“Con Sandino en Nicaragua” es un libro de Ramón Belaustegigoitia que fue un escritor y jurista alavés, jugador del Athletic. Nacionalista vasco convencido, socio de la Sociedad de Estudios Vascos, trabajó como corresponsal de prensa en Nicaragua y de allí pasó a México. Su nieta Gentzane recibió un reconocimiento a su abuelo del gobierno nicaragüense por el libro dedicado a Augusto César Sandino durante la lucha que este último mantuvo contra la ocupación norteamericana y que fue publicado en 1934. En Nicaragua se reconocieron las ideas cooperativistas del general Sandino fruto de la influencia de este nacionalista del PNV que fue no solo un teórico sino un impulsor del sistema cooperativista en la agricultura. Hace poco se reeditó su libro “Euzkadi en llamas” que trata de la guerra de 1936 y que recomiendo.
Ortega, el sátrapa que mal gobierna Nicaragua le dio a la nieta del escritor, como hemos dicho, la Orden Independencia Cultural Rubén Darío, la más importante que otorga aquel país.
Estoy seguro que Belauste hoy hubiera escrito otro libro sobre la absoluta falta de democracia en el país de Sandino cuyas ideas han sido traicionadas por Daniel Ortega, su mujer y lo que queda del sandinismo. Hay un clamor internacional por la persecución que está haciendo este dictador deteniendo a todos los candidatos presidenciales para conservar un poder mal habido. La crisis política está dejando cuatro mil desplazados al mes. Amnistía Internacional denuncia la estrategia utilizada por las autoridades nicaragüenses que han perpetuado uno de los capítulos más sombríos en la historia reciente del país, donde cualquier persona que se oponga a las políticas del gobierno puede perder su libertad y hasta su vida.
Lo curioso del caso es que siendo una noticia internacional de relevancia y que diariamente va agudizando el proceso EITB ignora absolutamente esta información vital para entender lo que pasa en aquel país cuya conculcación de los derechos humanos es diaria. Tampoco se entiende que Sortu, ELA, LAB y todos los movimientos cubanos que se manifestaron el día 23 en Euskadi no denuncien esta situación.
Quizás sea comprensible cuando se niegan a condenar la extorsión al hijo de Iturgaiz, al concejal Iñaki Calvo y a varias personas más en los últimos días. Se ve que los derechos humanos, que son universales, no existen para ellos.
Ramón Belaustegigoitia hubiera sido el primero en denunciar esta satrapía que aquí intencionadamente es silenciada. No conviene se sepa la calaña de ideología totalitaria que reina en Nicaragua, Cuba y Venezuela al ser estos partidos y sindicatos fervientes partidarios de la misma.
El V Congreso del Pueblo de China adoptó un nuevo Himno nacional del que la agencia de noticias «Nueva China» dijo que estaba «colectivamente compuesto». La letra del nuevo Himno es la siguiente:
«Continua tu ruta, valiente pueblo de nuestro país, nuestro partido comunista nos guía en una nueva larga marcha. Millones unidos en uno solo, hacia el objetivo comunista.
Para construir nuestro país y defenderlo, trabajaremos y combatiremos.
Marchemos, marchemos, marchemos, enarbolando para siempre el estandarte de Mao Tse Tung.
Marchemos.
Enarbolando el estandarte de Mao Tse Tung, marchemos, marchemos, marchemos.
La música es la misma que antes. Pero fijémonos en la letra. Mao Tse Tung aparece dos veces. Es el Dios chino. Se le ha deificado. Y nadie dice nada porque está «colectivamente compuesto». Los chinos son «progres» porque son maoístas.
Los vascos somos reaccionarios porque incluimos a Jaungoikoa en el himno. También lo hace el Gernikako Arbola, himno permitido durante el franquismo frente al Gora ta Gora, perseguido.
El franquismo no permitía el Himno, la ikurriña y la palabra Euzkadi. Permitía el Gernikako Arbola, Euskal Herria y no permitía la ikurriña y todo lo que oliera a Sabino Arana. Como ahora. La IA trata de borrar toda huella de Sabino Arana. El nacionalismo nació con ETA y hay que borrar absolutamente de todo a Sabino Arana. Y eso que ETA son las siglas de Euzkadi ta Askatasuna. Si, Euzkadi, no Euskal Herria.
Un país serio respeta la tradición. Los ateos y agnósticos de esos países no desconocen la huella del cristianismo en Europa, no la del islamismo. ”Dieu et Mon Droit” está en el escudo inglés. ”¡Dios Salve a la Reina!”, pero aquí, la letra compuesta por Sabino Arana en la cárcel, repito, en la cárcel, no se respeta. No sé si quieren ponerle a Alá y su Sharia.
El primer gobierno vasco de la historia presidido por Aguirre en 1936, incluyendo republicanos y PC, adoptó el nombre de Euzkadi, el Himno y la ikurriña. Y mucha gente murió bajo estos símbolos. Hoy la consigna, salvo en el caso de la ikurriña, aunque hubo su intento con el Arrano Beltza, es eliminar todo recuerdo sabiniano.
Es una estrategia.
El Gora ta Gora se aprobó en el Parlamento Vasco en 1983. Es ley. Guste o no aunque protocolo de las Diputaciones y Gobierno Vasco apenas lo usan. Si lo hizo Unai Rementeria en la de Bizkaia el año pasado. Ahora todo es el Agur Jaunak (himno religioso por excelencia) o el Pajarito de Mikel Laboa. Somos un país iconoclasta y así nos va. Pero detrás están los mismos de siempre.
El Gobierno vasco debería proponer una letra al Himno aprobado, el Euzko Abendaren Ereserkia más conocido como Gora ta Gora, de quien Carmelo Bernaola me dijo. ”No dejen cambien el himno. Es el único himno por su cadencia, solemnidad y melodía”. Y eso que la melodía no la compuso Sabino Arana.
Es mejor pues el Himno chino que considera que su Dios es Mao.
Sin complicaciones y sobre todo sin complejos. A lo chino, maoísta que cantan y cantan porque sus himnos han sido «colectivamente compuestos» y tienen a su dios pudriéndose entre rosas.
El martes pasado compareció en las Juntas Generales de Gipuzkoa la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta, a solicitud de EH Bildu; el motivo de la comparecencia, Corrugados. Y es que lo ocurrido con Corrugados es algo digno de reflexión, no solo por la gravedad que conlleva haber dejado pasar una oportunidad de esas que raramente se presentan, también por sus repercusiones políticas. De hecho, el mismo martes, Gara publicó un artículo de Rafa Díez Usabiaga titulado Tránsito, ¿hacia dónde?, en el que el autor ejemplifica, con el «tema Corrugados», su tesis de que el PNV está procediendo a la «descalificación gratuita» y a «campañas de manipulación política» contra EH Bildu para, según él, «justificar o intentar demostrar la imposibilidad de una suma soberanista»
La comparecencia del martes, básicamente, aglutinó toda la retahíla de argumentos que EH Bildu ha ido tejiendo para imposibilitar el proyecto desde que, en febrero, el propietario de la fábrica anunciara a las instituciones vascas –incluido el propio Ayuntamiento de Azpeitia– su intención de reabrir la acería en lugar de achatarrarla. Evidentemente, con la que está cayendo, no es fácil salir a la palestra y anunciar, sin más, que se rechaza un proyecto que crearía 270 puestos de trabajo directos, a muy corto plazo, y otros muchos indirectos, en empresas del entorno. De modo que el gobierno municipal de Azpeitia se ha ido trabajando un laborioso relato construido sobre excusas de todo tipo para justificar una decisión predeterminada, mientras sigue negando, contra la evidencia, su absoluta falta de voluntad política para posibilitar la reapertura
Sin querer aburrir con muchos detalles, el gobierno municipal de Azpeitia –o, dicho de otra manera, la mayoría absoluta de EH Bildu en Azpeitia– nunca ha estado por la labor de la reapertura y se ha refugiado en una paradójica argumentación que se podría resumir de esta manera: 1. No había proyecto; 2. el proyecto que no había era ilegal; y 3. ellos tenían una alternativa (inviable) al proyecto ilegal que no existía. Todo ello se ha adornado con grandes apelaciones a la colaboración institucional y al interés por crear puestos de trabajo –ambos conceptos muy bien acogidos por la opinión pública–. Además, se ha aderezado con importantes dosis de victimismo y alusiones a cierta teoría de la conspiración según la cual las instituciones «del PNV», conocedoras de la imposibilidad de llevar a la práctica un proyecto «ilegal», además de «inexistente», solo jugaban, al alimón con los concejales del PNV, a arrinconar a la alcaldesa con el objetivo de despistar sus propios supuestos fracasos de gestión. Ese ha sido, al menos, el argumento que han utilizado tanto Iker Casanova, en un debate de Radio Euskadi, como Juan Karlos Izagirre, en las Juntas Generales. Y por si todo ello fuera poco, de acuerdo con la esa teoría, el PNV también instigaba la comisión de un delito de prevaricación, atacaba al pueblo de Azpeitia y se olvidaba del interés general. Y hacía todo eso para defender los intereses de un empresario que, no está de más repetirlo, no se sabe qué intereses podía tener si no tenía proyecto –más allá de los intereses urbanísticos como propietario de suelo residencial, que es lo que defiende, por cierto, el gobierno municipal de EH Bildu–. Todo un señor relato en el que al PNV solo le faltan cuernos y rabo.
En realidad, ha sido mucho más simple. Se presentó la oportunidad y la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco, conscientes de lo que suponía, han hecho todo lo que han podido para amarrarla. Pero han comprobado, con impotencia, cómo iba transcurriendo el tiempo mientras el Ayuntamiento, lejos de demostrar la más mínima implicación para sacar adelante el proyecto, solo se ha dedicado a elaborar y a trasladar a los medios, ese relato del que hablábamos. En última instancia, a hacer victimismo político y a reclamar incesantemente «respeto institucional» para sí, mientras que para los demás, egurre!
Podía haber sido distinto y los 270 nuevos puestos de trabajo, todos ellos, habrían tenido nombre y apellido. Incluso se habría podido llegar a un acuerdo con la empresa para reabrirla con el compromiso de trasladarla a Trukutxo en no demasiado tiempo, tal y como llegó a proponer el empresario. Pero, no, no ha habido voluntad política, ni para contemplar una interpretación posibilista del Plan General ni, si así se considerara necesario, para modificar la normativa urbanística. Y la oportunidad parece haberse esfumado.
La competencia urbanística es del Ayuntamiento de Azpeitia, que ha rechazado la posibilidad de resucitar una industria que hasta 2013 era el buque insignia del municipio; «una empresa grande y molesta», en palabras del portavoz de EH Bildu –no sé qué pensará EH Bildu sobre la CAF de Beasain y tantas otras–.
Todos compartimos que habría sido mejor ubicación Trukutxo que Amue pero la opción nunca se ha planteado en términos de preferencia. Por mucho que, una y otra vez, hayan vendido Trukutxo como «única alternativa real», no lo era; sería alternativa «ideal» pero no «real». La oferta del empresario se resumía mejor de esta manera: Amue y trabajamos un traslado para dentro de unos años, o nada. Y EH Bildu ha elegido nada, de modo que parece que ya no habrá 270 trabajadores, cada uno con su nombre, en Corrugados Azpeitia. Remedando el título de Díez Usabiaga, un tránsito a la nada. Es una opción, aunque no la compartimos, porque siempre hemos apostado por el empleo industrial y de calidad, que es el que sustenta el nivel de bienestar de la sociedad vasca. Y porque casi 300 puestos de trabajo para otros tantos trabajadores son algo muy serio y apelan directamente al interés general.
No compartimos la decisión que han adoptado en el caso de Corrugados. Y, desde luego, también denunciamos el cómo: las sobradas dosis de prepotencia que han utilizado con nuestros concejales y el relato contra la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco que han ideado con el único fin de esconder que su decisión estaba tomada desde el principio.
De modo que no, Díez Usabiaga, no ha habido ni descalificación, ni campaña de manipulación por parte del PNV. Y, mucho menos, una sofisticada estrategia montada «para intentar demostrar la imposibilidad de una suma soberanista». Lamentablemente, es demasiado fácil dar la vuelta al argumento: ¿qué clase de voluntad «para la suma soberanista» demuestra EH Bildu cuando su estrategia política parece pivotar exclusivamente en atacar al PNV a todos los niveles y en todas las instituciones?
A la vista de los hechos, mucha gente podría concluir que si alguien en el PNV tuviera pocas ganas de intentar trabajar un entendimiento estratégico en clave soberanista, EH Bildu insiste en ponérselo demasiado fácil. Y no, para neutralizar esa opinión, no es suficiente con hacer, de vez en cuando, apelaciones a la necesidad de entendimiento en términos «ideales», como con Trukutxo, porque para posibilitar entendimientos y encaminar con seriedad una colaboración para la senda soberanista, tan ilusionante como compleja, es deseable tejer un mínimo previo de confianzas y complicidades. Y, en eso, las acusaciones gratuitas, las descalificaciones y las críticas sistémicas no ayudan.
La tesis de Díez Usabiaga es que «este» PNV se conforma con una reforma estatutaria «a la horma de los socios que garantizan su hegemonía institucional». Dejemos de lado que ese «socio» es el mismo que sería necesario para conformar el «pacto de izquierdas alternativo» que tantas veces hemos oído invocar a su coordinador general, Otegi. A lo mejor, piensan que el socio socialista a ellos no les «ahormaría». Pero la cuestión puede que sea otra: ¿por qué el PNV, en las ocasiones en que ha sido claro ganador de sucesivas elecciones, nunca se ha visto en la necesidad de tener que valorar el ofrecimiento de una oferta sincera por parte de EH Bildu para ser socio institucional? ¿Con esa hipotética alianza no habría salido ganando, teóricamente, la visión de la construcción nacional vasca en la acción de gobierno? Entonces, ¿por qué nunca se ha dado el caso?
Respuesta: por no perder posición de alternativa en su afán hegemónico. EH Bildu se mueve cómodo en parámetros de confrontación contra el PNV. Siente la necesidad de guardar el ámbito de las esencias sin contaminarse con una colaboración leal en el «molesto» ámbito de los equilibrios, siempre precarios y trabajosos, de la gestión pública y sus límites. Prefiere la trinchera a la colaboración. Por cierto, en otro artículo firmado por Díez Usabiaga, Eugenio Etxebeste y Joxemari Olarra, como miembros de Sortu, se referían a ELA en estos términos: «Hasta ahora siempre han situado alguna justificación –siempre instrumental y desproporcionada– para situarse con prepotencia ideológica y cobardía política en un presunto púlpito de coherencia y legitimidad para repartir críticas y reproches a diestro y siniestro». ¿Por qué será que cuando lo leí pensé que valía para retratar a la propia EH Bildu?
Mª EUGENIA ARRIZABALAGA OLAIZOLA *
*Burukide del EBB de EAJ-PNV. Portavoz de las JJGG de Gipuzkoa
This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish.AcceptRead More
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.