ESTADO DE EXCEPCIÓN Y FRACASO DE LA TRANSICIÓN

Sábado 21 de octubre de 2017

Lo esperado ha ocurrido. Catalunya intervenida y puesta bajo estado de excepción. Situación muy grave. El Lehendakari dice que se han dinamitado los puentes. Es verdad.

Lo ocurrido me lleva a dar 7 puntos de vista

1.- Fracasa la sacrosanta transición política española. Era un gigante con pies de barro. Y el barro era la territorialidad y la justicia.

2.- Rajoy ha olvidado que esto comenzó cuando él y el PP en 2006 fueron al Constitucional a denunciar la reforma del Estatut. Ha contado el Credo comenzando por Poncio Pilatos.

3.- El gran problema que tiene España es que Madrid se cree el ombligo del mundo y que siendo España Madrid es evidente que jamás estará dispuesto a compartir en serio poder alguno. La sacrosanta unidad, como la sacrosanta transición está saltando por los aires. Nunca, nunca han aceptado un estado plurinacional.

4.- Me gustaría que fuera Puigdemont quien en estos días disolviera él desde el Palau el Parlament catalán y no dejara esta potestad al inquilino de la Moncloa. Sería un precedente gravísimo. Y un balazo al estatut de Sau.

5.- A mí no me ha extrañado.

6.- No me ha gustado lo dicho por Luis Llach diciendo que los europeos son unos cerdos. ¿Qué esperaba?. Creo que el independentismo catalán o por ingenuidad o por mala fe ha sembrado desilusión diciendo que Europa apoyaría la proclamación de la Independencia y que las empresas no se irían. Fueron dos mentiras y han de estar más finos a la hora de acreditar una decisión tan importante para la sociedad catalana. Y no vender falsas ilusiones. El nacionalismo español es una realidad y además fuerte y beligerante.

7.- El PNV votará NO en el Senado. Y argumentará con hechos y datos su postura. La solidaridad con Catalunya es total.

¿UN PAÍS PARA PLANTAR BERZAS?

Viernes 20 de octubre de 2017

Fue claro y contundente el Lehendakari Urkullu saliendo este jueves en rueda de prensa y dejando de forma clara que la aplicación del artículo 155 no debería estar contemplada pues en su carta, el propio President Puigdemont, había dejado escrito que en la sesión parlamentaria no se había declarado independencia alguna.

Y ha sido claro Ortuzar y el PNV dejando manifiestamente dicho que no se apoyará en el Senado que el gobierno ponga en marcha la guillotina del 155.

El PNV pues, en esta situación, está con el diálogo y la búsqueda de soluciones en Catalunya. No está con Piolín ni con la detención de los dos Jordis. Y lo ha manifestado pública y reiteradamente.

Quizás ésto incomode a una Sortu y a un Txiki Muñoz al que no se le está dejando espacio para la crítica a su obsesivo objeto de vudú, el EAJ-PNV. Se les ve incómodos.

Pero ésto no es óbice para que personas que analizan la situación vean en lo que está ocurriendo en Catalunya, por su procedimiento, un riesgo para Euzkadi y a tal efecto comentan lo que ven

Es el caso de Jon de Urbia que me ha recordado aquello que dijo Arzalluz de que si ganaba el revolucionarismo vasco disfrazado de abertzalismo habría que marcharse en pateras de un país en el que solo quedaría la posibilidad de plantar berzas.

Lo escrito por Jon de Urbia, es esto:

Son muchos los aspectos relacionados con el llamado proces catalá, pero hay, a nuestro entender, algunos de ellos dignos de mención desde una perspectiva nacionalista vasca.

El primero es el que hace referencia a la naturaleza de dicho proceso. Bajo la denominación de independencia, se esconden fuerzas absolutamente oportunistas en la medida en que dicha independencia es un mero puente hacia otros fines no declarados con la misma nitidez. Fines como el de Podemos y su marca catalana En Comu Podem, cuya intencionalidad no era otra que derribar al gobierno de Madrid en una especie de “asalto a la Moncloa”, fines como el de la CUP de establecer una república socialista al estilo de los viejos soviets, fines como el de Esquerra de coadyuvar a ambas cuestiones. En definitiva todos ellos fines sinérgicos con el Fin último de establecer un socialismo revolucionario en España, y por lo tanto de comenzar la “conquista de occidente”, en plena UE, el gran sueño de la extrema izquierda ávida 100 años después de mostrar su modelo, por fin, en contextos de economía avanzada y superar así el complejo de “receta” para países en vías de desarrollo de corte agrario (donde el proletariado ha brillado por su ausencia).

Estamos por lo tanto ante una independencia de naturaleza revolucionaria que sólo será defendida en la medida en que sea útil para lograra la ruptura con el sistema. Nada que ver con el ideal nacionalista de pertenencia a, y desarrollo de, una identidad ligada a un territorio y a una cultura y una lengua que entrelaza a las personas con dicho territorio, su historia y su futuro.

En segundo lugar, la forma del proces, ha ido cobrando coherencia con su naturaleza. Así se ha ido deslegitimando cada vez más la democracia representativa, a favor de la democracia asamblearia, donde la ausencia de contornos nítidos favorece la manipulación estratégica. Esta cuestión ha llegado al paroxismo el 1 de octubre, donde el acto sagrado por antonomasia de una democracia, como es el votar, se confunde con una sinfonía desvencijada de urnas de plástico a las que se puede contribuir de forma “generosa” depositando la papeleta cuantas veces apetezca. ¡Y el resultado de semejante despropósito condiciona una declaración de independencia de todo un Parlamento como el Catalán!, verdadera sede de la soberanía popular. Eso sí justificado, como no, por la violencia del Estado opresor, materializada por las desafortunadas cargas policiales y las incomprensibles y torpes detenciones de algunos líderes de ANC

Esta violencia termina de “explicar” todas las pérdidas de garantías de libertades individuales y permite establecer unas condiciones de “levantamiento popular”, tercer aspecto a considerar, donde comienzan a darse situaciones de “cuanto peor mejor” ( la marcha de empresas relevantes del territorio catalán, la inseguridad jurídica,…), internacionalización del conflicto, y permanentes estados de excepción sociosicológica, con personas llamadas a la calle, en plena dialéctica de expectación-frustración , que convierte a las “masas” en manipulables.

En este momento, la melodía, la vieja melodía, no hace mención al modelo de la nueva sociedad catalana, en esa república independiente. Desaparece cualquier referencia al respecto, nadie sabe qué tipo de arquitectura política, social y económica se desea tener en el “nuevo contexto”, porqué este silencio? Es un olvido casual?.Suena la música ( la de siempre) pero no hay letra…

Siendo consistentes con el “gran fin”, no se nos puede escapar un cuarto aspecto, como es el del reflejo en otros territorios de fuerte sentimiento nacionalista como puede ser Euzkadi.

Este reflejo, trasmitido y aumentado por las “antenas locales” del movimiento, Elkarrekin Podemos y EH Bildu, pretenderá replicar la situación catalana en nuestro territorio con la misma intención de ayudar al “objetivo final”. Para ello su “trasmisión” de la vieja melodía con los nuevos ritmos deberá de ser oída ( ¿y bailada?) por miembros de otras organizaciones ya que sin la colaboración de estas no sería posible el añorado escenario de ruptura. Es clave la movilización, sutil, soterrada, subliminal de personas del NACIONALISMO DEMOCRATICO VASCO, para poder “avanzar” en el proces vasco .De paso no estaría mal un resultado como el catalán en el que el nacionalismo ha terminado hecho añicos y moviéndose como un títere al son que otros interpretan.

El estado que es otro de los actores puede caer en el mimetismo reactivo que le propone todo este proceso y plantear medidas como la suspensión de la autonomía catalana que supondría la ruptura desde el otro extremo, la destrucción de la representación catalana como represión respecto a la acción revolucionaria. Flaco favor a la democracia dotar de razón moral y política a aquellos que por desesperación o puro seguidismo deciden romper con la realidad institucional. El estado tiene la máxima responsabilidad por lo que no buscar caminos de conciliación por su parte no sería más que dar un impulso a todo este despropósito.

En definitiva, naturaleza, forma y condiciones del proces catalá, nos avisan que tengamos cuidado con los cantos de sirena, y que por mucho brillo poético con el que se presente, no nos dejemos deslumbrar por los reflejos de unas luces que no son más que las de un viejo local, cuyo piano toca sin cesar la misma melodía, durante casi 200 años consecutivos, prometiendo libertad y de paso esclavizando a la humanidad.

 

ES LO MENOS NACIONALISTA QUE HAN HECHO LOS NACIONALISTAS.

Jueves 19 de octubre de 2017

Se celebró el miércoles por la noche en el atrio del Guggenheim el vigésimo aniversario de su inauguración. Hace veinte años estuve con María Esther y bajamos aquellas escaleras hacia un museo increíble que había tenido una inmensa polémica previa, un atentado mortal, el del ertzaina Txema Agirre, pero asimismo gentes sólidas y arriesgadas al frente, fundamentalmente del PNV, que creyeron en el proyecto.

Vi por la noche en ETB un buen reportaje con entrevistas a Laskurain, Areso (que no ayudó mucho al principio con los terrenos), y a varios más que estuvieron en la génesis y ejecución de aquel proyecto y me pareció todo el documental muy interesante aunque faltaron algunos testimonios, pero el resultado final era bueno y de impacto.

Laskurain recordó como el bicentenario de Mozart hizo que Salzburgo dedicara su presupuesto a Mozart y eso hizo posible que se construyera en Bilbao pues el Museo iba a construirse en esta ciudad austriaca. Bilbao le debe a Mozart su museo.

Yo de aquello me acuerdo por ráfagas de la polémica y de la mezquindad de muchos que nunca reconocieron que se equivocaron. El reportaje debería haberles sacado en sus denuestos. Pasar página tan rápidamente y seguir criticándolo todo es mala obra de pedagogía pues son los mismos plastas de siempre que se pueden equivocar como todos, pero que no rectifican nunca.

Decían que el museo era la caseta del perro, o era el gran urinario de Euzkadi, que era una alcachofa que tenía nombre del jugador más caro del mundo, o que con ese dinero se debería hacer esto y lo otro. Enrique Portocarrero, desde El Correo fue uno de los que más se ensañó. Al principio y cuando el museo comenzaba a tomar vuelo minimizaba al Guggenheim como tal y solo valoraba que el mismo atraía gente gracias a las exposiciones de Richard Serra y la muestra Azteca. Y no digamos nada de Oteiza y sus comentarios de mal gusto o de Melchor Miralles desde El Mundo.

Todo y todos estuvieron en contra.

También que entre las felicitaciones se olvida al PNV porque sin una reunión del EBB en la Rioja que dio el visto bueno, nada se hubiera puesto en marcha frente a todo y frente a todos. Parecería que las cosas surgen espontáneamente como los catarros. Pues no. Y la prueba, un poco amarga, fue el testimonio y la forma utilizada por el crítico de arte Kosme Barañano que de esta manera me resumió todo el proyecto:

“Es lo menos nacionalista que han hecho los nacionalistas”, como si aquí solo supiéramos hacer caseríos de ”vasquitos y neskitas”.

Barañano quiso ser director del museo pero afortunadamente quedó en buenas manos, las de Juan Ignacio Vidarte, hijo del senador Vidarte quien acaba de fallecer y en estos veinte años le ha dado la impronta de buena gestión y de modernidad que ha cambiado Bilbao.

Recuerdo que el PSE con sus complejos de siempre metió sus narices en el proyecto y lo redujo nada menos que un tercio, concretamente Rosa Diez en el Consejo de Gobierno y como había necesidad de los votos del PSE se redujo y ahora hay que cerrar salas cuando se organizan nuevas exposiciones fastidiando hoy el almacenamiento de las obras. Y no digamos las obsesiones de Antonio Rivera que casi se carga la relación del Museo con el patronato Guggenheim en tiempos de Patxi López.

Y el PP, con aquella señora al frente tía de Antonio Basagoiti, Ascensión Pastor hizo todo, menos apoyar el proyecto. No digamos lo que era HB, hoy Sortu, que encima aplaudieron la acción de ETA. El Guggenheim pues, es una obra coral pero fundamentalmente de las gentes del PNV. Y eso le molestaba al crítico Barañano.

Si se hubiera sometido a referéndum la idea, no hubiera salido.

Recuerdo las discusiones en Madrid con González de Txabarri. Decía que era una obra en Bilbao hecha por gipuzkoanos. Arzalluz, presidente del EBB, Laskurain de Soraluze, Arregi de Andoain y varios más. Yo le sacaba los bilbaínos que habían hecho posible asimismo el obrón, para al final colegir que el Museo era muy bueno para la Villa pero también para toda Euzkadi.

Recuerdo también, pero con pena, como acabaron con una fábrica de maderas de ladrillo rojo que con su chimenea estaba al lado del museo. La podían haber integrado, dejado allí, desmontado pero nunca destruirla como hicieron. Para mí es la nota negra de aquel trabajo. La fábrica con su chimenea era el testigo de una época a la que el Museo aplastaba. Y nada se dice de aquella barbaridad. Aquello fue un delito artístico.

También recuerdo el argumento del costo que alguien recordó anoche. Son veinte kilómetros de una carretera y si estás dispuesto a pagar esos veinte kilómetros, ¿Por qué no un Museo referencia que diga al mundo que existimos y que a pesar de la violencia se puede venir a visitarnos?. Genial.

Arriesgaron, coordinaron, eligieron a los mejores, demostraron que aquí se podía hacer lo que no se podía o no se atrevían a hacer en los Ángeles y por eso el Guggenheim es el símbolo de este Bilbao moderno que avanza con paso seguro a pesar de las dificultades.

Y para finalizar un recuerdo personal. Como ocurrió el miércoles la cena de inauguración, rey incluido, fue de gala y glamour .Juan Carlos se equivocó en el botón a dar y aquella anécdota se contó y recuerdo la cena en una mesa redonda que me la pasé hablando con la esposa de Viar el director del museo de Bellas Artes. Mi mujer, María Esther, remisa a este tipo de actos, fue con un vestido que se lo cosió mi ama y que destacó hasta tal punto que en el programa de Txetxu Ugalde y Yolanda Alzola, le hicieron una entrevista. Estaba feliz.

Han pasado veinte años, el museo es uno de los motores de Euzkadi y de Bilbao, la gente sigue viniendo y visitándolo y ahora lo que queda es en pensar en un nuevo horizonte del calibre del Guggenheim. Hace veinte años se arriesgó y salió bien. Pues a por él.

¿Por qué no, pues?.