El Senado aprobó en el último pleno que los desaparecidos de la Guerra Civil y la dictadura -fusilados y arrojados a fosas comunes- sean inscritos como fallecidos en el Registro Civil. La medida, presentada como una enmienda del Grupo Socialista al proyecto de Ley de Registro Civil, fue aprobada por 125 votos a favor y 114 en contra. Debe ser ratificada en el Congreso para incorporarse a la ley. El partido popular votó en contra. Nada nuevo.
Esta era una vieja reivindicación de las asociaciones de memoria histórica. La ley exige la comprobación cierta del fallecimiento por testigos presenciales u otras pruebas difíciles de aportar por los familiares de los desaparecidos del franquismo. La enmienda atenúa el rigor de la prueba de defunción para que estas personas, que ya están inscritas como nacidas, puedan estarlo también como fallecidas.
El Senado también aprobó extender la concesión de la nacionalidad española a los nietos de las exiliadas que perdieron la suya tras casarse con un extranjero.
Hoy se ha abierto una fosa común en Burgos. Allí estaba Pako Etxeberria haciendo un magnífico trabajo con la Fundación Aranzadi y con las gentes del lugar que sabían, por comentarios familiares, donde estaban sus deudos. Pero esto carece de importancia para el PP.
Este partido ha presentado una moción en Ermua para que Bildu se moje en relación a ETA. No les dan ni los cien días. Y, la verdad, no entiendo como Bildu, no le dice a ETA que desaparezca cuando el propio Arnaldo Otegi lo dijo la semana pasada en la Audiencia Nacional. Pero al PP, en el fondo le importa un pito que Bildu condene o no a ETA, lo único que quiere es ponerle en dificultades al ministro del interior Alfredo Pérez Rubalcaba, su nueva diana electoral. Es lo único que busca porque puestos a condenar terrorismos varios, condenemos la sublevación militar de hace 76 años, la caída de Bilbao hace 75, la guerra civil, las masacres franquistas, las fosas comunes, los niños robados. No, eso no. Solo el jueguito del impresentable Basagoiti con ETA, para meterle el dedo en el ojo a Don Alfredo. ¡Y que haya medios que les sigan la corriente!.