El ambientillo político de Madrid

Esta semana ha sido la de la vuelta al cole parlamentario. Abrazos, ¿dónde has pasado las vacaciones?, ¿váis a apoyar los presupuestos?, ¿cómo va la negociación con el Gobierno?, ¿te has fijado que la Casa Real acusa el golpe y se baja algo el sueldo?…y cosas así.
En Madrid, el PSOE se ha metido en un buen lío. Nos comentaba una senadora afín a Tomás Gómez y nos decía que este ganaría en octubre las primarias y que Zapatero, Rubalcaba y Blanco están nerviosos. Tienen debate. Y es que la gente de la FSM no le ve bien a Trini. Fue candidata, perdió y se fue. Les impusieron a Cristina Almeida. Perdió y se fue. Y ahora que tienen un tipo joven que se lo ha currado, desde arriba lo quieren anular. «Ya se que las primarias dividen al partido, pero eso es la democracia y tenemos que saber si estamos ante un partido de cuadros y de élites o de militantes. Tan simple como eso» , nos dicen.
Para colmo hay sensación de abandono. Las patosas declaraciones de Zapatero diciendo que los que hacen cursos de formación en el Inem no hay que contarlos en el paro y el abandonismo del ministro Corbacho, el procesamiento del vicepresidente Chaves, y las noticias de que las ministras Corredor y Garmendia están como locas para marcharse, crean un clima de fin de ciclo y de epoca. En definitiva,que Zapatero empieza a oler a muerto. Y el pescado siempre se pudre por la cabeza.
En el otro lado, el PP ya se ve en La Moncloa, pero un senador me ha comentado. «Puede que estemos a diez puntos pero nos falta algo que teníamos antes. Nos falta ilusión». Y eso se palpa. Son el mal menor frente a un desnortado Zapatero.
Y ese es el clima político madrileño.

Pregunta a Moratinos sobre la reestructuración de su Ministerio

Miguel Ángel Moratinos

Fue el martes, 14 de setiembre en el Senado, en la sesión de control al gobierno. Le hice una pregunta al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos. El trámite fue éste:

Muchas gracias, señor presidente.

Señor ministro, la pregunta tiene como causa saber si usted quiere mandar al paro a la Comisión de Asuntos Iberoamericanos de esta casa, aunque no creo que sea así porque usted siempre nos ha tratado con   cortesía parlamentaria y ha comparecido siempre que le hemos llamado.

Desde luego, nosotros no sentimos preocupación por la existencia de la  Secretaría de Estado para la Unión Europea, porque queremos que persista ya que es una de las dos piernas sobre la que debe caminar la política exterior  de su ministerio, pero como  se ha eliminado la Secretaría de Estado para Iberoamérica, la otra pierna, queremos saber cuáles han sido los motivos.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Tiene la palabra el ministro de Asuntos Exteriores.

El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Moratinos Cuyaubé): Muchas gracias, señor presidente.

Gracias, señoría. Todos conocemos, señor Anasagasti, su interés, su preocupación y su buen hacer en materia de asuntos iberoamericanos, de ahí que presida la Comisión de Asuntos Iberoamericanos en el Senado. Por lo tanto, es lógico que me pregunte –y me va a permitir que se lo clarifique- por la nueva reestructuración del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Es cierto que se ha eliminado una de las cuatro secretarías de Estado, pero ello no ha supuesto la eliminación de la Secretaría de Estado para Iberoamérica. Lo que se ha hecho ha sido integrarla dentro de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores, dando una mayor racionalización y, por lo tanto, una mayor modernización y eficacia a todo el trabajo del ministerio.

Tres son las razones principales de esta decisión del Gobierno. La primera y fundamental colocar la diplomacia española, ante el desafío del siglo XXI con la aplicación del Tratado de Lisboa. No podemos seguir estando organizados de la misma manera, dada la aplicación del Tratado de Lisboa, con la puesta en marcha del Servicio Europeo de Acción Exterior. La segunda razón es la búsqueda de una mayor eficacia, así que era normal pasar de una distribución geográfica a una mayor integración de las actuaciones y las gestiones por parte de las distintas secretarías de Estado. Y una tercera, lógicamente, tiene que ver con la austeridad, y lo que se pretende es racionalizar y priorizar las actuaciones del ministerio dotándolas de más medios.

En cualquier caso, la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos seguirá desempeñando, como así está demostrando, su gran proyección en toda la política con Iberoamérica.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señor ministro.

Tiene la palabra el senador Anasagasti.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Gracias, señor presidente.

Señor ministro, efectivamente se va a llamar Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos pero usted también se apellida Moratinos Cayoubé y nadie… (El señor ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Moratinos Cuyaubé: No, Cuyaubé.) Bueno, como sea, pero nadie le conoce por el segundo apellido. (El señor ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Moratinos Cuyaubé: ¡Hombre, como sea, no!).Bueno, bien, Cuyaubé.

También es cierto  que hay excepciones ya que el señor presidente se llama Rodríguez Zapatero y se le conoce por el segundo apellido, pero nos da la impresión de que al final se va a ir quedando poco a poco en el camino lo de Asuntos Iberoamericanos y se va a quedar solo lo de Exteriores con todo lo que esto significa. Porque si uno se va acercando a la nueva estructura, se  observa la cantidad de Direcciones que ahora le cuelgan. La secretaría de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamérica va  tener a su cargo: La Dirección General de Política Exterior, Europa y Seguridad; la Dirección General por el Mediterráneo, Magreb  y Oriente Próximo; la Dirección General para América del Norte, Asia y Pacífico; la Dirección General para África; la Dirección General de Asuntos Multilaterales y la Dirección General para Iberoamérica. Es decir, tendrá que reconocerme que  pierde un cierto perfil político y sobre todo la exclusividad  ya que, la creación de la Secretaría de Estado de Iberoamérica supuso un avance importante, sobre todo para visualizar las dos apuestas importantes que se tienen: una, la Unión Europea  -que nadie pone en cuestión ni  que tenga que tener un tratamiento muy especial y un seguimiento continuo-, y también la Secretaría de Estado para Iberoamérica. Usted me dirá: el actual secretario de Estado va seguir siendo el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de Iberoamérica. Pues sí, además se llama Juan Pablo, un nombre papal importante y de la Iglesia, un nombre universal. Pero nos da  la impresión de que se va a ir diluyendo la acción  de primacía Iberoamericana sobre todo  a la hora de la visualización. Y usted entenderá que cuando en 1977 se creo en el Senado la Comisión de Asuntos Iberoamericanos  por aquellos republicanos que vivieron su exilio en América era por algo  y es por eso que nosotros la  seguiremos reivindicando. Sabemos que usted va a comparecer siempre que le llamemos,  siempre que su agenda se lo permita; sabemos que el secretario de Estado para Asuntos Exteriores e Iberoamérica va a seguir compareciendo, pero nos hubiera gustado que hubiera permanecido como tal la Secretaría de Estado de Asuntos Iberoamericanos en relación directa con  nuestra  comisión de Asuntos Iberoamericanos  que es única en el mundo y  que solo la  tiene el Senado. Sabemos que no va a cambiar gran cosa, pero entenderá usted que era de oficio el que yo tuviera esta intervención. Y le mostrara mi inquietud porque creo que no es un paso acertado. Y a la hora de eliminar gastos, eliminemos algunos ministerios que esos si que sobran.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.

Tiene la palabra el ministro de Asuntos Exteriores.

El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Moratinos Cuyaubé): Muchas gracias, señor presidente.

Señoría, depende de cómo se interprete. Yo le diría  -como bien ha señalado su señoría-  que el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Asuntos Iberoamericanos es don Juan Pablo Iglesias, el que era hasta hace poco secretario de Estado de Asuntos Iberoamericanos. Usted  puede interpretar que la Secretaría de Asuntos Exteriores ha ampliado sus competencias y ahora tiene la de Asuntos Exteriores y, por tanto, que hemos elevado la importancia del secretario de Estado y de sus competencias.

Además, le decía en mi primera intervención que hemos cambiado el enfoque; es un enfoque moderno, nos hemos inspirado en el mismo organigrama que la baronesa Ashton ha puesto para el servicio europeo de Acción Exterior.  Hace falta tener cuestiones temáticas. Dice que tiene menos direcciones generales. No es verdad, hay una Dirección General de Multilaterales que se va a ocupar de las cuestiones multilaterales para Iberoamérica; va a tener las relaciones de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea; es decir, todos los temas que lleva la Unión Europea en relación con Iberoamérica. Por lo tanto, hemos racionalizado, integrado, hecho más compacto la labor de nuestra proyección exterior y, lógicamente, Iberoamérica seguirá siendo la prioridad de la política exterior.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.

La descalificación de Rouco Varela a monseñor Uriarte

Una de las noticias importantes de la semana pasada fue la salida del franciscano Joxe Arregui de la orden en la que había vivido hasta sus enfrentamientos con el nuevo obispo donostiarra.

El pasado domingo Deia le hacía una entrevista a doble página. Jorge Napal sacaba de él importantes consideraciones pero había una que me llamó poderosamente la atención. Tras el asesinato de 16 sacerdotes vascos por la Cruzada franquista, había sido una rei­vindicación de todos los vencidos de aquella guerra que la Jerarquía reconociera aquella atrocidad pero nunca se habla logrado mover una pestaña de una Conferencia Episcopal sorda, ciega y muda que jamás había pedido perdón por la Carta Colectiva del Episcopado español apoyando la Santa Cruzada de Franco en 1936.

EI periodista le preguntó por ello y Joxe Arregi respondió lo siguiente:

Son muy conocidas las palabras que dijo Rouco el verano pasado.

Uriarte pronunciaba una homilía en la misa de homenaje a los curas

y religiosos asesinados por el franquismo. Después de aquella homilía,

Rouco declaró lo siguiente: «Ésta será la última cagadita de Uriarte«.

Poco antes había declarado que nunca más iba a haber un obispo

nacionalista en el País Vasco. No es lo más importante, pero también

ha existido, sin duda, esa dimensión política”.

¡Terrible!.