Mujeres trabajadoras. Arte urbano comprensible

Miércoles 3 de mayo de 2023

Eloy Unzalu, a raíz del post de ayer, sobre el Tuercebarras, me envía esta preciosa fotografía. Es del siglo XIX y se ven a cinco aldeanas vascas vendiendo sus legumbres y hortalizas en el suelo. Todavía no había llegado la BBK para ponerles su merecida caseta. Era vida dura y se ven muy bien  en la instantánea, porque no están posando.

Al fondo se ve un puente. Creo que es el de la canción: “No hay en el mundo, puente colgante, más elegante que el de Bilbao, porque lo han hecho los bilbainitos que son muy finos y muy salaos”. Algún cronista me dirá que no es ese, que fue uno que parecía el del puente sobre el río Kwai, el caso es que este es señorial y hermoso. Me sirve para poner la foto que vale la pena.

Y cuelgo  asimismo la  foto de la Sra con el burro y detrás el ayuntamiento. A mi bisabuelo le gustaba la fotografía y tenemos una cajita de fotos pegadas a cristales. Y esta es una de ellas. Era de aquel Bilbao.

Siempre se buscan mujeres para reconocer su trabajo. En 2021, la diputada  Teresa La Espada inauguró en Uribitarte una escultura de Dora Salazar en homenaje a Las Sirgueras, aquellas mujeres que tenían el  durísimo trabajo  de arrastrar con la cuerda barcazas pesadas y cargadas por la Ría. El conjunto está muy bien y es uno de los más fotografiados junto al de Jesús Lizaso, autor del Tuercebarras.

Insisto en lo dicho ayer. Este tipo de presencia escultórica embellece la ciudad y homenajea a nuestros antecesores/as que con su diario, duro y rudo  trabajo han hecho nuestro hoy.

Tuercebarras

Martes 2 de mayo de 2023

La reubicaron en el Campo de Volantín en 2020. Estaba  antes frente al Museo Marítimo. Es un buen sitio. Cuando la reinauguraron el alcalde Aburto dijo que era un homenaje a los escultores contemporáneos.

Estas fechas ha sido la  más fotografiada. Mucho más que la de Oteiza frente al ayuntamiento, que también, y mil veces más que la de Nestor Basterretxea, que no dice nada y es incomprensible. Y es que se trata de un arte contemporáneo que se entiende a la primera. Se llama: ”Hombre vence al Hierro. Tuercebarras”. Me gusta.

Su  autor es Jesús Lizaso e hizo esta obra contundente de dos metros y 700 kilos de peso. Está al pie del puente Zubi Zuri y junto al Parque Infantil renovado que tiene siempre overbooking de críos y padres. Un acierto. He visto a niños tocando la escultura. El mejor regalo para cualquier escultor.

No es el ayuntamiento muy propenso a hacer caso a iniciativas que no salgan de sus despachos pero, a mi juicio deberían encargar  a  Jesús Lizaso  una serie de esculturas sobre diversas actividades y colocarlas en las zonas verdes  en medio de los árboles. Mujeres y hombres. Y así como se puso en su día una incomprensible dedicada a Leah Menning en Txurdinaga, y eso que el Lehendakari Agirre se la había ofrecido en el Parque de Doña Casilda fue, la laborista que organizó  la acogida de niños en la guerra  en Inglaterra, falta una a la premio Nobel de literatura de 1945, Gabriela Mistral que dedicó los beneficios de su obra Tala a ayudar a los niños vascos. Se llamaba Lucila  Godoy Alcayaga, era chilena, la llamaban la India vasca y se jactaba de su ascendencia vasca por parte de madre. En tiempos del exilio, una fotografía recibiendo el Premio Nobel, adornaba la Delegación en Santiago de Chile con  esta dedicatoria: ”A Euzkadi donde se reza con el mismo padrenuestro a Jesucristo Nuestro  Señor  y a la concordia entre las almas libres”. Jesús Lizaso, me da que le haría una buena interpretación de toda una personalidad.

Deporte rural, trabajos, personalidades, costumbres (chiquiteros, muslaris, rederas, lavanderas, arrantzales….) una galería de tipos humanos hechos con los criterios de modernidad contemporánea y a la vez entendibles le daría al Paseo una personalidad que ya tiene pero lo enriquecería. Una apuesta por una  originalidad cultural y turística del primer nivel. Se que no me harán el menor caso, pero  ahí queda, tras  felicitarles por el Tuercebarras y la renovación del Parque Infantil. Todo un logro.

Mikel Lakuntza, nivel 28

Lunes 1 de mayo de 2023

COPIANDO las expresiones de Violeta Parra, no me considero ni sabio ni competente para determinar cuánto debe ganar el secretario general de un sindicato. Sí tengo claro (y esto lo pienso también respecto a las personas que se dedican a la política) que debe ser una cantidad que permita desempeñar el cargo con independencia y, desde luego, a refugio de presiones y tentaciones. Por lo demás, veo bastante lógico que, en nombre de la transparencia que tanto se invoca, resulte altamente conveniente que el salario sea de conocimiento público.

Se diría que cito el catón, pero, a juzgar por la reacción del líder de ELA, Mikel Lakuntza, cuando le preguntaron por la cuestión en una entrevista radiofónica, parece que no es así. En lugar de decir “pues cobro tanto”, Lakuntza afeó al periodista que le hubiera puesto en semejante compromiso y, en una práctica bastante lejana al fair play, le dejó caer que seguramente los jefes de informativos de su cadena tienen un salario mayor y, con un ventajismo que es un autorretrato, le instó a hacer la misma pregunta a todos los futuros invitados del espacio. Entre invectiva e invectiva, articuló algo parecido a una respuesta. Primero dijo que sus emolumentos eran los de “algunos médicos” –como si todos los galenos tuvieran la misma retribución– y, finalmente deslizó que su salario equivalía al nivel 28 de un funcionario de la administración pública vasca. Un amigo mío muy puñetero se fue a internet en busca de la traducción a efectivo contante y sonante. La cantidad resultante es 69.326,70 euros brutos anuales. Y aquí vuelvo al principio. No sé si es mucho o poco. Pero es lo que es.

Javier Vizcaino