Este sábado 18 de junio, víspera del aniversario de la Caída de Bilbao en manos franquistas en 1937, el colectivo Aterpe ha organizado, como todos los años, un breve encuentro bajo el monumento La Huella sito en aquel bello mirador que da a una vista impresionante de la villa de Bilbao. Se trataba de homenajear a los gudaris que defendieron aquella cota con su vida en junio de 1937.
Cuando iba a la cita me decía a mi mismo que seguramente estaríamos cuatro gatos. Afortunadamente me equivoqué. Hubo más gente que nunca.
Ha faltado el alcalde Azkuna, pero en su lugar ha estado Ibon Areso y la concejal Jone Unzueta. También el diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao y la portavoz del gobierno vasco, Idoia Mendia.
Ha tomado la palabra el gudari Moreno que en dos trazos ha agradecido la presencia del público que tenía delante y ha recordado aquella batalla por Euzkadi. Y ha reivindicado la aplicación de la ley de la Memoria Histórica. Tras esta breve intervención todos los presentes han colocado decenas de ramos de flores al pie del monumento. Y había muchos ramos. Muchos más que otros años. Flores por todas partes. Un espectáculo bonito.
El gudari Moreno, con mucho humor y saludado a todo el mundo, ha dado el secreto de su longevidad. Por la noche una galleta con mermelada. A su lado otro gudari me comentó que en el batallón de Trabajadores donde estuvo comían raíces del suelo como regaliz para poder sobrevivir y que llegó a casa, tras aquella persecución, con cuarenta kilos. Con José Mari Otxoa de Txintxetru he hablado de que sería bueno continuar con una asociación que además de gudaris hubiese familiares de gudaris, ya que la edad, por ley de vida les está venciendo a todos. ”Se trata de que la llama no se apague”.
Al final se ha entonado con brío el Euzko Gudariak y en media hora había terminado este bello recuerdo a una gesta que costó la vida a aquellos jóvenes en la defensa de una legalidad conculcada.
Pero a éste acto le falta algo más. Una celebración oficial por todo lo alto. Quedan ya muy pocos gudaris. Si la guerra empezó el 18 de julio de 1936 y estamos a 19 de junio de 2011, son la friolera de 75 los años transcurridos. Y si el más joven tenía 16 años, hoy ese jovenzuelo tiene 91 años el más joven. Y es una pena que la fecha redonda de los 75 años no se haya recordado con más toque de tambores. Las naciones civilizadas honran a sus héroes para que su ejemplo no se pierda.
Ningún lehendakari, ninguno, se ha ocupado en serio de estos sobrevivientes a una guerra, a una persecución, a una dictadura. No hay un monumento al gudari en serio y no se les dedica el tiempo que merecen. Y me da mucha pena. Lo de hoy ha estado bien, pero se me queda “escaso”. Solo falta que le encarguen un monumento a mi amigo Nestor….