Llarena for president

Como faltaban astros en el firmamento judicial, acaba de irrumpir la supernova con toga que atiende por Juan Pablo Llarena. Apenas anteayer todavía nos liábamos con su apellido y escribíamos de oído Llanera o Llaneras. Pero ya no hay lugar a confusión, a fuerza de verlo en quintales de titulares, cada vez más psicodélicos. Y fíjense que la primera leyenda que lo acompañaba era la de tipo prudente y razonable a carta cabal, en contraste con la legionaria ideologizada Carmen Lamela, condición que pareció confirmar mandando a casa a Carme Forcadell.

Ya ahí debimos ver que tal puntada no carecía de hilo. Libraba de la cárcel a la anterior presidenta del Parlament, no por bonhomía o espíritu de ecuanimidad, sino al precio de pasar a tercera fila de la política. Conquistada esa playa, repitió la jugada —corregida y aumentada— cuando en una imitación de andar por casa de su colega Salomón, excarceló a unos consellers y dejó entre rejas a Junqueras.

Solo era la preparación para su gran pirueta judiciosa, de momento, la más reciente. Es puro encaje de bolillos, atiendan: desoye la petición de la Fiscalía de ordenar detener a Puigdemont en Dinamarca bajo el argumento de que es el president expatriado quien busca ser detenido. ¿Para qué? Pues para ser enviado a prisión y, de ese modo, tener derecho a delegar el voto y, sobre todo, a ser elegible de nuevo como cabeza de la Generalitat. Y todo eso se lo guisa y se lo come solo el Juan Palomo de la Judicatura hispana, que aun tiene el desparpajo de dejar por escrito en el correspondiente auto que —poco más o menos— ha parado un golpe a la nación española.

2 comentarios en «Llarena for president»

  1. Acertado análisis Javier. Quienes por vicio insano hemos leído el auto todavía flipamos de su carácter indisimuladamente oportunista y extrajurídico, de listillo con toga y lenguaje pomposo que nos dice tú no me la das, tú Puigdemosnt quieres ser un mártir subversivo y te detendré cuando yo quiera. Y la excusatio non petita de por qué no cursamos la euroorden ni en Bélgica ni en Dinamarca es para tontos, leguleyos o no. El que no esté cegado por el «a por ellos» hispano ya sabe a estas alturas que Europa no compra unos cargos delictivos insostenibles. Separación de poderes sí… Una de cal y otra de Llarena.

  2. “Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales, honestos, valerosos y eficientes; si se rinden al crimen y a la corrupción, están condenando al país a la ignominia más desesperante y atroz… JAVIER SICILIA.

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