Me entregaron en 1978 una ikurriña traída desde Filipinas

Domingo 14 de julio de 2024

Cuento una historia, de las muchísimas que hay, con una vivencia sobre la ikurriña, hoy ,14 de julio, el día de su 130 aniversario.
Estaba yo en mi despacho del BBB de la calle Marqués del Puerto de Bilbao. Recibí a un Sr. muy amable que me entregó un relato y una ikurriña. Tenía  auténtica unción por ella. La historia era ésta:

“En febrero del año 1937 tuvo lugar en Manila, Islas Filipinas, el Congreso Eucarístico Internacional con asistencia de muchísimos obispos y prelados de todo el mundo.

El parque de la Luneta donde se celebraron la mayor parte de los actos fue engalanado con las banderas de las naciones que acudieron a celebrar el Congreso. En este parque fue fusilado el  mártir de la independencia José Rizal, patriota filipino.

Entre las banderas de las naciones, faltaba la Ikurriña por lo que  Restituto de Inchausti, de Elantxobe, mandó colocar una y cuando se acabaron los actos la retiró y guardó pues según me dijo Larrabeiti más tarde, la quería mandar, cuando se pudiera, a Euzkadi.

Don Ricardo Larrabeiti era expatriado que había llegado al país hacia muy poco tiempo y por esto no era muy conocido ni estaba registrado en el consulado español.

El día 8 de Diciembre del año 1941 cuando el Japón atacó a EE. UU. y Filipinas, el cónsul español acreditado en Filipinas era el Sr. Castaños que era el cónsul  reconocido desde que los franquistas ganaron la guerra  al  Gobierno Republicano. Antes  que él, quien  actuaba era el  cónsul republicano.

El cónsul era un impresentable con ideas extremadamente totalitarias y franquistas, hasta el punto que  le llevaron, meses antes del ataque a «Pearl Harbour» creo que con motivo del pacto firmado por España con las potencias del Eje y Japón, a escribir una carta particular al cónsul japonés en las Filipinas en la que delataba a lodos los residentes  españoles o que él creía que lo eran, corno antijaponeses.

Esta carta venía a decir, que no se fiase de los individuos que detallaba en su escrito porque eran anti-Franco y por lo tanto anti japoneses por haber firmado España un tratado de no beligerancia o sea de amistad. Por circunstancias que no hacen al caso tuve ocasión de leer esa carta de pasada en la que la mayoría de los nombrados eran vascos. Solo recuerdo el nombre de tres  que no eran  vascos. Uno el del director del semanario Democracia Española. Un asturiano tabacalero cuyo nombre era el de Pío. Éste fue descuartizado cuando le capturaron  los miembros de la Kem-Pi-Tai o Gestapo Japonesa y los otros dos eran el del Sr. Pavón y el Sr. Palazón que pasaron toda la guerra en el campo de concentración de los prisioneros civiles aliados, de Sto. Tomas.

Los japoneses pusieron a varios de los que estaban en la lista al entrar en Manila bajo observación en el edificio de la Universidad y Don Ricardo Arriandiaga, también de Elantxobe, pasando a ser investigados por la Kem Pi Tai o que como he dicho era la temible Gestapo Japonesa.

Ahora  te contaré lo que el Sr. Arriandiaga me relató más tarde.

Según él, todas las mañanas les llamaban a investigación hasta que una mañana le hicieron una pregunta a la que él respondió.

“¿Por qué me preguntan Vds estas cosas si yo no soy español ni sé nada de España?. Yo soy ciudadano norteamericano y no tengo nada que ver con Franco y debiera estar en el campo de concentración de civiles y no aquí”. Los japoneses le preguntaron.

“¿Dice usted que  es  norteamericano?”. ”Sí Señor”.

Entonces el investigador le enseñó la carta (que yo había leído antes) y le preguntó por los otros en la lista mencionando especialmente al Sr. Inchausti y cuando  le contestó, que Inchausti era filipino de nacionalidad, se enfadó de tal manera que rompió la carta diciendo que aquel  cónsul español no sabía nada, era un  tonto.

Al Sr. Ricardo Arriandaga y a todos los demás que estaban detenidos por el mismo motivo de la carta, les devolvieron  a sus respectivos lugares. Si eran norteamericanos al campo de Concentración y si filipinos los pusieron en  libertad pues Japón no solo no podía meter a todos los filipinos en prisión  sino que más tarde trató de atraerse a los filipinos con un tratado de paz y promesas de libertad cuando ya era muy tarde.

Cuento este incidente de la bandera para que se den cuenta lo que se tuvo que hacer para conservarla la ikurriña y poder preservarla que es lo que el Sr. Inchausti deseaba.

Como el Sr. Inchausti vio que estaba muy vigilado creyó más conveniente entregar la bandera a una persona que supiera el valor que tenía y no fuese tan conocido como él, por lo que pensó en el Sr. Don Ricardo Larrabeiti, bilbaíno, que había llegado expatriado poco antes de estallar la guerra, era apátrida y muy poco conocido fuera de la colonia vasca y además, como te he dicho, sin estar registrado en el consulado del Sr. Castaño. El Sr. Larrabeiti me contó cuando llegué a Manila lo siguiente:

Inchausti le llamó un día y le contó lo que le pasaba y le preguntó si tendría el inconveniente en hacerse cargo de la bandera si las cosas se ponían peor, a lo que él había contestado que inconveniente ninguno. Vino la toma de Manila en la que ésta ciudad quedó completamente destrozada por las tropas japonesas en su retirada.

El Sr. Inchausti, ya había fallecido, pero antes de morir le entregó la bandera al Sr. Larrabeiti según habían convenido y éste ahora andaba con ella de un sitio para otro escapando de los bombardeos y de las matanzas de los japoneses y quemas de casas. Me dijo que con ella se fue hasta Cavite a casa de unos amigos filipinos que se fueron también allí a refugiar.

Al volver a Manila después de su toma no pudieron escoger sitio, se tuvo que meter en una de las pocas casas que quedaron, con una familia que se había distinguido mucho por su fascismo, aunque  en ese momento habían cambiado de chaqueta y era  todo lo contrario, pero él no se fiaba y tenía miedo de que si descubrían la bandera se la robasen, por lo que me pidió que se la guardase hasta que él, que pensaba ir a Euzkadi Norte muy pronto, la pudiese llevar y cumplir el deseo de Resti Inchausti.

Se la guardó y me quedé con ella, pues desgraciadamente Larrabeiti murió de un ataque de corazón.

Al quedarme con ella pensé que debía cumplir las intenciones  de Inchausti y de Larrabeiti y se la di a guardar a mi hija en los Estados Unidos hasta que pudiera llevarla yo a Euzkadi y entregarla a alguna persona responsable.

Mi hija ha venido de vacaciones este verano y ha traído la bandera que aquí le entrego”.

Y me la entregó. Fur en noviembre de 1978. Y yo a la Fundación cuando ésta comenzó a funcionar.

¡Cuántas de estas historias tan respetuosas con nuestra enseña y tan entrañables  habrá!.

¡Quiten esa bandera separatista!

Sábado 13 de julio de 2024

Nota. La foto es histórica. Vemos a Don Manuel de Irujo en el techo del edificio de la Diputación de Bizkaia  el 17 de diciembre de 1977, tras colocar la ikurriña. Le acompañaba Sabin Zubiri y el entonces presidente de la Diputación provincial Francisco Amorrortu.

Se cumplen 130 años del izamiento de la ikurriña en la sede de Euskaldun Batzokija en la calle Correo de Bilbao. Era la bandera de Bizkaia y del PNV. Pasado el tiempo, en  la primera sesión del primer gobierno vasco de octubre de 1936, el Consejero socialista Santiago Aznar la propone como enseña de la Comunidad Vasca. El tenía problemas con el abanderamiento de los buques y la ikurriña era la bandera más representativa. Se aprueba por unanimidad. Seguramente hoy el PSE, a pesar de sus ímpetus recuperadores de la historia con Gogora, ni recordarán el dato.

Tras la entrada a sangre y fuego en la  en 1937 y la eliminación de sus símbolos por parte de la dictadura se convirtió en una bandera subversiva hasta el punto de que incluso muerto el dictador Manuel Fraga dijo en Caracas que antes de que se enarbolara había que pasar por encima de su cadáver.

No fue fácil el que fuera  admitida. El gobernador civil de Bizkaia. José Antonio Zarzalejos dimitió cuando el gobierno de Adolfo Suárez la permitió. Pero el año 1976 fue un año duro. La dictadura continuaba, a pesar de la muerte del dictador y la batalla era día a día ir abriendo las costuras del régimen.

En Caracas seguía funcionando clandestinamente Radio Euzkadi a la que desde aquí se le iba suministrando información en aquellos momentos en los que las noticias eran imprescindibles  y como prueba rescato una carta que les  envié el 11 de mayo de 1976 al Grupo EGI de Venezuela. Guardia Civiles morían y la policía perseguía. Conviene recordar estos hechos. La historia no ha sido fácil.

Bilbao  11 de mayo 1976

Querida familia.

La posibilidad de enarbolar la ikurriña se ha convertido, junto con la Amnistía en los dos temas recurrentes de todo acto político. Siguen los presos en la cárcel por una parte y, guardias civiles y policías, mueren al ir a retirar  la Ikurriña que es el símbolo de la existencia y de la unidad originaria del Pueblo Vasco, de Euzkadi.

Esta existencia y esta unidad son hoy reconocidas por todos: por los vascos patriotas y por los no patriotas; por los españoles de la oposición y por los del Régimen; por todos los que en el mundo co­nocen la existencia del Pueblo Vasco.

Defendemos el uso de la ikurriña como un derecho personal y nacional al que no estamos dispuestos a renunciar mientras el pueblo la considere como tal  éste símbolo y consideramos como un acto de opresión el que no se permita su exhibición pública. Es un acto de provocación el que se pretenda arriarla y se arríe por la fuerza  donde haya sido izada. Eso no obsta para que condenemos las muertes de funcionarios públicos que mandados por sus jefes, caen al cumplir sus órdenes, cuando la primera orden debería haber sido la de dejar a la gente que use la bandera que crea conveniente. Condenamos las muertes y hemos pedido a ETA pare de matar, con esta u otra excusa, y al régimen que permita ondee al viento la bandera nacional de los  vascos.

La prohibición del uso de la ikurriña no solamente es injusta e inadmisible sino que además es un acto de ceguera política gravemente irresponsable.

No es la colocación de la ikurriña la que origina alteraciones de orden público sino la actitud histérica de las «autoridades» y las fuerzas de opresión las que como en el caso de hace pocos días en Santutxu, originan graves disturbios que pueden llegar a ser trágicos.

¿Es que en Euzkadi bajo el Estado francés se producen desórdenes por causa de la ikurriña?.

Esta histérica actitud les lleva a situaciones ridículas. El  Real Unión de Irún pidió el mes pasado, permiso al Ministerio de Gobernación para colocar la ikurriña en el campo, los días de partido, con motivo del cincuenta aniversario  de la inauguración del Stadium Gal. A los pocos días, por oficio, la Dirección General de Política Interior contestó concediendo el correspondiente permiso, lo que, al ser conocido, causó gran alborozo en Gipuzkoa. Pocas horas después de que las agencias hiciesen pública la noticia, el Ministerio de Gobernación notificó que la Dirección General había adoptado indebidamente la resolución. Para que el ridículo fuese aún mayor, se aclaraba que la Real Unión podía exhibir como banderas locales, las del Ayuntamiento y la Diputación.

Un sistema más justo y respetuoso con  los derechos del Pueblo y en definitiva, más sensato hubiera ahorrado al Régimen, enfrentamientos innecesarios, movilizaciones inadecuadas e incluso algunas muertes

Y es que en los días en los que murió el guardia civil de Barakaldo aquello fue una proliferación de colocación de ikurriñas increíble. Medios oficiosos calculaban en catorce los lugares de Bizkaia donde fueron colocadas en cables de la luz, paredes, árboles, esquinas….Todas  fueron retiradas por la policía y guardia civil, una de ellas conectada a un cable de alta tensión en Barakaldo, causando la muerte del guardia civil que la retiraba y que ya os comenté.

Pero el domingo fueron retiradas seis ikurriñas que habían sido expuestas en Miravalles, Begoña, Guernica y dos en Ondarroa y Amorebieta, Bermeo y Sestao. Anteriormente la colocación de banderas se hizo en Sestao, Santurce, Portugalete, Lejona, Las Arenas etc. Estos hechos respondieron a la campaña previa para preparar el Aberri Eguna.

Pero es que esto no solo ocurre en Bizkaia, sino en Araba. A la una menos diez de la tarde del domingo dos jóvenes colocaron lo que la policía llama “una bandera separatista”, de grandes dimensiones, en el exterior de la parroquia de San Miguel Arcángel de Vitoria. La ikurriña medía seis metros de longitud por uno y cuarto de anchura y llevaba las siglas de ETA VI y Liga Comunista Rvolucionaria. Hacía un llamamiento para el Aberri Eguna. En la noche del domingo al lunes, fue descubierto un extraño artefacto en el depósito de aguas del Campillo, en la zona más alta de Vitoria, muy cerca de la Iglesia de San Miguel. Se descubrió tras la consiguiente alarma que era una bomba simulada. También se descubrió un artefacto explosivo en una furgoneta de la Caja Laboral Popular que se encontraba allí aparcada. Y también en Donosti y en la Parte Vieja con una inscripción firmada por ETA y unida por cables a dos paquetes uno de los cuales resultó ser  un potente artefacto explosivo. Pero también tengo por aquí la lista de tres ikurriñas colocadas en Tolosa y Alegria de Oria, en una grúa de Vitoria y en Pamplona en el tendido eléctrico en el cruce de la carretera entre Torre Huarte y la Casa de la Misericordia.

Y hay mas y al parecer esto va a seguir, pero es que no solo hay actos de violencia vinculados a la ikurriña. En Donosti la Guardia Civil mató en un control al jefe de la oficina de Correos y Telégrafos de Zestoa, casado y con dos hijos. Había solicitado y obtenido el traslado a la oficina de Herrera del Pisuerga en Palencia y al parecer se saltó un control el sábado por la noche cerca de Zarautz. Hubo heridos.

Y también en Sestao el pasado lunes, cerca de las once de la noche resultó herido un joven de veinte años como consecuencia del disparo efectuado por un guardia municipal.

El joven que iba acompañado por otros tres o cuatro jóvenes más fue sorprendido por una pareja de la Policía Municipal efectuando unas pintadas en la plaza de San Pedro y como no obedecieron la orden uno de los policías le disparó.

Bueno, dejo de contaros miserias. La muerte de Franco no ha significado el fin de la violencia. Los extremos se siguen alimentando y no sabemos hasta cuanto aguantará esta cuerda sin romperse.

Y es que esto solo puede hacerse con cabeza y no a lo bestia, porque a bestias, ganan ellos.

Un abrazo.

Iñaki.

Mejor este verano que el del 36

Viernes 12 de julio de 2024

 Es una imagen poco usual pero tiene su explicación. Guillermo Gortazar, donostiarra, ha escrito un libro titulado “Un veraneo de muerte” sobre  los 57 días transcurridos desde el 18 de julio de 1936 hasta la entrada de las tropas franquistas dos meses después  en” San Sestabien” como llamaban a Donostia y mucho más en verano.

Cuando vi la reseña me puse en contacto con Guillermo, a través de Josetxo Aizpurua, quien fuera Autoridad Portuaria de Pasaia y con quien estudié en los Marianistas de la cuesta de Aldapeta.

Con Guillermo había coincidido en el Congreso de los Diputados y hecho viajes parlamentarios, algo que te permite conocer a la gente,  para decirle que le iba a entregar el libro que escribió Manuel de Irujo de esos dos meses así como el testimonio de un gran jelkide como Joaquin Zubiria que coincidió con mi aita refugiado en el Monasterio de Belloc y que hizo lo indecible en aquellos momentos revolucionarios y trágicos por salvar vidas.

Y quedamos para comer en Donostia junto al ex Diputado General de Gipuzkoa, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri y el ex alcalde Xabier Albistur, todos conocidos del Congreso. El fue acompañado por el notario Martin Gabarain y comimos un buen rape en el Club Cantábrico de la Avenida donostiarra.

Guillermo nos obsequió su libro “El secreto de Franco” que había escrito, tras una investigación, sobre cómo el testamento de Franco, leído por Arias Navarro, no lo redactó el dictador. Guillermo es historiador y abogado, doctor en Historia cum laude, becario Fullbright y master por la Universidad de California. De joven militó en Bandera Roja para acabar en el PP de donde se salió en 2001. Estuvo casado con la ex ministra de Educación Pilar del Castillo.

En la conversación hablamos y analizamos todo, recordando viejas vivencias. Una de ellas sucedió en nuestro  viaje a Cuba presidiendo él  la delegación de la UIP, y se nos fue de La Habana a Santiago a hablar con la oposición y estuvo a punto de ser detenido y expulsado del país. Todos los pasos dados por la policía cubana así como el Cesid nos lo contó el Director General del Cesid, Jorge Dezcallar en una reunión a puerta cerrada de la Comisión de Secretos Oficiales.

Guillermo nos narró de la tensión existente cuando en el turno de las Delegaciones le saludó Fidel Castro y las intenciones del comandante con aquella foto. Le recordé como en un viaje a Egipto sabía donde se compraba la  mejor tela y la de mejor precio para hacerse un traje. Txabarri le recordó un viaje a China y Albistur de cómo fue el primero que llegó al restaurant  La Cepa nada más asesinar ETA a Gregorio Ordóñez. Les recordamos  como el PP tuvo mayoría en San Sebastián. En fin, vivencias de viejos rockeros que a algunos les parecen la prehistoria pero solo sucedieron anteayer explicando mucho de lo que sucede hoy.

El notario Gabarain recordaba a figuras principales de la sociedad gipuzkoana como Patricio Echeverria, J. M. Aguirre Gonzalo, Faustino Orbegozo, hoy olvidados habiendo sido pioneros y referencias emprendedoras de una sociedad que daba personalidades de la talla empresarial de las descritas.

Fue un encuentro muy agradable de los muchos que debería haber entre gentes de la misma generación que de alguna manera han marcado asimismo el hoy, cada uno desde su óptica y desde su trinchera.

Antes de salir para Bilbao fui a la calle Prim 59 donde  allí viví seis años, frente al Bellas Artes hoy en total reconstrucción. ¡La cantidad de películas en sesión continua que pude ver en aquel cine-teatro!, así como al Iglesia de los Carmelitas de la que mi amona era una de las devotas de la Virgen del Carmen y del Niño Jesús de Praga. Vivencias y recuerdos de una Donostia ya inexistente pero que existió. Y no viene mal recordar un pasado que fue tan entrañable.