Leopoldo, el gigante de Durango

Jueves 3 de noviembre de 2022

Mañana será su funeral en Durango. Hace quince días hablé con él. Le había hecho llegar el comic que mi hermano Koldo había redactado como guionista   y el pintor Humares habían hecho hace más de tres décadas. Él no lo conocía y le había gustado. Le añadí uno reciente sobre la batalla de Amayur. Era un camino que pensaba incursionar a sus 90 años, con criterios divulgativos. Me dijo que no estaba bien pero que tenía cuerda para rato. No ha sido tal y ha fallecido con las botas puestas y proyectando nuevas iniciativas que siempre llevaba a cabo. La pandemia le impidió organizar unas Jornadas sobre Periodismo Vasco en América, y al no poder hacerlo, publicó todas sus ponencias  que quedan ya como consulta. Ha sido su último aporte. Nadie como él.

No he visto a nadie con más curiosidad, más vocación divulgadora, más trabajo de hormiga, más capacidad de innovación, más crítico, con razón, de la burocracia creciente y sin alma que le hacía esperar en las antesalas, ni a nadie más enamorado de su pueblo. Di cuenta de la última comida en Durango con él, ya en silla de ruedas, y con un grupo de gentes que seguíamos con respeto e interés sus iniciativas

Y no olvido como le conocí.

Estaba yo en la oficina del BBB en la calle Marqués del Puerto 4. En 1977, ”Un señor quiere saludarte” me dijeron. Le recibí. Me pedía  le consiguiera el Diario Oficial del Gobierno Vasco de 1936. ”Aquel gobierno creó  una Administración y sus acuerdos se publicaban en euskera y castellano. Quiero reeditarlo para que la gente sepa que una sociedad democrática tiene instituciones“ me dijo. Y lo hizo.

En otra oportunidad me pidió le consiguiera el discurso de  descargo del Lehendakari Aguirre en el Congreso Mundial Vasco de 1956 en Paris. Lo reeditó. Tenía sentido de la historia y de lo institucional ante una Euzkadi en 1976 y años posteriores que no sabía nada de nada porque le habían hurtado su pasado. Y se quejaba últimamente  de como el Departamento de Cultura no reeditaba a tantos periodistas e historiadores, la mayoría enterrados en el exilio y sin el menor reconocimiento. ”Reeditar esto es el chocolate del loro pero están más a salir en las letras negritas. No hay sensibilidad ni visión”.

Había fundado Gerediaga que dio paso a la Feria de Durango. Cuando le otorgaron el Premio de la Fundación Sabino Arana pidió que hubiera dos Ferias, porque la actual Feria se había comido al libro. El disco, el CD, lo electrónico se ha impuesto al libro. Debería haber dos Ferias. No le hicieron caso. Y me comentaba socarrón: ”Seguro que todos los que me niegan esto darán codazos por estar en mi funeral pero a mí me gustaría más que me hicieran caso con lo que les pido. Le he solicitado a quien tu sabes una entrevista. Me ha dicho que encantado y siempre que me ve me dice que está en ello, pero no me llama. Sabe que voy al grano y le voy a pedir algo que no puede rechazar y prefiere no dar la cara. Leopoldo, te quiero mucho, pero no te hago ni caso”.

Ha fallecido Leopoldo Zugaza. Iban Gorriti ha publicado una semblanza de él con un titular que lo resume bien todo.

“Euskadi pierde a Leopoldo Zugaza, figura poliédrica descomunal de la cultura vasca”.

Injusto premio a Rodríguez Azpiolea del Colegio de Periodistas Vascos.

Miércoles 2 de noviembre de 2022

Una pregunta previa. Para normalizar a esta sociedad, ¿vale absolutamente todo?. Lo digo porque el Colegio de Periodistas Vascos otorgará en gran velada el premio Periodismo Vasco 2022. Lo concede como Asociación Vasca de Periodistas a los informadores cuyo trabajo “ha sido ejemplo y orgullo para esta profesión”.

La Asociación Vasca de Periodistas debería premiar el buen periodismo y guiarse por la neutralidad, no por premiar al periodismo antinacionalista, como lo está haciendo  en este año. Sinceramente,  hay que sentir una  gran decepción.

¿Quién es Luis Rodríguez Azpiolea?.

 En perfecta sintonía con la estrategia de los partidos socialista y popular  fue uno de los arietes contra el Lehendakari Ibarretxe. Mi experiencia con él, cuando denuncié los excesos del rey Juan Carlos, fue deplorable. Con el tiempo se ha demostrado que fueron grandes encubridores. No creo sea un periodismo ejemplar.

A través de su medio trató de hacerle el mayor daño posible al Lehendakari. Desde su estratégico minarete, no podía tolerar que el Lehendakari planteara en el Parlamento Vasco y que allí se debatiera la Ley de Consulta y nos dio  una grave noticia. En las ediciones del 10 y 11 de julio 2008 sostenía que un significado miembro de la izquierda abertzale había avisado al Lehendakari que ETA no cometería atentados en los días previos y posteriores  al 27 de junio, cuando el Parlamento Vasco debatió y votó el proyecto de ley de consulta.

Aquello era una evidente iniciativa destinada a reventar y poner bajo sospecha aquella iniciativa democrática por lo que el Gobierno Vasco se querelló contra El País y contra Rodríguez Azpiolea aduciendo que el periodista no había contrastado la grave información publicada no habiéndose respetado además ni las más elementales normas deontológicas que regulan la profesión periodística.

Esta querella fue toda una pedrada contra la forma ligera con la que venía trabajando este responsable de la sección de política de El País. Sin embargo  la Justicia española acudió en su socorro, demostrando una vez más la impunidad con la que actúa cierta prensa y el nivel de frivolidad que estaba  dispuesta a aceptar.

Por eso el titular del juzgado de instrucción número 36 de Madrid, Juan Antonio Toro, ordenó archivar la querella del Lehendakari al considerar que no había existido delito de injurias en la información que sostenía que Ibarretxe había sido alertado de una minitregua de ETA. El auto consideraba que la información no podía considerarse injuriosa. La defensa de Ibarretxe, ante semejante arbitrariedad, lamentaba que el instructor no hubiera aceptado la realización de pruebas fundamentales, ni hubiera atendido su petición para que el Ministerio del Interior informara sobre si los servicios policiales y de información habían tenido constancia de que ETA hubiera decretado una supuesta mini tregua en esas fechas.

EL daño estaba hecho, la sospecha lanzada, pero también, la malla de protección a la mentira, puesta en funcionamiento. Y, una vez más, ahí quedó todo. En una democracia normal la querella hubiera prosperado. En España no. Lo ocurrido con el secuestro de El Jueves había sido una excepción. Entonces se trataba de proteger a la Casa Real. La democracia de baja calidad en la que vivimos bajo ETA  demostró una vez más su cara más fea.

Y Rodríguez Azpiolea envalentonado escribió tras la eficaz campaña que había realizado en El País para llevar a Ajuria Enea a Patxi López y para justificar el pacto PSOE-PP, solo en ese puntito del mapa, lo siguiente:

“Las cosas no van a ser iguales porque el Gobierno de Zapatero vaya a cambiar su estrategia de firmeza contra ETA. Al contrario. Van a cambiar porque al frente del Gobierno vasco ya no está Juan José Ibarretxe. Ahora hay un lehendakari, Patxi López, que quiere apurar todas las posibilidades que le ofrece su cargo para afrontar el principal déficit en la lucha contra ETA: su deslegitimación social.

“A esa lucha le faltaba un ingrediente para acelerar su final: el liderazgo de Ajuria Enea y la movilización social, perdidos en la década (1999-2009) en que Juan José Ibarretxe ocupó la Lehendakaritza”.

Está hoy jubilado y recibe un importante premio, sin haberse retractado de su acción. No dudo que con lo que sabe hoy y su indudable experiencia, no hubiera hecho lo que hizo pero él era un engranaje más de la máquina del poder español que no admitió una acción democrática de un gobierno democrático. Y sin embargo le premian. La Asociación de Periodistas vascos le ha concedido el premio anual de 2022 y yo conté lo que estoy contando aquí, cosa que me imagino, le sentó muy mal, como a mí que le dieran semejante premio como antes se lo habían dado a Iñaki Gabilondo. Un buen periodista no es eso. Un buen periodista es el que informa aunque eso le cueste un disgusto.

Y es que hay más.

Corría el verano del año 1981. El Gobierno Vasco había creado HABE como Institución para la enseñanza del euskera a personas adultas. En setiembre de 1981 comenzó la labor de los cuatro euskaltegis-piloto en Donostia, Bilbao, Gasteiz y en Hondarribia en régimen de internado. Era una apuesta clara por la profesionalización del sector y por una oferta de corte académico. La situación socio laboral de la época permitía la oferta de cursos de 5 horas diarias con un marcado grado de eficacia y eficiencia contrastado en sistemas similares para el aprendizaje del inglés. “Nihil novum sub solem”. Había escepticismo, pero el primer curso programado de setiembre de 1981 a febrero de 1982 funcionó correctamente. Los resultados saltaban a la vista. Se podía aprender euskera, en un régimen académico, profesional y en un período razonable de tiempo alcanzar un nivel básico que sirviera de base al aprendizaje posterior, sin tener que estar toda la vida dando vueltas a lo mismo. El boca a oído funcionó y había lista de espera en la matriculación para el segundo curso en los cuatro euskaltegis (lugares de aprendizaje del euskera) de HABE.

La UCD estaba en las últimas, intentaban desesperadamente abrirse a un mundo que no era el suyo. El Gobernador civil de Gipuzkoa era, a la sazón, Aristegui, el padre del diputado y embajador suspendido Gustavo Aristegui  del PP. Su padre  falleció después en un atentado-bomba en Beirut. El Gobernador civil llamó a Ramón Labaien, Consejero de Cultura interesándose por la posibilidad de que cuatro policías nacionales se matricularan en el euskaltegi de HABE, recién inaugurado por el Gobierno Vasco en sus cursos intensivos de cinco horas al día. El Gobierno Vasco entendió que eran ciudadanos como los demás y que les asistía el derecho, con la indicación de que asistieran en las mismas condiciones que los demás alumnos, -a nadie se le preguntaba por su profesión-, y por supuesto sin armas, en el convencimiento de que nadie podía ser discriminado por su profesión, y menos cuando de lo que se trataba era de aprender euskera. Así se lo hizo saber Amatiño al Gobernador y, posteriormente, los policías se matricularon con normalidad para el nuevo curso que iba a comenzar en febrero de 1982 con una duración prevista de cinco meses hasta finales de julio de 1982.

Comenzó el nuevo curso en la primera semana de febrero. En el euskaltegi de Donostia en la calle Andía número 13, planta sexta. Hasta que el Gobierno Central transfirió este edificio al Gobierno Vasco, en el primer paquete de transferencias, ésta planta era durante la dictadura el piso oficial del Ministro de Jornada de turno. Había estado abandonado desde 1976, aunque el Delegado Provincial de Cultura lo usaba ocasionalmente o alojara allí determinado tipo de visitas. Un símbolo del cambio que se estaba produciendo en Euzkadi: de piso oficial de ministro franquista a sede de un euskaltegi oficial. La ubicación del euskaltegi, la de “Euskadi Irratia”, en la séptima planta y la de “Antzerki” (Teatro) en la planta baja del mismo edificio permitió que ciudadanos que jamás habían accedido a este singular edificio que mira al Paseo de la Concha, a los jardines de Alderdi-Eder y al Ayuntamiento donostiarra y marca impronta en el filo de las calles Andia y Miramar, reencontrarse con servicios culturales proscritos ayer, oficiales, hoy.

Probablemente, mucha gente no estaba preparada para tamaño salto. El claustro de profesores del euskaltegi estaba formado por profesores jóvenes que rondaban los 26 años y, prácticamente sin experiencia laboral alguna, salvo algunos provenientes de euskaltegis de iniciativa privada que entendían era el momento adecuado para oficializar el euskera, su enseñanza y uso con todas las consecuencias. El mundo de HB no era partidario, también aquí tenían su alternativa popular innegociable: AEK.

En este contexto, llegó el momento de la matriculación y los policías nacionales optaron por rellenar todas las casillas de la ficha de matriculación. Profesión: policía nacional. La noticia corrió como un reguero de gasolina. Las asambleas estuvieron al orden del día: las de alumnos y las de profesores. Todos a una: ¡a la calle!, ¡los policías nacionales al cuartel!. Guerra sin cuartel durante más de dos meses. Unanimidad entre el profesorado, unanimidad en el alumnado. El Gobierno Vasco y la dirección del euskaltegi se quedaron solos y en ayunas.

Entre los alumnos que encabezaron la revuelta destacaba un grupo de gente que provenía del mundo de los expoli-milis recién reinsertados, gentes de Euskadiko Ezkerra y periodistas de ese mundo que se aprestaban a aprender euskera. Luis Rodríguez Aizpiolea era uno de ellos. En su favor hay que indicar que fue el único de ese grupo que inició y terminó el curso, que se presentó a la prueba final y que la aprobó.

Los meses de enero, febrero y marzo de 1982 fueron realmente duros. En algún momento sólo se pudieron impartir clases a los cuatro policías nacionales. El resto de los alumnos -130- estaban de huelga. Sólo un profesor, de los 60 que componían la plantilla de HABE, se prestó voluntario a dar las clases: Patxi Villamor, conocido cantautor vasco. Lo intentaron, pero la presión de los medios fue impresionante, -hay que leer la hemeroteca de aquellos  meses-. Los jardines de Miraconcha se llenaron de policías secretas. Los policías nacionales comenzaron a venir armados. El Gobierno Vasco aguantó el tipo, pero les indicó que con armas en clase, no. Al final los policías nacionales tiraron la toalla y se retiraron. Las clases volvieron a la «normalidad». Luís Rodríguez Azpiolea, el ahora constitucionalista, había ganado la batalla contra el  Gobierno Vasco y contra el PNV. Luego, cuando llegó a Madrid, cambió de bandera y fue uno de los críticos más acerbos contra ETA, su entorno, el PNV e Ibarretxe. Eso es lo que se está premiando. ¿Hay que callar?. No pienso.

Algunos creen que el tiempo hace que todo se olvide y por eso con evidente superficialidad se le premia, cuando hay tantísimos periodistas que han sufrido persecución de unos y de otros que jamás son tenidos en cuenta. Un ejemplo los tres de Deia que se sentaron en el banquillo por ridiculizar a un rey que cazaba osos borrachos. Ante eso, Azpiolea, callaba. Pero es premiado.

¿Qué criterio es el de la Asociación de periodistas Vascos?.

Pues uno y muy lamentable. Parcialidad e Injusticia. ¿Creen de verdad que es un ejemplar ciudadano?, ejemplar ciudadano. Es la Euzkadi anestesiada que se está construyendo. Nada vale nada.

El nombre es Selección de Euzkadi

Martes 1 de noviembre de 2022

Por iniciativa del Gobierno del Lehendakari Agirre, aquella tragedia de la pérdida de la guerra y el inicio del exilio y con visión de país, crearon el coro Eresoinka, el grupo de baile Elai Alai y la Selección Euzkadi de Fútbol para decirle al mundo que aquí había un pueblo sojuzgado que miraba al futuro. Obsérvese que no se llamaba Selección de Euskal Herria sino de Euzkadi pues fue el Gobierno de Euzkadi quien la organizó. Los de siempre, para poner su huella en lo que no han hecho nunca y silenciar lo que han hechos las personas del EAJ-PNV, han hecho de esto incluso a veces un conflicto o lo han minimizado con lo logrado por el PNV en la ley del Deporte logrando que las selecciones de Surf y de Pelota, sean reconocidas como tales.

Sony me comentaba:

Algún día, quizás el haber tenido este antecedente de selección vasca de fútbol de 1.937 (junto con la larga tradición de fútbol a través de los equipos vascos), pueda permitir una nueva selección internacional vasca de fútbol, también por arraigo…, citando esos precedentes, que se pueden citar como razones de suficiente peso para que te lo concedan (otra cosa es que lo lleguen a hacer o no, porque como siempre, puede o no convenirles…, no por otros motivos), pero siempre se pueden citar que para eso están los precedentes (y más cuando ya va a haber selecciones internacionales vascas de pelota, soka tira y surf, a parte de las que se les puedan ir uniendo en el futuro…), el haber habido un precedente, permite reivindicarlo