Aldaya, paga y calla

Jueves 30 de diciembre de 2021

Acaba de fallecer José María Aldaya pero su muerte ha pasado bastante desapercibida cuando deberíamos haberle homenajeado y explicado a las nuevas generaciones como era la barbarie de unos individuos que bajo la sigla de ETA, mataba, secuestraba y robaba. ETB solo ha dado la noticia. Sin más. El hecho mereció un reportaje especial en la televisión pública pero hay alguien que sigue considerando más importante la retirada de un deportista que la muerte de una de las víctimas más representativa de aquellos años de hierro.

Elena Etxegoien lo ha hecho y merece  ser conocida  su reflexión. Fue ésta:

«Gora ETA militarra», «Los asesinos llevan lazo azul», «Aldaya, paga y calla»… y otras lindezas de ese tenor, qué boquita de piñón la de quienes, en organizada contra-manifestación, se plantaban justo enfrente… Iban dirigidas a quienes acudíamos a las concentraciones convocadas por los trabajadores de Alditrans para pedir la liberación de su jefe, José María Aldaya, secuestrado por ETA. Parece que no llevaban demasiado bien que la calle empezara a no ser su puto cortijo. Nunca olvidaré la dignidad y entereza de los tres hijos del empresario, un día y otro y otro más, aguantándose las ganas sujetando la pancarta. 

Lo secuestraron el 8 de mayo de 1995 y lo soltaron, 342 días después, el 14 de abril del año siguiente, han pasado ya 22 años, parece mentira… 

Pero a mi no se me olvidan ni los gritos ni la chulería ni las provocaciones, esas miradas de odio de tantos que ahora dicen defender lo que defendíamos entonces, sí, nosotros, «los hijosdeputa de enfrente». Pero también la sociedad, la abrumadora mayoría de la sociedad vasca, a la que nosotros sí representábamos. Que me digan ellos a quién, que me lo digan incluso ahora… Ah!! que no, que ya no merece la pena, que ya todo pasó, qué más da… cobardes siempre, siempre, pero no cuela, que aquí nos conocemos todos. Y por eso lo sé, y sé que ellos también lo saben, por eso mismo estoy convencida de que o la verdad, sin revancha ni mala fe, tal cual es, lo que fue, o no hay paso adelante que vaya en la buena dirección. Que no caben trampantojos en nombre de la paz y la libertad, ni uno sólo siquiera.

Josemari Aldaya, secuestrado, torturado durante 342 días «por negarse a efectuar la aportación económica requerida para sacar adelante la lucha por la liberación de Euskal Herria (País Vasco)» -sic-, hay que joderse…

Nunca, nunca en mi nombre.

Josu Bergara, 86 años.

Miércoles 29 de diciembre de 2021

Josu Bergara cumple este miércoles 29, 86 años. Quien fuera, Juntero, parlamentario, secretario del EBB, Consejero, Diputado General celebra su onomástica con buena salud, mente despejada y yendo cada viernes  a comer  con un grupo del Athletic a discutir de todo y arreglar el mundo. Pasea, lee, oye música, va a los conciertos, es un gran melómano y el órgano del Euskalduna está ahí por decisión suya, y a veces se indigna por lo que ve pero su habitual discreción traga algunas insensibilidades o faltas de respuesta. Trabajó en la empresa privada en Santander, Gasteiz y Bilbao entre 1964 y 1977 donde ocupó puestos relevantes. Casado con Rosa M. Eder, tiene tres hijos, Carlos, Josu y Mikel y una hermana, Mariemi que vive en Gasteiz.

Su ama procedía del caserío Ugarteko que estaba donde se encuentra en la actualidad el campo de fútbol de los Salesianos. Juan Mari Atutxa bautizó la Comisaría Central de la Ertzaintza con ese nombre a sugerencia de Bergara. Ese es el motivo del nombre de Ugarteko. Josu le regaló un cuadro del caserío que no sabe si seguirá ahí.

Josu Bergara nació en Deusto en 1935. Su aita fue un gudari herido en la guerra. Iban en un coche conducido por él cuando un avión les ametralló. De los cinco se salvaron Teodoro Aguirre, hermano del Lehendakari y él, al que le lesionaron el codo. Tres murieron. En el hospital de Getxo les atendieron muy bien. No quería quitarse las botas pues llevaba quince días con ellas puestas. Al final les dieron un puro. Nos contaba  lo del puro  diciendo que seguramente era porque estaba con el hermano del Lehendakari. Estuvo en el batallón Larrazabal, con mi aita, aunque los jóvenes del batzoki de Deusto iban a la compañía Arbola Gaña del batallón Arana Goiri. Tras la guerra lo castigaron  en un Batallón de Trabajadores y, como entendía de mecánica, trabajó  en el Parque Móvil.

Con semejante historial la compañía Braso lo mandó como viajante a Valencia donde su hijo Josu, con cuatro años, dio sus primeros pasos escolares  y con 9 vivieron en Sevilla. Volvió y como es cabeza cuadrada estudió ingeniería doctorándose. Ajuriaguerra dejaba solo a los ingenieros que le tutearan. Fue el primer presidente, tras la clandestinidad, de la Organización Municipal de Deusto, y elegido burukide del BBB en febrero de 1977. Trabajó con Ajuriaguerra en la ponencia de organización de la salida del PNV de la clandestinidad. Fue miembro de aquel primer Bizkai Buru Batzar presidido en 1977 por Ajuriaguerra y luego por Antón Ormaza. Como miembro de las primeras Juntas Generales de Bizkaia en 1979 fue portavoz del Grupo EAJ-PNV.

En 1980 fue elegido parlamentario por Bizkaia  del primer Parlamento Vasco y elegido coordinador del Grupo EAJ-PNV. Le llamábamos “el sargento Bergara”  y yo iba con él y con varios al Parlamento en su Seat 127 al que llamábamos “la Bergaresa”. Tras la  división del PNV en 1986 fue elegido secretario del EBB. El con Carmelo Sáenz de la Maza y Rafael Suso, bajo la dirección de  Xabier Arzalluz, adecuaron  el partido a los nuevos tiempos y organizan la Asamblea de Zestoa y la del Arriaga que inicia la recuperación electoral del PNV tras aquel trauma de la división y es lo que actualmente sigue funcionando como estructura. Creo que Xabier Barandiaran con su planteamiento de escucha activa debería en primer lugar haberle escuchado a él.

De la secretaria del EBB, Josu Bergara pasó en 1991 al Gobierno del Lehendakari Ardanza como Consejero de Obras Públicas y Transportes. El Metro de Bilbao, Puertos, la transferencia de Aguas, carreteras, el Bec, el Palacio Euskalduna, el Guggenheim con Ortuondo, EITB en su actual ubicación en relación con Andoni Ortuzar, saneamiento de la Ría de Bilbao, Zabalgarbi y diversas infraestructuras tienen su huella. Elegido Diputado General de Bizkaia presidió la Diputación dos períodos entre 1995 y 2003.

Con semejante caudal de experiencias siempre me dice que no escribirá sus memorias, ni sus reflexiones con lo que nos perderemos una parte importante de la historia de estos cuarenta años. Seguramente porque nadie se lo ha pedido. Este nuevo  año, en el que se  anuncia un trabajo de relanzamiento del PNV en su 126 aniversario, creo que se  debería crear una especie de Foro de la Experiencia, movido por gente joven, para que todo este caudal de vivencias no se pierda. Si decimos que la cadena no se rompe, este eslabón está por contar antes de que los de Sortu nos ilustren como se ha hecho y se debe hacer la política en este país.

El dibujo que ilustra este post es de K-Toño Frade. Se lo obsequiaron en el 2003 sus colaboradores de Acción Social con un lema que lo define bien.

“Bizkaino  lo quiero, corto en palabras pero en hechos largo”.

Ese ha sido y sigue siendo, Josu Bergara, un afiliado, un militante jelkide del EAJ-PNV. Una buena persona. Un servidor público.

La interesante apuesta de la señora Sturgeon

Martes 28 de diciembre de 2021

El mismo día en que Nicola Sturgeon presionaba a Boris Johnson para imponer controles fronterizos más duros con el fin de frenar la llegada al Reino Unido de la variante Ömicron del coronavirus, la dirigente política desplegaba ante sus seguidores los planes para que Escocia alcance su independencia en 2023. La ministra principal de esta nación autónoma ha confirmado, en su discurso de clausura del congreso anual del Partido Nacional Escocés —celebrado también este año de modo virtual por la pandemia—, que su Gobierno comenzará a desgranar el año que viene la hoja de ruta para que los ciudadanos vuelvan a acudir a las urnas, como en 2014, para decidir si quieren romper amarras con Londres. Y el principal argumento para renovar ese compromiso tiene nombre y apellido: Boris Johnson. “El Gobierno de Johnson está erosionando de modo deliberado las competencias del Parlamento escocés democráticamente elegido”, ha dicho Sturgeon. ”Pero ya no se trata de lo que supone él personalmente. El mayor problema del sistema político de Westminster [en referencia al Parlamento del Reino Unido] es que permite que alguien como él sea capaz de acceder al puesto de primer ministro”, ha señalado.

El Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) ganó holgadamente las pasadas elecciones autonómicas de mayo. Se quedó, sin embargo, a un escaño de la mayoría absoluta. La promesa de un nuevo referéndum de independencia podría haberse desinflado con ese resultado, pero la alianza construida de inmediato con los Verdes, todavía más entusiastas que el SNP con la idea de una nueva consulta, mantuvo viva la noción de que existía un mandato de cambio en la nueva Asamblea. Sturgeon alimenta en cada uno de sus discursos políticos la expectativa, a medida que aumenta el desafío hacia el Gobierno conservador de Johnson. “Si respetas la democracia, y estás tan convencido de la fortaleza de tus argumentos en contra de la independencia, permite que el pueblo se pueda pronunciar”, ha reclamado Sturgeon al primer ministro británico.

Aunque la ministra principal escocesa, que ha logrado construir durante la pandemia una imagen de rigor y seriedad nítidamente contrapuesta a la gestión errática de Downing Street, siempre ha supeditado el reto independentista a la salida definitiva de la actual crisis sanitaria,  ante el partido dejaba claro que no hay marcha atrás. “Desafío a cualquiera a observar el sistema corrupto, quebrado y egoísta de Westminster, del que formamos hoy parte, y concluir que aporta una base segura de futuro para Escocia”, ha retado Sturgeon, después de recordar el golpe que supuso para los escoceses la llegada del Brexit. Votaron mayoritariamente en contra de la salida de la UE. “El año que viene, si lo permite la covid, a medida que salgamos del invierno y nos adentremos en la primavera, reanudaremos la campaña para convencer a la mayoría de escoceses de que nuestro futuro será mucho más seguro como una nación independiente”, ha prometido la líder del SNP. “Y a lo largo del año que viene, iniciaré el proceso necesario para permitir que podamos celebrar un referéndum a finales de 2023″.

Ese proceso “necesario” pasaría por reavivar el Acuerdo de Edimburgo, el pacto entre el Gobierno autónomo y Londres que permitió la celebración de un referéndum en 2014. La fórmula empleada entonces, la llamada Sección 30 (en referencia al apartado de la Ley de Devolución de Competencias a Escocia de 1998), permitía excepcionalmente al Parlamento autónomo la convocatoria de la consulta, a pesar de que el asunto está vinculado a cuestiones constitucionales y era, por tanto, competencia directa del Parlamento de Westminster. Aquel pacto entre David Cameron, entonces primer ministro del Reino Unido, y Alex Salmond, el carismático líder del SNP en ese momento, derivó en una intensa campaña y una consulta por la que los escoceses rechazaron, por un 55,3% frente a un 44,7%, la idea de separarse del Reino Unido. Aquella fue la “decisión que debía durar una generación”, como recuerda Johnson, quien ya ha dejado claro que no permitirá la celebración de un nuevo referéndum.

Hay, sin embargo, un factor que ha alterado profundamente la percepción de muchos escoceses sobre este asunto. El principal argumento de los partidarios del “no” durante la campaña del referéndum de 2014 fue la amenaza de que Escocia saliera automáticamente de la UE con la independencia. Cuando dos años después, una mayoría de británicos optó por el Brexit (mientras una mayoría de escoceses, un 62%, defendía la permanencia en la Unión Europea), la decisión fue interpretada por muchos como un golpe que obligaba a replantearlo todo. A pesar de que Sturgeon ha expresado desde un primer momento su voluntad de hacerlo todo por la vía legal —rechaza expresamente cualquier comparación con la unilateralidad del independentismo de Cataluña—, en los últimos meses ha abierto la posibilidad, ante la constante negativa de Johnson a discutir nada, de impulsar una convocatoria de referéndum aprobada por el Parlamento autónomo. Sabe que serían finalmente los tribunales del Reino Unido —en concreto, el Supremo, en su condición de intérprete constitucional— los que dirimirían el asunto, pero cree que existe base jurídica para defender que los parlamentarios escoceses disponen de esa prerrogativa. Si no para declarar la independencia, sí al menos para preguntar a los ciudadanos si la desean.

Escocia en este año 2022 será uno de los asuntos a seguir y no los planteamientos de Bildu para desviar la atención por su encasquillamiento con su pasado.