El circo facha se instaló el otro día en mi pueblo, mala suerte. Una triste carpa verde pistacho con los laterales descubiertos era todo su reclamo, junto al payaso principal —pido perdón a los clowns—, llamado Javier Ortega-Smith. Y ni se fíen de este último dato, que anoto porque se lo escuché en un semáforo a un jubilado local, que lo pronunció acompañándolo de un exabrupto que no reproduciré aquí. Ni me preocupé de confirmarlo, como tampoco perdí tiempo en buscar otros detalles como la hora de la función ni la lista del resto de oradores, o sea, rebuznadores. Desde hace mucho, salvo que sea estrictamente necesario para el desempeño de mi profesión, tiendo a ignorar un kilo las mentecateces de los abascálidos.
Y lo mismo que yo, oigan, la inmensa mayoría de mis convecinos. Es verdad que en las últimas elecciones rascaron un puñadito de votos, pero, o yo no conozco a mis paisanos, o el destino de ese mitin era no contar con más de una veintena de asistentes. Tras los regüeldos de rigor, el personal se recogería a sus guaridas, se desmontaría el chiringo y, desde luego, los medios no dedicarían un segundo a la pachanga. Sin embargo, la cosa fue noticia de relieve gracias a los aliados imprescindibles de los fascistas, esos que tienen los santos bemoles de presentarse como antifascistas.
Hombre, Vizcaino Jn, entre los nostálgicos de la kale borroka y de la intimidación soft a sus vecinos tiene que haber también nostálgicos de la normalidad Pre Covid, como entre el común de los mortales.
A si que si una mini avanzadilla de los abascálidos aparca sus bien remunerados culos en un poblado vascongado de los malos, de esos donde siempre o casi siempre gana el pene vasco, qué ocasión más buena para hacerse notar los unos y los otros.
Te echas unas carreras delante de la euskal pasma, tiras algo de mobiliario por ahí, prendes fuego a algo que se apague relativamente bien, quemas un poco de adrenalina con la mascarilla puesta y obtienes algo de placer inmediato.
Eso, los otros.
Los unos, una visibilidad que vale lo suyo en las redes sociales, un emponzoñamiento aún mas repulsivo en el ya depauperado panorama politico español, los ertzainas y municipales, unos eurillos en forma de horas extra (supongo).
Las arcas públicas han vuelto a perder unos 6.000 euros en un gasto totalmente innecesario…y todo para que la mayoría de nosotros nos hayamos enterado por la prensa cuando vivimos en un pueblo de menos de 3 km cuadrados !!!
Pues a ver si la otra trinchera de esta guerra interminable es el desgaste económico… es decir, pequeños gestos broncos que requieran la intervención si o si de las fuerzas públicas en un sentido u otro y socavar a goteo el autogobierno vasco?.
Puestos a ser paranoicos igual tampoco podemos atribuir todo a la estupidez y hostilidad propia de los fatxas.
Igual sí que hay alguien inteligente al volante de ese negociete grotesco de nombre Vox.
Les vienen que ni pintado los llamados así mismos anti fascistas
Parece que les pagan por hacerles la publicidad que buscan , porque lo que es adeptos por estos lares les escasean
pero los salva patrias aburridos sin cine ni al fútbol les dan el oxígeno que necesitan para ser noticia ..
No aprenden ..
«Los fascistas del futuro se llamarán a sí mismos antifascistas»
Esa frase fue atribuida a Churchill, pero según dicen nunca la pronunció. Por lo tanto, me la apropio.
El concepto de fascista así como las palabras democracia, derecho, responsabilidad… están muy devaluadas.
Para entender de una vez lo que es el FASCISMO, del que el FRANQUISMO fue una copia burda, repasemos lov que cuenta ELDIARIO.es.
Valladolid, guerra civil o genocidio, a elegir.
Dos camiones llenos de criminales falangistas se detienen frente a la casa de un ciudadano militante de UGT.
Le sacan a rastras de su casa mientras su hija de 7 añitos se desgarra en grito y llantos.
Nunca jamás le volverá a ver.
Ese día él y otros 16 «rojos» son asesinados tras ser apaleados. Se les da el tiro de gracia y les echan a un pozo,.
El tiro de gracia se lo da un cura católico llamado Don Gaspar que llevaba siempre dos pistolas encima de la sotana.
Ese caso, uno entre miles, es una perfecta definición de FASCISMO.
Los tipos malencarados que viene a Euzkadi a recordarnos que para ellos AQUELLO ESTUVO BIEN son FASCISTAS.
Los cuatro zascandiles que se enfrentan con ellos no son fascistas.
Serán tontos, suicidas, macarras.. pero fascistas no.
En PATRIA no cuentan nada de todo eso.
Un movimiento que defienda la eliminación de elementos «ajenos» si hace falta por la fuerza, que idolatra un pasado glorioso que nunca existió, que se llena la boca del pueblo pero no respeta lo que dice, que amedrenta e intenta totalitarizar el espacio público.
Pues sí, es fascismo. Y ninguna gimnasia mental, Caústico, borra eso. Tan fascista es aquel que aplaude esos asesinatos como aquel que dice, ante el secuestro cobarde y asesinato de de un representante del pueblo, lo sale a justificar.
No borro nada AJ. Mantengo lo dicho.
No cabe duda de que lo que se describe en el episodio de Valladolid es fascismo.
Y, sí, quienes lo defienden, lo justifican, ponen paños calientes, lo contextualizan, lo explican porque había una guerra y lo contraponen a checas y demás….dejan ver una clara querencia por el fascismo. No digamos ya quienes ensalzan y homenajean a los que cometieron esos crímenes y a sus líderes.
Sucede que no veo demasiadas diferencias entre ese cruel episodio y que entren dos pistoleros en cada de un concejal o de un político y se lo lleven delante de su familia y le peguen dos tiros en la cabeza o que se acerquen a otro político que pasea por su ciudad con su mujer y le metan a una bala en la cabeza a él y a ella, o hacer lo mismo con periodistas porque no gustaba lo que escribían, etc, etc.
A muchos se llevaron de sus casas también delante de sus hijos o directamente los mataron en su presencia. También, imagino, hubo gritos desgarradores de esos niños.
No veo por qué es fascismo lo uno y no lo otro.
Y si son fascistas los que defienden lo uno o lo contextualizan o incluso lo ensalzan…no veo qué tipo de razonamiento lleva a no poner ese apelativo a quienes defienden, contextualizan o incluso ensalzan lo otro (homenajes y ensalzamientos que vemos por esta tierra de continuo casi siempre por parte de los que se llana a sí mismos «antifascistas»).
Y «Patria» no habla de los crímenes franquistas, no. Ni de las Guerras Carlistas ni la conquista de Navarra por los castellanos. Ni habla del holocausto nazi, ni de las purgas estalinistas, ni de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, ni del genocidio armenio, ni del apartheid en Sudáfrica, ni de la ocupación israelí…
Elige un periodo histórico concreto y acotado y en el mismo sitúa la historia que quiere contar, construye los personajes que quiere construir y la mella que hace en los mismos ese contexto histórico. Básicamente como hace el 100% de los novelistas, que acotan el periodo histórico en el que cuentan su historia. Lo otro que se pide (bueno; se pide en este caso, claro, no en otras novelas o películas) se llama libro o documental de historia, y ahí están para el que quiera.
Dicho lo cual; en el periodo concreto en el que transcurre esta novela el autor recoge la existencia de la tortura policial que acontecía en dicho periodo como un hecho cierto y sistemático para indignación, como se ha visto, de muchos que aún no quieren admitirlos y de, por lo que parece, de otros que quieren que las novelas se escriban a su dictado.
Hay un fascismo que no cuenta que es el de los de casa y hay un fascismo de verdad que es el de los otros.
Lo he leído en varios idiomas y con la misma convicción en cada caso. Da igual si es un japonés justificando las salvajadas que se cometieron en China, un eslavo aplastaderechos LGTB diciendo que así se protege la familia o americanos ensalzando las loas de la Confederación.
Tampoco era de esperar que el hecho diferencial vasco llegara a tanto como para poder diferenciarse de un fenómeno que resulta bastante común al ser humano.
Efectivamente, PATRIA tiene su público. Entre ellos los que nunca levantaron la voz contra los crímenes de estado o la tortura y ahora se posicionan como firmes valedores de los DDHH o los que besaban el real trasero al fugado y ahora le ponen a parir, o quienes aplaudían los excesos cruentos policiales o miraban para otro lado. Demócratas oportunistas con virginales aficiones pedagógicas.
Por supuesto que matar es inhumano, antes y ahora, pero es hipócrita utilizar las muertes de ahora para no hablar de las de antes. Con el franquismo no se podía hablar y ahora no procede.
Cada uno que opine lo que quiera pero sin dar absurdas lecciones a quien no las ha pedido.
¿Cómo que no procede hablar del franquismo y sus crímenes? ¿No se habla de eso?
Hablamos de una novela y de una serie de Tv ¿verdad? O sea…que no hay novelas ni series ni películas que describan el franquismo y su represión en toda su brutalidad y crueldad, ya.
Así, a bote pronto y de memoria me vienen La 13 Rosas, Ay Carmela, Libertarias, La lengua de las mariposas, Silencio roto, Tiempo de silencio, Salvador Puig Antic, etc, etc, etc. Y hay cientos de programas, reportajes, documentales sobre ello, de los presos republicanos a los que mandaron a los campos nazis…etc.
Y si alguien dice sobre esos libros, películas, documentales…que sí, que sí, que muy malos los franquistas pero que en los mismos no se dice nada de las checas, de la quema de conventos y los asesinatos de religiosos, de Paracuellos del Jarama, etc….tengo muy claro lo que busca ese alguien; una justificación de los crímenes del franquismo. Exactamente igual que quien, sobre “Lasa y Zabala” se queja de que no se dice nada de las matanzas de eta en esos años.
Y…exactamente igual que quien, en relación con Patria, una novela ambientada a finales de los 90 o primeros años de este siglo, la cuestiona porque no se habla del franquismo.