Continúa el gafe en Getafe. El Coliseum es el único campo de Primera en el que no ha ganado este Athletic que estuvo muy pálido en la primera parte y solo creó ocasiones en la segunda, con la entrada de Llorente. El Athletic ha pasado de ser un temible corcel de pujante galope a convertirse en un caballito de juguete. ¡¡¡ Que vuelva piafante el pura sangre !!!
El Athletic necesita romper hoy dos maleficios: el de ganar en el Coliseum y estar más acertado con el gol. Llorente vuelve a figurar en una convocatoria después de más de un mes de ausencia por lesión, aunque Bielsa ha anunciado que comenzará en el banquillo. Que el Rey Mago Llorente nos vuelva a regalar el oro de sus goles porque si no nos nos comemos un «rosco».
Parecía que otro equipo menor se le iba a tragantar a los leones a pesar de su claro dominio y a punto estuvieron de sacar tajada los maños, pero en el minuto 86 salió al rescate Gaizka Toquero para hacer justicia en el marcador. Por los pelos. La ocasión la pintan calva.
El Athletic disputa el último encuentro de la competición doméstica este año en San Mamés frente al colista y quiere hacerlo con una victoria para así disipar las dudas que le causan los equipos que vienen a cerrarse atrás. El cañonero Llorente sigue siendo baja y bien que se le echa en falta.
Sigue la maldición del Athletic con los equipos que luchan por no descender. Los rojiblancos dominaron el partido pero no aprovecharon las numerosas ocasiones de gol y se dejaron empatar en el descuento. Sin Llorente al Athletic le falta fiabilidad y estabilidad, y no sabe amortiguar los baches.
El Athletic vive instalado en una espiral de partidos sin tiempo para descansar. Bielsa sigue exprimiendo el equipo al máximo y los leones no pueden permitirse el lujo de perder más puntos por el camino ante equipos anclados en la zona baja de la tabla si quiere consolidar sus aspiraciones europeas. A no perdonar.
El duelo contra Caparrós, que dirigió la nave rojiblanca durante cuatro temporadas, deparó un encuentro plomizo. Los leones se atascaron en el juego conservador de su rival, que especuló en todo momento con el marcador cortando el juego con faltas e interrumpiendo el choque constantemente. El Athletic quedó maniatado. El antifútbol.
