Lo dice Europa: El Rey está superprotegido

Una condena de un año de cárcel para Arnaldo Otegi por llamarleresponsable de los torturadores» es «particularmente severa y excesiva» ha dicho el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que ha condenado España a indemnizar a Otegi con 20.000 euros (unos tres millones de pesetas) por vulnerar su libertad de expresión. Un año de prisión a treinta mil pesetas por mes. Una arbitrariedad injustificable por una parte, una minucia en euros por la otra. ¿Quién le devuelve, ese año que estuvo en prisión?.

Es de destacar que los magistrados del Tribunal de Estrasburgo critican en su sentencia la “sobreprotección a la figura del Monarca”. Según se lee en la sentencia que el rey cuente en la legislación española con un nivel de protección más alto que cualquier otro ciudadano es censurable. ¡Por fin se reconoce!. Esa fue la tesis de mi libro «Una monarquía protegida por la censura».

En Europa, donde son más demócratas que en España, no entienden como el jefe del estado no es responsable ante nada y «el hecho de que el rey ocupe una posición de neutralidad en el debate político, una posición de árbitro y de símbolo de la unidad del Estado, no puede ponerle al abrigo de todas las críticas en el ejercicio de sus funciones oficiales», dice la resolución.

Me ha defraudado el ministro Caamaño quien como ministro de Justicia en lugar de reconocer que la sentencia da en la diana se pone a elucubrar que en principio la sentencia española parecía muy “equilibrada ¡Qué cara dura!.

Del PP no se podía esperar más que rebuznos y en este caso la insoportable Soraya Sáenz de Santamaría dijo que lo que había dicho Otegi era muy grave y que estaba de acuerdo con la pena impuesta por los tribunales españoles. Esta repipi abogada del estado español dista mucho de ser persona ecuánime y equilibrada. ¡Que Dios nos coja confesados si llegan el año que viene al poder con mayoría absoluta!.

Aquí se ha demostrado una vez más que el PSOE, el PP y los tribunales españoles usan las leyes a su antojo, que el rey es un superprotegido y a pesar de que delinca tiene inmunidad total y que en Europa ven a la monarquía española como un anacronismo de país autoritario. Un año de cárcel por decir una evidencia. ¡Mon Dieu!.

Pregunto al Gobierno sobre la Celebración del 80 Aniversario de la República.

En la sesión de control al gobierno, las preguntas orales en el pleno, le pregunté al gobierno español que pensaba hacer para recordar aquella efemérides. Me contestó el ministro de la presidencia Ramón Jauregui. Este fue el trámite que tiene su interés.

 El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.

Señor ministro, Usted, del que  pienso que es más sensible  a este tipo de cuestiones, sabe que hay una Memoria colectiva que está alimentada sobre todo por  cuatro  componentes: una Memoria borrada, es decir, cosas que para muchos  no existieron, por ejemplo, la República que aparentemente no existió; una Memoria manipulada, Es decir que hubo y hay  vencedores y vencidos y, sobre todo, unos  vencidos que se creen la historia de los vencedores; una Memoria olvidada,  que no es más que el dolor que producen los recuerdos en muchas ocasiones; y hay una Memoria reprimida, la más abundante, que no ha terminado de asumir las responsabilidades de lo que se hizo e hicieron. Todo eso va configurando una Memoria colectiva  pero  han pasado 80 años y esa Memoria sigue ahí, fresca y activa. Yo creo que ha llegado el tiempo de empezar de una vez por todas y en serio  a tratar estos temas con una cierta normalidad. Se aprobó la Ley de la Memoria Histórica.

 Y como si nada. Por eso mi pregunta  hoy en el pleno va dirigida  a usted como ministro de la presidencia y sabiendo que me hablará en nombre del gobierno  para conocer: si piensa el Gobierno promover el recuerdo de manera especial sobre aquel hecho histórico del 14 de abril de 1931 y por tanto  del ochenta aniversario de la llegada de la República.

Muchas gracias, señor presidente.

 El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Tiene la palabra el señor ministro.

El señor MINISTRO DE LA PRESIDENCIA (Jáuregui Atondo): Muchas gracias, señor presidente.

El Gobierno no tiene, digamos, ningún programa, ningún calendario de celebración oficial sobre el ochenta aniversario de la República. No es un año particularmente significativo o diferente del setenta y nueve o del ochenta y uno, pero, con todo, el Gobierno, claro, está en favor de todo lo que usted ha llamado esa Memoria colectiva que en gran parte articula nuestro pensamiento, nuestros sentimientos, nuestra realidad, y nos consideramos muy orgullosos de haber favorecido esa memoria con la Ley de Memoria Histórica que, ciertamente, ha irrumpido en nuestra realidad dando opción a que nuestro país pueda mirar hacia atrás con una memoria que reivindica el pasado sin ira, sin abrir heridas.

En todo caso, yo le contesto a su pregunta diciendo que efectivamente el Gobierno apoya aquellas iniciativas que estén destinadas a recuperar, a poner en valor la memoria de un régimen democrático que lamentable, dramática y trágicamente fue frustrado, como todos sabemos, por un golpe contra la legalidad vigente en aquel momento. Todo lo que favorezca esa realidad, esa memoria recibe el apoyo de este Gobierno, señor senador.

 El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Tiene la palabra el senador Anasagasti.

 El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.

Dice usted que el ochenta aniversario no es una fecha muy redonda, pero pasaron otras y tampoco se hizo nada, lo fue el cincuenta y no se hizo nada; lo fue el setenta y cinco y no se hizo nada; lo va a ser el ochenta y tampoco se va a hacer nada. ¿No? Y hay que recordar que el 14 de abril de 1931 llegó la República de manos del voto popular, y algo tuvo que ver el ciudadano cuando apostó por aquel sistema que trajo el voto a la mujer, que abordó la reforma agraria, que abordó el tema autonómico, que abordó la separación  entre  la Iglesia y el Estado, que trató de combatir a los caciques aunque cayó en excesos, productos del contexto histórico que vivió y de la ausencia de una poderosa clase media en la que asentar las reformas. Pero existió, Es decir, hay una serie de conquistas políticas, sociales, históricas que están ahí, y conviene de alguna manera ponerlas en perspectiva y  en su sitio, recordarlas, sobre todo porque ahora se está recordando los bicentenarios de  las independencias americanas; se va a conmemorar el bicentenario de la Constitución de Cádiz; hace una semana hemos recordado el treinta aniversario del 23 F con un acto solemne en el Congreso. Me dirá usted que ese  fue  un acto de las Cortes Generales, pero, ¡hombre!, el Gobierno algo ha tenido que ver ahí. Y ahí ha estado.

Le veo  al gobierno socialista poca voluntad política para recordar esta fecha redonda  y me duele que lo diga usted porque en su tiempo le recuerdo  moviendo el asunto de los Niños de la Guerra, y la propia Ley de Memoria Histórica y a pesar de eso seguimos teniendo el Valle de los Caídos con el dictador dentro y le recuerdo que es  que es una competencia que tiene usted para resolver  y que todavía está atascada ahí y que no sabemos al final si van a hacer algo, en qué va a consistir  lo que vayan a hacer ni qué se va a hacer.

 No pedimos nada extraordinario, desde el punto de vista democrático sino simplemente que ese hecho histórico se recuerde solemnemente de la manera cómo se tiene que recordar algo que aconteció  y que dejó muchísimas secuelas y que a pesar de todo se sigue borrando  como si no hubiera acontecido y todavía hay gente que vive e incluso protagonizó algo de aquel periodo o sufrió sus evidentes consecuencias. Le invito a que  usted pregunte a cualquier chaval, a cualquier joven sobre el 14 de abril, y le contestará  que no tiene ni idea; o piensa que es el cumpleaños de un cantante o que alguien de su familia  ha cumplido ochenta años sin más.     Yo creo que uno de los dramas que tenemos como sociedad es que seguimos sin asumir nuestra propia historia reciente, y siguen faltando referencias claras para una adecuada Memoria colectiva.

 Muchas gracias, señor presidente.

 El señor PRESIDENTE: Gracias, señor presidente.

Tiene la palabra el señor ministro.

 El señor MINISTRO DE LA PRESIDENCIA (Jáuregui Atondo): Gracias, señor presidente.

Gracias, señor Anasagasti.

Yo sí soy partidario de hacer ese tipo de recordatorios. Yo insisto mucho en todo lo que hemos hecho −usted lo comentaba−, con los Niños de la Guerra y con la Memoria Histórica o con el Valle de los Caídos; yo estoy trabajando en esto; yo estoy absolutamente  convencido en que este país tiene que construirse sobre una memoria efectivamente que reivindique su pasado en parte para no repetir errores del pasado y en parte también para construir, digamos, una convivencia reconciliada.

 Permítame que le corrija en el sentido de que el setenta y cinco aniversario de la República sí fue celebrado. Yo le recuerdo que en ese caso, por ejemplo, el Gobierno hizo una exposición sobre las misiones pedagógicas, lo que fue la apuesta republicana por la educación, que usted sabe que fue un elemento vertebrador de aquella experiencia democrática, porque hubo −y no es casualidad que la represión franquista tuviera a los maestros como objeto principal de esa represión− en la República un embrión de que la educación era efectivamente un camino de libertad.

 Por ejemplo, se puso en marcha un concurso de premios sobre mujer y parlamento, el Clara Campoamor; Televisión Española y Radio Nacional de España emitieron programas en este sentido, etcétera. Con esto quiero decirle que sí se celebró el 75 aniversario pero también celebraremos el 80, porque habrá más cosas.

El Centro de Estudios Políticos y Constitucionales va a editar distintos libros que exploran diferentes ámbitos de la etapa republicana; el Ministerio de Cultura ha recuperado archivos del exilio para varias obras de construcción sobre ese periodo; en el teatro se ha puesto en escena la obra El café de Negrín este mismo año; el ayuntamiento de Eibar, que usted y yo tan bien conocemos, celebrará en el 80 aniversario aquella acción premonitoria de aquel ayuntamiento eibarrés que dio lugar a llamar la república de Eibar…

El señor PRESIDENTE: Señoría, concluya, por favor.

 El señor MINISTRO DE LA PRESIDENCIA (Jáuregui Atondo): Termino, señor presidente.

Respaldar y promover en todo momento esas iniciativas que nos lleguen en este terreno y que aporten valor al legado de la Segunda República es un objetivo que compartimos con ustedes.

Muchas gracias.

 El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.

Fallece el periodista que más sabía de América Latina.

Tengo colgado en el blog la nota de Koldo Mediavilla ante el fallecimiento de Juan Carlos Urrutxurtu. Un periodista total. Me acuerdo de una comida con él y con Andoni Ortuzar en el restaurant debajo del edificio Granada por su intensidad. Eran los que llevaban la información política de Deia. Una pareja periodística de primera. Y la nota que le hace Mediavilla le hace justicia y resume en pocas líneas  y con todo afecto una vida dedicada a la información. Una pésima noticia para la  lucha informativa vasca y un palo de los de verdad para su familia y amigos. Deja un hueco difícil de llenar. L a última vez le vi en la puerta de Sabin Etxea y hablé con él de muchas cosas. Y lo siento. Pero no solo ha sido Urrutxurtu, aunque su cercanía con él era evidente.

Esta mala noticia se junta a otra de un periodista veterano. De los imprescindibles, como Urrutxuru. Y es que en otro ámbito, hay otra mala noticia. La muerte de Ibarz. En Euzkadi apenas se le conocía, salvo por aquellos que tenían algo que ver con centro y sudamérica. Era el corresponsal de La Vanguardia y se llamaba Joaquim Ibarz. Lo conocía todo sobre estos países. Vivía en México, pero le veías en cualquier elección, en cualquier follón, en cualquier Cumbre, en cualquier acto de significación. Era de la franja catalana de Huesca pero por sobre todo un periodista independiente que le cantaba las verdades al lucero del alba. Por eso no lo quisieron en la Panamá de Noriega, ni le han querido en la Venezuela de Chávez, a quien entrevistó en la cárcel cuando éste había dado el golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992 y nos dijo a todos: «Cuidado con éste pájaro».

Un cáncer se lo llevó el sábado. Le había visto por última vez en Bogotá en las elecciones legislativas, pero antes en Caracas, en Santo Domingo, en El Salvador, en Chile… Era un todo terreno que se había ganado el respeto de los corresponsales destinados a estos países por su constancia, su valentía, su manera didáctica de escribir. Sujeto, verbo y predicado.

A lo largo de sus viajes fue reuniendo una gran colección de artesanía popular y de máscaras que pretendía mostrar en su pueblo, en Zaidin, bautizada como La casa de Usted, una expresión de hospitalidad que se utiliza en México. Pensaba crear una fundación que pretendía ser un homenaje a América Latina su segunda pasión, tras el periodismo. Me mandó fotografías de las obras de este museo y quedé en regalarle una máscara venezolana de Los Diablos del Yare.

Iruña Urrutikoetxea, periodista vasca, nacida en Venezuela y que se llama así porque su aita estuvo encarcelado en el Fuerte San Cristóbal era el punto de unión con Joaquim a quien le mantenía informado de lo que acontecía en Venezuela y fue quien nos organizó una comida en el Urrutia de Caracas con Joaquim y el rector de la Universidad Católica, Luis de Ugalde. Fue ella quien nos dio la mala noticia.

Ha fallecido uno de esos viejos periodistas con los que podías estar conversando y escuchándole días. Un lobo solitario que honró al periodismo con su extraordinario trabajo. Una pena.