Martes y miércoles hemos tenido pleno en el Senado. En el Congreso no lo había por lo que la noticia política se trasladó al Palacio de la Plaza de la Marina y por eso el martes no se podía dar un paso en un hemiciclo al que había ido Zapatero con su nuevo gobierno. Ya no estaba Moratinos, ni Corbacho, ni María Teresa, ni Aída, ni Espinosa, ni la ministra de la Vivienda, Corredor que junto con Bibiana han bajado de escalón, a ostentar una Secretaría de Estado. Si estaban, Jauregui, invitándole a Zubia a comer, Valeriano Gómez que no encontraba su escaño en el banco azul y Trinidad Jiménez, nuevos ministros.
Por la mañana tenía en la agenda tres cosas. Con la Comisión de Defensa ir a Toledo a ver el nuevo Museo Militar. Quería ver si lo hecho por Joseba Elosegi había que volver a repetirlo. Lo malo era que se salía a las diez y no se garantizaba la vuelta a las cuatro y yo tenía una pregunta oral en el control al gobierno a la ministra Jiménez, a esa hora. También había en el viejo hemiciclo, desbordado de gente, un acto de declamación de las poesías más significativas del poeta de Orihuela, Miguel Hernández a cargo de los actores Nuria Espert, Pou, Juan Diego que gustó mucho, pero también a esa hora estaba convocada la mesa y los portavoces de la comisión de exteriores ajustando agendas tras el reemplazo de Moratinos. Y, a las cuatro se producía el control al gobierno que empezó con la inveterada pregunta de Pio García Escudero el portavoz del PP sobre la situación económica que Zapatero contestó como siempre: “estamos saliendo del túnel”. Lo malo es que al día siguiente hablaban de setenta mil parados más. La segunda la hizo mi compañero Joseba Zubia sobre la situación de la Justicia en el Estado y en este siglo XXI. Para aquellos que nos dicen que solo miramos nuestro ombligo, una pregunta de política general. La tercera la formuló la senadora de UPN, María Caballero. Fue dura. Zapatero había dicho que los movimientos que estaba haciendo Batasuna «no iban a ser en balde»‘ y esto le parecía un horror a la senadora navarra, a quien, condenablemente le asesinaron a su padre en Iruña. Lo malo fue que en su intervención, leída, le criticó a Zapatero haberse reunido con Urkullu poniéndole al presidente del EBB poco menos que de cómplice, cosa que Zapatero rechazó y le aplaudimos. Luego se lo dijo en persona cuando la senadora bajó a saludarle.
Yo le hice a Trinidad Jiménez la que fue su primera pregunta parlamentaria en el Senado sobre las gestiones que pensaba realizar para liberar a los presos políticos en Venezuela. Me dijo que en Venezuela no había presos políticos y la noticia pasó desapercibida en España y en Euzkadi, pero en México, Argentina, Venezuela ha sido un bombazo. Me he pasado el día de hoy contestando preguntas de emisoras americanas incluso una de Miami, más centrada en comentar el resultado electoral en Estados Unidos que en lo que dicen en Europa sobre ellos. Pero como en Miami hay una abundantísima colonia venezolana la contestación de la ministra cayó como un jarro de agua fría. Al salir le abordé y le dije que se equivocaba notablemente pues había informes de Amnesty International y de Human Rights Watch que la desdecían, pero le vi muy almidonada. Si sigue por ese camino se va a encontrar con una notable oposición nuestra.
A Zapatero le regalé mi libro. Se lo dediqué diciéndole que en estos años el tren de la Robla entre León y Bilbao no había funcionado y que si quería conocernos más que lo leyera.
Tuvimos también una moción de la citada senadora navarra, de UPN María Caballero que instaba al gobierno a la adopción de diversas medidas para evitar la participación en la vida política de organizaciones vinculadas a ETA. Dentro de estas organizaciones metió incluso a Na Bai. Nosotros como ya sabemos que UPN vive de mover estas cosas no le dimos el gusto. Dijimos que no entrábamos en el juego y estando allí, ni votamos.
Y he estado en Telemadrid. A las nueve, la bilbaína Eli del Valle lleva una tertulia que se llama El Círculo. Hoy tenía dos periodistas de una derecha muy recalcitrante obsesionados con Batasuna, con Zapatero. Me dijeron que la Ertzaintza bajo Ibarretxe no actuaba.
En resumen, la contestación dada por Trinidad Jiménez en su primera respuesta parlamentaria ha sido todo un desacierto político, que tendrá consecuencias.