Lourdes Flores nos visitó en Bilbao la semana pasada. Invitada por la Fundación Sabino Arana tuvo a su cargo la ponencia que a continuación se publica. Candidata a la presidencia del Perú es una política muy bien considerada en su país. Y su conferencia fue muy sugerente, no solo por éste texto, sino por el coloquio que dio paso.
Los últimos 22 años, desde la caída del muro de Berlín (1989), nos han planteado algunos cambios relevantes, que a su vez, en los últimos tiempos, se incrementan con algunos nuevos y sorprendentes fenómenos mundiales.
1.- Un nuevo orden político global
La caída de los socialismos reales supuso para algunos la imposición universal de un modelo único: la democracia liberal y el capitalismo. Tanta fue la certeza, que un politólogo estadounidense Francis Fukuyama escribió un ensayo que denominó El fin de la historia, sepultando en él las ideologías y las diferencias.
El 11 de septiembre evidenció ante el mundo el radicalismo terrorista de origen religioso, pero junto con el enfrentamiento al máximo poder dominante, mostró con absoluta claridad el error de imaginar un mundo único y unipolar.
2.- ¿Qué retos y alternativas tenemos?:
a) La necesidad de comprender un mundo plural en formas de pensar, de actuar, en costumbres y religiones variadas y la urgencia de dialogar para encontrar nuestros denominadores comunes y el respeto por la diferencia. Es decir, reconocernos como un mundo plural y diverso.
b) La necesidad de fortalecer polos diferenciados de poder y aún dentro de ellos, comprender la enorme importancia de su pluralidad: EEUU y su eje de influencia; la Unión Europea y su eje de influencia; el Área del Pacifico y su influencia asiática y latinoamericana; el BRIC y la importancia de Rusia, India y China como actores del mundo contemporáneo; el mundo árabe y su influencia en el África y el Medio Oriente; el África y su influencia.
c) La necesidad de repensar la Organización de las Naciones Unidas no solo porque no ha podido ser un actor relevante para preservar la paz.
No menos impactante es el proceso que vive la economía.
La crisis estadounidense que otras naciones han experimentado (como la crisis hipotecaria española) nos ha evidenciado de manera grosera la fragilidad de una economía sustentada en la pura especulación y no en el crecimiento real. Esa crisis de la especulación pura es un golpe gravísimo a la esencia del capitalismo liberal que alentaba la ganancia ilimitada en el mercado y que alentaba ficticias formas de incremento de la misma, sin importar su sustento real.
Celebro por eso la voz sensata de Angela Merkel que ha propuesto la necesidad de reales mecanismos de control que superen los existentes y eviten una economía ficticia y por ende, tremendamente frágil.
Por otro lado, el Estado de Bienestar Europeo, también ha mostrado su enorme fragilidad. La crisis de diversos países europeos y la imperiosa necesidad de rescatar la economía del euro, han evidenciado enormes fragilidades en el manejo económico del Estado.
¿Qué retos y desafíos tenemos?
De la crisis, haría bien el mundo en adoptar los sensatos principios de la Economía Social de Mercado y sus principios ordenadores de subsidiariedad y solidaridad; del razonable equilibrio entre el mercado y el Estado y una vez más, de la imperiosa necesidad de forjar una economía al servicio del hombre y no de éste al servicio de la economía.
3.- Un nuevo orden de interacción humana
El desarrollo de las tecnologías modernas abrió un contacto humano desconocido. Hoy, comenzamos a ver sus efectos mundiales como ha ocurrido en Egipto, Libia con inimaginables consecuencias, como se expresa en España o en Chile con protestas juveniles de incierto contenido, pero de insuperable convocatoria.
Por ello y con enorme respeto a la pluralidad de pensamiento y de costumbres, es un reto fundamental enfrentar el relativismo moral y afirmar sin temor alguno la esencia de la persona, en su dignidad, a partir del reconocimiento de cada persona por ser obra del Creador. Es tiempo de reafirmar, sin temor y sin duda como lo hizo Juan Pablo en «Veritatis Splendor» el valor de la verdad absoluta y el reconocimiento de la razón para comprender y desarrollar con inteligencia la convivencia humana en pluralidad y diversidad.
Bilbao, 26.9.11
Lourdes Flores

