Cartas de amor de Sabino Arana

Joseba Aguirreazkuenaga es un catedrático de la Universidad del País Vasco que acaba de editar el libro que acompaña a este texto. Fundamentalmente son cartas  de Sabino Arana a su novia Nikolase AtxikalIende. Son cartas de amor, escondidas por sus discípulos, para no “rebajar” la fortaleza  de la  imagen que de “El Maestro» habían creado. Pero lo que en las cartas lo que late es un ser humano que le dice a la novia cosas bonitas, lo que le conviene, o cuánto le echa en falta con diminutivos y palabras cariñosas. Es la otra cara de Sabino. La desconocida. También  hay cartas  a sus padres, a su sucesor en el PNV, Aingeru Zabala, y a políticos y colaboradores de la época. Es un buen trabajo histórico para estudiar al  histórico personaje en su vertiente humana y en su contexto. Un libro pues, extraordinario tras años de sequía de trabajos serios sobre Sabino.

Recuerdo que uno de estos juegos de cartas, en fotocopias, me los dieron en depósito con todo el sigilo del mundo y la obligación de no enseñarlas. Seguramente sería Ceferino de Xemein el autor de tal censura. Para él Sabino era un demiurgo y  el hecho  de que le contara a su novia sus cuitas, para él, seguramente le quitaba solidez y seriedad al personaje. Para mí, sin embargo, le daba la dimensión humana que estaba necesitando entre tantos libros destructivos que se han escrito contra él. Son pues 447 páginas para ir leyendo poco a poco con las gafas puestas en el final del siglo  XIX y principios del XX. Todo un documento.

El libro, con una portada muy de devocionario, ha sido editado por la Diputación de Gipuzkoa. Un trabajo de esta envergadura hubiera requerido una portada mucho más airosa y artística  para enmarcar bien el gran trabajo hecho por Joseba Aguirreazkuenaga. Zorionak.

La bandera del PCE sobre el féretro de Curiel

Ha fallecido Enrique Curiel.  En su féretro pidió se colocase la bandera del PCE, el partido de su vida, aunque desde 1990 militaba en el PSOE.

Le conocí en el Congreso. Llevaba con insistencia el esclarecimiento de una desaparición sonada en su época como fue  el caso Nani. Elegante, apuesto, buena gente, era un opositor tenaz y parlamentariamente eficaz. Y le volví a encontrar en la legislatura anterior en el Senado. Ya en el Psoe. Era el secretario general del Grupo Socialista.  El portavoz era Joan Lerma, aunque el trabajo diario lo hacía Enrique que encontraba tiempo para escribir en Deia y para hablar de  superar el contencioso vasco con valentía y medidas políticas.  Era muy buena gente.

Su agrupación gallega, era de Vigo, por esas cosas de partido cortoplacistas y aparateras  no le incluyó en las listas y con sesenta años tuvo que reingresar en la universidad como profesor asociado ganando 700 Euros.  Un dato para todos aquellos que en estos meses han hablado de las pensiones y cesantías de los políticos.

Al enterarme de su fallecimiento le he llamado al presidente del Senado Javier Rojo.  Le he recordado que a propuesta mía la Mesa aprobó que cuando falleciera un senador, alguien de su grupo, hiciera sobre él una semblanza, un Memorial, en el primer pleno seguido al hecho.  “Pero ya no era senador” me ha contestado. “¿Y qué?”. “¿Hace falta que alguien este en el ejercicio para que se loe su trabajo?”.  No sé lo que harán. Pero yo insistiré.  Enrique Curiel merecía eso y mucho más porque cuando la gente habla tan superficialmente de la política y de los políticos deje de mirar a los Camps y a los corruptos de todo tipo y mire más a los Curiel, que son la mayoría y que además mueren pobres, casi abandonados y pidiendo pongan sobre su féretro la bandera del PCE, la bandera de sus más limpias ilusiones.

El dúo estático en el oasis de las maravillas

Se acaba de hacer público el aumento del paro en Euzkadi y no sé si con criterios de celebración salían a la opinión pública Basagoiti, y Pastor. O igual no. La celebración era por el segundo aniversario del gobierno López. Pero usaban dos engañosas argumentaciones. “Desde que estamos nosotros, se ha impuesto la normalidad» dice Antonio Basagoiti. «Se acabó el frentismo y los planes que dividían a los vascos» decía Pastor.

Han creído que por mucho repetir estas dos consignas la gente va a creérselas. La normalidad no ha llegado, pues ETA sigue existiendo aunque es verdad que la conjunción de éxitos policiales, cansancio de la sociedad, cooperación internacional, persuasión propia de que así no se llega a ninguna parte y la llegada de nuevas generaciones han ido desactivando la violencia desde hace diez años, no solo dos, recorriendo un camino que es verdad hoy está más despejado que hace unos años. Y eso a pesar de las balandronadas de Basagoiti y de sus gritos guerreros de derecha vieja y criminal.

Y en lo del frentismo solo un apunte. Formar un gobierno vasco con la confluencia del segundo y el tercer partido y la ayuda inestimable del feroz antinacionalismo de Rosa Díez para desalojar al primer partido de la presidencia por mero cálculo frentista y decir que se acabó el frentismo es como si Gadafi dijera que está esperando el Premio Nobel de la Paz.

Pero la manipulación es la manipulación y tratar de vendernos este oasis sin camellos y sin palmeras, por parte no del dúo dinámico sino del dúo estático, es lo que les va a unos y a otros. Mientras, el paro sube, el gobierno no tiene pulso, Bernabé Unda no se entera de nada, López vigila desde el minarete y el PSOE se prepara para recibir en las elecciones de mayo una derrota histórica y espectacular. Pero nada pasa, señora baronesa.

Efectivamente. Este es el País de las mil maravillas.