Un libro que resume de forma extraordinaria una gestión de doce años

Martes 2 de julio de 2024

He recibido por correo postal y enviado por el Lehendakari Urkullu, un pequeño  y muy interesante libro “Euskadi 2012-2024” que como nos dice el lehendakari  es una “guía  en relato breve y sintético de lo que hemos vivido estos años. Es, ante todo, un repaso del logro colectivo que supone poder dejar una Euskadi sólida para las siguientes generaciones”.

No es muy extenso, tiene 111 páginas, está exquisitamente editado y presentado con un diseño moderno y una letra grande que invita a la lectura. Es un trabajo de divulgación y síntesis extraordinario.

El índice nos informa de su contenido.

A.- RESPETO, COHESION, CONVIVENCIA

Paz y Convivencia sin Olvido

Vocación por el acuerdo

Autogobierno, la piedra angular

Euskera, compromiso colectivo

Todos y todas, más iguales

B.- PROSPERIDAD

Primero las personas

Siempre con las empresas

Cada euro cuenta

Más y mejor empleo

El valor de lo público.

C.- SUPERACION

Frente a todas las tempestades

Euskadi y su lugar en el mundo

Presente y futuro verdes

Preparando el relevo

El mañana que ya es hoy.

Seis breves reflexiones sobre las Elecciones Francesas

Lunes 1 de julio de 2024

1.- Mucho hablar de Mitterrand como gran político y sin embargo por su partidismo egoísta y su falta de escrúpulos alentó a Le Pen padre para dividir el gaullismo de  Chirac. Siembra vientos y cosecharás tempestades. Ese señor que cerró la Delegación Vasca de París, siendo ministro del Interior, me sigue pareciendo un politicastro.

2.- Me llama la atención que unas elecciones en Francia se puedan convocar un 9 de junio y sustanciarse en primera vuelta solo 21 días después. Pis pas. Aquí todo es un rollo, un bla bla bla continuo  y a cuenta del garantismo dilatar los tiempos. Se demuestra que se pueden hacer las cosas solventemente si se quiere hacerlas.

3.- Los medios hicieron a Macrón y los medios lo han destruido  fundamentalmente por su soberbia  y  por su narcicismo. Hay muchísimo de esta toxicidad en política. Se cargaron al Partido Socialista y al Gaullismo y han logrado ganen los extremos. Chapeau.

4.- Apenas sabemos que ocurre en Iparralde. No conocemos casi nada de los candidatos vascos ni sobre lo que ocurre, pero estamos informadísimos de lo que dice García Page, Díaz Ayuso y Master Chef. No tenemos unos buenos medios públicos. Muy lamentable.

5.- No sé como va a terminar la cuestión pero parece que parte del centro derecha francés puede ayudar al Frente Popular a ganarle a Marie Le Pen, para frenar a esa extrema derecha que puede poner patas arriba toda la construcción europea.

En España la derecha no pacta más que con la extrema derecha. Y veremos si Malenchon se civiliza, aunque no me guste un pelo. Dijo que el euskera y los idiomas que hay en Francia son dialectos y que la única lengua es el francés. Lo mismo que Le Pen.

6.- En Catalunya desapareció CIU, en Grecia el Pasok, en Italia el PCI, en Francia el macronismo de primera fuerza a tercera y veremos qué pasa con los tories en Gran Bretaña. Nada es eterno si no se sabe poner la oreja en el suelo como los apaches. Aprendamos. Aquí también han pasado cosas muy graves. Y no se está poniendo la oreja en el suelo.

¿Por qué no una nueva Selección de Euzkadi?

Domingo 30 de junio de 2024                                                                    

Este artículo de David Salinas Armendariz, experto  seguidor y luchador por las Selecciones Deportivas lo reproduzco por estar de acuerdo con él. Refleja lo que muchos vascos sentimos sobre cuál es nuestra verdadera  Selección, con motivo de los encuentros de la actual Eurocopa.

“La misma nostalgia estival    

Hay cosas que echamos de menos aunque no las hayamos tenido nunca. Jamás nos acostumbramos a su falta. Los futboleros con un montón de cuatrienios a cuestas no nos hemos perdido un Mundial o una Eurocopa en décadas, en mi caso desde México 70, que ya ha llovido. Y en cada torneo a todos, a mí también, nos gusta identificarnos con una selección, o con más de una. Porque eso es el deporte y la competición, su buena práctica, sí, el gusto por el buen fútbol, de acuerdo, pero también, y fundamentalmente, tomar partido por uno de los contendientes. Dicho lo cual, no todos los que vemos y degustamos el fútbol oficial de selecciones tenemos identificada a la propia, a “la nuestra”, a ese equipo que justifique el disfrute de ganar por sí mismo.

La realidad es que muchos vascos no nos identificamos con la selección española. Yo soy uno de ésos. No sé cuántos somos los que compartimos esa sensación de ajenidad, aunque podría cifrarse sin mucha dificultad. Algunos datos se pueden manejar en relación con la adhesión a la selección vasca, nuestro equipo sentimental alternativo. Y ya se sabe, no podemos engañarnos, que todo esto tiene que ver con el sentido de pertenencia, o sea, con asumir determinados símbolos que nos representen, también en el deporte.

Cada uno ha bebido en su casa y en su entorno de unas querencias y de unas indiferencias. Yo en mi infancia tenía en mi cuarto, junto a pósters de cantantes y grupos del momento y de jugadores y alineaciones del Athletic, una foto de la selección española con Iribar, Rojo, Uriarte y Arieta. Porque estaban ellos la tenía, aunque entonces España no ganaba nada, perdía siempre las citas importantes. Y por eso era más de Inglaterra, de Holanda o de Argentina. Años después asistiría a un Euskadi-Irlanda en San Mamés que me hizo decantarme afectivamente. Era mi selección. El ambiente vivido, conocer su historia, el nivel de aquel equipo, formado por jugadores del Athletic y de la Real que iban a dominar largo tiempo la liga española, me hicieron preguntarme: ¿Por qué no una selección vasca que continuara sus épicos precedentes? ¿Por qué no devolver a los terrenos de juego del mundo a aquella Euzkadi con Z, o Euskal Herria, o Euskal Selekzioa…? ¿Por qué la selección vasca no puede, como la de Escocia -que hoy lo hace- o la de Gales, jugar un Mundial o una Eurocopa? Desde entonces no dejo de hacerme las mismas preguntas. Sé que hay que remover un montón de cosas, y cada vez veo más claro cuáles, y que hacen falta menos proclamaciones y posturas vacuas, y más trabajo y persistencia.

Mientras tanto, los años pares, con el calor estival, me embarga el mismo sentimiento, el propio de un apasionado del fútbol al que falta el equipo por el que apasionarse. Me falta lo que podría ser y no es. Añoro, junto a otros habitantes de esta tierra, de este “país deportivo”, a ese combinado representativo que me erice la piel. No me acostumbro al verde sin el verde, qué le voy a hacer, así que pasen los bienios. Algunos, muchos, no sé cuántos, se identificarán conmigo. Los que no, espero que comprendan mi nostalgia, ésa que quizás algún verano tendrá fin.”