Biden, nos has decepcionado

Martes 17 de agosto de 2021

A mi sí. Me creí su discurso sobre los derechos humanos, la empatía, la compasión, la búsqueda del acuerdo, la planificación solidaria de las cosas y el sentido común y sin embargo su explicación ayer desde la Casa Blanca sobre el caos afgano era más propio de aquel Trump con su grito insolidaridario de «American First», que el de un hombre de principios cuya decisión ha sido un desastre y sin querer reconocer nada salvo la bravata de que responderá si atacan a los suyos, y, los suyos no son los afganos, las mujeres, los niños y los colaboradores de los que han echado mano en estos 20 años a los que han abandonado a su suerte. Por lo menos la canciller Merkel dijo que habían evaluado erróneamente la situación y que su sensación era muy amarga.
Es notorio que como dice el editorial del NYT el desencuentro entre el Pentágono, la CIA y la realidad es abismal. Una buena noticia sería destituir al jefe del Pentágono, de la CIA y de todos esos ridículos personajes que se las dan de enterados y son incapaces de asumir la tragedia que han provocado. Las imágenes que vimos ayer en el aeropuerto de Kabul es uno de los grandes baldones y de los más graves de una Norteamérica pagada de si misma y sin el menor estremecimiento hacia el dolor ajeno.

No se puede estar callado ante lo que van a hacer con las mujeres afganas

Lunes 16 de agosto de 2021

Reproduzco el Llamamiento a la comunidad internacional.
“Nosotras, mujeres de todo el mundo, conscientes de que nuestra reivindicación de igualdad es inseparable de la libertad y la dignidad de las personas que hoy están grave y brutalmente amenazadas en Afganistán, y conscientes, también, de que las amenazas dirigidas contras las afganas por el simple hecho de ser mujeres suman una crueldad intolerable y adicional a la que padecen los afganos de cualquier condición, hacemos un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que:
1.- Exija del poder talibán mantener abiertas las fronteras para que todas las personas que deseen abandonar Afganistán huyendo de un poder fanático impuesto por la fuerza de las armas puedan hacerlo en unas mínimas condiciones de seguridad.
2.- Respete los deberes elementales de solidaridad y compasión humana admitiendo en los vuelos y convoyes de repatriación de extranjeros al mayor número posible de afganos y especialmente afganas en peligro inminente, hayan estado o no al servicio de Estados o instituciones que los talibanes consideran enemigos.
3.- Preste una atención preferente a las mujeres en especial situación de riesgo, sea por haber desempeñado tareas profesionales prohibidas por los talibanes, asistido a escuelas y universidades, conducido su vida al margen de una moral fanática o cualesquiera otros motivos.
La exigencia de que el poder talibán mantenga abiertas las fronteras a quienes deseen abandonar Afganistán conlleva el compromiso simétrico por parte de los miembros de la comunidad internacional, y que nosotras también reclamamos con energía, de acoger a los refugiados y refugiadas de Afganistán, colaborando en su caso a aliviar la presión que un éxodo masivo podría suponer sobre los países limítrofes”.

Rebordinos, Johnny Depp y las ideas claras.

Lunes 16 de agosto de 2021

Leí en Deia el sábado una entrevista hecha a José Luis Rebordinos por Harri X. Fernández .
No le tenía gran simpatía por el trato que dio a equipos anteriores aunque me parezca un buen gestor y un buen director del Festival de Cine donostiarra.
El motivo se producía tras un comunicado titulado «Hablemos de Ética» en defensa de la decisión del Zinemaldia de otorgar el Premio Donostia a Johnny Depp.
Rebordinos era claro y pedagogo.
Su tesis es «la presunción de inocencia y el derecho a la reinserción» ante las acusaciones de «falta de ética ante la violencia contra las mujeres».
Rebordinos era consciente de que la
decisión podía ser polémica no tanto por la realidad del caso sino por las cosas que ya circulan por la Red, aunque se mostraba extrañado de que un grupo parlamentario pudiera retirar el Premio.
«Esto sirve para comprobar lo que pueden hacer las redes sociales a la hora de linchar a alguien, dejando de lado algo tan fundamental en un estado de derecho como es la presunción de inocencia».
Se juzga a la gente sin ninguna prueba, con facilidad y en el caso de Deep por hechos que no son reales. «No hay nada más peligroso que el linchamiento social ya que puedes arruinar una vida a alguien que no sea culpable de nada». Rebordinos, mientras, se muestra beligerante contra el maltrato a las mujeres «pareciéndome alucinante que haya gente que niegue la violencia machista», pero insiste que no es éste el caso.
Sobre la reinserción, ya sea de un maltratador o de un miembro de ETA le pregunta a EHBildu si un miembro de ETA que ha cumplido su condena «¿es culpable toda la vida?». Buena pregunta. No se la contestarán.
Ha sido elegante cuando ante la pregunta de si dimitirá si el Consejo se lo pide, su contestación ha sido afirmativa añadiendo que se irá agradeciendo la oportunidad que le han brindado y agradeciendo haber podido trabajar con ellos «sin rasgarme las vestiduras, lo que es un drama es que las mujeres sean asesinadas por ser mujeres».
La verdad, tras esta claridad de discurso, es que no estamos acostumbrados a tanta contundencia en las ideas y sí a la cristalización de un discurso «políticamente correcto» donde es imposible discrepar sin ser tildado de machista, colaborador en la violencia de género y lindezas parecidas.
«Nunca voy a aceptar que alguien deje de ser inocente hasta que no se demuestre lo contrario y sea un juez quien lo demuestre y lo condene».
Ojalá hubiera más Rebordinos emitiendo mensajes clarificadores en esta sociedad de redes y acusaciones gratuitas, de poses y contestadores automáticos.