ZAPATERO ES UN TRAIDOR A LA DEMOCRACIA

Domingo 11 de septiembre de 2016

Zapatero en Craacas con Maduro«Cada vez que Maduro tiene el agua al cuello aparece el ex presidente español», dice el gobernador de Miranda y líder de la oposición, ex candidato presidencial Enrique Capriles.

Al gobernador de Miranda, Henrique Capriles, no le convencen las apariciones en Caracas del ex presidente del gobierno español, José Luis Zapatero, cuyas visitas están envueltas en un halo de misterio. Ha puesto en duda su papel de mediador en un diálogo, hasta ahora abstracto, que no existe ni se ha conformado.

Zapatero anunció en Telesur que había venido este martes a Caracas para reunirse con la oposición y el gobierno de Maduro. Pero no ha habido ninguna otra información sobre sus actividades.

«Nadie sabe qué hace el señor Zapatero en Venezuela. No conocemos su agenda. Cada vez que el gobierno tiene el agua al cuello aparece Zapatero. ¿A qué viene?, ¿A ponerle fecha al revocatorio o para tratar de hacer ver en el mundo que aquí hay un proceso de diálogo y lavarle la cara al gobierno? Una convocatoria al diálogo debe pasar primero por el pueblo venezolano, respetando la Constitución», aseveró Capriles.

Es muy curiosa la distinta postura del ex presidente Felipe Gonzalez, muy bien visto por la oposición venezolana que es absolutamente mayoritaria al señalar con el dedo a Maduro como un dictador y querer ser el abogado defensor de López, y la de José Luis Rodríguez Zapatero ,ex presidente socialista que salió de La Moncloa con uno de los más altos índices de rechazo de la opinión pública en la reciente historia democrática de España tras la muerte de Franco y que ahora, de la mano de Maduro, pretender forzar que la oposición asuma iniciativas del gobierno dictatorial mientras Maduro sigue encarcelando opositores como en el caso de Yon Goicoechea, líder estudiantil de origen vasco, al que el gobierno chavista detuvo y acusó con pruebas falsas de estar inmerso en un complot.

Ante esto la vergonzosa actuación de Zapatero que consiste en no mediar, sino en ir de la mano de Maduro a la prisión de Ramo Verde, donde está apresado Leopoldo López y tratar de negociar con él su salida a cambio de retrasar el revocatorio contra el presidente venezolano es algo infame y solo puede entenderse en un traidor a los principios democráticos. Lo que sería intolerable en Europa, Zapatero quiere aplicarlo en Venezuela, como si estuviéramos en tiempos de la Colonia.

De hecho, durante su mandato de siete años, su política hacia Venezuela conjuntamente con su nefasto canciller Moratinos y el embajador Raúl Morodo fue de juzgado de guardia. Zapatero carece de la mínima autoridad moral para negociar absolutamente nada y así se lo ha hecho saber la oposición democrática en aquel país.

El gobernador Capriles, ante este estado de cosas, sostuvo que el gobierno no puede interpretar la Constitución venezolana de acuerdo a lo que estime conveniente. «Pretenden tratar de que bajen las aguas. Zapatero no quiere que haya revocatorio. Los venezolanos queremos un diálogo real y que se realice el revocatorio este año».

El también ex candidato presidencial dijo que las movilizaciones a las sedes regionales de los Consejos Nacionales Electorales  en los 23 estados del país son para exigir el cronograma electoral, que incluye la fecha para la recolección del 20% del Registro Electoral, así como la del referendo revocatorio. Además pidió que se conforme una comisión técnica que incluya a la Mesa de la Unidad Nacional (MUD)”para que el proceso sea transparente».

«Cada vez que convocamos una movilización, el gobierno también convoca una actividad paralela ¿Para qué es la concentración del gobierno? La de nosotros es pacífica y en defensa a la Constitución y su artículo 72. ¿La del gobierno será para provocar o confrontar?. En su movilización hay más policías y militares que militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). Cada vez queda más demostrado que el gobierno tiene terror a que el pueblo se movilice pacíficamente», dijo.

El también líder de la Unidad recordó que la próxima protesta será el miércoles 14 de septiembre. «No pedimos al CNE algo que no puedan anunciar, ¿por qué la demora?, ¿acaso las rectoras no ven las colas en el país para comprar comida, medicinas y artículos de primera necesidad? Primero la presidente del CNE, Tibisay Lucena dijo que el 13 de septiembre se anunciaría el cronograma, ayer (martes) otra rectora dijo que el 14 y 16. ¡Pónganse de acuerdo!, mientras sigan sin anunciar, la gente seguirá movilizándose».

 

EL OCASO DEL SOCIALISMO MÁGICO

Domingo 11 de septiembre de 2016

puño con colores de venezuelaEl socialismo, el comunismo y el anarquismo como estables formas de Estado no han existido, existen ni existirán jamás, salvo cual fracasados experimentos efímeros o trágicos, según se trate de utopías experimentales o de la jactanciosa versión científica de Marx y Lenin.

Fui invitado por mis amigos Alfonso Molina y Trino Márquez a comentar en el Trasnocho Cultural un excelente documental producido y dirigido por Michele Calabresi. Titulado El Ocaso del Socialismo Mágico, es una interesante visión sobre la tragedia actual de Venezuela.

Aunque se refiere a la ruidosa catástrofe montada en Venezuela por ya más de 17 años, puede ser tomada también como alegoría universal del socialismo, la utopía racionalista del siglo XIX emanada en forma pretendidamente científica de aquel alemán de malas pulgas que fue Carlos Marx.

La audiencia fue masiva, las entradas se agotaron dejando a muchos en cola. Menos mal que los venezolanos sabemos de colas, aunque ésta sí merece el calificativo de “sabrosa”.

Una de las acepciones de la palabra utopía es “lo que no existe”. Resulta por eso demencial que tantos en tantos países y durante tanto tiempo hayan (“hayamos”) luchado con infinito ardor por “algo inexistente”. Sería risible si no se recordara que envueltos en los vapores de semejante fantasía cientos de miles pusieron en juego su propia piel y la de muchos otros, como un sublime acto de Salvación. Las tragedias no deben suscitar risas sino reflexiones graves o dolorosas y rectificaciones hondas.

Por respeto a sí mismo y a su oficio de cineasta, el director Calabresi no abusa de calificativos. Guarda un matemático equilibrio entre los entrevistados según respondan al oficialismo o a la disidencia; no acomoda, organiza o dispone de mala fe los argumentos de cada parte, prefiere dejar que hablen las escenas y se pronuncien los hechos, todo lo cual se revela como un testimonio radical en contra del supuesto modelo socialista-siglo XXI que ha castigado tan fieramente a Venezuela, con un saldo abrumador de cifras perversas y resultados sombríos.

Nadie pregona con más fuerza el carácter socialista del modelo, que Maduro y antes Chávez. Sus seguidores, créanlo o no, los corean quizá por razones de seguridad o de provecho personal. Y nadie cree más en la reputación socialista de Maduro que la oposición cuando condena su obra.

Mucho más del 50% de los chavistas sabe y rumia que esto no es socialismo, mientras que un porcentaje igual de la disidencia sí cree que lo sea. Aquellos tratan de salvar al socialismo desligándolo del desastre madurista y éstos de hundirlo certificando que el peor presidente desde la colonia hasta el sol de hoy es su más pura expresión.

Se equivocan ambos. El socialismo, el comunismo y el anarquismo como estables formas de Estado no han existido, existen ni existirán jamás, salvo cual fracasados experimentos efímeros o trágicos, según se trate de utopías experimentales o de la jactanciosa versión científica de Marx y Lenin.

Y como no pasaron de ser utopías inalcanzables, no puede acusarse a Maduro de poner la inmensa torta que ha puesto “porque aplica el modelo socialista siglo XXI”. No es por eso, señores, es porque repite el anacrónico intervencionismo estatal armado de controles y policías que destruyen la economía, el mercado, la libertad y la gente cual arrasadores volcanes inflamados de ardiente lava.

“Socialismo mágico”, dice el director Calabresi, quizá influido por el Realismo Mágico hispanoamericano, conforme a la acertada definición lograda hacia los años 30 por Alejo Carpentier, Asturias y nuestro Uslar Pietri, en un estimulante café parisino.

Socialismo Mágico, la “colonia Cecilia” fundada en 1890 por el anarquista Giovanni Rossi. Legalizó el amor libre y fundo un anarco-comunismo ¡autorizado por el emperador Pedro II !

Socialismo mágico, la zaga latinoamericana desde Chávez y Lula, sin nada firme a sus pies, salvo magia, retórica y derroche populista, que terminó en un insondable naufragio.

La peor de las utopías resultó ser la que paradójicamente se proclamó científica. Marx prometió que su socialismo superaría con creces la producción, productividad, y creatividad científica de los capitalistas más desarrollados, y que la burocracia estatal desaparecía gradualmente. Y el resultado fue que nunca pudo lograr ni lejanamente lo primero, y en cambio infló como nunca las dimensiones del Estado hasta que todo se derrumbó como un zigurat de piedras de dominó.

Americo Martin

LA FÓRMULA DE INVESTIDURA VASCA IMPIDE EL BLOQUEO DE LA LEGISLATURA COMO EN ESPAÑA

Jueves 8 de septiembre de 2016

· El reglamento vasco no contempla la opción de que se disuelva la Cámara y se repitan los comicios, como ocurre en el Estado

· La votación nominal, en contraste con la del Congreso, garantiza la designación de un aspirante

La sentencia, abanderada en los últimos días por el PNV, de que en Euzkadi no habrá bloqueo tras el 25 de septiembre por mucho que las urnas dejen un escenario igual de endiablado que el estatal, no es solo un anhelo. Es una realidad. El sistema parlamentario para investir al lehendakari es más garantista que el reglamento del Congreso, y asegura la designación de un candidato, el más votado en las urnas o uno alternativo, con un proceso de votación nominal entre los aspirantes. Iñigo Urkullu, de hecho, salió investido en 2012 solo por los 27 votos de su grupo, el del PNV. Algo más de un tercio de la Cámara de Vitoria.

La previsión de que el 25 de septiembre depare un nuevo reparto de escaños sin mayorías absolutas y con una aritmética difícil de encajar, dificultará, probablemente, la gobernabilidad de los siguientes cuatro años, para los que sí se requerirán pactos. Pero, de inicio, no impedirá investir a un candidato, que en primera o segunda votación -como le ocurrió al actual lehendakari-, contará con el respaldo al menos de los suyos. El sistema, que de hecho no recoge la posibilidad de que no se produzca investidura y de que se repitan los comicios, como ha ocurrido y puede volver a hacerlo en el Estado, permite la presentación de más de un aspirante a ese pleno que convoca la Presidencia de la Cámara «oída la Mesa y la Junta de Portavoces».

Ha ocurrido tras las últimas citas electorales. En la más reciente, la de hace cuatro años, la candidata de EH Bildu Laura Mintegi optó por confrontar su programa con el de Urkullu en aquel pleno del 12 de diciembre. Tras la primera votación fallida por requerirse mayoría absoluta, Urkullu fue designado al día siguiente por mayoría simple del grupo nacionalista. Mintegi cosechó los 21 votos de la coalición abertzale y el resto de la Cámara se abstuvo. No hay más opciones. Los 75 parlamentarios solo pueden decantarse, tras llamamiento público y de viva voz, por uno de los candidatos propuestos, o abstenerse. No existe el voto en contra.

Las dos legislaturas anteriores fueron Juan José Ibarretxe y Patxi López los que se midieron en el pleno. Aunque, en ambos casos, 2005 y 2009, el resultado se conocía de antemano, los aspirantes se valieron de los 90 minutos de intervención que concede la Cámara para exponer su proyecto. El candidato jeltzale se impuso en la primera ocasión en segunda vuelta, con 34 votos sobre 33. Y el socialista consiguió cuatro años más tarde la mayoría absoluta gracias a los votos del PP.

El artículo 165 del reglamento del hemiciclo es el que regula una fórmula que desde 2009 es completamente transparente, ya que se cambiaron las papeletas por un sistema de voto público, a viva voz desde cada escaño, que además de agilizar los tiempos evita apoyos ‘secretos’ o ‘inesperados’ como esos diez votos (aún sin dueño reconocido) que permitieron hace unas semanas al PP hacerse con la mayoría de la Mesa del Congreso.

Nombre o abstención

En caso de que solo haya un aspirante, como ocurrió en 2001 con Ibarretxe, el procedimiento es similar. Los aforados deben optar entre su nombre o la abstención, una fórmula que por ejemplo en aquella ocasión llevó al candidato del PNV a obtener, en primera vuelta, más votos en blanco que a favor. Al día siguiente, en segunda, sumó tres apoyos más de Ezker Batua y logró superar por la mínima la abstención del resto de la Cámara (salvo Euskal Herritarrok, que como desde el año 80 había hecho HB, no votó). Tampoco hubiera importado que se diera ese escenario, ya que el voto en blanco no puede interpretarse legalmente como una mayoría de bloqueo. De este modo, en los plenos con un único candidato, éste tiene garantizado su nombramiento, cuente con los apoyos que cuente. Y solo si hay más de uno, cada aspirante deberá procurarse respaldos previos para que en la votación el nombre de su rival no sea pronunciado más veces que el suyo.

Ni siquiera el empate entre dos aspirantes es sinónimo de parálisis. El reglamento recoge que «de persistir el empate, la presidencia (…) establecerá el calendario para las sucesivas votaciones» hasta que uno logre inclinar la balanza y salga designado.

Sorpresas

El sistema de elección vasco, no obstante, no cierra del todo la puerta a las sorpresas. En dos de las diez legislaturas desarrolladas hasta ahora no ha sido nombrado el candidato más votado. La primera vez, en 1986. El PSE con Ramón Jáuregui a la cabeza renunció a presentarse pese a ganar los comicios en favor de Ardanza, con quien estableció una coalición de gobierno. Y, más recientemente, en 2009, el socialista Patxi López con el apoyo del PP desalojó a Ibarretxe de Ajuria Enea pese a quedar por detrás suyo en las urnas.

La posibilidad de que varios candidatos midan sus fuerzas al mismo tiempo en el debate obliga a atar pactos de antemano o, al menos, a asegurar la ausencia de mayorías alternativas, si los aspirantes quieren evitar sobresaltos de última hora. Ibarretxe, en su caso, fue plenamente consciente días antes de que sus apoyos no bastaría para reeditar otro mandato, como así se constató.

Sánchez hubiera salido

La fórmula empleada en el Parlamento Vasco desde la segunda legislatura -en la primera, aún sin reglamento aprobado, se votó ‘sí’, ‘no’ o abstención- difiere ostensiblemente del método empleado en el Congreso, donde solo un candidato se somete en cada sesión a la votación de investidura en la que los diputados tienen la opción de darle su apoyo, negárselo o abstenerse. El sistema vasco, por ejemplo, habría posibilitado un ‘cara a cara’ tras el 20 de diciembre entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en el que según el pacto cerrado entonces por el líder socialista con Ciudadanos hubiera sido investido. También facilitaría, en el contexto actual -en el que pocos se atreven a descartar unas terceras elecciones-, que el candidato del PP fuera designado presidente con el respaldo mínimo de sus 137 escaños, en caso de ser el único aspirante.

En Euzkadi, la elección del jefe del Ejecutivo vasco no garantiza, no obstante, la gobernabilidad durante los cuatro años de mandato. Un asunto, esta vez sí, que dependerá -también a partir del 25-S- de los acuerdos que alcance el futuro lehendakari, en una Cámara con nuevas fuerzas políticas y con un reparto de escaños no apto para cinturas poco flexibles. Será la hora de demostrar que esa «cultura de pacto» que tanto el PNV como el resto de fuerzas políticas presumen de tener interiorizada en Euskadi desde los años 80, sigue vigente y servirá para que, ya que el bloqueo no puede llegar por la vía normativa, tampoco lo haga por la vía política.

Sistemas de investidura

PARLAMENTO VASCO

Candidato. Los grupos del Parlamento Vasco deben proponer, 72 horas antes del pleno, a sus candidatos.

Pleno. El artículo 165 recoge que el o los candidatos exponen su programa de gobierno, y se abre el debate con el resto de grupos.

Votación. Es nominal y pública, a viva voz. Los parlamentarios deben optar entre el nombre de un candidato y la abstención. Si ninguno alcanza la mayoría absoluta, en el plazo de 24 horas será elegido/a el que obtenga el mayor número de votos. En caso de empate entre las candidaturas más votadas, se volverá a votar 24 horas después. Si persiste, la presidencia, con la Mesa y la Junta de Portavoces, establecerá un calendario para las sucesivas votaciones.

CONGRESO

Candidato. Previa reunión con los grupos, el Rey nombra a un candidato a la investidura.

Pleno. Según el artículo 171 del reglamento, el candidato expone su programa y solicita la confianza.

Votación. La última se realizó de viva voz, y los diputados tienen opción de elegir entre el ‘sí’, el ‘no’ o la abstención al candidato propuesto. Si en ella el aspirante obtuviera el voto de la mayoría absoluta del Congreso, se entenderá otorgada la confianza. Si no, se procederá a una nueva votación 48 horas después, y se requerirá mayoría simple.

Investidura fallida. El artículo 172 recoge que si la primera investidura es fallida, se tramitarán sucesivas propuestas. Y si en dos meses nadie obtiene apoyos suficientes, se convocan elecciones. Amaia Chico.