Josu Bergara, 86 años.

Miércoles 29 de diciembre de 2021

Josu Bergara cumple este miércoles 29, 86 años. Quien fuera, Juntero, parlamentario, secretario del EBB, Consejero, Diputado General celebra su onomástica con buena salud, mente despejada y yendo cada viernes  a comer  con un grupo del Athletic a discutir de todo y arreglar el mundo. Pasea, lee, oye música, va a los conciertos, es un gran melómano y el órgano del Euskalduna está ahí por decisión suya, y a veces se indigna por lo que ve pero su habitual discreción traga algunas insensibilidades o faltas de respuesta. Trabajó en la empresa privada en Santander, Gasteiz y Bilbao entre 1964 y 1977 donde ocupó puestos relevantes. Casado con Rosa M. Eder, tiene tres hijos, Carlos, Josu y Mikel y una hermana, Mariemi que vive en Gasteiz.

Su ama procedía del caserío Ugarteko que estaba donde se encuentra en la actualidad el campo de fútbol de los Salesianos. Juan Mari Atutxa bautizó la Comisaría Central de la Ertzaintza con ese nombre a sugerencia de Bergara. Ese es el motivo del nombre de Ugarteko. Josu le regaló un cuadro del caserío que no sabe si seguirá ahí.

Josu Bergara nació en Deusto en 1935. Su aita fue un gudari herido en la guerra. Iban en un coche conducido por él cuando un avión les ametralló. De los cinco se salvaron Teodoro Aguirre, hermano del Lehendakari y él, al que le lesionaron el codo. Tres murieron. En el hospital de Getxo les atendieron muy bien. No quería quitarse las botas pues llevaba quince días con ellas puestas. Al final les dieron un puro. Nos contaba  lo del puro  diciendo que seguramente era porque estaba con el hermano del Lehendakari. Estuvo en el batallón Larrazabal, con mi aita, aunque los jóvenes del batzoki de Deusto iban a la compañía Arbola Gaña del batallón Arana Goiri. Tras la guerra lo castigaron  en un Batallón de Trabajadores y, como entendía de mecánica, trabajó  en el Parque Móvil.

Con semejante historial la compañía Braso lo mandó como viajante a Valencia donde su hijo Josu, con cuatro años, dio sus primeros pasos escolares  y con 9 vivieron en Sevilla. Volvió y como es cabeza cuadrada estudió ingeniería doctorándose. Ajuriaguerra dejaba solo a los ingenieros que le tutearan. Fue el primer presidente, tras la clandestinidad, de la Organización Municipal de Deusto, y elegido burukide del BBB en febrero de 1977. Trabajó con Ajuriaguerra en la ponencia de organización de la salida del PNV de la clandestinidad. Fue miembro de aquel primer Bizkai Buru Batzar presidido en 1977 por Ajuriaguerra y luego por Antón Ormaza. Como miembro de las primeras Juntas Generales de Bizkaia en 1979 fue portavoz del Grupo EAJ-PNV.

En 1980 fue elegido parlamentario por Bizkaia  del primer Parlamento Vasco y elegido coordinador del Grupo EAJ-PNV. Le llamábamos “el sargento Bergara”  y yo iba con él y con varios al Parlamento en su Seat 127 al que llamábamos “la Bergaresa”. Tras la  división del PNV en 1986 fue elegido secretario del EBB. El con Carmelo Sáenz de la Maza y Rafael Suso, bajo la dirección de  Xabier Arzalluz, adecuaron  el partido a los nuevos tiempos y organizan la Asamblea de Zestoa y la del Arriaga que inicia la recuperación electoral del PNV tras aquel trauma de la división y es lo que actualmente sigue funcionando como estructura. Creo que Xabier Barandiaran con su planteamiento de escucha activa debería en primer lugar haberle escuchado a él.

De la secretaria del EBB, Josu Bergara pasó en 1991 al Gobierno del Lehendakari Ardanza como Consejero de Obras Públicas y Transportes. El Metro de Bilbao, Puertos, la transferencia de Aguas, carreteras, el Bec, el Palacio Euskalduna, el Guggenheim con Ortuondo, EITB en su actual ubicación en relación con Andoni Ortuzar, saneamiento de la Ría de Bilbao, Zabalgarbi y diversas infraestructuras tienen su huella. Elegido Diputado General de Bizkaia presidió la Diputación dos períodos entre 1995 y 2003.

Con semejante caudal de experiencias siempre me dice que no escribirá sus memorias, ni sus reflexiones con lo que nos perderemos una parte importante de la historia de estos cuarenta años. Seguramente porque nadie se lo ha pedido. Este nuevo  año, en el que se  anuncia un trabajo de relanzamiento del PNV en su 126 aniversario, creo que se  debería crear una especie de Foro de la Experiencia, movido por gente joven, para que todo este caudal de vivencias no se pierda. Si decimos que la cadena no se rompe, este eslabón está por contar antes de que los de Sortu nos ilustren como se ha hecho y se debe hacer la política en este país.

El dibujo que ilustra este post es de K-Toño Frade. Se lo obsequiaron en el 2003 sus colaboradores de Acción Social con un lema que lo define bien.

“Bizkaino  lo quiero, corto en palabras pero en hechos largo”.

Ese ha sido y sigue siendo, Josu Bergara, un afiliado, un militante jelkide del EAJ-PNV. Una buena persona. Un servidor público.

La interesante apuesta de la señora Sturgeon

Martes 28 de diciembre de 2021

El mismo día en que Nicola Sturgeon presionaba a Boris Johnson para imponer controles fronterizos más duros con el fin de frenar la llegada al Reino Unido de la variante Ömicron del coronavirus, la dirigente política desplegaba ante sus seguidores los planes para que Escocia alcance su independencia en 2023. La ministra principal de esta nación autónoma ha confirmado, en su discurso de clausura del congreso anual del Partido Nacional Escocés —celebrado también este año de modo virtual por la pandemia—, que su Gobierno comenzará a desgranar el año que viene la hoja de ruta para que los ciudadanos vuelvan a acudir a las urnas, como en 2014, para decidir si quieren romper amarras con Londres. Y el principal argumento para renovar ese compromiso tiene nombre y apellido: Boris Johnson. “El Gobierno de Johnson está erosionando de modo deliberado las competencias del Parlamento escocés democráticamente elegido”, ha dicho Sturgeon. ”Pero ya no se trata de lo que supone él personalmente. El mayor problema del sistema político de Westminster [en referencia al Parlamento del Reino Unido] es que permite que alguien como él sea capaz de acceder al puesto de primer ministro”, ha señalado.

El Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) ganó holgadamente las pasadas elecciones autonómicas de mayo. Se quedó, sin embargo, a un escaño de la mayoría absoluta. La promesa de un nuevo referéndum de independencia podría haberse desinflado con ese resultado, pero la alianza construida de inmediato con los Verdes, todavía más entusiastas que el SNP con la idea de una nueva consulta, mantuvo viva la noción de que existía un mandato de cambio en la nueva Asamblea. Sturgeon alimenta en cada uno de sus discursos políticos la expectativa, a medida que aumenta el desafío hacia el Gobierno conservador de Johnson. “Si respetas la democracia, y estás tan convencido de la fortaleza de tus argumentos en contra de la independencia, permite que el pueblo se pueda pronunciar”, ha reclamado Sturgeon al primer ministro británico.

Aunque la ministra principal escocesa, que ha logrado construir durante la pandemia una imagen de rigor y seriedad nítidamente contrapuesta a la gestión errática de Downing Street, siempre ha supeditado el reto independentista a la salida definitiva de la actual crisis sanitaria,  ante el partido dejaba claro que no hay marcha atrás. “Desafío a cualquiera a observar el sistema corrupto, quebrado y egoísta de Westminster, del que formamos hoy parte, y concluir que aporta una base segura de futuro para Escocia”, ha retado Sturgeon, después de recordar el golpe que supuso para los escoceses la llegada del Brexit. Votaron mayoritariamente en contra de la salida de la UE. “El año que viene, si lo permite la covid, a medida que salgamos del invierno y nos adentremos en la primavera, reanudaremos la campaña para convencer a la mayoría de escoceses de que nuestro futuro será mucho más seguro como una nación independiente”, ha prometido la líder del SNP. “Y a lo largo del año que viene, iniciaré el proceso necesario para permitir que podamos celebrar un referéndum a finales de 2023″.

Ese proceso “necesario” pasaría por reavivar el Acuerdo de Edimburgo, el pacto entre el Gobierno autónomo y Londres que permitió la celebración de un referéndum en 2014. La fórmula empleada entonces, la llamada Sección 30 (en referencia al apartado de la Ley de Devolución de Competencias a Escocia de 1998), permitía excepcionalmente al Parlamento autónomo la convocatoria de la consulta, a pesar de que el asunto está vinculado a cuestiones constitucionales y era, por tanto, competencia directa del Parlamento de Westminster. Aquel pacto entre David Cameron, entonces primer ministro del Reino Unido, y Alex Salmond, el carismático líder del SNP en ese momento, derivó en una intensa campaña y una consulta por la que los escoceses rechazaron, por un 55,3% frente a un 44,7%, la idea de separarse del Reino Unido. Aquella fue la “decisión que debía durar una generación”, como recuerda Johnson, quien ya ha dejado claro que no permitirá la celebración de un nuevo referéndum.

Hay, sin embargo, un factor que ha alterado profundamente la percepción de muchos escoceses sobre este asunto. El principal argumento de los partidarios del “no” durante la campaña del referéndum de 2014 fue la amenaza de que Escocia saliera automáticamente de la UE con la independencia. Cuando dos años después, una mayoría de británicos optó por el Brexit (mientras una mayoría de escoceses, un 62%, defendía la permanencia en la Unión Europea), la decisión fue interpretada por muchos como un golpe que obligaba a replantearlo todo. A pesar de que Sturgeon ha expresado desde un primer momento su voluntad de hacerlo todo por la vía legal —rechaza expresamente cualquier comparación con la unilateralidad del independentismo de Cataluña—, en los últimos meses ha abierto la posibilidad, ante la constante negativa de Johnson a discutir nada, de impulsar una convocatoria de referéndum aprobada por el Parlamento autónomo. Sabe que serían finalmente los tribunales del Reino Unido —en concreto, el Supremo, en su condición de intérprete constitucional— los que dirimirían el asunto, pero cree que existe base jurídica para defender que los parlamentarios escoceses disponen de esa prerrogativa. Si no para declarar la independencia, sí al menos para preguntar a los ciudadanos si la desean.

Escocia en este año 2022 será uno de los asuntos a seguir y no los planteamientos de Bildu para desviar la atención por su encasquillamiento con su pasado.

La Institución más valorada

Domingo 26 de diciembre de 2021

Y la más ejemplar, la más barata, la más útil, la más arbitral, la más moderadora. Seis mentiras que cada cierto tiempo el CIS proclamaba a los cuatro vientos. A preguntas inducidas, respuestas obsequiosas. Desgraciadamente y a pesar de haberlo intentado nunca pudimos cambiar nada de la constante manipulación sociológica de un CIS Juancarlista. Aquello era un cinturón de hierro que tenía en la puerta no dos leones, sin rugido, sino dos pitbull dispuestos a saltar al cuello en cuanto te salías de lo políticamente correcto. Un pacto de silencio mediático ante los abusos y corrupciones del monarca y dos partidos “vertebradores” de la unidad de España sacando brillo a todas horas a una Constitución que se fundamenta “en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles (art.2)” y, en ese edificio, el rey es la clave de bóveda de todo ese tinglado por lo que era obligatoria que fuera inviolable, intocable, infumable y con súbditos  reidores de todos sus chistes. La fórmula secreta de la Coca Cola y de la sacrosanta transición española a la que no hay que tocar sus pies de barro, porque caería todo el tinglado construido sobre el inmenso retrete del silencio cómplice.

En este mundo “light” de la cerveza sin alcohol, la gasolina sin plomo, el tabaco sin nicotina, el chocolate sin cacao, el café sin cafeína y los huevos sin colesterol se le ha añadido la justicia sin equidad y con los ojos destapados, es decir un remedo de justicia. Pero no para todos.

El pasado martes 14 de diciembre el diario El País a cuatro columnas, en portada y con gran despliegue informaba que ”Suiza cierra la causa sobre la donación saudí a Juan Carlos”. Solo le faltaron las campanillas. El ABC dedicada toda su portada al ex rey, con su fotografía, mientras con gran despliegue nos decía que “Suiza descarta que Don Juan Carlos cobrara comisiones por el AVE de la Meca”. La Razón iba más allá al destacar que “PP y Vox apoyan el regreso de Juan Carlos tras el archivo en Suiza”, y el Mundo “El Carpetazo de la Fiscalía de Suiza despeja el horizonte penal de Juan Carlos I”. Portadas y titulares que deberían servir como tesis universitarias para analizar la estrategia de ocultación de la verdad, el pacto de silencio, la manipulación de los hechos y la opacidad de un sistema que incluso aplaudió la rotundidad del mensaje de su Jefe del Estado cuando dijo aquello de “la justicia es igual para todos” y lo hicieron con tal profesionalidad que no soltaron   la carcajada borbónica. Esos titulares, como es evidente, desconocen la obstrucción a la justicia realizada por Arabia Saudí y la conjura militante de blanqueadores profesionales para que “quien nos trajo la democracia” en  declaraciones de Mariano Rajoy, no se siente en el banquillo como un ciudadano más o como  Urdangarin, su yerno, que terminó pagando por las responsabilidades del suegro. Defraudar, tener amantes, irrespetar a una Reina sufridora oficial con triple vida, ser comisionista, abusar de su posición dominante y  absolutamente inmoral no tiene la menor importancia ante esa gran verdad revelada de la patria común e indivisible, ya que debíamos agradecer que Franco nos los dejara de heredero. Eso sí, de matute, por la puerta de atrás, sin referéndum como en Italia tras la II guerra mundial, no fuera a ser que se perdiera, como le comentó Suárez a Victoria Prego, ya que las encuestas previas amenazaban la catástrofe.

Lo grave del caso no es que el ABC, El Mundo y La Razón pasen por alto la conducta posiblemente delictiva de Juan Carlos sino que un diario aparentemente progresista como El País no solo avale sino lo justifique todo y aplauda este sainete como antesala del cierre de las diligencias de la Fiscalía española. Por cierto el abogado defensor del Emérito fue adjunto durante dos décadas del Fiscal Anticorrupción. Todo queda en casa. Aquello de Juan Luis Cebrian de “la monarquía no resiste un editorial de El País” nunca se ha podido  comprobar pues la obsequiosidad de su medio alfombra para una monarquía tambaleante es de nota a pesar de que el hijo mandó al padre a un país no democrático y a pesar de que le cortara el estipendio mensual, reconociendo su conducta  impropia, aunque  cubriera y sigue cubriéndole su disipada vida. Lo único que tenían como encargo padre e hijo era la ejemplaridad y ya vemos en que cloaca la han metido.

Viendo toda aquella basura que desbordaba las aguas fecales tratamos, en solitario, que el ojo público legislativo tratara de controlar en algo aquel patio de monipodio tras la guerra de Irak, las cacerías de osos borrachos y la cohabitación en el cerco de  la Zarzuela de la amante y su hijo de este  irresponsable valetudinario. Pisamos la cola al tigre y nos metimos en su fauce. Me gané dos editoriales ad hominem de El País y un artículo de Juan Luis Cebrián extrañado de que hubieran procesado a los caricaturistas de El Jueves y no lo hacían conmigo. Siguió la campaña en el País Digital donde lo más suave que me dijeron fue describirme como peligroso etarra.

No le fue a la zaga nuestro ínclito José Antonio Zarzalejos, en esos años fiel escudero de Juan Carlos I y hoy su Robespierre guillotinador empeñado en salvar a Felipe VI como sea. Este repelente niño Vicente (Copa), el mismo día en el que la Fiscalía rebajaba la acusación contra El Jueves  a un delito penado con multa y habiendo ese día una censura unánime de todos los partidos bienpensantes del sistema contra mi persona, reflexionaba con un trabajo panfletario  titulado “Del Jueves a Anasagasti” donde me daba más palos que a una gata ladrona. Cebrián y Zarzalejos buscaban me procesaran por señalar con el dedo graves delitos de corrupción. Y perdonen que hable de mi persona pues entiendo que ésto se olvide al día siguiente, pero yo no lo olvido cuando veo hoy que los mismos que se denominaban fervorosos “Juancarlistas”, siguen sin querer que la Justicia funcione y mucho menos que quien delinque pague sus delitos, y justifican con la boca pequeña las fechorías de una persona que fue “el motor del cambio” y el que “nos trajo la democracia” siendo “el mejor embajador que hemos tenido”. ¿O el mejor comisionista?.

El broche de todo esto en diciembre 2021 es el sainete de Bárbara Rey, viuda del domador Ángel Cristo, a quien el Cesid entró en su casa para robarle  cintas muy comprometedoras y que ahora nos dice que “hay demasiados parásitos viviendo de sueldos vitalicios”, cuando aquí no hay más sueldos vitalicios que los de los ex presidentes y los de la Casa Real y el posible de la  Sra. Bárbara Rey y los extras de esa película más parecida a Torrente que a Orgullo y Pasión. Veremos como queda la imagen de la monarquía española en Gran Bretaña si prospera la demanda por acoso hecha por la Sra. Corinna hacia un rey que en 1986 se paseó en carroza tres kilómetros por  Windsor, Margaret Tatcher hincó la rodilla, y fue condecorado en la Universidad de Oxford. De primo de Isabel II a reo de acoso. Con el lío que tiene Johnson con el Brexit y la Pandemia esta novela de John le Carré  hará las delicias de unos ingleses necesitados de diversión ya que  en esto de agentes secretos, líos de faldas y justicia justiciera, los ingleses no se andan con chiquitas.

Me contó Xabier Arzalluz que le preguntó a Felipe González por la doble vida de Juan Carlos. ”Es verdad, pero preferimos se distraiga con mujeres y dinero a que borbonee como su abuelo Alfonso XIII”. Igual es ésta también una de las claves de lo indecente de este caso de un señor puesto ahí por un dictador que lo dejó todo atado y bien atado. Y todo esto tiene responsables además del interfecto. Un ejemplo. El gobierno Zapatero en 2004 quería celebrar la proclamación como rey de Juan Carlos a los dos días de la muerte del dictador y ante las Cortes franquistas. La argumentación de Zapatero fue que gracias a la Monarquía parlamentaria España era respetada dentro y fuera de ”nuestras fronteras gracias  al buen hacer, al buen trabajo a y a la personalidad de D. Juan Carlos que ha sido nuestro mejor embajador en todo el mundo particularmente en Iberoamérica”. Y eso conociendo Zapatero el jaez del personaje.

Protestamos con dureza por esta iniciativa que daba legitimidad al rey desde la muerte de Franco y no desde que fue aprobada la Constitución. No nos hicieron ni caso. Presentamos una iniciativa. Nos la tumbaron. María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta, nos afeó nuestra conducta pues el gobierno “tiene la intención de conmemorar ese aniversario con el conjunto de la sociedad española como todo país que celebra los hitos de su sistema constitucional”.

Me imagino que todos los socialistas republicanos dieron tantos botes en sus tumbas que al final y a pesar de la grandilocuencia de la Vicepresidenta, no celebraron el 33 aniversario de su designación digital por un dictador.

Termino. En este esperpento borbónico, el gran responsable es Juan Carlos, que ya en 1974, había creado una cuenta con su hermana en Panamá, pero sobre todo los presidentes, partidos y medios que alentaron semejante y asquerosa impunidad. Que no nos engañen.