Martes 7 de octubre de 2025
Hace dos años Hamas perpetró una matanza. Sabía que la respuesta no iba a ser neutra. Dio la patada al avispero porque en su ADN está la destrucción del estado de Israel y se encontró con un Netanyahu que de no haber previsto la matanza y enredado en juicios personales sobre corrupción, y con ayuda tibia, al principio de la Casa Blanca de Biden, total apoyo posterior de Trump, y la indiferencia de una Europa política inexistente, respondió a la sacre con un genocidio. Esto es en dos palabras, muy resumidas lo que ha ocurrido en estos dos años, sin traer a colación toda la historia que hay por detrás. Que es mucha.
La izquierda lógicamente se abstiene de condenar el ataque de Hamas ante la barbaridad que ha supuesto la masacre de los israelíes contra mujeres, niños, un territorio y una manera de vivir. Toda la culpa es de quien respondió a aquella barbarie de hace dos años. Y no es así, aunque la desproporción en la respuesta, ha invalidado y manchado para siempre la causa judía que debería de una vez por todas abominar de Netanyahu y sus halcones, que son muchos.
Dicho esto, yo vuelvo a casa. Hoy se cumplen 89 años de la creación del primer gobierno vasco en plena guerra, casi asimismo de exterminio, de unos militares y una derecha española sublevada. Fue un hito y los hitos hay que recordarlos. Lamento no se haga y traigo a colación dos fotografías. La portada del Euzkadi al día siguiente, 8 de octubre de 1936, y el acto conmemorativo que se realizó en Gernika con todos los Lehendakaris de la época.
Desconozco cuantos muertos hubo en Euzkadi como consecuencia de la guerra, ni cuantos restos siguen todavía sin exhumar, pero un pueblo que debe consolidar su relación social y humana en el respeto a los derechos humanos tiene obligatoriamente que recordar estos hechos.
Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla.


