Tendemos a pensar, no sin motivo, que las campañas electorales son los periodos en los que los políticos mienten con más profusión y ligereza. Nueve días después de la última llamada a echar la papeleta y, a la vista del obsceno teatro al que estamos asistiendo, tenemos argumentos para empezar a sospechar que las trolas post-comicios son, si cabe, de mayor calibre y enjundia que las que se avientan como reclamo en la subasta previa. Ese voto que supuestamente habría de servir para cambiar el país se convierte en una ficha de casino con la que los tahúres del Urumea, el Arga o el Ibaizabal apuestan al bacarrá de los pactos, sean o no contra natura.
Para aumentar el grado de hastío y la sensación de engaño, los participantes se entregan a la ceremonia proclamando fariseicamente que actúan como intérpretes del mensaje de las urnas. En su labor de traducción inversa, toman sólo la parte del discurso que les interesa, es decir, la que les puede asegurar más moqueta que pisar. Lo que va a misa para Gipuzkoa no sirve para Araba, es matizable para Navarra y discutible para Bizkaia. Según el trozo de pastel a que se aspire -y dónde-, respetar la lista más votada es un principio irrenunciable o una tontería que no va a ningún sitio.
Me declaro incompetente para adivinar cómo va a terminar este baile del abejorro. Mi capacidad de análisis entró en colapso al leer en este mismo periódico que representantes del PSE y de Bildu se reunieron de extranjis para ver el modo de birlarle al PNV la presidencia de las Juntas vizcaínas y, cambalachearse en ese trasiego un par de municipios. Era lo que faltaba, después de ver a los jeltzales yendo a setas y a Rólex, de escuchar a Basagoiti llamando al partido de Urkullu a un pacto de hierro para reilegalizar en la práctica a la izquierda abertzale o de comprobar cómo los socialistas estrenan cada minuto una baraja diferente. Todos juegan con todos contra todos.
Javi, igual esto es hasta bueno. En un contexto de «democracia aburrida», no hay pactos contra natura. Lo que hay son negociaciones entre partidos que comparten un nucleo ideológico: el de la democracia representativa.
Sería bueno que negociaran con transparencia, sin vergüenza, en torno a puntos de sus programas. Y que no hiceran promesas del estilo «jamás negociaré con menganito». Es verdad que, hasta ahora, hemos tenido media democracia secuestrada por el miedo y la violencia, pero ahora que se abre otro período, habrá que pedirles «pactad, pactad malditos». Con todos y contra todos.
Bueno, ayer Deia tiraba de «línea editorial» para interpretar a conveniencia la reunión PSE-Bildu del viernes y hoy veo que seguimos haciendo campaña sobre el tema.
No es que me vaya a escandalizar por ello pero si que me da cierta pena ver como el PNV y este medio en nada se diferencian de PP, PSOE o UPyD y grupos afines (Vocento, Prisa, Unidad Editorial…) a la hora de pervertir la información y la opinión de sus lectores.
No seré yo quien critique a una persona por ganarse su plato de lentejas así que ya disfrutaré de tu crónica mañana si no toca otra vez trabajo «alimenticio».
¿Dónde está la noticia de esa supuesta reunión PSE – Bildu? ¿Te refieres a la noticia aparecida en Europa Press http://bit.ly/kwUE90 ? ¿Cómo que «de estranjis»? Bildu dijo que iba a reunirse con todos los partidos políticos y eso es lo que está haciendo (ha faltado el PP solo porque ha declinado la invitación). ¿Por qué dices «de estranjis»?
Yo preferiría que sólo pactaran con todos, no contra todos. Vetar a Bildu en Gipuzkoa porque sí, Limitar al máximo al PNV en Bizkaia a cambio de un par de alcaldías… Esas son las únicas motivaciones de los pactos, ir en contra alguien y el reparto de cromos?
Colapso total!!!!!!! No entiendo nada. Qué lío!!!!!
Yo quiero «poner en valor» el profundo «acto de responsabilidad» que ha hecho mi partido, fomentando el «dialogo entre diferentes» para que se produzcan «acuerdos transversales» y conseguir así «lo mejor para la ciudadanía» y la «estabilidad institucional», «como no podía ser de otra manera».
Traducción (en multipartido): HEMOS «PILLAO» LO QUE HEMOS PODIDO (luego ya veremos).