Ya se sabe que Iñigo Urkullu no es precisamente el campeón de la expresividad, pero este perverso escribidor habría pagado como mínimo un café por ver la cara que puso cuando, en su última reunión con Patxi López, el inquilino incidental de Ajuria Enea le soltó a boca de jarro: “Te propongo un pacto institucional de fondo para lo que queda de legislatura”. Cuentan los conocedores y difusores del sucedido (próximos al de Portugalete, no se vayan a creer) que, en su desconcierto, el presidente del PNV respondió siguiendo el tópico atribuido a los gallegos, es decir, con otra pregunta: “¿Esto lo sabe Basagoiti?”. En lugar de afirmar o negar —siguen diciendo los juglares de parte—, López continuó con la conversación como si el órdago (o lo que fuera) no hubiese existido.
Supongo que hay versiones más completas y fidedignas de un episodio que, no sé muy bien por qué, no ha llegado a los grandes titulares que en pura teoría periodística habría merecido. Estamos hablando de la oferta de unos cuernos en toda regla o, como poco, de un ménage-á-trois, que aún resultaría más morboso. ¿Discreción? ¿Esa idea que tanto repiten los futboleros de que lo que pasa en el campo se tiene que quedar en el campo? Es una explicación verosímil.
Al margen de la escasa repercusión mediática, la anécdota —llamémosla así— completa el pobrísimo retrato de la teórica primera autoridad de la comunidad autónoma vasca. Ya no estamos hablando de despiste, bisoñez o humano descoloque ante unos acontecimientos no previstos o que superan su raquítica capacidad política. Nos situamos directamente en el más absoluto de los naufragios, en la más pura e irreversible desesperación. Sólo en un estado de zozobra infinita se le puede ir a pedir sopitas a quien, después de haberle robado el donuts y la cartera, se lleva dos años y medio acusándole del hundimiento del Titanic y la muerte de Manolete. Pero si cuela, cuela.
Si a este pobre hombre le quedara un ápice de dignidad habría dimitido y nos habría ahorrado,a estas alturas,la vergüenza ajena que genera.
Por cierto,ayer una de mis hijas me contó un chiste «de Patxi López»(antes jaimito).Es lo que hay.
¿Y por qué no? Ya puestos le da lo mismo. ¿Qué dignidad le queda a este señor después de estos últimos 3 años? Alguien decía ayer que seguirá mientras Rajoy quiera, y él lo sabe y lo sabía. Busca lo que todos: durar, seguir hasta agotar una legislatura ya agotada, porque lo que podía haber dado, ya lo ha dado. Ha destrozado lo destrozable, y con el resto no sabe qué hacer.
Estoy convencido de que tenemos lo que nos merecemos; y el 21 tendremos lo que nos merecemos. La culpa es nuestra. Ellos ya eran así antes.
¡Ya estaba tardando! en mi porra personal, puse que el PSE rompería peras con el PP un par de meses antes de las generales e intentaría a la desesperada, una mejor posición para las autonómicas de la cav.
Vamos que no me extraña nada y que tampoco creo que sea fruto de un impulso, sino más bien algo que entraba en la estrategia desde el principio.