La Fundación organiza las IV Jornadas de Bilbao

Los nuevos locales de la Fundación Sabino Arana son una nota. En la plaza del Funicular tienen un salón de actos cómodo y moderno que albergó el lunes 26 de setiembre y el martes 27 los llamados DIALOGOS DE BILBAO en su cuarta edición. Bajo el título general «Unión Europea y los países emergentes de América Latina: crisis y retos futuros» una serie de políticos latinoamericanos europeos y expertos internacionales analizaron los efectos de la crisis económica mundial y las nuevas políticas implementadas así como sus consecuencias sociales y los retos y alternativas de futuro.

Hace bien la Fundación levantando la vista por encima del día a día y viendo lo que hay detrás del muro de nuestras necesidades inmediatas. Juan Mari Atutxa como anfitrión, Irune Zuluaga, Ane Irazola, lñaki Ruiz se ocuparon de que las cosas funcionaran y que los invitados a estas charlas estuvieran cómodos. Lo lograron.

El lunes por la tarde intervinieron Gutemberg Martínez, rector de la Universidad Cervantes de Santiago de Chile y antiguo presidente de la Cámara de Diputados. Gutemberg es un clásico. Casado con la que fuera canciller del gobierno de Ricardo Lagos, Soledad Alvear, es un asiduo a Bilbao con sus familiares en Lekeitio. Él junto a Iñigo Urkullu abrieron las jornadas. Urkullu terminó su disertación diciendo que es conocido que él no bebe pero por la paz, el año que viene está dispuesto a brindar con «agua de Bilbao».

La primera Mesa Redonda trató en extenso sobre la Crisis Económica. El moderador fue Rolando García que fue secretario internacional del PAN mexicano y los ponentes fueron Gonzalo Arenas secretario internacional del PDC chileno y Sebastián Acha, con orígenes en Barambio y que es un diputado paraguayo muy competente. No vino Duran i Lleida. No nos extraño.

El martes, ocupamos toda la mañana en debates en dos mesas redondas. La primera sobre la “Implementación de nuevas políticas y sus consecuencias sociales”. Moderó el panel una investigadora brasileña consultora sobre la gestión democrática de ciudades. Clenia Leal hablaba un castellano aceptable y se le entendió todo. Y los ponentes fueron Oscar Álvarez, un profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Costa Rica quien nos dijo que su pequeño país, es una especie de estado raro en la zona al no tener ejército y no volverse loco para hacer pactos internacionales que supongan políticos viajando con grandes sueldos. Que ellos son gente seria y les va bien. Y remachó que su país siempre se opuso a Francisco Franco.

Antonio Carambula Sagasti fue el otro panelista. Uruguayo y director general del Ministerio de Turismo es un vasco-uruguayo directo que sabía de lo que hablaba.

La segunda ponencia fue tratar sobre los “Retos y Alternativas para el Futuro”. El moderador fue Oswaldo Artaza ex ministro de salud pública de Chile que recibió en su día al Lehendakari Ibarretxe y que cuando le recibió en su despacho se tropezó y cayó al suelo el embajador de España. “Lehendakari.  España a sus pies” le dijo el ministro. Gutemberg Martínez fue muy didáctico con su power point y nos habló de los retos pendientes basándolo todo en un humanismo cívico. 1) Más y mejor democracia. 2) Un concepto de ciudadanía. 3) Derechos y más Comunidad. 4) Un planteamiento social. 5) Gobernanza Mundial. 6) Política integral.

La intervención de la candidata peruana Lurdes Flores hizo mucho hincapié en la interacción humana y José Luis Larrea, quien fuera consejero de Economía y Hacienda del gobierno Ardanza nos ilustró sobre como gobernar el caos con un power point muy original, intercalando gráficos, chistes y conceptos muy claros. Gustó mucho.

Terminada la mañana subimos a Artxanda en funicular para ver una vista de la ciudad y almorzar en el Txakoli. Fue una comida de intercambio de información, de fotos y de degustar un buen menú que encantó a los invitados.

Por la noche la Fundación, aprovechando la estancia de los ponentes, organizó un coloquio con Gutenberg, Clenia Leal y Orlando García Alonso. En el público estaba el cónsul honorario de México Iñaki Azua y durante las jornadas cónsules y empresarios.

Un éxito de la Fundación. ¿Quién dijo que el nacionalismo solo se mira el ombligo?.

En el programa de Aitzol

Los últimos viernes de cada mes suelo ir a ETB al programa matutino de Aitzol Zubizarreta con el socialista Benegas y el popular Rabanera que, este último viernes, no podían acudir. Les han sustituido Roberto Lertxundi, a quien he preguntado por su sobrino el futbolista Koikili que ahora escribe en Deia y Carmelo Barrio que en lugar de ir a los estudios de Bilbao se ha equivocado y ha aparecido en Vitoria-Gasteiz y de allí, por conexión, ha intervenido.

La prensa del día trataba fundamentalmente del Debate de Política General de la víspera en el Parlamento Vasco. Pero también del pleno del ayuntamiento de Bilbao con el enfrentamiento entre el alcalde, Azkuna y la concejala de Bildu. Azkuna me debe leer pues le replicó a la concejala que como le dijo Ajuriaguerra a Dionisio Ridruejo, «los conversos a la cola». No era Ajuriaguerra sino Irujo y lo ha dicho pues con razón tras el enfrentamiento y derribo del edificio industrial que utilizaba Kukutza había dos maneras de entender el funcionamiento democrático de una sociedad. Con ley y orden o la de la selva, la del Okupa, la de la imposición. Me gustaría saber si todos los que apoyan Kukutza, en el caso de que tuvieran una propiedad ocupada y sin ninguna posibilidad de negociación sobre nada, qué es lo que harían.

A Carmelo Barrio le he acusado de una muy dudosa vara de medir en relación con las víctimas del terrorismo. Para ellos solo existen las víctimas de ETA. Para nosotros todas son iguales. Gal, ETA, represión y le dije que la víspera había estado en Estella en el homenaje al alcalde democrático asesinado por las tropas de Mola hacía 75 años y que siendo un alcalde y estando allí como víctimas sus hijas, ni la alcaldesa de Estella ni nadie de UPN ni del PP se hubiera acercado a dicho homenaje. Pierden toda la razón con semejante sectarismo. Me ha salido por peteneras en lugar de reconocer el inmenso error.

El debate televisivo de media hora ha estado centrado en el apunte que hizo López sobre el acercamiento de los presos y en la necesidad de un pacto fiscal.

En relación con los presos el lehendakari López debería haber dicho que tenía un acuerdo con Zapatero para hacerlo ya que él no es competente en nada que tenga que ver con la política penitenciaria y sobre todo ahora cuando ese colectivo va a demandar la Amnistía total, como en 1977. Pura palabrería vacía la de López ayer. Y sobre todo tardía. Decir lo que dijo es no decir nada.

Y en relación con el debate fiscal López y el gobierno vasco deberían haber llevado al pleno un acuerdo muy cocinado con las Diputaciones. Decir que la Mesa debería dejar que los Diputados Generales intervengan en ese debate no siendo competente el gobierno vasco, solo buscaba dejar en evidencia a las que sí son competentes que son las Diputaciones en fiscalidad para no hacer nada y decir que él ya suscitó el debate. Si uno quiere abordar una cuestión de ésta envergadura esto no se hace metiendo el dedo en el ojo al interesado. Mucha inauguración de la Basque Culinary Center pero López y los suyos, de cocina nada de nada.

Le pregunté a Aitzol si nos iba a invitar a debates como ese en octubre y noviembre. Me dijo que sí. No estará mal pues en los programas de EITB de opinión e informativos todo está tan encorsetado, tan burocratizado, que parecería imposible decir algo diferente si no estás en la agenda de Dani Álvarez siendo evidente que no estamos. Menos mal que Aitzol Zubizarreta se acuerda de nosotros una vez al mes. Y eso que le damos marcha al debate y a la vida.

El City Bank y el anatema de Monzón

No suelen ser inocuas algunas de las frases redondas que los Papas dicen en sus viajes. Recuerdo cuando en La Habana pidió que el mundo se abriera a Cuba y Cuba se abriera al mundo y acabo de oír otra de Benedicto XVI dicha en su viaje a Berlín cuando en el Bundestag les pidió a los diputados germanos «más Europa» y no riquezas ni éxitos sino sabiduría para guiar a su pueblo. Les animó a encaminarse «no hacia el interés sino hacia la justicia” y les previno “contra la tentación de ignorar la herencia cultural europea y sus valores fundacionales que pasan, dijo, por Jerusalén, Atenas y Roma».

Esto siempre lo hemos tenido claro en el PNV y desde 1932 cuando en el Aberri Eguna de Donosti nuestro lema fue «Euzkadi-Europa». Un país como el nuestro, dividido entre dos poderosos estados, debe poner a su juventud horizontes atractivos y posibles como el europeo en momentos en los que quienes se comían el mundo con sus consignas revolucionarias quieren ahora darnos lecciones de casi todo.

Por eso es bueno recordar estas cosas porque cuando el PNV salió de la clandestinidad en 1976, su primer acto político en Madrid fue un «Encuentro con Europa» en febrero de 1977 junto a líderes europeos alemanes, franceses e italianos consagrando al mes  siguiente en su ponencia política en Iruña nuestras metas y aspiraciones europeas. Hay que  decir que a ningún partido en liza en aquel momento le importaba un pimiento el debate europeo mucho menos a la ectoplasmática Izquierda Abertzale del momento que lo único que le interesaba era que  no fuéramos a las elecciones de junio de aquel año rodeado todo de cuba libres ideológicos y de sus análisis revolucionarios que iban del marxismo leninismo, al maoísmo, pasando por el trotskismo y la autogestión yugoeslava de Tito.

Treinta y cuatro años después y en medio de una crisis  económica de caballo, con una falta de Iiderazgo absoluta y una confusión llamativa, ha salido el First National City Bank analizando la caótica situación europea y apostando por más Europa para paliar la crisis con una gobernanza efectiva y  sin tantas naciones estados  duplicándolo todo. La conclusión que da el  City Bank ofrece este resultado: «El movimiento separatista tiene la oportunidad material de conseguir sus  objetivos para la siguiente década en varios estados de  la Unión Europea como Bélgica, España o el Reino Unido. El nacionalismo en Europa es claramente un estado de cambio. El embarazoso e incómodo híbrido es que la Unión Europea pueda tener más poder de resistencia que los estados miembros plurinacionales». No lo dice Sabino Arana. Lo acaba de escribir el City Bank donde el PNV no tiene un euro. Esa es pues la apuesta que hicimos en 1977. Y hay que seguir en ella. Se trata de actuar con la brújula bien puesta y sobre todo con las ideas claras y los pies en el suelo.

No es el caso del extremismo vasco. Tras el Alderdi Eguna del domingo pasado Gara titulaba el lunes su información: «Urkullu dice que desde Txiberta «es el PNV quien ha constituido esta nación». «A ETA y a la izquierda abertzale no les debe nada este país: no han estado en el gobierno, ni en la modernización, ni en el progreso».

Pues claro. ¿Qué han hecho en estos 34 años salvo organizar un millón quinientas veinte mil manifestaciones y creerse la representación genuina de lo vasco, mientras su correa de transmisión salvaje mataba, extorsionaba, secuestraba, robaba y vejaba. A eso lo llamaban Movimiento de Liberación Nacional y todos estaban con él.

Y como nombran la palabra mágica Txiberta, déjenme les recuerde un hecho.

La reunión de Txiberta la convocó Telesforo de Monzón con la idea de acumular fuerzas. «Todos los abertzales juntos contra el estado». Acababa de morir el dictador, la estructura del poder franquista estaba incólume, el ejército se resistía a mover una coma, la oposición era débil, y se pedía, como hoy, una Amnistía general que nosotros apoyábamos. Y, en esa reunión, se le pidió al PNV no ir a las elecciones convocadas para el 15 de junio de ese año 77.

Nosotros sabíamos que manejábamos material inflamable y que un paso en falso nos retrotraía a las cavernas y le dimos la vuelta al argumento. “Hay que ir a las elecciones y con la legitimidad que nos da la voluntad popular expresada en las urnas, sacamos los presos de las cárceles. A todos”. Respuesta de Monzón: «¿Que van a hacer ocho diputadillos en Madrid en un océano de 350?». Pero la memoria y la experiencia histórica nos decía que en democracia la primera regla, la de oro, es la de participar si hay una mínima posibilidad de jugar en democracia. Resultado: ocho diputados y seis senadores formando parte del Acuerdo Autonómico que incluía a Navarra.

A los dos meses, se aprobaba una Amnistía total. No quedó un solo preso en la cárcel. Ni uno. Los ocho diputadillos, junto a otros, lo habían conseguido. Xabier Arzalluz pronunció el que se consideró el mejor discurso de la primera legislatura. Monzón andaba con su Marcha por la Libertad haciendo un daño horroroso a la integración de Navarra en el resto de Euzkadi. Asustó al personal. Desde entonces no hemos levantado cabeza.

Este pasado domingo del Alderdi Eguna el colectivo de presos pedía otra Amnistía. Lo hacía sin recordar estos datos que son imprescindibles para actuar en consecuencia. Treinta y cuatro años después, con los cementerios y las cárceles llenas, sigue sin hacer la menor autocrítica. Todo lo hecho por ellos ha sido “un aporte sustancial a la causa vasca”. Y hay gente que se lo cree y les premia con sus votos. Semejante Consejo de Administración que diseñó este horror durante 34 años, debería estar por lo menos, como Napoléon, en la Isla Santa Elena, pero para siempre. El PNV en 1977, como ahora, tenía razón. Tasio Erkizia, Jone Goiricelaya, Arnaldo Otegi, Joseba Permach, Rufi Etxebarria, Fernando Barrena, eta abar se han lucido. En 34 años no han hecho más que alimentar la bestia, justificarla y ponerse el gerriko de lo vasco. Han hecho un daño inmenso a este pueblo. Y está bien que rectifiquen pero, por favor, que no engolen la voz. Le han hecho un daño inmenso a Euzkadi y ahora quieren que lo olvidemos. Y hasta le cambian el nombre a Euzkadi por Euskal Herria. Nada que recuerde al PNV. Ellos son lo nuevo, el futuro. Un futuro construido sobre cadáveres, sangre, tiros en la nuca, impuestos revolucionarios y envuelto en el papel de celofán del “conflicto” que lo justificaba todo.

Lamento que la novena legislatura que terminó el lunes, no hubiera durado hasta marzo. Nos ha quedado rematar la faena. EL 6 de septiembre lográbamos un nuevo paquete de tres transferencias, autopistas, turismo y productos farmacéuticos. Pendientes nos han quedado cinco traspasos, el relativo al crédito y banca, ferrocarriles y Fogasa. Por un suspiro. Pero mientras en Madrid trabajábamos en eso, la izquierda abertzale organizaba manifestaciones, tema en la que son grandes expertos.

Vuelvo al principio. El PNV quiere estar en Madrid en serio para seguir fortaleciendo Euzkadi, no para ir a hacer distintos shows. El PNV quiere seguir empujando para que haya más Europa, porque ese desde 1932 es nuestro horizonte. El PNV quiere ir a Madrid para demostrarle con hechos a los herederos de Monzón que una serie de diputadillos y senadorcillos le sirven más a Euzkadi que todas las bravuconadas de una izquierda abertzale que en 34 años solo ha tratado por todos los medios de debilitar lo vasco. Y a los hechos me remito. «No han estado en el gobierno, no han estado en el progreso, no han estado en la modernización del país». Frente a este erial solo recordar un dato final. Ayer, uno de octubre, se cumplieron 75 años de la aprobación del primer Estatuto Vasco en la historia. Un joven diputado del PNV llamado José Antonio de Aguirre intervenía en el Congreso. El EBB había puesto como condición para participar en el gobierno esa condición y D. Manuel de Irujo estaba en el banco azul. Estos son los servicios del PNV a la sociedad vasca. Y el PNV de hoy, es el mismo PNV de Aguirre. Para que nos vengan reescribiendo la historia.