Seguimos para bingo. Octava condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a España por no investigar una denuncia de torturas. Pero no pasa absolutamente nada. Se pregunta el precio, se saca la chequera, se paga, y aquí paz y después, gloria. 20.000 cochinos euros de indemnización es un precio de risa para la impunidad. ¿Qué estado se va a resistir a apretar las tuercas a cualquier desgraciado si todo lo que arriesga es una calderilla que, para colmo, no sale de los bolsillos de los torturadores ni de sus jefes, sino de las arcas comunes?
Ahí es donde el dedo acusador señala también a los propios magistrados europeos, que no pasan del rapapolvo. A esta sentencia le seguirá otra, y luego una más, y así hasta infinito. El mensaje que nos lanza la justicia europea es que estamos ante una cuestión menor, más de forma que de fondo. No hay color entre la sanción por hacer la vista gorda ante una vulneración de los derechos básicos y, pongamos, el puro que le puede caer a una administración por la sola sospecha de haber dado ayudas públicas no bendecidas a este o a aquel sector.
Claro que tampoco nos engañemos. Este escándalo, el enésimo, no ha merecido ni un comentario a pie de página de la precampaña para las elecciones generales repetidas del 26 de junio. Ni siquiera las fuerzas que dicen venir a cambiar esto como un calcetín han dicho esta boca es mía. Saben muy bien que el asunto no vende una escoba entre los posibles votantes. Antes, al contrario, se diría que existe una especie de comprensión, cuando no aprobación tácita, de los malos tratos infligidos en esta o aquella dependencia policial.
Ya pero esta mayoría de ciudadanía Española que aprueba tacitamente el arranque de uñas,las violaciones en los cuartelillos y los electrodos son todos gente sanísima mental y moralmente.No como los cientos de miles de personas que por aquí hemos tenido la osadía y bajeza moral de no renunciar a nuestras ideas políticas y,a la vez,denunciar y condenar tanto los asesinatos y actitudes mafiosas de los Txapotes de turno como la de los torturadores impunes y cobijados por su «estado de derecho».Parece ser que Txapote mancha irremediablemente las ideas que decía defender pero el que torturó y asesinó a Mikel Zabalza,no.Pues muy bien.
Pues si. No parece que la tortura que hemos padecido, en los cuartelillos antes de 1977, o los acontecidos en los siguientes: gente sin estar, solo porque se aplicaba la red, se los llevaban , y se les torturo , como no podía ser de otra forma en aquellos días. Nadie salía de un cuartelillo, salvo algunos , sin mancha de sangre. Así que decir que se ha torturado, no sé si será delito, pero se ha hecho y muy abundantemente en estos lares. De secuestros y otros, será oportuno hablar también, pero sin ser este el momento.
#Aztnugal
Para vergüenza de las autoridades, sobre todo las judiciales, del Reino de España, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, les ha condenado por octava vez por no investigar las torturas denunciadas por Xabier Beortegi. En esta última sentencia salen especialmente mal parados los juzgados de Pamplona.
San Argimiro Isasa c. España , nº 2507/07 , 28 de Septiembre de 2010
Beristain Ukar c. España , nº 40351/05 , 8 de marzo de 2011
Otamendi Egiguren c. España , nº 47303/08 , 16 de Octubre de 2012
Etxebarria Caballero v. España , nº 74016/12 , §§ 26-32 7 de octubre de 2014
Ataun Rojo c. España , nº 3344/13 7 de octubre de 2014
Arratibel Garciandía c. España , nº 58488/13 5 de mayo de 2015,
Son las sentencias, posteriores a 2010, que se citan en la octava sentencia contra el Reino de España, la de Xabier Beortegi nº 36286/14 de 31 mayo 2016, es decir. 0,29 sentencias condenatorias por cada 100.000 habitantes en los últimos 6 años solo en referencia a no investigación de torturas a ciudadanos de la CAV y CFN.
Tal vez a alguien le puedan parecer pocos los casos si se refieren a «toda España» (46 524 943 hab) pero se refieren a las comunidades de País Vasco y Navarra CAV y CFN (2.800.453 hab)
Mirar a otro lado no mejora las cosas, las empeora. Allá cada cual con su conciencia.
No, no parecen pocos.