El miércoles 21 de septiembre me llamó Erkoreka. Se había puesto en contacto con él María Arellano que tenía interés fuéramos a ver la obra de teatro «Burundanga» y me preguntaba si yo estaba en Madrid y me interesaba ir. Se lo agradecí y le dije que estaba en Madrid y que iría. María Arellano, familiar del ex consejero José Manuel Goikoetxea es una activa promotora y productora que se suele acordar de nosotros y samaritanamente nos orea de vez en cuando. Con su ama estuvimos en el “Alderdi Eguna”. Contactó conmigo en mi etapa del Congreso y gracias a ella pudimos ver la película “El Lobo”, “Santa Teresa de Jesús» y alguna más. Casada con el poliédrico y buen actor Pablo Carbonell el de los «Toreros Muertos», «Caiga quien Caiga», “Hospital Central es una pareja muy amable y simpática con la que de vez en cuando tocamos calle en nuestras únicas salidas en Madrid del clásico itinerario aeropuerto, hotel, Congreso, Senado.
Le dije a Erkoreka que en Venezuela se hablaba de «Mandanga con burundanga» y que era un bebedizo, pero nada sabía de la obra que se representaba y a las siete estaba en la Glorieta de Bilbao, viendo como confluían en ella la calle Luchana, María Malasaña y Fuencarral. Di unas vueltas para conocer aquel entorno. Años de estancia en Madrid y soy un perfecto desconocedor de una ciudad tan atractiva, salvo de sus sitios oficiales. En eso me abordó una pareja mayor que me conocía. Se trataba de quien fuera, con el presidente del Congreso Félix Pons, su jefe de gabinete Pepe Zamit que paseaba con su esposa. Hacía 18 años no le veía. “Hace 18 años dejé el Congreso, volví un año y no he vuelto más” me comentó. Estuvo muy amable y le pregunté por el edificio que en la plaza Elíptica, al lado del hotel Carlton, mantiene la Hacienda central en una Comunidad con Concierto Económico. «Si -me dijo-ese edificio lo transferimos y luego sorpresivamente volvió al estado». De eso me acordaba porque él había participado en la negociación y me contó este dato. Es una pena pues que hoy esté ahí un edificio vacío y muerto de risa. En sitio tan emblemático no quiso, el de turno, que allí estuviera, por ejemplo, el gobierno vasco. Zamit me dijo que pensaba ir a ver la obra “Burundanga” de la que le habían hablado muy bien pues estrenada en junio seguía en septiembre a sala llena.
Y en eso llegó María Arellano y al poco los diputados Beloki y Agirretxea y un poco más tarde Erkoreka. La sala estaba ocupada en sus tres cuartas partes un día de labor a las ocho.
La trama trata de una chica que vive con un vasco con quien espera un hijo y éste no lo sabe y quiere conocer si su novio le quiere. La compañera de piso, Silvia, le facilita una droga llamada “Burundanga» que tomada por el afectado cuenta todo lo que sabe y cuando se normaliza no se acuerda de nada. Se la da y resulta que confiesa ser miembro de un comando de ETA que espera a un militante para realizar un secuestro. Esta es la trama. Trama aparentemente dura para representarla hoy en el centro de Madrid pero con un guión tan extraordinariamente bien elaborado y una actuación de diez por parte de cinco actores. Marta Poveda, Mar Abascal, Antonio Hortelano, César Camino y Eloy Arenas, que no dejamos de reírnos en toda la obra por sus golpes y por un guión que acaba con la desaparición de ETA.
Tras la obra nos fuimos con los actores y María a tomar un pintxo y comentar lo que habíamos visto en el escenario. Nos dijeron que el productor no se atrevía a presentarla en Euzkadi y nosotros le dijimos que esta obra en nuestras capitales y pueblos tendría un éxito sensacional porque demostraba la inmensa chapuza que ha sido ETA en estos cincuenta años y además contado con el disolvente ácido de un humor inteligente. Ojalá alguien la programe por aquí o que la gente de aquí vaya a verla al Teatro Maravillas de Madrid.
Terminamos en la plaza Dos de Mayo tomando una pizza con Pablo Carbonell y volviendo al hotel andando por la calle Fuencarral y, en el cruce de la Gran Vía con Montera, de pie, nos quedamos una hora analizando la situación política del PSOE, las despedidas, el por qué Bono escribe cada día sus memorias siendo su secreto que apenas duerme, la prepotencia del PP, la despedida de Zapatero. La gente miraba a un grupito de cuatro encorbatados conversando acaloradamente en una noche madrileña con una temperatura ideal y llenas sus calles de gente joven. En definitiva, que recomiendo ver Burundanga. No defrauda.