¡Milagro, milagro! El baranda de la Comunidad Valenciana ha visto la luz de la financiación territorial y ya no piensa que los ciudadanos de la CAV y Navarra son unos morrudos que viven a cuenta del sudor de los sufridos españoles. Gracias a la intercesión del lehendakari —¡Santo súbito!—, Ximo Puig salió de Ajuria Enea predicando que el Concierto (y entendemos que también el Convenio) no tiene nada de injusto ni es insolidario. Es verdad que, aún un poco apegado a su fe antigua, sostuvo que la prueba de la bondad del régimen propio está en que cabe en la Constitución española.
Le perdonaremos la minucia en atención a la rápida enmienda de su comportamiento anterior. Eso sí, a modo de penitencia, le sugerimos que haga labor de apostolado con su vicepresidenta, Mónica Oltra, que desde que se firmó el acuerdo sobre el Cupo no ha parado de soltar cargas de profundidad tiñosas. Y en las mismas anda el compañero de Oltra en Compromís, Joan Baldoví. Quién iba a sospechar que un tipo generalmente tan razonable, militante del Bloc Nacionalista Valencià, esté tan ofuscado con el supuesto privilegio. ¿Se ha parado a imaginar qué habría ocurrido en su Comunidad, donde se han batido récords siderales de mangoneo, si hubieran tenido que recaudar impuestos?
Claro que, en orden a decepciones, a este servidor le ha resultado especialmente doloroso, aunque nada sorprendente, que Carles Puigdemont haya escupido que hay españoles que cobran por serlo. Con amigos así, quién necesita enemigos. Qué reveladora, por cierto, la ovación que le han dedicado al president los notables del terruño que ustedes están pensando.
Yo entiendo ese comentario como una invitación a que se les pague por abandonar el procés, que creo que es lo que se hacía con Pujol, aunque ahora se está demostrando que no tenía el mismo destino público que la devolución, sobrepagada, del cupo.
Desde la afirmación de Maragall, nunca desmentida, sobre el «tres percent», nadie había movido un dedo por ningún proceso soberanista. Después, cuando CDC no es necesaria porque el PP tiene mayoría absoluta , también coincide que Pujol se retira a su monasterio, y, parece que se ha acabado el 3 % (o 4, o 5), surge el catalanismo virulento de las bases que nunca lo habían sido. ¿casualidad, o causalidad?
En cualquier caso, si Puigdemont tuviera razón, que creo que no, entre «cobrar por ser españoles» y querer dejar de serlo sólo cuando se deja de cobrar, hay una diferencia: lo segundo es poco útil.
Dos puntualizaciones, por redacción equívoca:
1. Con «… el mismo destino público que la devolución, sobrepagada, del cupo» quiero decir » el mismo destino público que la devolución de ahora en el cupo, por sobrepago anterior». Debí escribirlo así.
2. La frase final «es poco útil» quiere decir , para conseguir cobrar, claro, que es lo que creo que intenta el PDC, no los otros partidos soberanistas, más de buena fe.