Sigo haciendo memoria de depredadores nada mediáticos, que en realidad son casi todos. Solo en lo que va de curso radiofónico, cada semana nos ha tocado informar, como poco, sobre un caso. Casi podíamos haber hecho una plantilla para contarlos porque la inmensa mayoría eran un calco. Cambiaba la localidad y la edad de la víctima, que podía oscilar entre los 14 y los 30. Cabía una variación sobre si se conseguía detener o no al agresor o agresores o sobre la decisión judicial; no era extraño, ojo, la puesta en libertad. Tampoco eran muy distintos los abordajes, generalmente en un portal. Las demás circunstancias eran idénticas: enérgica condena plagada de tópicos —esta, sí que sí, de molde—, concentración de repulsa, y hasta la próxima.
Así ocurrió, para ir individualizando, con la violación de una niña de Barakaldo a manos de cuatro machitos el pasado 29 de diciembre. Llegamos a saber que los agresores se entregaron en los días posteriores. Como eran menores, carpetazo. “Ellos también son víctimas”, se atrevió a decir el santurrón de costumbre. Quizá a ese buenrollero le merecía la misma consideración el tipo que en la noche de Halloween de 2016 violó analmente a una niña de 14 años. ¡Cuánta indignación en los comunicados y cuánto silencio cuando una jueza lo dejó en libertad para que él pusiera tierra de por medio!
Termino con un episodio que me asquea especialmente. En carnavales de ese fatal 2016, varios adolescentes acorralaron a dos menores en un bar del Casco Viejo de Gasteiz y abusaron de ellas hasta que se dio cuenta un camarero. En esa ocasión, más que en otras incluso, se impuso la ley del silencio.
La Ley del silencio cuando esas hienas son, cómo decirlo….de razas o etnias «protegidas»?
Me niego a llamarles depredadores porque es lo que desean, ser comparados con los animales mas bellos y salvajes de la Sabana.
No lo son, no son ni admirables ni hermosos.
Pero quizas habria que abordar el silencio cómplice desde otro punto de vista y hablar precisamente, de varias ideas que apuntaban algunos otros lectores de tu blog el otro dia, Vizcaino Jn, cuando se echaban las manos a la cabeza ante la actitud de muchas feministas que callan como muertas ante las agresiones brutales y sistemáticas de musulmanes (por ej) a las mujeres de su propiedad y a las otras.
Como no se abra un debate serio y riguroso sobre esa asociación (valores culturales de sociedades muy atrasadas y paleofascistas) y la permisividad que se tiene con ellos desde instituciones politicas y asociaciones culturales o de otro tipo no me tomaré ni medio en serio a personajes como, por ejemplo, la sin par Irantzu Varela o el profesor de Podemos que suele aparecer como tertuliano en el programa de K Landa, uno de barba cuyo nombre nunca recuerdo. Son sólo dos ejemplos entre muchisimos.
Siento la extensión de la homilia de hoy, pero yo si que echo en falta una dejación de deberes, por llamarlo de alguna manera, cuando los victimarios tienen la piel oscura y están en muchos aspectos a medio civilizar.
Sólo se me ocurre una explicación que a las mas puritanas les parecerá ofensivo, y es que, o bien les consideran una raza superior, en cuyo caso es natural que lo aceoten sin exigir explicaciones, o les consideran inferior, en cuyo caso tb se entiende que sean paternalistas con ellos, como se es con alguien que tiene sindrome de Down y se acaba de cargar un programa electronico de valor especial…
Los conflictos sociales son muy complejos para abordarlos con cierta brevedad en un medio limitado como es éste , pero no podemos fingir que no vemos lo que vemos e ignorar sistematicamente una actitud cobarde y hasta miserable solo por que no nos guste la jodida realidad.
Y si hay que decir «no tenemos ni puta idea de qué hacer con ellos», pues se dice, por que alguien habrá ahi que aporte ideas útiles.
Se dice que el primer paso para abordar el alcoholismo es admitir que se es un borracho, verdad?