de Hungría no estuvieron muy de acuerdo, según los periódicos, en los términos de la resolución que no será, por eso, publicada hasta hoy. Yo no sé si Nehru juega con Rusia o es que realmente cree en la posibilidad de una Rusia democrática y pacifista. A los occidentales se nos hace muy difícil admitir simplemente esta concepción del comunismo. De cualquier manera, el Oriente ha empezado a pesar en las decisiones internacionales. Dentro de años, los que sean, como Europa no se haya unido y organizado, cada Estado europeo va a tener menos influencia en la vida mundial que la que hoy tiene Portugal. El triángulo político Washington-Londres o París-Moscú se convertirá en USA-URSS-Oriente. Si el orientalismo triunfa sobre el marxismo en estos territorios, el comunismo habrá pasado al catálogo de hechos históricos.
Los periódicos son aquí muy tendenciosos, más por nacionalismo que por filo comunismo. De Hungría han contado muy poco, de Egipto abundante información detallada y tendenciosa. Los periódicos de influencia inglesa y americana no se salen demasiado de esa línea general. Inglaterra sigue asentada en la banca y en los negocios, Estados Unidos trata de introducir su influencia, pero no tiene simpatías. De Francia no se sabe nada (hay 37 franceses en Delhi, contando el personal de la embajada). Alemania empieza a entrar. Tiene una exposición de cosas industriales, ha habido una misión parlamentaria y esta noche su embajador, es decir, su secretario de Estado de Asuntos extranjeros, ofrece un concierto de música de cámara alemana. De España no tienen idea en la gente del pueblo. Los cultos saben que está por allá, hacia la izquierda mirando al Norte. La delegación que han mandado a la Unesco -no ha venido Rubio- no modificará esta opinión. La preside Royo Villanova, el actual rector de Madrid. Estelrich ha sido reelegido miembro del Consejo.
Ya iré contándote más cosas de este país enorme y curioso.
Muchos recuerdos en tu casa y en la Delegación.
Un abrazo fuerte.
Xabier