Guerra y paz

Martes 17 de octubre de 2023

Me alegro mucho que Julio Ibarra vuelva a su casa, a ETB. Recuerdo una comida en Larruskain, donde se ofrecía el mejor rape del mundo, con Xabier Arzalluz y Javier Vizcaya. Eran tiempos duros del llamado Plan Ibarretxe. Es un gran profesional cuyo oficio, un ente público como EITB no puede dilapidar. Si me ha extrañado el elenco de entrevistados que ha escogido para su vuelta. Hay un evidente desequilibrio para un ente público, pero él sabrá. Creo que se ha equivocado. Hay mucha gente en este país que puede hablar en otra clave.

En relación con la guerra desatada el 7 de octubre no quiero repetir los tópicos de unos y otros. Conocí a Yasser Arafat en Gaza y conozco a Benjamín Netanyahu en su oficina de primer ministro, en un viaje parlamentario. Me decepcionaron los dos, pero el más peligroso por su agresividad, en ese momento, y por ver la vida en blanco y negro fue Netanyahu. ”O ellos o nosotros nos dijo”. ”Ni lo uno ni lo otro. Dos estados que vivan y se respeten” le contestamos. Casi nos saca del despacho.

Siempre hemos tenido una gran admiración por Israel. Incluso ETA en su libro blanco ponía el ejemplo judío para lograr un estado tras el atentado del hotel Rey David. Y no quisiera que esa inmensa admiración se empañe por acciones de exterminio. Ya sé que Hamas es el culpable del cruel ataque del 7 de octubre, pero sigo sin entender cómo pueden tener semejante infraestructura y tan eficaz viviendo en la pobreza como viven, pero lo iremos sabiendo.

En tiempos de Aznar éste nos quiso unir a ETA. Era una estrategia dañina pero bien pensada. Ahora se quiere unir Hamas a la causa Palestina. Y no es así en un conflicto muy complicado en el que Israel tiene todo el derecho a defenderse, como Ucrania, pero respetando las leyes internacionales que para eso están. Si son la única democracia de Oriente Medio, que es verdad, también lo son para esto. Y no entiendo que la IA ataque a Israel por sus excesos y no lo haga con Hamas. El dilema de siempre que siguen sin resolver éticamente.

Ya sé que en términos geo-políticos este nuevo conflicto en Medio Oriente forma parte del ajedrez bélico en curso desencadenado con la invasión rusa a Ucrania. Por un lado, EEUU/OTAN y aliados y por el otro Rusia, Irán y sus aliados. Detrás de todos los golpes de Estado en los últimos 2 años en África Central ha estado Rusia y su brazo operativo: El Grupo Wagner. En el conflicto actual Palestino-Israelí los brazos ejecutores son Hamás y si hay escalada, Hezbollah, talibanes e iraníes.

Volviendo al conflicto Palestino-Israelí, esta es una guerra abierta y en fases que comenzó en 1948. Ambos pueblos han pagado un alto costo y lo siguen pagando. Lo racional sería la convivencia en función de la realidad, los palestinos tienen derecho a ser un país e Israel también. La guerra no es un juego, muchos sufren y muchos mueren, civiles y combatientes y al final gana, no el que tiene razón sino el más fuerte.

En Ucrania los rusos le quitaron a ese país Crimea y actualmente el 20% de su territorio y casi el 80% de sus costas. Cuando la guerra termine y si no hay cambios significativos, Ucrania queda amputada, como lo fue México en el siglo XIX y ambos pueblos pagarán un alto costo. Las guerras siempre son trágicas e insensatas, pero la humanidad todavía no ha aprendido a evitarlas, de allí el valor supremo de la PAZ aunque a veces parece una ilusión.

En la actual escalada palestina contra Israel, esta tiene el argumento supremo «del derecho a la defensa», igual que los ucranianos y si las cosas suceden como es previsible, la respuesta israelí va a ser feroz. La paz en el Medio Oriente mucho va a depender de los acuerdos chinos-norteamericanos y la conducta de los gobiernos de la región en particular Irán, Arabia Saudita, Turquía y la Comunidad europea.

El resto del mundo, fuertemente condicionados por las ideologías y la propaganda asumirá su simpatía por uno u otro, más allá de lo real y lo racional.

El experto venezolano Ángel Lombardi nos dice algo sensato:

En lo personal condeno el terrorismo y la violencia y la responsabilidad de los dirigentes y gobiernos. Pero no soy ingenuo y respeto la realidad de los hechos y he tratado de comprender las guerras. Para el mundo griego la guerra era lo real-inevitable y por ello la palabra «paz» significaba «tregua» un periodo entre dos guerras y eso no ha cambiado pero con las nuevas armas, como ya dije, hay paz o estaremos convocando el apocalipsis.

El gobierno venezolano alineado con una de las partes, por razones ideológicas y políticas, comete un grave error geo-político. Somos un país plural y pacífico y por razones históricas, culturales y geo-políticas nos conviene NO militar en ninguno de los bandos chinos-rusos-norteamericanos, no hay imperio bueno ni imperio malo y cada país defiende sus intereses. Defendamos lícitamente los nuestros que son los intereses de todos los venezolanos y de la Nación y del Estado. A nivel personal, cada uno piensa y cree en lo que quiera, pero un gobierno debe representar a la Nación y al Estado y no a una parcialidad ideológica y política.

Ángel Lombardi Lombardi es licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, con especialización en la Universidad Complutense y la Universidad de La Sorbona. Fue rector de la Universidad del Zulia y rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta.

Jelkides y miembros de EH-Bildu homenajean al Jefe del Ejército Vasco

Lunes 16 octubre de 2023

No es lo habitual pero sucedió este domingo 15 de octubre. Y estuvo muy bien. Se cumplían 86 años de una de esas salvajadas de la guerra como fue la matanza-escarmiento que el ejército franquista hizo con dos gudaris y milicianos de cada partido y de cada sindicato. Los asesinó-fusiló para que sirviera de escarmiento. Entre ellos estaba Ramon Azkue, nacido en La Habana pero de Arrankudiaga, quien había sido el jefe máximo de Euzko Gudarostea, el ejército vasco a las órdenes directas del Lehendakari Agirre. Azkue no había tenido un homenaje singular y Betiko Lagunak lo promovió para este domingo, el día en el que el gobierno vasco en el exilio, ante aquella barbaridad, decidió recordarles e instituir el día del Gudari. Nunca se encontraría fecha mejor aunque Gogora ni estuvo en el acto.

Para organizar esto Betiko Lagunak aprobó promover el homenaje. Iñaki Egurrola miembro de la directiva habló con la familia, concretamente con Iñaki Zarraoa, ex alcalde de Getxo y ex director general de EITB (ninguna cámara estuvo en el acto), ya que Azkue era hermano de su amama y quien facilitó las gestiones con el cementerio y dio la aprobación para el acto. Y habló con el ayuntamiento, cuyo alcalde es Txutxi Ariznabarreta, de Bildu, quien propuso que el homenaje se ampliara al teniente del Padura, Carlos Egaña y al miñón Gregorio Urkixo de la cercana localidad de Arakaldo, cuestión que se vio procedente y así se reflejó en un tríptico que se entregó en la entrada del cementerio como recuerdo. El ayuntamiento sufragó los pequeños gastos que la celebración originó. Algo de agradecer.

Iñaki García Uribe, con su gran capacidad para relacionarse y organizar las cosas se ocupó de casi todo. De la misa a las once con coro, de la ofrenda floral, del sonido, de presentar el acto, del bertsolari López Audikana, de los dantzaris de Orozko, de la carpa por si llovía y hasta de la mesa con los libros “Diario de un Gudari condenado a muerte” facilitados por Sorkunde Arregi, viuda de Txomin Saratxaga, que estuvo allí presente, de los medios de comunicación, que han reseñado muy bien este acto, como DEIA, EL Correo y Aiaraldea. Sin su entusiasmo y entrega ese acto no se hubiera haber podido realizar con tanta brillantez. Es una máquina.

Nos congregamos unas 125 personas y le escuchamos a Izaskun Trabudua, de la ejecutiva de Betiko Lagunak explicar el motivo del homenaje, al alcalde de Arrankudiaga-Zollo Txutxi Ariznabarreta, a Iñaki Zarraoa que se ayudó de testimonios de su aitite, al propio Iñaki que trajo el recuerdo de las cartas de despedida de Azkue al BBB (había sido burukide), al Lehendakari y a su familia (Teresa Azkue fue la presidenta de Emakume Abertzale Batza) e invitó al público a decir unas palabras y yo lo hice recordando el ejemplo de Azkue quien pudiéndose marchar, se quedó con su gente y al gudari Pedro M Urrutikoetxea, gudari del Padura que tras la pérdida militar pasó por los internamientos de Basurto, Deusto, Orduña, Miranda para terminar en las mazmorras del Fuerte de San Cristóbal. Recordé como, agradecido como estaba de la asistencia de las mujeres navarras, prometió que si tenía una hija le pondría el nombre de Iruña que es el que tiene. Su familia originaria de Arrankudiaga tiene allí su tumba y sus restos reposan junto al de su mujer Leonor. Contó su historia en el libro “La Hora del Ultraje” y recordé este domingo como la hora del reconocimiento.

Terminó el acto Urtzi Vergara, concejal del PNV y presidente de la Asociación Ramón Azkue quien le invitó a estar junto a él a Iñaki Egurrola. Finalmente Iñaki García Uribe conjuntamente con el txistulari entonó el Euzko Gudariak que fue seguido por todo el público. Entre el público estaba el alcade de Ugao-Miraballes Ekaitz Mentxaka y gentes del PNV y de Bildu. Tras el acto nos fuimos al pueblo donde en la casona donde funciona el batzoki y la asociación cultural Ramón Azkue dimos buena cuenta de unos pintxos de campeonato.

Quizás por el puente o por lo que sea se echó en falta la presencia del burukide de la zona y de la Asociación Gogora, pero eso no enturbió un acto redondo donde se hizo justicia a una generación, se reconoció la figura de Ramon Azkue, nada menos que jefe del ejército vasco y se confraternizó, que no es poco.

Sigue faltando un cabal Monumento al Gudari y Milicianos en este país y que estos recuerdos no se pierdan.

El espíritu vivido el domingo ayudan a ello.

No fue un abrazo. Fue una traición

Domingo 15 de octubre de 2023

Le preguntaron a un navarrico sobre lo que eran los Fueros. ”Los Fueros son los cojones de Navarra” contestó. Con perdón. Se entendió a la primera. De alguna manera lo refleja con rotundidad el cartel de Txiki, ampliamente difundido en aquel año 1931 cuando se discutía el primer estatuto, el de Estella, que incluía Navarra. El segundo fue aprobado el 1 de octubre de 1936 en el Congreso y en plena guerra. Fue la condición que le puso el EBB al presidente del gobierno español Largo Caballero para que Irujo fuera uno de sus ministros. El tercero fue el de Gernika aprobado el 25 de octubre de 1979, con la beligerante oposición de lo que hoy es el PP y que sin embargo lo consideró, junto al PSE de Patxi López el día de la Comunidad Vasca, aprobando su celebración. Es incomprensible que todavía no lo sea el primero, aquel estatuto de 1936 que trajo como consecuencia un gobierno de concentración con ejército, política exterior, administración, moneda y estando la derecha disparando fuera contra él. Duró 9 meses y se mantuvo cuarenta en el exilio defendiendo aquella legitimidad. El Lehendakari Leizaola al volver del extrañamiento entregó simbólicamente esa legitimidad en 1979. Somos pues dados a respetar lo simbólico. Y eso es fundamental.

Todos los coches tienen espejo retrovisor o pantalla informática para ver qué está pasando detrás, aunque de lo que se trata es de ir hacia adelante. Pero cuando Núñez Feijóo en su fallida investidura en el Congreso y desde la tribuna recordó con retintín al PNV como partido conservador porque reivindica “Dios y Ley Vieja”, ”Jaungoikoa eta Lege zarra”, en clave despectiva, conviene recordar en dos trazos la importancia de la fecha que vamos a conmemorar dentro de diez días y que es fundamental para entender muchas cosas.

LA HABANA 1942

En 1939, centenario de la abolición foral, un gobierno vasco ya en el exilio y en plena guerra mundial, hace una campaña muy intensa recordando la fecha y pidiéndoles a los partidos del gobierno vasco que tengan “obediencia vasca”. Agirre al poco llega a América tras su fuga vía Berlín y en su visita a Cuba, en La Habana, sigue reivindicando la soberanía vasca y recuerda lo siguiente en pleno Caribe y con un impoluto traje blanco: ”¿Os puede extrañar que los vascos hoy en día luchen y se propongan seguir luchando por la libertad?. ¿Creéis que todo el tesoro de tradición que encierran nuestros siglos de historia, y que llegan incólumes hasta ayer, podemos olvidarlo tan fácilmente?. Todo este patrimonio fue roto violentamente en 1839, después de una promesa solemne hecha a nuestros padres en los campos de Bergara, donde al firmarse el Convenio que dio fin a la primera de las guerras llamadas carlistas, se prometió el respeto a la vieja libertad vasca a cambio de que los vascos depusieran sus armas. Puestas en el suelo las mismas, la promesa fue incumplida y a partir de ese momento, Euzkadi, el pueblo de los vascos levantó su bandera de reivindicación por su libertad. ¿Os puede llamar la atención entonces, señores, que conocido nuestro pensamiento sobre la dignidad del hombre y el amor a la libertad patria, conocida nuestra democracia histórica, alguien puede extrañarse de la posición que adoptamos ante la terrible lucha ideológica que en el mundo se desarrolla actualmente?. ¿Cómo habíamos de ser traidores al espíritu de nuestra historia?”.

Y es que aquel abrazo, no fue un Convenio para ser cumplido, sino una traición en toda regla. ¿Y alguien puede extrañarse que en 1978, recordando lo dicho por el Lehendakari, los diputados y senadores del EAJ-PNV esgrimieran como núcleo central de su negociación política la reintegración foral plena?. No se pudo llegar más allá, pero ahí está la Disposición Adicional de la Constitución que reconoce esos derechos previos y da por anuladas todas las leyes abolitorias y el espíritu violento y centralista de Cánovas del Castillo cuando dijo aquello de que «cuando la fuerza causa estado, la fuerza es el derecho».

Valentín de Olano, en el Parlamento español lo dejó muy claro, muy poco después, en marzo de 1840: ”Jamás creyó la lealtad vasca en aquellos solemnes momentos en que vio tendido un mundo de boinas y bayonetas, que se había de venir con argucias que más parecen sofismas. Si el 31 de agosto se hubiese dicho a las masas armadas que estaban delante del Duque de la Victoria (Baldomero Espartero). ”Todo lo habéis perdido”, no se hubiera efectuado el Convenio. Pues bien, lo que no digo al hombre que está con las armas en la mano, no se lo digo después que las ha dejado”.

Hace ahora 44 años se eligió el 25 de octubre de 1979 para aprobar en referéndum el estatuto de Gernika. Las fechas pesan y dan mentís a un inculto histórico Núñez Feijóo, tan inculto en foralidad que la considera un privilegio y no como poder político originario, tan desinformado como los Guerra y Abril Martorell con quienes tuvieron que negociar nuestros parlamentarios la Constitución española que reconoce que esos derechos forales son anteriores a su intocable y sacrosanta Constitución.

Y NOS METIERON EN SU CORRALITO

En aquel desierto hubo voces que dijeron y denunciaron lo que estaba pasando. Un diputado de aquellas Cortes españolas, cuyo comportamiento merece ser recordado fue el Marqués de Viluma, quien a pesar de no ser vasco y de no tener por ello mo­tivos para conocer el problema de nuestro país, ni la verdadera significación de nuestros Fueros, comprendió inmediatamente el engaño y la intención torcida que entrañaba la proposi­ción que por el gobierno español se presentó a la consideración y discusión de la Cámara. ”Se confirman los Fueros sin perjuicio de la unidad de la monarquía”. Maldito sin perjuicio.

Él sabía, indudablemente, que mientras los vascos disfruta­sen de sus Fueros tendrían la facultad de hacer sus leyes, que tendrían en sus manos el arma decisiva del Pase Foral, y comprendió que el disfrute de esas facultades y prerrogativas, que en realidad suponían la libertad de aquellas “provincias norteñas ”,  no podían ser compatible con la situación que, planteaba lo que el proyecto de ley llamaba la unidad constitucional de la monarquía. Ante el despojo que trataba de realizarse, y usando la palabra se enfrentó con el gobierno explicando a la Cámara el verdadero alcance de la disposición proyectada llegando a decir con toda crudeza, que no era de legisladores honrados dejar de calculado intento las leyes de forma oscura y con doble sentido. Ante aquello, no le quedó más remedio que confirmar el “atraco” el ministro de Gracia y Justicia, Lorenzo Arrazola, autor del proyecto. Así quedó aclarado el engaño, y la ley a pesar de las pri­meras palabras confirmatorias, y no fue ya de doble sentido, sino so­lamente de sentido derogatorio y destructivo de los Fueros Vascos lo que se estaba haciendo.

Dictada la funesta ley y adoptadas por el Gobierno español las primeras disposiciones para su aplicación, el pueblo vasco en general no reaccionó contra ellas y aquel silencio de muerte hubiese sido total si no hubiese surgido la voz de un valiente nabarro. Fue la del Síndico de las Cortes de Nabarra D. Ángel Sagaseta de Ilurdoz. Voz   fuerte y de gran autoridad, que se levantó enseguida para advertir a los nabarros, a los vascos todos, que aquella ley, que se acababa de promulgar no era confirmatoria de los Fueros como del texto inicial del artículo primero parecía dedu­cirse, sino que por el contrario entrañaba su total derogación. Pero su voz no tuvo eco y su advertencia no fue atendida por los vascos.

El Gobierno de la monarquía, tan pronto como se dictó la mentirosa ley, procedió a establecer los tentáculos de su dominación y en primer término designó a los gobernadores civi­les que entonces se conocían con el nombre de Jefes Políticos, nombran­do para Gipuzkoa al general Francisco de Paula Alcalá. El primer acto de éste fue dirigirse a todos los alcaldes de la ya provincia, diciéndoles que en adelante debían considerarle y reconocerle como su superior jerárquico y cumplir estrictamente las órdenes que emanasen de su autoridad. Los alcaldes, en general, callaron, pero hubo uno que conocedor, sin duda, del régimen propio de la foralidad vasca, no quiso someterse, sino que se enfrentó con el Jefe político negán­dose a obedecerle. Fue éste el alcalde de Azpeitia, Ascencio Ignacio Altuna  quien a la circular del general con­testó diciendo que no podía reconocerle como superior jerárquico, pues para él no había más autoridad que la que emanase de las Juntas Generales de Gipuzkoa. Con este motivo se cruzaron entre el Jefe Político y el al­calde de Azpeitia repetidos oficios y comunicaciones en los que és­te contestaba serenamente a los requerimientos de aquél ratificán­dose cada vez con más energía en su posición inicial. Las amenazas del general no consiguieron impresionar a aquel hombre íntegro que por fin fue apresado y conducido entre bayonetas a San Sebastián y allí encarcelado y sometido a proceso. Nadie le siguió y él, pasado algún tiempo y recobrada la li­bertad publicó un folleto explicando a su pueblo cuanto le había ocurrido, insertando copia de los interesantes oficios cruzados en la desigual contienda.

Ángel Sagaseta de Ilurdoz y Ascencio Ignacio de Altuna son, pues, acreedores de nuestro reconocimiento. A ellos y al diputado Marqués de Viluma, eminentes parlamentarios los tres, cuyos nombres destacaron brillantemente como magníficas excepciones en aquel coro general de felonías y traiciones de unos, de apatías, desconocimientos y dejaciones incomprensibles de otros, debemos los vascos un recuerdo de admiración que sirva de pequeño homenaje a su memoria en tiempos en los que el líder del PP tergiversa la foralidad, pues los tres lo hicieron en el mismo hemiciclo.

La reacción contra la ley de 25 de Octubre de 1.839 (hace ahora 284 años) no sur­gió por el momento en forma explosiva, sino que se fue incubando poco a poco durante cincuenta años hasta que vino a concretarse con la aparición de Sabino Arana el hombre clave de Euzkadi quien en  1895 fundó el EAJ-PNV  que supo dar al problema su exacta dimensión con la definición y exal­tación de la verdadera Patria de los Vascos a la que se ofrendó totalmente.

Y en eso estamos, Sr. Feijóo.