La mayor hipocresía: Los Socialistas expulsan a Mubarak

Durante treinta años al PSOE y a la Internacional Socialista Hosni Mubarak les ha parecido un gran demócrata para, de repente, darse cuenta, que es un tirano. Ni embajadores, ni CNI. Aquí nadie olía nada, porque Mubarak era el gendarme necesario. Ni corrupción, ni conculcación de derechos humanos, ni despotismo. Todo eran loas y genuflexiones. A la oposición que le dieran morcilla. No había que ingerirse.

Y es curioso. Ha hecho falta una revuelta popular para que el PSOE expulse a Mubarak de la Internacional Socialista. La organización mundial de socialdemócratas y laboristas informó por carta al secretario general de la formación, el hijo del presidente Mubarak, que ante «el dramático fracaso del Gobierno egipcio de responder a su pueblo y del NDP de dar cumplimiento a sus promesas «cesaba como miembro de pleno derecho”. La misiva indicaba que «un partido en el gobierno que no escucha, que no actúa para iniciar un proceso de cambio significativo en estas circunstancias” en alusión a las manifestaciones de ciudadanos reclamando derechos y libertades, “no puede formar parte de ese grupo”. Treinta años para darse cuenta de esto.

Y digo que es curioso por el argumento circular que utiliza siempre el partido socialista. “No puedo hacer nada para que no se diga que me ingiero en los asuntos internos de un país y por tanto me da lo mismo lo que pase en ese país. China, Venezuela, Túnez, Cuba, Egipto, Yemen… pero cuando la población ya no puede más, entonces ya no es injerencia sino defensa de los derechos humanos y por tanto defensa de la democracia y ya, cuando la partida se ve ganada, y los Estados Unidos la apoyan, entonces se entra de hoz y coz, y como ahora, se expulsa al tirano.

A eso se le llama hipocresía, debilidad, cálculo, falta de principios, cobardía, defensa solo de intereses y no de principios, en definitiva, algo lamentable. Los chavales lo dicen de forma más gráfica: «¡Qué morro!”.

La IS tomó la misma decisión respecto al partido Reagrupación Constitucional Democrática del ex presidente de Túnez Zine El Abidine Ben Alí, de «conformidad con los estatutos» de la organización y tras las movilizaciones ciuda­danas el pasado 17 de enero. Lo mismo.

Para la secretaria de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, la ciudadanía es en Túnez y Egipto «el nuevo actor político, sin formulación de adscripción política ni mucho menos religiosa». Convencida de que «no se pueden poner puertas a la democracia”.

La dirigente socialista sostuvo que «la obligación del PSOE es impulsar y reforzar los movimientos» que se están produciendo. «Queremos una orilla sur de la Unión Europea democrática», dijo y calificó de buena noticia los movimientos que se están produciendo en Egipto y Túnez. No obstante, Valenciano negó la posibilidad de que estas movilizaciones ciudadanas se trasladen a Marruecos. ¡Faltaría más!. En línea con la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, la dirigente del PSOE subrayó que la situación es diferente: «En la medida en que en Marruecos hay juego político es difícil que haya una salida espontánea como en Egipto o Túnez». Según Valenciano, el reino alauí inició hace años «un lento proceso de transición», que ha favorecido «espacios de mayor libertad». Que se lo pregunten a los saharauis.

La diferenciación entre Marruecos y la situación que atraviesan Egipto y Túnez realizada por la ministra y corroborada por Valenciano provocó malestar en algunas formaciones, entre ellas, la nuestra. La diputada del ICV Nuria Buenaventura pidió explicaciones al Ejecutivo sobre qué entiende por «proceso de apertura democrática iniciado hace algunos años» en Marruecos, en palabras de la ministra. También se interesó por la valoración del Gobierno sobre si la situación política y social del reino alauí es «homologable a la de una democracia consolidada como la española». La diputada también quiere que el Gobierno aclare por qué Jiménez defendió ante sus homólogos de la UE a Marruecos. Nosotros también vamos a preguntar sobre lo mismo. Es una vergüenza lo que está ocurriendo y la fetidez de la política del PSOE hacia los tiranos es de juzgado de guardia. Con decir que el jefe de “libertades” de este partido es el sinvergüenza de López Aguilar, creo está dicho todo.

La medalla rechazada

José Antonio de Durañona fue un bilbaíno de Abando que durante la guerra fue secretario de la Marina Auxiliar de Euzkadi y en el exilio secretario particular del Lehendakari Aguirre. Conocía pues bien al presidente y por eso le pedí varias veces nos escribiera un libro con sus experiencias con nuestro primer lehendakari. Por fin lo logré y en 1982 nos entregó unas páginas que, ya fallecido, publicó la Fundación Sabino Arana en su colección «Hamaika Oroimen askatasunarentzat”. Releyéndolo hoy en día, el libro se lee de un tirón y tiene mil y un datos de aquella época casi desconocida.

Viene esto a cuento del post que escribí titulado «El dato que le faltó al discurso de Azkuna» como consecuencia de la entrega por el gobierno francés al alcalde de Bilbao de la Legión de Honor. Yo, recordaba, como un grupo de resistentes vascos habían rechazado una condecoración porque ésta no se la habían dado al lehendakari Aguirre.

Uno de los que leyó el post me pidió más datos de aquella vivencia. Y ésta la saco del libro de Durañona, página 109 del libro citado. El apartado se titula, la “Medalla Rechazada”, y lo transcribo a continuación:

“En París, en los años de la post-guerra manteníamos constantes relaciones con los aliados, franceses, ingleses y norteamericanos.

“Un buen día, los franceses nos indicaron que querían agradecer a aquellos vascos que habían colaborado en la liberación de Francia, proponiéndoles para recibir una condecoración llamada de la “Reconnaisance Francaise” y destinada a premiar a aquellos extranjeros que se habían distinguido por sus acciones en favor de Francia.

“Recuerdo que en las listas había 26 nombres pero, en el momento de entregarlas, hicimos saber a los franceses que unánimemente todos los presuntos beneficiarios renunciaban a la distinción individual, ya que habían actuado no como tales individuos, sino como movilizados por su Gobierno legítimo, el Gobierno de Euzkadi, en ayuda a la causa aliada, y que verían con agrado que el gesto de agradecimiento del Gobierno francés se concretara de forma colectiva en una condecoración al Lehendakari Aguirre, como primer mandatario vasco, sugiriéndoles le concedieran la Legión de Honor.

“Los franceses, tras tomarse unos días de reflexión, respondieron que sentían mucho no poder acceder a lo que les sugeríamos, pues el hacerlo así sería un acto político…

“Sin más comentarios les dijimos que renunciábamos definitivamente a las condecoraciones individuales, pues los vascos no acostumbrábamos a actuar para conseguir medallas.

“Y es por eso por lo que ninguno de los vascos que, durante la ocupación alemana de Francia, actuaron a las órdenes directas del Gobierno de Euzkadi, no posee condecoración francesa alguna que ostentar en la solapa.

“A algunos les podrá parecer nuestro gesto una quijotada, a nosotros en aquel momento -y a mí, personalmente, aún ahora- nos pareció que era lo más digno que podríamos hacer.

“Si Francia, después de haberse beneficiado de la modesta labor clandestina de los vascos a las órdenes de su Gobierno, no podía recompensarlos colectivamente, nosotros no podíamos tampoco aceptar condecoraciones individuales ya que considerábamos que habíamos sido unos simples gudaris movilizados por nuestro Gobierno legítimo, y por tal motivo no podíamos aceptar condecoraciones individuales de un Gobierno extranjero.

“A pesar de ello, nuestras relaciones con los franceses continuaron siendo extremadamente cordiales.

Una bonita historia. Quizás Azkuna, en aquellas circunstancias, hubiera hecho lo mismo.

¡Háganle caso a John Lennon!

Hace treinta años mataron a John Lennon. Y hace algo más éste compuso una canción que es todo un himno pacifista. Pero más que nada es una petición: «¡Démosle una oportunidad a la paz!». Así lo veo tras el acto del lunes en el que Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin fueron categóricos en su apuesta por las vías pacíficas y democráticas. Pero no solo eso. Dijeron las palabras malditas: «esto incluye la violencia de ETA».

Si lo hubieran dicho en 1998, hoy ETA no existiría, pero no se trata de mirar atrás sino como pidieron los franquistas en 1976. «Miremos al futuro». Pues miremos.

Sinceramente, y lo reconozco, me ha sorprendido. No lo esperaba. Y lo agradezco. Lo que si no me ha llamado la atención es escucharle a Oyarzabal hablar de que es más de lo mismo. No lo es. Jamás habían dicho ésto. Ni tampoco lo que ha rebuznado Basagoiti pidiendo que Batasuna no se presente para que esto sea su muerte. El lenguaje necrológico de Millan Astray de siempre. «Que no se presenten a las elecciones» es lo que busca este personaje al que se le acabaría la posibilidad de pactar con el PSE y tratar de erradicar el nacionalismo vasco. Un abertzalismo democrático, constructivo, serio, trabajador, positivo en este país, es algo imparable. Y lo saben. Por eso lo que buscan es que no sea normal lo que en una situación de estas debería ser normal, sino en que sea una carrera de obstáculos con cada vez las vallas más altas. No fue lo que se hizo con ellos. Pero si es lo que ellos quieren hacer con este mundo que cuando empieza a entrar en razón, lo quieren exasperar.

«Tienen que romper con ETA y condenarla», dice Basagoiti. ¿Han condenado ellos alguna vez el franquismo?. No les basta que Etxeberria e Iruin hablaran de cumplir la injusta ley de partidos, ni de condenar sin ambages la violencia, ni de que esto incluye actos y actitudes, es decir que no solo se queda en la estricta violencia, sino en la kale borroka, el impuesto revolucionario, las actitudes chulescas, el matonismo. Y lo han dicho. Pero en Madrid, el PP no ha querido escucharlo. Se les acaba a algunos el chollo. Vivir de ETA, e impedir que la existencia de ETA haga reconocer que detrás de esto hay un problema histórico de naturaleza política.

En fin. Que este día es más importante que el de la última tregua. Y que si perseveran, lograremos entre todos darle una oportunidad a la paz. Como queremos el 99% de los ciudadanos de este país. Y cumpliendo su ley de partidos, que en estricta aplicación habría que habérsela aplicado a los antecedentes del PP en 1977. Y no se hizo porque se le quiso «dar una oportunidad a la paz». Que así sea.