Espantoso lo de Afganistán

Miércoles 11 de agosto de 2021

Mientras en Euzkadi nos preocupamos por el tiempo, en Europa por la tercera vacuna, en China por su comercio y en Bielorusia por su dictadura, en Afganistán los talibanes conquistan ciudades y los afganos que creyeron en una sociedad libre mueren como chinches y en Kabul hay ya 210.000 desplazados pensando que cuando llegue esta fuerza medieval van a ejecutar a sus dirigentes, a las mujeres ponerles obligatoriamente el burka y a los niños condenarles a la ignorancia de por vida así como a los creadores de arte los van a anular mientras reprimen cualquier disidencia o pensamiento alternativo distinto al único, una auténtica basura, suma de conceptos medievales.
Estados Unidos ha decidido dejar Afganistán a su suerte. Previamente se metió en la guerra contra Sadam, vino el 11S, hubo una coalición internacional que ha gastado en armas billones de dólares en su industria de la muerte y tras ésto y como ya allí aquello estratégicamente no les interesa los dejan abandonados a su suerte que es como condenarles a vivir como hace quinientos años mientras el mundo occidental, nosotros, solo protestamos por minucias y ante semejante barbaridad callamos.
Si la URSS fracasó en Afganistán el fracaso occidental no lo ha sido menos. Dejan un país al que han bombardeado a espuertas tras haberle prometido un estado de derecho e incluso les habían hecho degustar las mueles de una sociedad distinta.
¡Pobres madres, pobres mujeres, pobres niños, pobres demócratas pobres seres humanos con pensamiento propio!.
No pasa nada. Que se mueran en silencio y no molesten mucho que nosotros estamos en plena digestión veraniega.

Iñaki Gainzarain, toda una referencia

Martes 10 de agosto de 2021


La fotografía es de padre e hijo. Los dos se llaman Iñaki y se apellidan Gainzarain. El aita tiene 93 años y es una referencia histórica de los años cincuenta en Euzkadi. En 1956 tuvo que irse a Venezuela ante el acoso policial. Le habían detenido seis veces y nos contó, a Eugenio Ibarzabal y a mí, el trauma que le supuso la primera detención y las cinco restantes de forma arbitraia, por el inmenso delito de repartir información considerada ilegal. ”Euzkadi es la Patria de los Vascos” es lo que reivindicábamos.
“Logré que no me torturaran la primera vez, pero las siguientes podían tenerme diez días en una celda larga, húmeda, lóbrega de treinta metros que estaba entre la Iglesia de los Capuchinos y el María Cristina en Donosti. Eso me dejó la secuelas del insomnio que padezco”.
Ibarzabal tenía curiosidad de saber cómo se relacionaban y que pensaba aquella generación y cuáles fueron sus valores. ”Mi aita era un alto ejecutivo de la Caja de Ahorros de Bilbao y tuvo que refugiarse en Burdeos donde vivió y aprendí francés y alemán. Leí mucho a quien fuera premio nobel de literatura, Francois Mauriac, escritor católico que levantó su voz en defensa de los vascos junto a Maritain, Bernanos, y varios más. Pero nuestra preocupación era el euskera, que no se perdiera y conocer los movimientos emancipadores de Irlanda y de Israel. Trabajamos con Carlos Santamaría que con el movimiento Pax Romana tenía contactos internacionales desde aquella sociedad tan cerrada y reprimida”. Fueron el germen del grupo Ekin que con el tiempo, Txillardegi, Julen Madariaga, Benito del Valle y varios más dio lugar en los sesenta a ETA, aunque para entonces Gainzarain estaba ya en Caracas. Su hijo nació allí teniendo que dejar aquel país en 2014 con la intensificación del régimen chavista.
“Me gusta el euskera del Lehendakari Urkullu y creo que se ha hecho en estos años una gran labor”. Su esposa Karmentxu fue andereño de la ikastola que tuvo el centro Vasco de Caracas.
Fue una larga conversación con un hombre que se definió como tímido, siendo un intelectual culto y de gran horizonrte, testigo de una época que desaparece y con una sonrisa de buena persona clavada en su semblante.
Toda una experiencia.

82 Aniversario de una gesta increíble

Lunes 9 de agosto de 2021

Estamos conmovidos por la muerte de un joven inmigrante en el Bidasoa. Francia le cerraba la frontera y ha muerto ahogado. Toda una tragedia, personal y colectiva. La inmigración siempre es un drama. El Mediterráneo se ha convertido en la mayor tumba del mundo. En Afganistán los talibanes van a arrasar con todo lo conseguido por la guerra. Un fracaso moral absoluto. Europa se niega a dejar de darse la tercera dosis, mientras en África no se ha vacunado ni el 4%. Somos idiotas. Ni por egoísmo aprendemos. Cuanto más gente vacunada más seguridad. No importa. Primero nosotros y luego nosotros.

Miremos a nuestra historia. Vivimos situaciones parecidas.

Hoy traigo un episodio de nuestro pasado reciente. También los vascos se exiliaban, emigraban. Ante el furor del nazismo, la inseguridad absoluta, la persecución del franquismo, el hambre, la amenaza del Campo de Concentración de Gurs, el domingo 6 de agosto de 1939, hace ahora 82 años, dos cáscaras de nuez, dos pequeños pesqueros, el DONIBANE  y la BIGARRENA, zarparon  saliendo de la barra del río Adour en  Bayona. Eran las seis y media de la tarde, tras la bendición en el muelle del sacerdote exiliado D. Policarpo Larrañaga, capellán del Sindicato de Arrantzales (Pescadores) -Euzko Tostarteko Bazkuna.

Las dos pequeñas embarcaciones  con casco de madera, costillaje de varilla y provistas de motor Diesel  de 50 HP y con una eslora de 14 metros, manga de 3,50 y dos a tres pies de calado, salieron pistoneando dispuestos  a cruzar la inmensidad del Atlántico sin radar y solo fiados de la veteranía de  los dos capitanes Pedro Ruiz Loizaga, de Mundaka y José María de Burgaña, de Motrico. Nunca reconocidos en sus pueblos.

Díganme si eso no era como ir en una patera ante lo que les esperaba en el océano, y en plena guerra. Todos ellos eran marinos, salvo algunos oficiales del Ejército Vasco hechos prisioneros y canjeados. Y hasta tuvieron un polizón a bordo, se llamaba Miguel Marina, de Bilbao.

Y a pesar de todo, llegaron.

Desgraciadamente no valoramos actualmente ni la emigración, ni el exilio ni nuestra historia reciente como esta gesta. Y sin embargo ocurrió hace 82 años.

Ojalá alguien la coloque en el Museo Marítimo de Bilbao y en el Naval de Donosti. La gente joven debe conocer estas hazañas de perseverancia y valentía.