Como ven los jesuitas el desencanto democrático en América Latina

Jueves 17 de febrero de 2022

La selección nacional de Perú, liderada desde el banquillo por el argentino Gareca, aquel delantero estilizado y flaco que en los ochenta parecía no acabar nunca, se enfrentaba el pasado 1 de febrero a la selección del país de la mitad del mundo, Ecuador, tratando de abrir el camino del mundial de Catar. Ese mismo día, el presidente de la República, Pedro Castillo, promovía su tercer gabinete desde que el pasado mes de julio jurara su cargo tras unas disputadas elecciones. Por entonces, desde las posiciones contrarias a aquel maestro que sorprendió situándose con ligera ventaja en la primera vuelta electoral se aseguraba que se trataba de un radical de izquierdas, cercano a la línea marcada en Venezuela por Hugo Chávez o en Nicaragua por Daniel Ortega. Cuando repasamos los perfiles de los nuevos ministros (inmensa mayoría masculina), a duras penas encontraremos alguno que pudiera asemejarse a los parámetros de la izquierda europea, ni moderada ni radical.

La bulla mediática en la política latinoamericana se empeña en situar el eje sobre el que giran los procesos electorales entre el polo neoliberal y quienes se acercarían al estatalismo venezolano. Una amiga descendiente de cubanos exiliados y, a su vez, exiliada en Estados Unidos proveniente de un país centroamericano, me comentaba: “En realidad, el eje fundamental es la cleptomanía. La pregunta que debemos hacernos es si esas personas que aspiran al poder lo hacen con el deseo casi exclusivo de enriquecerse robando sin demasiado refinamiento a la sombra del poder”. Aclara con sinceridad apabullante que el otro eje es el de la habilidad de gobierno: “¿Sabrán gestionar la administración pública o mostraran una incompetencia que tiene dramáticas consecuencias para los servicios públicos?”.

El caso es que el proceso proceso chileno, lo que acaba de suceder en Honduras o lo que pueda pasar en las próximas elecciones en Colombia o Brasil se mira como otro capítulo del empeño de los “bolivarianos” por dominar América Latina. Así, pareciera que Castillo o Maduro, Ortega o Lula, Xiomara Castro o López Obrador son, en realidad, lo mismo. En el descanso de una reunión telemática, un participante venezolano que vive ahora en Chile, me comentaba: “Es lo mismo, tienen la misma estrategia, buscan lo mismo: ocupar la sociedad desde el poder político y establecer los instrumentos legales que hacen prácticamente imposible la alternancia en el poder”. Del otro lado, las figuras de los gobernantes de la derecha responderían también a un único tipo: autoritarios y neoliberales que solo quieren mantener los intereses lucrativos de sus grupos de referencia utilizando las apariencias democráticas. En ese sentido, la figura de Bolsonaro, Abdo Benítez, Iván Duque o Gianmattei serían diferentes rostros para los mismos procesos.

De ese modo, tras el sueño democratizador que se vivió con el final de las dictaduras militares, las sociedades latinoamericanas parecen sumirse ahora en un desesperanzado descrédito de los regímenes democráticos. Esta situación justifica la decisión de AUSJAL, la Asociación de Universidades Jesuitas del continente, para promover una reflexión a partir de los estudios demoscópicos y a publicar un trabajo de tono académico y reflexivo: «Crisis y desencanto con la democracia en América Latina», gratuitamente distribuido en su formato digital. Cuarenta y seis profesoras y profesores de la amplia red universitaria jesuita tratan de responder a las preguntas sobre el desencanto democrático y sus causas. El coordinador del trabajo, José Virtuoso SJ, rector de la Universidad Andrés Bello, recuerda la oleada democratizadora de los años ochenta y noventa, pero concluye: “Hay más democracias, pero muchas de ellas se han hecho menos democráticas, cuentan con menor apoyo de la población y generan menos satisfacción”.

Las conclusiones del informe realizado por AUSJAL casi nos permiten generalizar que el desencanto democrático de nuevo cuño en América Latina tiene que ver con seis aspectos que afectan también, con intensidad y condicionantes diferentes, a las democracias de otras latitudes:

 primero, el impacto de la corrupción, la inseguridad ciudadana y las mafias; en segundo lugar, los inacabables conflictos entre los poderes ejecutivo y legislativo, con presión continua sobre el poder judicial con desgaste evidente para la realidad de la separación de poderes; tercero, las crisis sobrevenidas de representatividad de gobiernos cuya popularidad cae por debajo de mínimos aceptables a los pocos meses de alcanzar el poder arropados por amplias mayorías; cuarto, el desgaste de los partidos políticos, que parecen más empresas defensoras de los intereses de sus “dueños” y con muy poca capacidad para mantener cierta disciplina de voto; quinto, la persistencia del empobrecimiento y la desigualdad sin políticas públicas capaces de dar verdaderas oportunidades para toda la sociedad y sin la cobertura paliativa necesaria para quienes sufren el golpe de la enfermedad, la pobreza o la carestía de una formación apropiada;

 y, sexto, toda las prácticas comunicativas que vinculamos a la difusión masiva de interpretaciones o hechos que acaban produciendo una verdad alternativa, una mentira con fuerza de verdad o con capacidad para generar confusión suficiente para que, en refrán popular, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

El estudio aportado por AUSJAL propone también líneas de actuación a llevar a cabo desde el propio ámbito universitario. La formación para una ciudadanía universal sirve de norte para esta tarea: la formación en la convivencia democrática, la asunción corresponsable del deber de construcción de un espacio público plural y diverso, y la investigación sobre los problemas sociales que deterioran la convivencia. “Encantar nuevamente a la ciudadanía con la democracia exige soñarla juntos y rediseñarla, forjarla y construirla, exigirla y luchar por ella”,concluye el rector de la UC Andrés Bello.

Lucas López, SJ

Miembro de la Conferencia de Provinciales jesuitas de América Latina y el Caribe – CPAL.

Asesor de la Red de Radios SJ de América Latina y el Caribe.

Una antigua relación clandestina

Martes 15 de febrero de 2022

Estamos en la fotografía Bingen Amezaga, Josu Gallastegui y quien ésto escribe. Nos vimos este lunes. Nos conocimos en Caracas. Bingen Amezaga, hijo de D. Vicente Amezaga y Mercedes Iribarren. Su aita fue Director de Enseñanza Media del primer Gobierno Vasco, director del Albergue La Citadelle en Donibane Garazi, el primero que abrió una ikastola en Plentzia, fue un gran intelectual que tradujo Hamlet al euskera. Tiene un busto debajo a él  bajo las Galerías de Punta Lucero en Getxo mirando al Puerto Deportivo. Cardiólogo de prestigio en el hospital Pérez Carreño era muy conocido por un tipo de operación del corazón con una válvula especial y la creación en Venezuela de un Instituto que suministraba estos aparatitos mágicos que hacían bombear el corazón y salvaban vidas humanas. Contrario a todo tipo de dictaduras se enfrentó al chavismo, fue amenazado y hoy vive en Donostia. Le conocí en el Centro Vasco de Caracas como Presidente de Euzko Gaztedi, mientras terminaba su carrera. Posteriormente era el médico que atendía a Ixaka Atutxa, el guardador del lugar, a unos sesenta kilómetros de Caracas donde funcionaban los transmisores de la clandestina Radio Euzkadi transmitiendo en onda corta todos los días por espacio de trece años. Apasionado de la naturaleza conoce Venezuela como nadie.

El de la barba y chándal Adidas es Josu Gallastegui al que llamábamos en Venezuela coloquialmente Billo. Nacido en la calle Iturribide de Bilbao es hijo del txistulari de Derio, Hipólito Gallastegui. Estudió la carrera de piano y en  el  municipio de Derio le hicieron Hijo Predilecto. Al irse sus aitas a Venezuela  siguió la senda paterna y en Caracas se dedicó por completo a su faceta de pianista, de magnífico pianista. Abertzale es  persona muy conocida. Todos los primeros domingos de mes fue el organista  de las Misas en la Iglesia de San José de Tarbes por los vascos fallecidos. Paralelamente era un afamado concertista y cuando en el Teatro Municipal y Nacional de Caracas interpretaba sus conciertos allí íbamos todos. En Bilbao ofreció dos conciertos en el Teatro Buenos Aires, el de Grieg y el de Bela Bartok, siendo felicitado por Joaquin Atxukarro tras la interpretación que acudió al camerino a hacerlo. No debe ser un concierto fácil.

Ante la situación de Venezuela se radicó en Nueva York donde ha sido durante casi  treinta años el pianista del Ballet de Nueva York, tocando para bailarines  como Nureyev, Barisknikov, Julio Bocca. Siempre recuerda la ovación que recibió en el Metropolitan de Nueva York con todos los asistentes puestos en pie. Tiene grabados 14 discos, habiendo sido considerado por aquellos años el mejor pianista de Nueva York.

Josu nos supervisaba la música y las cortinas musicales de la Radio  y sobre todo era el Jefe del Censo de la revista clandestina Gudari. Él llevaba el control de las altas y bajas y se ocupaba de hacer los sobres con una máquina  manual que teníamos para enviar la revista Gudari por todo el mundo. Un trabajo ímprobo que lo hacía altruistamente y con disciplina prusiana.

Hacía tiempo que no nos veíamos y lo hicimos este lunes donde pasamos  amistosa revista a la situación de Venezuela, a la de los Estados Unidos con una sanidad imposible, los efectos de la pandemia, y los recuerdos de un pasado que nos une y fue muy entrañable y de unas partidas de futbolín en Euzko Gaztedi hasta que el guardian soltaba los perros para ir a tomar luego una hamburguesa en el Cubanito. Ibamos todos en su Volkswagen al que llamábamos El Caballo de Hierro. En breve volverá a Los Ángeles donde reside con su mujer e hija.

Nos pusimos en contacto con Félix Aranguren que vive en Donostia y era quien llevaba las cuentas de aquel tinglado que se financiaba con cuotas, sablazos y unas quinielas que se vendían en el barrio de La Candelaria.

En definitiva que fue un muy agradable encuentro.

Otros tiempos.

¿Peligra el liderazgo de Pablo Casado en el PP?

Lunes 14 de febrero de 2022

El objetivo de Pablo Casado era utilizar Castilla y León como trampolín para reforzar su liderazgo pero tras el eximio resultado obtenido por Mañueco, el esperpento de la votación de la Reforma Laboral y el portazo recibido en Europa en su estrategia de descalificar los Fondos Europeos, el liderazgo de Pablo Casado estaría en entredicho. Así, en el laboratorio de la Fundación FAES (cuya figura visible es el ex presidente Aznar) se estaría gestando una operación para defenestrarlo con el objetivo confeso de lograr que la nueva estrella del firmamento neoliberal español, Isabel Díaz Ayuso sea investida Presidenta del Gobierno en las próximas Elecciones Generales del 2023, operación que contaría con las bendiciones de las élites empresariales.

La presentación por PSOE y Cs de una moción de censura contra el Presidente de Murcia, el popular López Miras, habría obligado a Díaz Ayuso a revisar su actual estrategia e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente en el “uso de comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta” y que tuvo su plasmación en la convocatoria de Elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid para el mes de Mayo. Asimismo, la inteligencia mediática se distingue por “una extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio así como de realizar acciones complejas que pueden no ser entendidas en un principio por sus votantes pues sus metas se proyectan hacia un futuro mediato” (Presidenta del PP) y cuyo primer paso ha sido el lograr una mayoría suficiente para gobernar en solitario y seguir apostando por la marca “Gobernanza a la madrileña”.

Para intentar comprender el fenómeno Ayuso, hay que recurrir a Edward L. Bernays quien en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según L. Bernays, “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”. En consecuencia, la propaganda de Ayuso va dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta (utopía).

La utopía sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (ser investida Presidente del Gobierno), siendo preciso transitar por la senda marcada por il poverello d´Assisi: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Así, la utopía de Ayuso sería vencer a Pedro Sánchez en las próximas Elecciones Generales, destino final de un recorrido jalonado por lo necesario (lograr la mayoría necesaria en la comunidad madrileña) y lo posible (ocupar la Presidencia del PP). Su estrategia electoral diseñada por su asesor, el ínclito MAR, se basará en la defensa a ultranza de la sacrosanta unidad de España y la exportación del modelo neoliberal al conjunto del Estado o “patio trasero madrileño” y asimismo, enarbolará la bandera de las libertades individuales frente al “Estado Totalitario Socialista” en la creencia de que el electorado primará “la España libre y moderna” ayusiana frente al vértigo de “la España rota y comunista” de Sánchez.

Germán Gorraiz López – Analista político