¿Por qué no le preguntan a Roca y Herrero de Minón?

Domingo 17 de septiembre de 2023

Es curioso lo poco que ha calado la admonición del evangelio de San Marcos mandando que el sábado sea para el hombre y no el hombre para el sábado. Digo esto porque salen hasta de debajo de las piedras nuevos constitucionalistas que con los ojos en blanco dicen que el hombre está hecho para acatar la Constitución y no la Constitución para servir al hombre. Ni la han leído. En su ensañamiento contra los “periféricos”, son muy laxos en asuntos de nervio. Ahí no entra ni el rey con su impunidad, ni la Loapa, ni el Gal, ni el incumplimiento del estatuto de Gernika, ni nada que les incomode. Mucho menos un Tribunal Constitucional como árbitro comprado. Se les llena la boca hablando del sagrado e intocable texto constitucional mientras sacan a pasear la palabra hereje, fugitivo, minorías desechables y privilegios y se quedan tan anchos. No fue ese el espíritu que alumbró aquel texto en 1978 y por muy poco no se logró que los nombres de Galiza, Euzkadi y Catalunya fueran consagrados en el artículo 2 como Nación. Hoy, la envidia, el complejo y la ignorancia han uniformizado la designación. En la actualidad  todas son comunidades históricas y todos nos quieren como españoles con alpargatas. Lo que impidieron los militares, ha terminado por cuajar. Ya lo dijo el filósofo asturiano Gustavo Bueno “la filosofía basura política de Peces Barba es cuando dice no distinguir nacionalidad de nación”. Sin embargo fue Fraga quien en la ponencia anunció su voto negativo por no admitir la palabra ”nacionalidad” porque se trataba de “nación”. ”Es así Don Manuel”, le contestó Roca.

Ante el clima eléctrico que se ha creado referido a la amnistía, amnistía que se aprobó en octubre de 1977 para resolver un problema irresoluble como fue la de vaciar las cárceles y no condenar a asesinos, ladrones y verdugos, de la dictadura, entre ellos a Manuel Fraga, y ante ese “encaje”, palabra maldita para Feijóo que tras nombrarla ha abjurado de ella como el de designar a Galiza como “nación sin estado”, el Lehendakari Urkullu hizo una propuesta de “Convención” que los del ombligo del mundo rechazaron. Pero no todos. Un prestigioso jurista gallego de Coruña me escribía: “La iniciativa del Lehendakari es una gran idea y se trata de una aportación muy importante. Habrá que irla articulando conforme se pueda. Me consta que la mayoría de la ejecutiva del BNG es favorable y la percepción en ambos sectores de Junts no es nada negativa y mejora día a día”.

Lo muy curioso del caso español es que de siete ponentes constitucionales, Fraga, Cisneros, Solé Tura, Pérez Llorca, Peces Barba, Roca y Herrero de Miñón, solo viven estos dos últimos pero no se les consulta absolutamente en nada, que en un país normal sería lo procedente. Y repito, son dos ponentes constitucionales con su cuadro en la Sala Constitucional del Congreso, la Antigua Sala Internacional, y sin el octavo cuadro que le hubiera correspondido a Xabier Arzalluz, excluido de aquella ponencia.

Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón

Herrero y Rodríguez de Miñón, uno de los ponentes constitucionales, jurista y estudioso del foralismo vasco se atrevió a decir que Catalunya es una nación y que el cepillado Estatut era constitucional. Conocí a Miguel Herrero siendo éste diputado en 1986. Era el portavoz de su grupo parlamentario (1982-1987). Con una oratoria brillante, antiguo alumno de Oxford, París y Lovaina, trajes cruzados, gafas de niño repipi, grandes carcajadas, cultura oceánica, admirador de lo british, vivienda al lado del viejo ayuntamiento madrileño, conspirador nato, erudito, era el típico representante de la clase culta española y de esa derecha civilizada y positiva que cuenta con tan pocos líderes que no embisten y dan la cara. Debería ser una especie a proteger. Sus tertulias en la Ser con Santiago Carrillo y Pere Portabella en los últimos años (1998-2009) eran clases de buena política y mejor historia. Abandonó el programa debido a su nombramiento como miembro permanente del Consejo de Estado. Nada que ver con un Aznar que le robó sus apoyos cuando, dimitido Hernández Mancha, asumió la jefatura de un PP que seguía manteniendo vivo el liderazgo de Manuel Fraga. Amigo de Ernest Lluch, escribió con él un muy lúcido trabajo, Constitucionalismo útil, quizás para diferenciarlo del constitucionalismo inútil, retórico, tóxico y prisionero de pueblos y naciones que es el vigente. En el año 2004 se dio de baja del Partido Popular.

A Miguel Herrero siempre le han acusado de un pecado nefando en la capital del reino, y es el de ser amigo de las gentes del PNV y defender las posibilidades de encaje de lo vasco en una Constitución que él corredactó. Para colmo, aceptó recibir el premio que la Fundación Sabino Arana le otorgó el 31 de enero de 1999, lo que le convirtió en blanco preferido de Jiménez Losantos, Alfonso Ussía, Martín Ferrand y demás carcúndia mesetaria. En 1999 escribió un interesante libro, Idea de los Derechos Históricos. Se trata pues de un tipo extraño en el Madrid oficial. Lo foral es un hueso más de su esqueleto  en una capital  donde la ignorancia se aplaude y los políticos no tienen ni idea de historia.

Pero este hombre hizo, en la aceptación de aquel premio, algo insólito y que no había ocurrido nunca. Declararse españolista y gritar “¡viva España!” para lograr en el Teatro Arriaga de Bilbao, al término de su intervención, un cerrado aplauso de todos los vascos allí presentes. Un sabio de la política. Su breve discurso no tiene desperdicio.  Conviene conocerlo y guardarlo. Dijo así:

“Unas palabras, nada más, de gratitud a la Fundación Sabino Arana por distinguirme con este galardón.

Un galardón que premia mis esfuerzos, primero como constituyente, después como parlamentario, desde hace años, como  analista  político  y  constitucionalista  en  pro del pleno reconocimiento  de  los  derechos  históricos  del  pueblo vasco.

En efecto, durante años me he dedicado a defender y difundir la idea de que el pueblo vasco, restaurado en su plenitud, debe ser el dueño de su futuro, a decidir  democráticamente y con pleno respeto a lo que su identidad histórica y su actual pluralidad requiere.

Tres son las razones por las que he defendido, defiendo y defenderé esta posición. Primero, porque creo que es lo que en justicia corresponde a la historia foral y a la identidad nacional del pueblo vasco.

Segundo, porque creo que ésta es la única vía para obtener la reconciliación de la sociedad vasca y la sublimación de su dolor, para convertir un pasado tormentoso y dividido en un futuro lleno de comunes esperanzas.

Tercero, porque, como todos sabéis, soy profundamente españolista y creo que solo un pueblo vasco restaurado en la plenitud de sus derechos puede reanudar voluntariamente el secular tracto paccionado con el resto de la monarquía española.  Eso es lo que, en palabras del lehendakari Agirre el 5 de diciembre de 1935, permitía gritar a los vascos, nacionalistas incluidos, ¡viva España!.

Yo comprendo que el empeño es difícil. Tanto de expresarlo aquí como de defenderlo donde yo lo hago. Por eso, el premio que me dais y por el que reitero mi gratitud es el mayor acicate”.

Lógicamente Don Miguel no es un abertzale pero con personas asi,la situación sería otra y lo catalán, lo gallego y lo vasco tendría otra dimension. La desgracia es que se trata de negociar con la incultura, la arrogancia, y lo primario.

Catalunya es una nación

Posterior a ese acto y diciéndose “absolutamente españolista” y al mismo tiempo identificado afectivamente con todos los movimientos nacionalistas, defendió que “la Constitución daba cabida” al Estatuto catalán, recurrido por el PP´. “En el arco de la Constitución, el Estatut cabe porque la Constitución que felizmente hicimos es elástica, en el mejor sentido del término, es una doctrina que tiene fórmulas no rígidas (…). El Estatut está funcionando durante años, y la vida en Catalunya y en el resto de España está siendo totalmente normal. Yo que soy un apasionado devoto de la España grande, que es el resultado fuerte y vigoroso de la libre adhesión de todos los pueblos, creo que Cataluña es una nación”. En este sentido, sostuvo que hacía falta defender al individuo como sujeto acreedor de todos los derechos fundamentales, entre ellos el de la “identificación nacional”.

Es evidente que no hay mucha gente en Madrid como Miguel Herrero. Por eso es un hombre silenciado. Seguramente, la situación catalana no sería hoy como es con Herrero de Miñón a los mandos. De ahi mi extrañeza que no se consulte nada con los dos ponentes constitucionales vivos y que siguen colgadas sus pinturas en la sala Constitucional del Congreso, y que lo que diga Borja Semper o Guerra tenga más importancia que lo redactado por un experto que además se declara español y españolista. Y por eso conviene destacar su pensamiento. Se puede ser español y españolista y a la vez demócrata y un apasionado por la convivencia  respetuosa, tratando de no imponer una única visión de España.  Pero, desgraciadamente, la que impera es la de la España eterna, la de la Conquista de Granada y la de los tercios de Flandes, la de los Reyes Católicos, la de charanga y pandereta, cerrado y sacristía devota de Frascuelo y de María…. ¡Qué pena!

Otro ponente constitucional, en este caso fallecido, Jordi Solé Turá  relató en un libro  las tensiones y desencuentros que suscitó desde un principio la incorporación a la misma de la voz “nacionalidades”, que algunos diputados de AP, de UCD y de algunas formaciones regionalistas combatieron con firmeza a través de sus enmienas. En un momento determinado -reseñaba el exdiputado comunista- “altos responsables de UCD” le comunicaron que no podían aguantar las presiones y se veían obligados a retirar totalmente el término “nacionalidades”, cosa que propondrían sus representantes en la ponencia en la sesión final”. Roca y él -añade- mostraron su más radical oposición a semejante posibilidad, dejando patente que “tanto los comunistas como los nacionalistas nos manteníamos intransigentes y hacíamos del mantenimiento o no del término nacionalidades una cuestión de ruptura o de continuación del consenso constitucional”. UCD quedaba así en una situación muy delicada. Si mantenía la expresión “tenía que hacer frente a una gran ofensiva exterior, en el seno de los propios aparatos del Estado que el gobierno ucedista controlaba con dificultad. También tenía que hacer frente a series disensiones internas”. Si, por el contrario, optaba por suprimirla, “se rompía el consenso constitucional ya resquebrajado por la retirada del PSOE, y con ello UCD se ponía en manos de Alianza Popular”. Es entonces cuando se produce el sorprendente e indecoroso acontecimiento que el profesor catalán desvela en su libro. Repasémoslo de la mano del propio Solé Tura.

Le llegó un papel escrito

“Finalmente, a última hora de la tarde, me llegó en tanto que presidente de la sesión, un papel escrito a mano y procedente de la Moncloa en la (sic) que se proponía una nueva redacción del artículo 2. Era una redacción compleja, en la que se introducían los conceptos de “patria” y de “nación”, pero en la que se mantenía el término “nacionalidades”. Era, de hecho, una refundición de conceptos que reflejaba muchos de los puntos de la discusión final entre  UCD, los comunistas, y los nacionalistas, pero también los resultados de la presión exterior”.

La confesión es terrible. Admitir que el artículo en el que se define la base sobre la que se fundamenta la Constitución fue impuesto a los  representantes de la voluntad popular por unos “sectores consultados” de naturaleza extraparlamentaria. Fue concebido por poderes fácticos extraparlamentarios -nadie pone en duda de que eran militares- e impuesto a los representantes legítimos de la voluntad popular, vaya usted a saber bajo qué tipo de amenazas. Pero ahí está y labor nuestra es sacarle chispas y erigirla como percha a una negociación bajo el espíritu del 78, dejando claro que hay naciones y regiones. Lo dice el artículo dos. Y a partir de ahí, a por todas.

El mensaje de Arzak y una charla con Ramón Barea y Mario Pardo

Sábado 16 de septiembre de 2023

 “Arzak, since 1897”, se llama el documental que ETB proyectó el jueves en prime time. Un muy buen trabajo. Fino, estético, histórico, con ritmo, distinto. Trabajos así deberían ser vistos más a menudo en ETB.

Salía en el trabajo la mesa de aluminio que tiene en la cocina en escenas con su hija Elena. Me recordó la única vez que he comido en el Arzak y fue en esa mesa. Parece que es especial comer en ella. Habíamos logrado un buen pellizco en Madrid para Gipuzkoa y el Diputado General José Juan González Txabarri nos invitó a comer junto a Xabier Arzalluz. El propio Juan Mari nos acompañó. Fue un lujo, más que la comida.  Arzalluz conocía aquella Casa de Comidas regentada por la madre de Juan Mari, cuando era un buen punto en el alto de Ategorrieta, sin más. Al final, en una cajita de cerillas de la época, Arzak le escribió a Arzalluz: ”Muchas gracias por todo lo que has hecho por nosotros”. Dicho por él, tuvo un gran valor.

Te recuerdo Amanda

Agustín Herranz tiene eléctrico programa en Radio Popular. Este viernes transmitió su programa desde el Museo Marítimo. Quería hablar de todo y de Olabeaga. Mi segundo apellido es Olabeaga que debe significar “ferrería bajera”. Pero allí más que una ferrería se dice que fue el desembarcadero de bacalao de Noruega y que por eso se le conoce como Noruega. Un experto en la vida de la Ría, Jesús Mari, nos dijo que había otra versión. Comentó que en ese recodo los gabarreros decían que hacía más frío que en Noruega y de allí le quedó el nombre.

He compartido programa con Ramón Barea, injubilable. Se va a Chile a un homenaje a Víctor Jara. Tiene dos papeles en uno, el de Allende y el de Pinochet. Agustín le pidió recitara algo y lo hizo. Fue emocionante. Nos repitió, con su voz de timbre tan personal la despedida de Allende desde el Palacio de la Moneda antes de morir. Su mensaje a un Chile del que decía que les podrían avasallar pero no vencer y que se abrirían las grandes alamedas donde marcharía el hombre libre. Lo hizo tan requetebién que le aplaudimos al unísono con entusiasmo. Para remate Iñaki Basabe con su guitarra y Kike con su violín cantaron “Te recuerdo Amanda”. Cincuenta años de aquella barbarie. Un mundo de recuerdos y de lucha.

Estaba asimismo el actor Mario Pardo a quien Barea le conocía de haber trabajado juntos en “La Fuga de Segovia”. Y hablamos de los Oscar y de como trabajó con Víctor Erice, director que será homenajeado en el Festival de Cine de Donostia. Flaco como un respiro, sus vivencias fueron de interés.

Herranz hace un programa vivo y con personalidades muy interesantes. Algo así echo de menos en ETB. Temas y personalidades las hay a millones. No todo tiene que ser Rubiales y fútbol.

Garaikoetxea y el Alderdi Eguna

Viernes 15 de septiembre de 2023

He contado la historia cien veces, aunque haya gente que le moleste escucharla, pero como en este país de Adan, las iniciativas no tienen paternidad y eso no es bueno pues detrás hay mucho esfuerzo e ilusión, la vuelvo a contar con una reflexión final que creo de interés.

En 1977 las calles, las plazas, los kantaldis y todo acto público pivotaba sobre la Amnistía a los presos de ETA. Eran presos de una dictadura. El PNV también los tenía. En Carabanchel, estaban Joseba Goikoetxea, Carlos Zarraga y Anton  Landa. Salieron en diciembre de 1976  con aquel Indulto previo  que se consideró un insulto. Otro dato fue la celebración del Aberri Eguna que se malogró una vez más en aquel 1977.  La celebración era combativa y se buscaba que los partidos opositores al régimen fuéramos juntos a todo, aunque muchas veces éramos nosotros quienes poníamos el grueso de la gente mientras otros sujetaban la pancarta y pescueceaban para salir bien en la foto.

Yo era miembro del BBB y del EBB presidido por Carlos Garaikoetxea. Ajuriaguerra y Arzalluz habían tenido que dimitir por incompatibilidad al haber sido elegidos diputados al Congreso. Eran tiempos de mucha actividad interna y de mucha organización, de ahí que planteara en el BBB la posibilidad de hacer una fiesta de partido, como había visto en Caracas en el Parque de Los Caobos, con Acción Democrática y Copei que celebraban su parrilla anual con casetas, actos folclóricos, mítines y confraternización que producían noticias   que salían al día siguiente en la prensa. Aquello  concentraba mucha gente. Lo había visto asimismo en Paris en la fiesta del periódico del PC L´Humanité y en Roma con la fiesta del PCI.Y propuse hacer algo así aquí. Seguir con el Aberri Eguna pero crear el Alderdi Eguna. A Txomin Saratxaga, experto organizador le gustó la idea y fuimos a contársela a Juan Ajuriaguerra que todavía trabajaba en su oficina profesional de tapadera pero a quien no le gustó ni pizca lo que le conté. Nos dijo que no había que romper la unidad de los partidos ante el Aberri Eguna. Y menos teniendo lo que teníamos delante.

Fue un palo. Nuestro gozo en un pozo. Pero ante aquello, yo era un veinteañero, le  contesté que no se rompía nada  pues se seguiría manteniendo  dicha unidad pero que lo que le proponíamos  era otra  cosa. Una  fiesta familiar que aunara lo político, con la gastronomía, con la amistad, con el conocimiento, con la fiesta, y la familia, y se seguía manteniendo el domingo de Pascua el Aberri Eguna.Pero el hombre se negaba a ello. Ante aquella rotundidad  y sacando fuerzas de flaqueza le dije que con el máximo respeto le comunicaba que lo íbamos a hacer ya  que él nos había enseñado que eran los burukides quienes tomaban las decisiones de partido y no los cargos públicos. Yo era un pipiolo y aquella respuesta, quizás insolente, le obligó a estar treinta segundos callado para decirnos que hiciéramos lo que quisiéramos. Aquella mirada no se me olvida. Y de su despacho en la calle Dr. Areilza salimos temblándonos las piernas. Posteriormente tuvo el gesto de reconocer que habíamos acertado.

Saratxaga propuso fuéramos a San Miguel de Aralar patrón del Partido a lo que accedimos y a mí me tocó en el EBB presidido por Garaikoetxea proponer la concentración en Navarra y a Garaikoetxea aprobarla, cosa que hizo.

El problema fue el lugar elegido. Nunca sospechamos el río continuo de gente que iba a acudir siendo  los accesos pésimos. Pero aquello fue un exitazo tal que 46 años después se sigue celebrando. El reencuentro de viejos amigos, el desfile de los  gudaris, la sensación de fuerza colectiva, el buen ambiente consolidó una matriz que ha funcionado.

Hoy existe preocupación ante la concentración del 24 y se impone un trabajo adicional.Hay que hacerlo.

Tras Aralar rotamos y lo hicimos en Itziar, Olarizu, Aixerrota, Salburua, Aiegi, hasta que nos radicamos en Foronda comprando incluso el terreno.

La foto que publico es de aquel EBB que aprobó el Alderdi Eguna como fiesta nacional del EAJ-PNV. Podemos ver a Joseba Leizaola, Andoni Olabarri, Carlos Garaikoetxea, Eli Galdós, Joseba Azkarraga, Patxi Ormazabal, Xabier Agirre, Pello Irujo y yo mismo. Solo faltan en ella Juan José Pujana y Koldo Amezketa. Todo este magnífico ambiente se rompió con la división del PNV diez años después. Los discursos  de la época  y los dos Alderdi Egunak, en los primeros años de la división, marcaron un gran enfrentamiento. Como me decía quien ha estudiado aquel período, ”fue un daño terrible al abertzalismo, no sirvió más que para enfrentar a familias y amigos, debilitarnos como país y dejar como consecuencia secar las asambleas y anular el debate. Faltó mano izquierda y sobre todo cultura democrática”. Hoy, es fácil decir que creo que hoy no ocurriría semejante desastre. Aunque nunca se sabe conociendo la mentalidad de algunos.

La otra foto es de Garaikoetxea en una txozna comiendo con su mujer Sagrario Mina y Pedro Miguel Etxenike. Al fondo Josu Zubiaur, primer director general de EITB, muy poco reconocido. A Etxenike le vi hace unos meses en el funeral de la ama del Lehendakari Ibarretxe. Hacía años no le veía. Me preguntó si había recibido su libro Nanogune, el Encanto de lo Pequeño. Nos nombraba como Grupo Vasco por haberle conseguido en los Presupuestos en las Cortes una cantidad considerable para poner en marcha su proyecto. Alababa a las instituciones vascas y al autogobierno el haber puesto en marcha su gran apuesta. Le dije que si, pero  que como  no se prodigaba en actos comunes, desconocía su dirección y no le había acusado recibo aunque tampoco era como para echar cohetes aquella breve alusión.

Y mi propuesta. Hay que pasar página de aquel enfrentamiento de 1986. En 2005 la Fundación Sabino Arana le dio su premio anual al Lehendakari Garaikoetxea. Y allí estaba Ibarretxe, el EBB, el BBB y el grueso del PNV. Y se le reconoció y se le aplaudió. ¿Por qué no pedirle que ice la ikurriña en este Alderdi Eguna?. Sería una buena foto de familia. De aquel EBB quedamos cinco. Y si el actual EBB quisiera invitaba a la viuda de Txomin Saratxaga para que estuvieran en esa foto histórica. Ahí queda.

Estoy seguro que si eso se acordara hasta el exquisito Pedro Miguel Etxenike estaría presente el 24 en Foronda, como cuando iba a los Alderdi. Creo que el empeño merece la pena.