La Marina de guerra auxiliar de Euzkadi (1936-37)

Martes 29 de mayo de 2012

Nunca pensé que a pesar de la constancia se pudiera hacer una recopilación tan completa hasta formar un “Álbum dela Marinade Guerra Auxiliar de Euzkadi»(1936-1939) tan destacable. Sin embargo Juan Pardo San Gil no deja, de sorprendernos cada cierto tiempo con un trabajo sobre aquella época de la que pensábamos quedaba muy poca información. Pues no. Este magnífico trabajo describe las características de cada barco, y lo más difícil todavía, edita las fotografías de todas las tripulaciones. Un trabajo de hormiga que es preciso reconocer. Si de cada Departamento del Gobierno Vasco del 36 hubiera un estudio tan minucioso, otro sería el conocimiento de nuestra historia.

En el libro se habla dela Marinade Guerra, los Bous artillados, los dragaminas, las lanchas auxiliares, los buques auxiliares,la Marina Auxiliaren Imágenes, el listado de las siglas y de las abreviaturas, terminando con un elenco de fotografías de las reuniones anuales que organiza Juan Pardo conla Asociaciónde Matxitxako.

De este libro, reeditamos el primer capítulo que habla dela Marinaauxiliar de Euzkadi. Dice así:

Al iniciarsela Guerra Civilespañola en julio de 1936, la situación en el Mar Cantábrico era claramente favorable a los sublevados. Se habían apoderado dela Base Navalde El Ferrol y con ella del acorazado España, el crucero Almirante Cervera, el destructor Velasco y varios torpederos y guardacostas. También se apoderaron de varios buques en construcción, como los cruceros Canarias y Baleares a punto de completarse y cuatro minadores más retrasados, de los que sólo uno, el Júpiter, entró en servicio antes de caer Bilbao.

Únicamente permaneció leal ala República, en todo el Cantábrico, el pequeño Torpedero 3 del que se habían apoderado los marinos de Pasajes. En octubre de 1936, después de finalizar la expedición al Norte dela Flota Republicana, quedaron en el Cantábrico el destructor José Luis Diez y los submarinos C-2 y C-5. Con todos ellos se formaron las Fuerzas Navales del Cantábrico. En diciembre se perdió el C-5 y en la primavera de 1937 se incorporaron el destructor Ciscar y los submarinos C-4 y C-6. El rendimiento de esta fuerza naval fue escaso debido, sobre todo, a que la mayoría de sus oficiales simpatizaban con los sublevados. Desde su puesto se dedicaron a sabotear los buques y a fomentar la desmoralización e indisciplina entre las tripulaciones.

El 15 de octubre de 1936, el presidente del Gobierno Vasco y consejero de Defensa, José Antonio de Aguirre, designó a Joaquín de Egia y Untzueta jefe dela Secciónde Marina. En una memoria elaborada año y medio después, Egia indicaba las causas que habían llevado al Gobierno Vasco a crear unas fuerzas navales propias, que resumidas eran las siguientes:

1) El acoso de los buques rebeldes, atacando el tráfico mercante republicano y obstaculizando el libre ejercicio de la pesca, minando los accesos al puerto de Bilbao y bombardeando objetivos costeros.

2) La desmoralización que tales acciones causaba enla Marinamercante y de pesca y en la población civil.

3) La ineficacia de las unidades navales republicanas destacadas en el Cantábrico.

4) La posible utilización de la vía marítima para fugas de enemigos dela Repúblicao actividades de espionaje.

La misión confiada a esta Sección -que comenzó a actuar el 25 de octubre- consistía en la formación de una fuerza auxiliar dela Marinade Guerra Republicana que se dedicara a la protección de la pesca y de la libre navegación en aguas territoriales y mantuviera libres de obstáculos los accesos a puertos vascos. Esta fuerza auxiliar tenía, por tanto, como objeto el descargar de tareas secundarias, en aguas de Euskal Herria, a las Fuerzas Navales del Cantábrico, que así podrían centrar su labor en el combate contra las unidades enemigas y las escoltas a gran distancia de la costa. Con este fin, Joaquín de Egia constituyóla Marinade Guerra Auxiliar de Euzkadi.

Para organizar esta fuerza naval, Egia convirtió en «buques de guerra» a un buen número de pesqueros que estaban refugiados en Bilbao, sin ninguna ocupación. En su mayoría habían llegado en la evacuación de Pasajes. Les dotó de artillería en unos casos (bous armados) o de aparejos para el rastreo de minas submarinas en otros (dragaminas). Todos los buques fueron pintados de color gris aplomado, llevando en sus amuras, en color negro, la inicial de su nombre o el numeral correspondiente; izaban la ikurriña a proa y la bandera tricolor republicana a popa. Las tripulaciones se organizaron con personal voluntario, procedente de la marina mercante y pesquera, que suplió su escasa o nula formación militar con entrega, disciplina y una elevada motivación. Tenían su base en Portugalete.

A pesar de las tensiones con las autoridades navales republicanas,la Marina Auxiliarcooperó con las Fuerzas Navales del Cantábrico en cuanto pudo y cubrió sus carencias en la medida en que sus limitados medios lo permitieron. Se ocupó de la escolta de buques mercantes y del rastreo de minas en aguas vascas, llevando el peso de la campaña naval en el bando republicano durante la primera mitad de 1937.

La caída de Bilbao en junio de 1937 obligó a que los buques vascos se trasladaran a Santander, donde los dragaminas prosiguieron con las labores de rastreo. Algunos de los buques, con sus tripulaciones, fueron transferidos a las Fuerzas Navales del Cantábrico y luego operarían en Asturias. La evacuación de Santander en agosto de 1937, puso punto final a sus actividades aunque, sobre el papel, siguió existiendo unos meses más. Algunos de sus integrantes cayeron prisioneros, pero la mayoría consiguió llegar a Francia.

Aproximadamente la mitad de los llegados permanecería en suelo francés hasta el final de la contienda o, en algún caso aislado, pasaría a territorio franquista. La otra mitad regresaría a territorio gubernamental para continuar la guerra enla Armada Republicanao el Cuerpo de Carabineros. Quizá el caso más singular fue el del Cuerpo de Carabineros, donde el propio Gobierno Vasco afincado en Barcelona auspició una entrada masiva de marinos procedentes dela Marinade Guerra Auxiliar y también dela Marina Mercantevasca. Allí tuvieron como labor tripular una flotilla de motoveleros y lanchas, dependientes del Ministerio de Hacienda, que se encargó de mantener el enlace entre los puertos del Levante republicano hasta el fin de la guerra. Después vino la represión o el exilio -para algunos una nueva guerra- y, en el mejor de los casos, el retorno a la actividad profesional, siempre en condiciones difíciles.

¿Qué va ser de la Marca España y de la Cumbre de Cádiz?

Lunes 28 de mayo de 2012

América Latina le ha cogido el pulso a Europa y sabe que ésta no existe ni política ni económicamente. Se vio en su día cuando el mismo Evo Morales, presidente de Bolivia, nacionalizó diversos intereses de varios países europeos y Europa como tal, España entre ellos, no hizo nada. Y es que, Morales sabe que poderoso caballero es don dinero y que los intereses económicos cruzados pueden con cualquier tipo de solidaridad.

La primera conclusión que saco a lo ocurrido en Bolivia es que Europa no existe y que hará bien Felipe González en repetir esta obviedad: “Europa nunca se construirá mientras los estados europeos no cedan soberanía”. Mucho antes lo dijeron los padres fundadores, Monnet, Schuman, De Gasperi y Adenauer, pero es ahora cuando algunos empiezan a darse cuenta que la cosa va en serio.

La segunda conclusión es que España está sumamente debilitada. Con una economía  a punto de ser intervenida, con un paro desatado que se acerca a los seis millones de desempleados, con los sindicatos movilizando la calle, con el gobierno incumpliendo todas sus promesas electorales, con la constatación de haber montado en treinta años un estado autonómico inviable, con una jefatura del estado cuestionada e incluso ridiculizada y en graves aprietos por el caso de la cacería de elefantes y el juicio a Iñaki Urdangarin, con un déficit que no se sabe cómo se va a pagar, España poco pecho puede sacar en plena borrasca.

La tercera conclusión es que aparentemente, perdido el respeto, no se sabe cuál va a, ser el siguiente movimiento contra una empresa española. Todo apunta a Venezuela, que lo ha intentado varias veces y que lo hizo en el estado Yaracuy contra propietarios de tierra canarios, contra la empresa Agroisleña y, en su país, contra Radio Caracas Televisión, pero todo depende de la salud de un Hugo Chávez que no está para grandes sesiones patrióticas sino más bien para grandes sesiones de quimioterapia que lo tienen al borde de la muerte y cercano a unas elecciones a celebrarse el próximo 7 de octubre y que los militares de su entorno no quieren celebrar. Y es en este ambiente donde las pequeñas y medianas empresas españolas y vascas en Venezuela tienen todas las de perder.

La cuarta conclusión parece que la ha sacado el gobierno español después de lo ocurrido con Argentina. Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de aquel país nacionalizó YPF, criticó a Repsol por falta de inversiones, sacó a empujones de la sede de YPF en Buenos Aires a los empleados españoles, dijo que no pensaba indemnizar ni con ocho, ni con siete, ni con tres mil millones de euros dicha nacionalización y se rió a mandíbula batiente de las bravatas de los ministros García Margallo y Soria, de la declaración de Rajoy, e incluso de un amago de protesta europeo y norteamericano. Quince días después y ante la inocuidad de la presión, su socio y amigo Evo Morales ha hecho lo mismo, aunque un poco más elegantemente, habida cuenta que la dimensión de YPF nada tiene que ver con Redesa.

Pero esto suena, salvando las distancias, a lo acontecido en noviembre de 1975 cuando moribundo Franco, su “hermano” el rey Hassan II puso a caminarla Marcha Verdey se apoderó a la brava del Sáhara Occidental. Y hasta hoy. En política internacional no hay amigos ni enemigos permanentes, solo intereses. Ya se ve.

Ante este panorama el gobierno  Rajoy que se las veía muy felices para sacar a mediados de mayo la “Marca España”, como panacea y ariete de venta de un estado y un país con sus empresas e intereses, ve que todo el invento hace agua por todas partes fundamentalmente porque la moneda española, hoy por hoy, no cotiza en ningún mercado. Y, en segundo lugar, ve con preocupación que su gran Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno a celebrar en Cádiz, tiene la misma pinta de lo que sucedió con la última celebrada en Paraguay. Cumbre a la que no fueron ni la mitad de los presidentes, mucho más ahora con una Argentina, Bolivia, Venezuela y Cuba en clave beligerante, un Brasil que se lava las manos y un México en campaña electoral. El Bicentenario dela Constituciónde Cádiz que se llevaba preparando con mimo para tratar de reproducir los éxitos dela Cumbrede Salamanca, comienza a naufragar como aquel Titanic que tras el choque contra el iceberg pensó que la cosa no iba con ellos.

Y en este duro contexto tan negativo y donde nadie se atreve a volver a repetir aquello de «¿Por qué no te callas?», la situación de las empresas españolas y vascas que ante la parálisis europea veían a América como su flotador, están muy preocupados. Lógico. Pero poco puede hacerse mientras Europa no sea Europa. Es la clave.

Para paliar esta asimetría, sería necesario poner en marcha un código internacional que no parta del principio de voluntariedad y que posea un carácter imperativo, coercitivo, sancionador y exigible ante los tribunales competentes. En esa misma línea, habrían de crearse tanto un Centro de Empresas Multinacionales -adherido a Naciones Unidas y gestionado entre empresarios, gobiernos, movimientos sociales y sindicatos; que se encargara de analizar, investigar e inspeccionar las prácticas de las transnacionales sobre el terreno, lo que permitiría contrastar y evaluar la información unilateral que actualmente se recoge en las memorias de Responsabilidad Social Corporativa como un Tribunal Internacional para las multinacionales.

Con todo ello, nos encontraríamos en disposición de empezar a afrontar uno de los grandes desafíos en la era de la globalización: medir los verdaderos efectos sociales, económicos, laborales, ambientales y culturales de las actividades de las empresas transnacionales por todo el planeta.

Republicanos en Bilbao

Sábado 26 de mayo de 2012

Tras la mesa redonda celebrada en Bilbao al pasado jueves 17 de mayo sobre “Monarquía o República”,  me obsequió con este libro su autor Jon Pencha, doctor en Historia porla UPV, un estudioso del movimiento político republicano al que ha dedicado su tesis doctoral trabajando con Joseba Aguirreazkuenaga y Mikel Urquijo. También desarrolla su labor investigadora en torno a la historia parlamentaria. Le agradecí su obsequio. Me comentó que preparaba una exposición sobre el primer Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, Alfredo Espinosa, fusilado ahora hace 75 años y que fue además Gobernador y Concejal de Bilbao.

Este libro aborda el estudio del republicanismo en Bilbao entre 1868 y 1937, es decir, desde su aparición en el Sexenio De­mocrático hasta su extinción tras la caída de Bilbao ante las tropas franquistas. Para tal fin, el autor divide su estudio en cinco apartados. En el primero de ellos analiza la evolución político-ideológica del repu­blicanismo bilbaíno. Se trata de un estudio pormenorizado de todos y cada uno de los partidos que conformaron el panorama republicano bilbaíno, prestando atención a su fundación, su evolución, su ideología, su organización y su posterior desaparición. Seguidamente, se realiza un acercamiento a las formas de sociabilidad republicanas, sus organizaciones paralelas, esto es, casinos, juventudes, organizaciones laborales, organizaciones femeninas, escuelas laicas y masonería. El tercer apartado está dedicado al estudio de la élite política republicana bilbaína, para el cual se ha realizado un estudio prosopográfico de los 173 personajes que ostentaron algún cargo público -concejales, diputados provinciales y diputados a Cortes- por Bilbao y su distrito entre 1868 y 1937. En el cuarto apartado se realiza un estudio de sociología electoral, con el fin de analizar el componente social del voto republicano. Por último, el autor se adentra en la práctica política republicana en las instituciones -Ayuntamiento y Diputación Provincial- para examinar cuáles fueron los temas que más preocuparon a los republicanos bilbaínos.