Silencio, se viola. Absténganse de incomodar, moralistas de tres al cuarto, tocanarices con escrúpulos y demás melindrosos. ¿No ven que se trata de un simple juego? En concreto, el de la violación, o en lengua vernácula, Taharrush gameâ. Verán qué divertido. Se localiza una mujer en medio de una multitud, preferentemente de noche, aunque tampoco es imprescindible. Pueden ser dos, tres, incluso cuatro. Total, siempre habrá superioridad numérica por la parte agresora, que se dispondrá en tres círculos alrededor de la presa o las presas. En el primero, los violadores; en el segundo, los mirones y jaleadores; en el tercero, los guardamokordos, que expulsan a hostias a cualquiera que intente interponerse. Para la siguiente víctima, se cambian las posiciones.
Y así, hasta que el cuerpo aguante, que la madrugada es joven y la impunidad, prácticamente absoluta. Bueno, mejor que eso: una parte considerable de aquellos ¡y aquellas! que en otras circunstancias sacan la pancarta más gorda a paseo se transmutan en imitadores del tristemente célebre juez de la minifalda. La culpa es de ellas, que van pidiendo guerra, proclaman unos (¡y unas!). Son denuncias falsas, porfían otros (¡y otras!). Hay que saber mantener un brazo de distancia, aporta la audaz alcaldesa de uno de los lugares donde ha ocurrido la infamia. Y como resumen y corolario de esta nauseabunda complicidad, los (¡y las!) adalides del discurso de género más contundente se ponen como hidras para dejar claro que lo grave no son los abusos sexuales, sino el malintencionado tratamiento mediático. Ni se imaginan cuánto me gustaría estar exagerando.
Ayer lo lei, me indigne, me asusté, me volvi a indignar…pero no sólo contra esa ralea de ogros adoradores de Ala, sino tb y muy especialmente contra los que tienen la obligación de defender a las victimas, contra los que tienen por profesión sulfurarse y desgañitarse a voz en grito en todo tipo de actos sociales, y por ultimo, con nuestros politicos y muñidores de la cosa publica, los que tienen que articular respuestas y sobre todo, soluciones ante un problema de tal magnitud que volvera a repetirse, aunque tal vez con menos victimas.
Tu odias no exagerar, y te creo.
Yo odio acertar a veces en diagnosticos de puertas adentro (osea, de los que se cuentan en la intimidad) porque tu post de hoy me ha recordado el minirifirafe que tuvimos aqui hace años una de tus lectoras y yo misma sobre otro «divertimento» durante una manifestación de la llamada Primavera Arabe.
El premio en aquella ocasion fueron unas periodistas europeas y yo preguntaba si «aquello era de verdad un brote verde» mas o menos.
Ya habrá quien hable de islamofobia ( en mi caso, admitido sin complejos), pero poniendo la venda antes de la herida, pregunto, querid@s lectoras y lectores de Vizcaino Jn si creen que unos hechos semejantes hubieran ocurrido, por ejemplo en Zierbena, o en Osaka, o en La Gran Manzana y si esos mismos hechos hubieran tenido la respuesta tibia e insultantemente incompetente que han tenido en Colonia, Hamburgo, Zurich, etc.
Que demonios, en Zierbena me apuesto a que si y hasta puede que algun oenegeta subvencionado hubiera llamado racistas a los que cuestionaban lo del asilo per tutti.
Perdon por la extensión de hoy. lo lei, me indigne, me asusté, me volvi a indignar…pero no sólo contra esa ralea de ogros adoradores de Ala, sino tb y muy especialmente contra los que tienen la obligación de defender a las victimas, contra los que tienen por profesión sulfurarse y desgañitarse a voz en grito en todo tipo de actos sociales, y por ultimo, con nuestros politicos y muñidores de la cosa publica, los que tienen que articular respuestas y sobre todo, soluciones ante un problema de tal magnitud que volvera a repetirse, aunque tal vez con menos victimas.
Tu odias no exagerar, y te creo.
Yo odio acertar a veces en diagnosticos de puertas adentro (osea, de los que se cuentan en la intimidad) porque tu post de hoy me ha recordado el minirifirafe que tuvimos aqui hace años una de tus lectoras y yo misma sobre otro «divertimento» durante una manifestación de la llamada Primavera Arabe.
El premio en aquella ocasion fueron unas periodistas europeas y yo preguntaba si «aquello era de verdad un brote verde» mas o menos.
Ya habrá quien hable de islamofobia ( en mi caso, admitido sin complejos), pero poniendo la venda antes de la herida, pregunto, querid@s lectoras y lectores de Vizcaino Jn si creen que unos hechos semejantes hubieran ocurrido, por ejemplo en Zierbena, o en Osaka, o en La Gran Manzana y si esos mismos hechos hubieran tenido la respuesta tibia e insultantemente incompetente que han tenido en Colonia, Hamburgo, Zurich, etc.
Que demonios, en Zierbena me apuesto a que si y hasta puede que algun oenegeta subvencionado hubiera llamado racistas a los que cuestionaban lo del asilo per tutti.
Perdon por la extensión de hoy.
Pues debo pedir disculpas nuevamente por mi enésimo error al duplicar el comentario.
Aprovecho para intentar colar una especie de apóstrofe:
de verdad interesa tán poco este asunto que las únicas palabras en esta conversación en diferido sean las mias?
Me temo muchísimo que sí, Anlinber. (O eso, o el antispam sigue haciendo de las suyas)
No seáis así, hombre, que parecéis niños mal criados. Yo no he dicho ni mu porque no iba a añadir gran cosa sobre lo que ya habíais escrito vosotros, y además estaba canso de debatirlo en el foro correspondiente, el bar. Lo que le falta al blog es un botoncito de esos de «like» para que uno no se sienta tan solo.
Anlinber: no pidas disculpas por duplicar tu comentario; al menos, ayuda a engordar la exigua respuesta obtenida por Vizcaíno.
Tengo la indignación por las nubes y querer saber más únicamente ha contribuido a aumentarla. De hecho, ahora mismo estoy sudando. Siempre me ha llamado mucho la atención la empatía -lacerante en este caso- que produce en el universo femenino la violación de una sola de sus mujeres.
Las manifestaciones de las mujeres que han vivido semejante infierno, me han paralizado hasta el punto de no poder escribir hasta hoy.
Los condicionantes para pensar que estamos apañadas (y apañados) están sobre la mesa. Si a semejantes atrocidades no
respondemos con contundencia y miramos para otro lado, seremos cómplices de la sumisión.